sábado, 27 de febrero de 2010

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18 H



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 45 - 27/02/10
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


HEMOS RECIBIDO LOS SIGUIENTES APOYOS A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010




Cuadro: Miniatura esencial. Miguel Menassa


“LA POESÍA Y YO” DE MIGUEL OSCAR MENASSA (I)



Poemario publicado en 2000 recoge la escritura y el pensamiento del poeta Miguel Oscar Menassa en unos poemas que se presentan anudados en un trabajo desarrollado a lo largo de veinte años atrás.

La impronta de su escritura aparece nada más empezar la lectura de los primeros versos del texto:
“nada sé/ de la magia que transforma/ mi propia carne en versos”
donde el poeta y el que escribe son sujetos diferentes de la escritura.

Poeta de la realidad escribe el poema “La muerte me acompaña” algo que el hombre piensa que le pasa a otros.

Define el amor con la sutileza y el fino perfume de alguien que lo ha estudiado durante toda su vida: “amor no sabe nada de la vida/ es una carne abierta/ a las palabras más pequeñas”.
El amor es una construcción, una conversación que Menassa es capaz de plasmar en una página en blanco sin esperar respuesta.

“La poesía y yo” es un diálogo permanente con Ella, la Poesía. Presente en todo momento, el poeta escribe:
“En plena noche/ Ella sigue siendo mi luz/ y descansar me parece/ absurdo en su presencia”.
Y desnudo, ante Ella, le confiesa: “Ví como los perfiles del tiempo/ se posaban levemente en mi piel/ dejando su marca”.

Despojado de toda angustia escribe con la libertad de quien encadena una palabra con otra, un verso con otro, para escribir un profundo poema “La muerte del hombre” cuyo final resulta categórico: “Un poeta asesinó su hombre/ para escribir este poema/ y eso/ es un hombre”.

Va desgranando, poco a poco, la condición de lo que debe ser un hombre. Nos dice en su poema “La Sabiduría”: “temblar/ es lo que necesita el hombre/ para vivir”.

Le habla al hombre de la Poesía: “la poesía/ desea en nuestro amor/ una música/ fuera del alcance de la imagen”.

Utiliza la pluma con la precisión del cirujano que realiza una incisión en la carne humana: “Sabemos que el hombre/ no deja de llorar/ por el hombre./ Desde hace unos siglos/ todo le sale mal”.
Para más tarde sentenciar en unos versos de su poema “He atentado contra todo”: “He atentado contra todo y no ha servido/ He aceptado todo y tampoco ha servido/ Volar/ y volaba más alto que las nubes/ Morir/ y me hundía las manos en el vientre/ y me arrancaba el corazón/ Después alguien murmuraría:/ hubiese sido mejor de otra manera”.

Buscador constante de nuevas formas de expresión, despoja de la mordaza al pensamiento para escribir:
“Esta vez, me tocaba alejarme de mí mismo. Cada mirada era mi mirada. Cada palabra era mi voz”.

Bellas pinceladas de color pintan estos versos que bien valen un Nobel de Literatura.


