sábado, 13 de febrero de 2010

TALLER DE POESIA DE LOS SABADOS 13-02-10



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 43 - 13/02/10
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


HEMOS RECIBIDO LOS SIGUIENTES APOYOS A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010



Cuadro: La flor de la alegria. Miguel Menassa

APOYO A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010

En “22 poemas y la máquina electrónica o cómo desesperar a los ejecutivos”, 1966, escribe: “La soledad del parque ha vuelto.//La soledad del niño/que no se puede dormir/pero tampoco levantar/ha vuelto.//Qué hago con ella ahora/cuando no quedan/parques que frecuentar/ni habitaciones donde dormir”.
Contesta en “Yo pecador”, 1975: “Partir por los caminos/donde anidan los corazones que saben del amor./La poesía nos acompaña/y nos acompañan aquellos amigos/dulces,/como la nieve que vimos caer en nuestra cordillera/.../Buscamos el sol. Nuestro destino/la palabra.”
En 1984, en “El amor existe y la libertad”, nos habla de la muerte: “Quise volar como los pájaros, gruñir como las bestias./Quise ser Dios/y me moría de hambre con los hambrientos./Quise ser millones/y lloraba con los desesperados porque llorar./ es un recuerdo del hombre inolvidable.//La alegría me caló los huesos cuando le opuse/mi primer verso a la muerte.” “QUERIDA MUERTE,/a tu pesar,/a mi pesar,/la vida continúa.”
En 1991, en “La patria del poeta”, la poesía se hace fuerte en él: “La vida vive en mis palabras, el goce en mi voz/y vosotros, tendréis que resolver el acertijo./Soy una herida abierta que sólo se repite sin dolor./Soy una pulsación, sin ritmo, ni latidos.//...// Soy algo del humo, algo de la llama, que perdura:/lo que el grito no pudo asesinar de la garganta,/olor vacío de perfumes, agujero de piel, poesía.”
Y en su último libro de poemas publicado, “La maestría y yo”, 2007, nos dice: “Vivir acompañado/no es un consejo,/es la única manera de vivir,/y aprovecho el decir,/para dejar en vuestra inteligencia/la enseñanza más bella:/La poesía no se enamora nunca.”



Cuadro:Rebelion de vocablos. Miguel Menassa

UNAS PALABRAS SOBRE EL LIBRO LA MUJER Y YO DE MIGUEL MENASSA

47 poemas donde la mujer, el hombre, el amor, la muerte, hacen el amor empecinadamente en versos que nos muestran la complejidad estructural del ser humano; poesía alimentada de ciencia, de vida, de poesía.
Un libro en el que leemos la multiplicidad de la mujer, su compleja armadura; donde el deseo colorea cada poema y sus versos son como interpretaciones para el lector. Un libro donde el hombre, como puede, respira entrecortadamente en cada punto.
Descubridor de lo inhabitado, arqueólogo del futuro, escultor de la belleza, Miguel Oscar Menassa recorre los encuentros con la templanza de un sabio, no tiembla aunque tiemble, atraviesa 47 momentos que son millones, mudando la piel como un camaleón según la mujer que se le presente; dulce, melancólica, celosa y exigente, ella se pone en juego para hablar del amor, de la muerte, de la juventud, de la vejez, del exilio, del hombre, de la mujer.
Sentidos que se manifiestan como representaciones vivas del cotidiano vivir, aunque siempre, encontramos que Menassa se maneja como un estratega, entre palabras; es capaz de no matar aunque ella se lo pida y de amarla cuando lo requiera.
Pasado, presente y futuro son enlazados en la frase, no hay temporalidad en la escritura de Menassa, es siempre actual, porque su envoltura es el psiquismo humano, y este no pasa de moda.
Implicado con lo social, con la parcial integridad de lo vivo, hace poesía hasta de las catástrofes; convergen en sus versos la paz y la guerra, al amor y el odio, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, dualidades que acontecen alternativamente en la superficie de cada poema.
Menassa es un poeta que se desnuda, pero no se desnuda bruscamente, lo hace con sensualidad, poema a poema, verso a verso. Sin importarle el final, se deja llevar por la escritura, que le toma, le posee, le subvierte para transformarse en algo totalmente nuevo; poesía.
Goce, deseo, amor, poesía, escritura, mujer, hombre, muerte; palabras que después de este libro se redefinen.




Cuadro: La gran hazaña. Miguel Menassa.

SOBRE EL LIBRO EL HOMBRE Y YO de Miguel Oscar Menassa


Antonio Machado aconsejó: “Da doble luz a tu verso,/ para leído de frente/ y al sesgo.” En la poesía de Menassa, el sesgo alcanza dimensiones impensables. O, lo que es lo mismo, su escritura abre infinitos sentidos a lo humano.
Frente al título El hombre y yo podemos preguntarnos: ¿A qué hombre se refiere, quién es ese YO? Por definición, en poesía las palabras dicen más que lo que dicen. Pero ocurre que el soporte material de esa escritura, su envoltorio, el objeto libro, es lo que nos introduce en el poema y, una vez publicado, forma parte de él.
Veamos, pues, qué nos dice este objeto. En el centro de la portada, y sobre fondo rosa, un cuadro de 1982 en suaves tonos pastel, amarillo y naranja, es el Autorretrato de espaldas. Encima, el negro brillante de las letras imprime al título cierto aire masculino, varonil. El resultado es, cuanto menos, enigmático: un hombre, un yo y una silueta sin rostro, quizá la del poeta.
En contraportada, un renovado Menassa, todo cuerpo, nos sorprende con el esplendor de sus 65 años mientras avanza con decisión hacia las letras que nombran su futuro.
Abrimos el libro y, ya en las primeras páginas, se va construyendo ese rostro que, con mirada firme y serena, afronta la pregunta que precede al texto: “¿Qué quiere decir yo soy un hombre cuando soy yo el que habla?” Por momentos, la cosa se complica, ahora tenemos dos YO.
Pero todo eso ¿qué tiene que ver con la poesía? Pregunta, desde el 19, “el hombre aquél/ que no se quiso arrodillar” y, al final, “murió a mediana edad/ paralizado y solo.”
“El poema es, también,/ el aire que corre.” “Además, la poesía tiene el don/ de combinar, alegremente,/ lo bello con lo feo,/ lo muerto con lo vivo,/ el dolor con la risa,/ ...” Responden 23 y 24.
Nos damos cuenta de que, en este libro, todo se combina, alegremente, en ese YO donde convergen personajes tan dispares como auténticos. No se trata de encontrar una definición certera y universal que tranquilice y cierre sino, más bien, del incesante deambular del deseo que nos arrastra, ciegos, tras un imposible.
El YO, entonces, se ofrece como lugar común para esa multitud que el poeta irá citando a comparecer ante nuestros ojos. Nos mostrará hombres y mujeres que, seguramente, nos habitaron alguna vez aunque, como le ocurre al poeta, no sepamos cuál de ellos será nuestro dueño un día.
Podríamos decir que estamos frente a un “yo es otros”. Un extenso catálogo de lo humano donde la verdad es ella y, también, su contrario, en el mismo instante.
Y así, con el alma puesta a florecer “al sonido/ de los tambores libertarios/ del sexo y la locura”, transcurren los 34 primeros poemas del libro, para este YO incalculable. En los dos últimos, la cosa cambia.
En el 35, el YO, libre al fin de otros, rompe la baraja y, con la satisfacción del deber cumplido, concluye: “Yo, mientras tanto,/ seré mi propia creación”.
Una creación, cuyo final ES el final. “Cuando mis manos/ pierdan la alegría,/ morirá un poeta.” Ya dijimos que la alegría era combinar palabras, uno de los dones de la poesía.
Estamos en el último poema, el 36, y debo confesar que me pone carne de gallina, no tanto por recordarme mi destino mortal (que también) sino por la manera en que lo escribe: clara y sin fisuras, directa al corazón.
Pero, dijimos, el sesgo es inagotable y, en el centro justo del drama, creo atisbar en el poeta un toque de ironía. Y es que, después de tanto visitante, no me extraña que especifique:
“Y es una casa limpia/ lo que ambiciono/ para el lejano y cercano/ día de mi muerte./ Una casa vacía,/ sin puertas,/ sin ventanas,/ sin nadie/ que quiera tomar el sol, el aire”
Esto respecto al YO pero ¿qué podemos decir del hombre? Recurro a los últimos versos del poema La muerte del hombre, publicado por Menassa en 1976 y que, a mi entender, continene una definición insuperable de la palabra “hombre”:
“Un poeta asesinó su hombre/ para escribir este poema/ y eso/ es un hombre”.