Cuadro: Sueños del atardecer. Miguel Menassa


LA MAESTRÍA Y YO DE MIGUEL OSCAR MENASSA

Según el diccionario de la RAE, la maestría es el arte o destreza de enseñar. Nos dice Albert Einstein que el arte supremo del maestro es despertar el placer de la expresión creativa y el conocimiento. Sin la Poesía y el Psicoanálisis: sin la creación y el saber, no sería posible esta maestría que se despliega en el libro La maestría y yo, de Miguel Oscar Menassa.
La formación es una preocupación ancestral, ya los mesopotámicos, 2000 años a.c, grababan en tablas de piedra algunos de los preceptos médicos de la época como parte de la enseñanza de la Medicina. Si hablamos de psicoanálisis, Freud se ocupó desde los inicios de la teoría Psicoanalítica de la cuestión de la formación y Lacan también hizo especial hincapié en la transmisión del psicoanálisis. Este libro es una contribución más a la comprensión de la función del maestro. Ya nos decía Unamuno que “es detestable esa avaricia espiritual que tienen los que, sabiendo algo, no procuran la transmisión de esos conocimientos”. Esto hace a la escritura fundamental en la transmisión de cualquier disciplina.
Estamos en épocas oscuras, en este momento casi nadie se aviene a formar a casi nadie, no hay muchos que quieran ocupar el lugar de líder de un discurso, de maestro. Menassa se presta, es un maestro que ha dedicado su vida a la Fundación de una Escuela de Psicoanálisis y Poesía y por tanto, a la formación de poetas y psicoanalistas, pintores y últimamente actores. Y la formación de otros es un acto de generosidad, es un acto de amor.
Menassa nos dice en el libro que la función del maestro tiene que ver con transportar a los discípulos desde los confines quietos de la familia, hasta las puertas en libertad del mundo, y después, dejarlos partir.
Lo grupal, el grupo como máquina productora de sujetos: psicoanalistas, poetas, pintores, escritores, está siempre presentes en la escritura de Menassa, de hecho, la palabra Grupo forma parte del nombre de la Escuela fundada por él: Grupo Cero. En este sentido, nos advierte que vivir acompañado no es un consejo, es la única manera de vivir.
La maestría y yo es un libro para la vida. Rescato una frase del comienzo: “al cumplir los 62 años, quiero confesarme adicto al cruel vivir”. No en vano, nos había amenazado varias veces el poeta en sus escritos con vivir 200 años.
En la contraportada del libro reza la leyenda: Miguel Oscar Menassa nació y escribió y, como ustedes saben: “Si es posible el poema, es posible la vida”. Y ahora cada uno tendrá que hacer el trabajo de tender su ropa en las cuerdas de esas palabras, de ahuecar la almohada de esas letras, de mirar por las ventanas de ese saber escrito, de vivir en esa casa que propone el poeta y que son sus palabras.
Desde las páginas de la Maestría y yo, el maestro, nos habla y nos da al menos tres enseñanzas:
Las enseñanza más necesaria: En una sociedad justa el trabajo es un don, la enseñanza más grande: El sexo no cae y la enseñanza más bella: La poesía no se enamora nunca.
El poeta nos va a desplegar estas frases durante la lectura de sus poemas, donde nos habla de la vejez, de la poesía, del amor, del goce, del sexo, del deseo, del trabajo, del dinero, todo ello desde la posición de un maestro. Alguien comprometido con un pensamiento, que se ha forjado en él y que restituye su deuda simbólica permitiendo el legado de la antorcha de su sabiduría al que esté dispuesto a hacer el trabajo de tomar el testigo.

Es un bello objeto este libro. Editado por la Editorial Grupo Cero, las fotos de la contraportada son de Carmen Salamanca, y muestran que el maestro todo trabajo lo hace con pasión, es evidente que el sexo no cae. Está dando una clase de la Escuela Superior de Arte Dramático Grupo Cero. El dibujo de la contraportada: varios rostros que se entrelazan verticalmente, como configurando un cuerpo, también es del autor del libro y parece decirnos: con otros, con poesía, con psicoanálisis, con trabajo, con pasión. Ingredientes indispensables para el pensamiento de este autor.


Cuadro: Las flores del mal. Miguel Menassa

COMENTARIO DE AFORISMOS Y DECIRES
de Miguel Oscar Menassa

La mayor muestra de respeto que un autor puede darle a su público es no ofrecerle nunca lo que éste espera, sino lo que él mismo, en las diversas etapas de la formación propia y ajena, considere justo y provechoso. J. W. Von Goethe.

M. O. Menassa es, fundamentalmente, poeta, aunque su obra incluye también otros géneros: texto científico (psicoanálisis), novela, ensayo, cuento, guión cinematográfico, canciones y también aforismos.
Teniendo esto en cuenta, quizá era de esperar que, para celebrar sus primeros 50 años escribiendo y publicando, hubiera elegido un libro de poesía. Pero no, esta vez, ha considerado “justo y provechoso” ofrecernos este libro: Aforismos y Decires, 1958-2008.
Lógicamente, debe existir alguna razón para que, en el momento actual, su formación, nuestra formación, requiera la publicación de esta obra en concreto. Debo reconocer que esto me intriga.
Grandes autores, a lo largo de la historia, han publicado aforismos, con títulos más o menos explícitos: Canciones y aforismos del caminante (A. Machado); Sarcasmos y agudezas (Voltaire); Reflexiones y aforismos (Chateaubriand); Máximas mínimas (E. Jardiel Poncela), etc. Pero, entre ellos, no encontré ninguno que incluyera la palabra decires.
Todos sabemos lo que es un aforismo (del griego delimitación: sentencia breve que sintetiza una regla, axioma o máxima instructiva, presenta semejanzas con el adagio, refrán, máxima y proverbio, pero carece del fin moralizador de éstos) pero ¿qué es un decir?
Literariamente hablando, el decir es una composición cultivada por los poetas del siglo XV, que solía constar de una serie de coplas de arte menor y se diferenciaba de la canción en que carecía de estribillo. Sus temas eran de tipo didáctico o político y raramente amoroso.
Menassa, al final de la primera parte, los define así:
El aforismo puede conducir o salvar una vida (1530).
Los decires pueden liberar una parte del mundo (1531).
Vemos, pues, que el decir tiene la consistencia de la escritura y su autoridad, si tiene alguna, es poética (1527).
Bajo el título, dos dibujos del propio autor (los únicos que lleva este libro), representando una figura de frente (1958) y la otra de espaldas (2008), mirando en direcciones opuestas. Y sabemos que son dos sujetos, no dos mitades, porque Las medias naranjas tendrán sólo medio camino (1169).
En contraportada, cinco fotos ilustran varias etapas del autor con sus respectivas edades. Más allá de la concordancia histórica de actividades y fechas, la última (Director de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero, 68 años) me produjo una gran curiosidad.
Sabemos que Menassa dirige el Grupo Cero desde sus inicios pero, según aparece aquí, daría la impresión de que acaba de asumir el cargo. Esta vez, no tuve más remedio que preguntarle al autor: “Sí, contestó, es que estuve estudiando hasta ayer, hoy ya soy Director.”
En estas circunstancias, comienzo la lectura.
Si es posible el poema, es posible la vida (1).
El que repita lo hecho, jamás la encontrará (2).
Dos frases que, estratégicamente colocadas en el punto de partida, nos sirven de guía para continuar la lectura: si hay poesía, hay vida, y ésta deberá ser construida por cada uno, diferente por definición, no se puede repetir la vida de otro.
Me llama la atención la distribución interior del texto: de los 1560 aforismos que lo componen, los primeros 1531 no están agrupados por temas, sino mezclados con un criterio que el lector tendrá que ir descubriendo. Después, un título en mayúsculas, “LA VEJEZ”, una foto en cuatricromía del escritor y 29 aforismos más.
Imaginando la secuencia como si fuese un jeroglífico, su lectura podría ser: con todas estas frases, el autor piensa construir una vejez a todo color. Él mismo confiesa: La vida es puro artificio. Si me dejan la palabra, no me importaría que todo el resto sea metálico (1539)
Porque, para el poeta, la muerte sólo es un punto final.
Y eso precisamente, poner punto final, no me resulta fácil en este caso. A medida que avanzo en la lectura, surgen múltiples caminos para seguir investigando, casi hasta el infinito y sin conclusiones. Porque, si de algo podemos estar seguros es de que esta escritura no concluye, sino que abre sentidos.
El poeta es el hombre de la lenta obsesión, escribió R. G. Aguirre y, hoy, Menassa añade: No vengas, me dijo la Poesía, que ya estoy a tu lado, y yo no le di bola, yo la seguí buscando (1182)
Así que podemos estar seguros de que, después de éste, habrá más libros y más poesía, independientemente de los premios, ya sean Nobel, nóveles o experimentados.



Cuadro: El bien y el mal en acción. Miguel Menassa

LA MUJER Y YO, UN LIBRO DE MENASSA

EXORDIO O PRELIMINAR

¿Un libro de amor? ¿Un libro que nos enseña a amar? ¿Un libro sobre el estado actual de la situación psíquica y social de la mujer? ¿Un libro que nos abre una dimensión impensable si no partimos de sus enunciaciones?

En La patria del poeta, publicado en 1991, en Adiós Cultura mi Señora, Menassa escribe: ¡la poesía al pueblo!, ¡la mujer a la poesía!, dos versos que en su diferencia nos permite preguntarnos que no es suficiente para Ella que la poesía vaya a Ella, que se sumerja, que se haga culta y lea, es necesario también Ella vaya a la poesía y, para ello, será necesario que Ella escriba.

En Psicoanálisis del amor, publicado en 1975, escribe, en forma de interrogantes, acerca de las posiciones de la mujer y su interpretación:

Primera fantasía o Aproximaciones a un nuevo orden

“¿Se trata de que el pequeño hombre masculino le dé al pequeño hombre femenino toda su libertad?

¿Se trata de lanzar al pequeño hombre femenino a una lucha de toda la vida contra una esclavitud que no existe?

¿Se trata de que el pequeño hombre masculino le repita vanamente al pequeño hombre femenino que son diferentes?