Cuadro: Miniatura esencial. Miguel Menassa
ACERCA DE UN LÍDER

Cuando conocí a Menassa, a sus 27 años, conocí a un joven lleno de energía, un apasionado de la poesía, del psicoanálisis, del amor, de lo grupal, de lo social, de la historia.
Cercano estaba Mayo del 68 y Buenos Aires y los jóvenes se hacían eco de tan importante manifestación.
Menassa había vuelto de Italia, donde residió una temporada y regresaba con el impacto de haber conocido a Móntale y haber participado de las Juventudes Comunistas en su filial de Milán
En 1969 se gradúa de médico en la U.B.A.
En l970 publica “Los Otros Tiempos”, año en el que acuña el Primer Manifiesto del Grupo Cero y se publica la primera revista Grupo Cero.
Menassa es por sobre todo un poeta, pero también un gran maestro.
Por entonces ya ofrecía y coordinaba grupos de estudios de psicoanálisis y grupos de poesía . En ambos se formaron psicoanalistas y poetas, que publicaron sus trabajos en ediciones Grupo Cero, como María Chevez con Afrotiki.. Hoy la Editorial cuenta con ciento cincuenta títulos
A su vez participaba de grupos de formación y leía como siempre profusamente, Freud, Marx, Lacan, Saussure, Heidegger, Pavese, Mann, Faulkner, Lorca, y una lista interminable.
Entre 1970-1975 participa de varios proyectos comunitarios en relación a la salud de la población y asiste a la Maternidad Santa Rosa, en la sala de pediatría, haciendo hincapié en la relación madre-hijo . En esa experiencia como médico psicoanalista resuelve varios casos donde la enfermedad, el síntoma, regresa en el niño, escuchando, aconsejando o interpretando a la madre, aun en los pasillos de la maternidad.
En 1975 se publica “Yo Pecador”, en un momento que la represión en Argentina iba en aumento, es decir que la gente asistía con recelo o no asistía a los actos públicos y sin embargo Menassa reunió en el Teatro San Martín de Buenos Aires, más de mil personas
Una anécdota curiosa, en este recital, deja un espacio para que lean sus alumnos o mejor dicho integrantes de sus grupos.
Esa es una de las características del carismático Menassa., brinda con generosidad su saber, su conocimiento, su cultura, su amor, su inteligencia.
Su escritura es el resultado de mucha lectura y de todas estas cosas. Infinito amor sobrecogido por la imponente belleza de su letra.
Con Menassa aprendimos que los afectos obnubilan, que la ideología debe ser psicoanalizada, que sin psicoanálisis uno desconoce las posibilidades del ser , que el Yo se construye. Esta certeza de que lo grupal es una máquina deseante productora de deseo y productora de sujetos, tema que ha desarrollado en sus escritos.
En 1976, catapultado a Madrid, no deja de escribir, no deja de psicoanalizar, no deja de enseñar.
Los hombres se juzgan por sus obras y ciertamente un juez no puede dictaminar que Menassa haya trabajado poco o bien, haya sido infiel a si mismo, a su deseo.
Si algo admiro de Menassa además de su inteligencia, es su tesón
Son muchas las frases significantes que resuenan al oído y me acompañan siempre:
- No hay ideas vigorosas sin una infraestructura económica poderosa.
- El sujeto es la riqueza de sus relaciones sociales.
- En una sociedad justa el trabajo es un don.
- Mis ideas no necesitan ni siquiera de mí.
y tantas otras que hacen a este preclaro, prolífico, polifacético personaje .y lo posiciona en el liderazgo de un nuevo campo: Poesía y Psicoanálisis .