El poeta psicoanalista interpreta: querer morir juntos es un proyecto imposible, sabemos que “La máquina es perfecta, entre sus cifras está la cifra de la muerte”.

Segunda fantasía o Siglo internacional de la Mujer

Este siglo tendremos que combatir por nada. Ellas lo dirán todo. Incluso llegarán a decir: “Tenemos la maestría de enseñar una nueva manera de morir.”

Tercera fantasía u Orden cerrado

El poeta psicoanalista se decide: “Lo escribiré todo”, aunque no parezca un tema lo suficientemente científico ni poético. Y nos lo dice así: ”Entre pequeños seres masculinos y femeninos todo es posible. Por eso me pregunto: ¿pueden acaso un Poeta, un Científico, interesarse por un espacio donde todo es posible?”.

En 1975 toma la decisión de trabajar como Poeta y como Científico, la cuestión de la Mujer, y su relación con la formación de todos y cada uno de los seres humanos y también en la formación de la Humanidad, algo que interviene en toda formación y en cualquier oficio o profesión . Y podemos encontrar en todos y cada uno de sus libros algún aporte a esta cuestión.

LA MUJER Y YO

En La mujer y yo, después de interpretar sus posiciones de víctima, una a una, como posiciones propias, le dice: “y no veo cómo te condenó el siglo XX,/más bien, el siglo XX te hizo la pelota/ te habló de independencia, de amor en libertad/ te dijo que habría un dinero con tu nombre/ y que, si te capacitabas según su criterio,/ te dejaría gobernar junto a los hombres./ Tienes que saberlo, si eres una mujer/ el siglo XX, querida, te mintió./”

Lo más difícil para una mujer, y también para un hombre, y para la corriente de opinión en la que ambos están atrapados, es salir de la idea de que las cosas son y tienen que ser de una manera determinada. Este libro nos da las claves para trabajar en este sentido y empieza por lo más controvertido. Primero se presenta, el poeta y científico, y nos dice: “Puedo estar contento de haberla conocido,/ algo de ella he recibido, algo le he dado./” e inmediatamente quiere despejar la cuestión: “Mas hoy quisiera hablar del lado oscuro:/ cuando yo le pedía su verdadero amor,/ su cuerpo temblando, su alegría futura,/ ella me daba sus dudas, su vergüenza./

El Poeta y Científico interpreta que no hay nada donde no entren en juego los denominados diques incestuosos: la moral, el asco, la repugnancia, incluida la vergüenza propia del develamiento fálico, y es por eso que la poesía anticipa el proceso, que el psicoanálisis formula, por el que habrá de pasar todo ser humano cada vez que sea necesario dar un paso en su proceso de humanización.

En cada uno de los 47 poemas de este libro, se muestra algo de la mujer y alguna interpretación del poeta científico. En el primero se habla de que Ella goza con todo y en todo momento, y eso es lo que la separa del poeta y del hombre, eso es lo que le impide su propio goce. En el segundo se muestra que tendrá que renunciar a ese goce infinito para poder gozar, para poder hablar y escribir, y es cuando comienza su amor por la escritura. En el tercero comienza una historia de amor, pero Ella oscila entre morir o matar, entre amar el cuerpo o amar la letra. En el cuarto Ella es por momentos una mujer corriente y por momentos una mujer poesía, y entre un amor terrestre, vulgar, sin límites, de esos que no existen, y un amor sublime deslizándose a lo largo y ancho de la historia del amor, el mundo sigue en movimiento, pero lo posible es por la vía del amor, la vía del Nombre-del-Padre, porque el amor, “fue la raíz del tiempo”. En el quinto “moviéndose al compás de la historia del sexo”, muestra que quiere amarse a sí misma, y ese narcisismo es lo que de ella, enamora.

La historia de un hombre y una mujer se deslizan entre impasses y en presencia de la discontinuidad necesaria para que la historia sea una suma de comienzos.

En el sexto poema la interpretación muestra que la atribución de la mujer al hombre de estar interesado sólo en el sexo, es lo que ha sido rechazado en lo simbólico en ella, que vuelve desde el exterior, pero ella aún no reconoce su ser deseante, todavía sigue deseando que él sea un violador.

En el séptimo poema, el psicoanálisis viene a Ella y con el psicoanálisis el goce, y con el goce los celos, y con los celos llega el deseo, y comienza la aventura del goce de vivir. “¡Querido, qué aventura!

En el octavo quiere ser toda de la poesía, su deseo de ser inmortal prevalece, “Hazme tuya en un verso prolongado,/sin mirada, sin carne, para siempre.” “pero en este verso, viviré para siempre”, el poeta le aconseja hacer el amor para que llegue la ternura del que se sabe mortal, pues es necesario para leer el poema.

En el poema nueve, cuando Él le habla de su dolor, Ella le habla de su libertad, “quiero forjar un mundo sin sexo y sin dinero”, y cuando él la piensa entre otras mujeres, cuando deja de pensarla como mujer única, su dolor cede y se da cuenta “que era capaz de sufrir del corazón./ con la intención de esclavizarla./”, y nos dice: “Su libertad me había devuelto el corazón./”

En el poema 10, se habla del amor, para Ella “todos los amores, aun rotos, eran eternos”, para Él los amores “son leves y ligeros”, pero aún, “Hay un amor que nunca llegará/ y es de ese amor que se habla en el poema,/” , y como sabemos que “si es posible el poema, es posible la vida” , el poema nos dice que algún día se vivirá este amor, y queda plasmado en su final “somos todo mirada y nada vemos/ esa luz de tus versos es luz futura,/ nosotros vivimos en plena oscuridad./”

Y han pasado tal vez años, tal vez siglos, y todavía quedan 37 poemas más.




Cuadro: La noche de Chueca.Miguel Menassa

INVOCACIONES, DE MIGUEL OSCAR MENASSA.

Están a punto de cumplirse cincuenta años de la primera publicación de la obra de Miguel Menassa, un libro titulado Pequeña historia, que se publicó en Buenos Aires en 1961. Tenía Menassa veintiún años y ya jugaba con todos los triunfos de la baraja, un juego que ha seguido manteniendo durante toda su trayectoria: el triunfo de la poesía.

Si hacemos un recorrido por toda su obra podemos observar que cada libro de su producción es diferente. Pequeños detalles que hacen que todo lo que va encontrando el lector en las páginas tenga vida propia. En todos ellos hay saber, inteligencia, conocimiento…que el autor lega a todo aquel que desee aprenderlo y aprehenderlo.

Invocaciones es un libro que aparece publicado por primera vez en 1976 (Buenos Aires), la segunda edición data en 1978 (Madrid) y la más reciente 2007 (Madrid). Comienza con “Poema cero”, proemio de lo que vamos a ir encontrando a lo largo de su lectura: “Y encenderé pasiones / allí / donde la luz del bien refleje en mi mirada. / Diferente entre ángeles, superior entre demonios / no tendré paz.
En una primera parte encontramos “Invocación a los demonios” y en la segunda parte “Invocación a los dioses”, partes que se anudan en una imploración completamente humana. Un anuncio, un anticipo de una travesía que suma el saber de Homero y de Virgilio con sus Ulises y Eneas como héroes, a Hércules en su fuerza y más cercano a nuestro tiempo contemporáneo, a Rubén Darío con sus Cantos de vida y esperanza y a Poeta en Nueva York de Federico García Lorca.

Invocaciones es un libro entramado en el arte creador de Menassa entre la acción divina y la humana donde el poeta nos ofrece la posibilidad de abrir los ojos al mundo en el que la poesía siempre permanece: Dios de la Poesía. Te tengo en mi mirada. / Nuestras pequeñas diferencias / Se tienden sobre las altas vegetaciones tropicales / A pleno sol o bajo las claras estrellas de la noche / Y hablan de amor.

Miguel Oscar Menassa es un coloso de la poesía. Su obra ya forma parte de la Historia de la Literatura Universal.



Cuadro: Una temporada en el infierno. Miguel Menassa

INVOCACIONES DE MIGUEL OSCAR MENASSA
La brevedad de los poemas que dan cuerpo a este libro podría hacernos pensar en el haiku, una de las formas más bellas de la literatura japonesa. Hasta aquí la semejanza porque en Invocaciones todo es diferencia.
Exquisita condensación, puro ejercicio de metáfora metonimia donde lo más común y trivial se muestran en toda su complejidad. Cada uno de los poemas que componen este libro son relámpagos que anuncian un ruido atronador que rompe el silencio, el sentido esperado. Demonios y dioses se pasean por la mirada interpelándonos porque anuncian lo humano. Aquí conmigo todos los pecados/ y aquellos que vendrían por las noches/a vigilar mi sexo/ enamorados de mis ojos.
Un humano donde la diferencia, el deseo, la muerte, van produciéndose a lo largo del libro para concluir en el último poema del libro, Dios de la muerte, con la poesía: Poderoso dios/ te sobrevivo/ Mis poemas y mis valientes hijos/ vuelan hacia el futuro./ Acontecerán/ más allá de tus reinos.