Cuadro: Relampago cero. Miguel Menassa

COMENTARIO DE NO VE LA ROSA, DE MIGUEL OSCAR MENASSA
No ve la Rosa, se publica en 1989. Es una obra que se puede leer bien como texto científico, como narrativa, como guión cinematográfico o como texto poético. La maestría de Menassa queda reflejada en esa manera posible de articular diferentes estilos con un nexo común: la escritura en sus diversas variantes. Como texto científico, nos da la posibilidad de estudiar la manera en que se conjuga la sexualidad del hombre y de la mujer bajo el prisma del descubrimiento psicoanalítico del inconsciente. Sus personajes hablan y sienten como cualquier mortal. De ahí que sea fácil la identificación del lector con los mismos, porque nada de lo que dicen o hacen deja de ser lo cotidiano que hay en cada uno de nosotros.
Se puede encontrar en el texto, todo un manual o tratado de las relaciones humanas, condensado en sus 279 páginas. Sorprende por la veracidad de sus afirmaciones y a su vez la delicada manera de expresarse. Texto radiográfico donde podemos ver, a través del mismo, los aspectos más íntimos del hombre y de la mujer, articulados en relaciones que se tejen dentro de la armadura social actual.
No ve la Rosa es una obra atemporal y llama la atención que pasados 21 años, el texto no haya envejecido, porque la dimensión donde se sitúan los personajes es la dimensión atemporal del inconsciente.
Desde el punto de vista narrativo, No ve la rosa podría calificarse como una comedia de enredos, donde sus personajes se entremezclan con la idea de lograr cada uno, objetivos comunes a todos ellos: el amor, la escritura, la poesía.
De No ve la Rosa, se han extraído diálogos para el largometraje Infidelidad y Mi única familia, así como para numerosos cortometrajes. Diálogos concentrados, sólidos, contundentes sobre los cuales se produce toda la acción exclusivamente a través del modo en que están articuladas sus palabras.
Como texto poético, nos encontramos con versos sobre la poética del hombre futuro y encadenado a su única forma de libertad: la escritura. Porque si de libertad se trata, Menassa en No ve la Rosa se abandona a la licencia que le da la escritura: ser un ser social. Circunstancia por la cual debe ser tenido en cuenta como Candidato al Nobel de Literatura.





Cuadro: Nocturno de silencio. Miguel Menassa

COMENTARIO SOBRE EL LIBRO AL SUR DE EUROPA, DE MIGUEL OSCAR MENASSA.