ACERCA DE LA ESCRITURA DE MENASSA


Cuadro: El temblor de mis ojos. Miguel Menassa

Con la dirección de Miguel Oscar Menassa, en enero de 1997, se publica el primer número de la revista de poesía “Las 2001 Noches”. La editorial elegida es un poema de Bertolt Brech dedicado A los Hombres Futuros que comienza así: “Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos. Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa revela insensibilidad. El que ríe es que no ha oído aún la noticia terrible, aún no le ha llegado”
La candidatura de Miguel Oscar Menassa al Premio Nobel de Literatura para el 2010, realizada por la IWA (Asociación Internacional de Escritores) desde EE.UU, me llevó a preguntarme ¿el autor cómo piensa la escritura?
Es corriente de opinión en pleno siglo XXI la idea de que se nace escritor por cuestiones innatas, cosa de musas e inspiración divina que a unos pocos elije para depositar su arte; así mismo algunos pregonan que se escribe mejor en condiciones de sufrimiento, dolor y tristeza. Entonces ¿no todos podemos escribir? Y además ¿en su vida cotidiana los escritores deben padecer mil penurias?
En 1990, Menassa imparte una conferencia en Zaragoza donde escribe: “siempre se le ha dado a la escritura, al escritor, al poeta, a la poesía, un lugar –si bien denostado y perseguido-, siempre privilegiado”. Desarrollando cuatro puntos: 1) la escritura como un trabajo y el poema como un efecto del trabajo realizado, 2) La diferencia radical entre la vida del escritor y su obra, 3) la escritura como algo que pertenecía a pequeñas élites: sólo los poderosos podían escribir y 4) la escritura es una lengua diferente a la lengua hablada.
Que el autor titulara Psicoanálisis y Poesía. Acerca de la escritura, me llevó a pensar ¿cómo era para un poeta antes del psicoanálisis y cómo es después? En 1999 en Madrid, dice: “sin Freud hubiese sido absolutamente imposible el surrealismo”
Entiendo entonces que escribir es un trabajo y que el trabajador tiene que quedar fuera del producto. Es decir que el psicoanálisis a este autor le permitió cambiar el pensamiento donde tiene que ser cambiado el pensamiento: en la salud, la educación, las relaciones de pareja, la escritura.
Si el psicoanálisis permite cambiar y el marxismo une materia y pensamiento, me pregunté esta vez si es posible la socialización de la escritura y ahí más que un autor que lleve la poesía al pueblo, poniendo carne a la letra, nos encontramos lo grupal por excelencia, como máquina hominizante, llevando el pueblo a la escritura, es decir poniendo letra al cuerpo. Así en un encuentro internacional realizado en 1994 en Berlín, escribe: “ya que la poesía no padece de las miserias del tiempo cronológico y su valor está fuera del valor de uso y lejos, muy lejos, del valor de cambio, ya que como sabemos la poesía, en su diferencia radical, no equivale a nada posible. Su esfera de acción, el advenimiento, no se puede usar ni vender pero, sin embargo y no es vano decirlo, ella, la poesía, sólo cobija en su seno a los grandes trabajadores
En 1961 publica por primera vez y de manera ininterrumpida continúa escribiendo, así en febrero de 2010 escribe “aparece “Jubilación” poema que comienza: Después de haber cumplido con todas las tareas, me pregunto muy cerca de los setenta años ¿quién me ama? ¿quién vive en mí?.
Es la ciudad de Buenos Aires en 1987, donde para un congreso internacional publica: Fundamentos Antológicos de Poesía y Psicoanálisis; podemos rescatar algunas joyas: “el hombre vuela, se hace nostalgia, vuela. No vengo yo a escribirlo si soy el Otro. Vengo a vivir agazapado esperando el sonido. La aparición brusca de una huella dejada de lado. Vengo transparente, con el deseo de ser atravesado” en el mismo escrito y puntuando la cuestión: “pescadores y gobernantes me expulsaron del mar. Y, aún, mitad fuego volcánico, tierra, mitad agua desesperada vuelo ahora, perfilándome viento, letra futura.
Me adhiero a la candidatura de Miguel Oscar Menassa para el Premio Nobel de literatura 2010. Atentamente señores del Comité, me despido con unos versos de Menassa: “Y si nunca ha de llegar no importa, sigo estudiando, escribiendo y denunciando. Amando, siendo feliz”.

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