En la portada, dos soldados de rojo fuego custodian una muchedumbre en color siena sobre un fondo amarillo de sol. A sus pies, un águila real, el único animal que puede mirar al sol sin ser deslumbrado. “Os haré volar hasta los confines del mundo, nos dice el poeta, aunque sé que volar es un decir del verso”. El poeta es, como ya ha declarado en otros libros, un cantor sin dueño: “De nadie para nadie y el brillo será eterno”. “No tengo verdades que decir, ni siquiera consignas. No vengo para alistarme en los ejércitos de nadie.”
Menassa es un escritor implicado, en su mano un millón de versos de poetas amigos, de poetas que compartieron su mesa, su cama y sus mujeres, porque amó con ellos, comió con ellos y vivió con ellos.
Cuando el poeta escuchó un verso: Germán Pardo García, Lorca, Tuñón, Girondo, Aleixandre, Vallejo, Aragon, Breton, Nazim Hikmet,... nunca más besó como antes del verso, y de eso sólo podemos saber por su escritura.
Que el poeta que habita este libro pertenece a la Historia de la poesía, de eso no hay duda. “Él no la vio, la quiso y la mató, por las dudas su amor lo encadenara”. Él se encadenó a ella, única posibilidad de libertad.
Nos dice, parafraseando a otro gran poeta, que la verdadera historia de los pueblos es la Poesía. La historia no tiene que ver con ningún acontecer que pueda ser aprehendido por los sentidos, este libro tiene más que ver con la historia que muchos de los libros escritos por historiadores:
“Un misil entra en la boca de un niño pidiendo pan”… Imagen tremenda y universal de la guerra.
¿Quién si no el poeta podría sacar de su posición de victima a esa mujer maltratada y mostrarle su deseo desnudo, despellejado, en carne viva?: Le dice ella a él: “Llénate para siempre de mis gritos de goce con la muerte....Haz como que juegas con mi cuello y rómpelo. Ten un destino, pégame más fuerte, mátame”.
No hay realidad prediscursiva: La mujer yace tendida en el suelo, no late, no respira, tiene un clavel rojo en el costado, y él sostiene el cuchillo aún manchado con su sangre en su mano derecha. ¿Quién podría dudar que él es el asesino? Y sin embargo, Ella, la que nunca morirá, la poesía, se pregunta ¿Quién es el asesino? Este pobre hombre sin destino que sólo desea mi deseo de morir en sus brazos o la pequeña mujer que invade su cerebro cuando me llama puta. ¿Quién es el culpable, quién?
Menassa insiste, el poeta no se vende: Es un amor sin límites le dije al caminante, un amor que alejándose, me quiere en libertad. Libre de pies, de manos, de palabras, todo para el amor. Todo para la escritura.
Menassa es un poeta social, plural, camarada.
Y el escritor necesita la mutación permanente que exige la escritura: “No me deja crecer, me quiere asesinar, me mantiene en palabras anteriores.” Pero algo permanece: es con Poesía, es con Psicoanálisis, es en grupo, es con trabajo, es con permanente transformación.
El poeta no sólo se nutre de todos esos poetas, sino que con ellos inventa lo nuevo, como ese cacique guaraní, que para serlo tuvo que inventar una palabra, pero para ello necesitó tener en cuenta todas las palabras ya inventadas ¿Quién antes de Menassa podría haber dicho: Y cuando alguien pregunte por el cuerpo del poeta, mostraremos una habitación llena de monedas de oro? Quién sino el que algunos han dado en llamar el magnate de la poesía.
Y aquello que leyó no sólo transformó su vida, sino que él se lo mostró a todo el que quisiera verlo, y para ello, ciento veinticinco mil un ejemplares de libertad de las 2001 noches, una Editorial con más de ciento treinta títulos. Y la idea, fuerte por tener esa infraestructura editorial, de que la publicación y la difusión pertenecen al mismo proceso de la Escritura. El poeta lo sabe, el que lee, si ha leído, si se ha dejado leer por el texto, y es grupo, estará condenado, dulce condena, a la escritura. Cientos de poetas creciendo a su lado, y alguno quizá no sufra la mayor de las tristezas: “esos días de la triste cerveza, donde algún poeta pobre, mediocre o muy sentimental, se dio cuenta que en el siglo que viene nadie lo leería”.
“Tirad a las bestias un poco de carne podrida y se la comerán. Y así fue surgiendo en mí, la idea de escribir versos y hacerle escribir versos a la mayor cantidad de gente posible. Tarde o temprano, sólo será posible leernos, estaremos todos muertos” Porque como dice Menassa: La cultura consiste en que el ciudadano pinte, escriba, eso quiere decir: la poesía al pueblo. No sólo que escuchen versos, sino que transformen en versos su propia vida.
Y por eso, deja su testimonio, los hombres futuros podrán decir: Menassa está aquí, no sólo en libro, sino también en CD. Cuando el poeta recita, baila, salta, el brazo se extiende como se extiende la palabra, el brazo es la palabra. Todo el cuerpo vibra al ritmo del poema. Ya hubo implicación desde el principio, y también la hay en la lectura. Y si pocos poetas pudieron leer sus propios versos, este poeta ha podido, quizá porque para ello se precisa no ser aquél que escribió los versos.



Cuadro: Tempestad. Miguel Menassa

LA POESÍA AL PUEBLO
Cuántos poetas populares nos encontramos en nuestros pueblos, gente sencilla que quiere expresar sus vivencias cotidianas. A veces, sin embargo, se confunde la creación poética con el sentimentalismo o la cercanía, la inspiración o la experiencia, con el trabajo y la lectura. Los grandes poetas, trabajadores del verso, dedican su vida a la labor creativa, fundan en ella el objeto de su existencia. Decía el poeta Octavio Paz, la poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono. El poeta se salva, a pesar de las horas, a pesar de las dudas, a pesar de la incomprensión, halla en su particular trabajo un fundamento inmortal de su existencia.
Y así, sin escribirlos, escribo versos.
Hay de golpe, cosas, en mis manos, que no son yo.
Hay de golpe, cosas, en el mundo, que no son mi vida.
(La patria del poeta, Miguel Menassa)
Ese no ser yo, esa ruptura entre la experiencia y el trabajo es lo que funda al verdadero poeta, aquél que renuncia a sí mismo, aquél que nos entrega su sangre vertida en las páginas. Como poetas, hay también buenos lectores, forjados en los libros, que saben distinguir la vida del hombre, que cede su existencia al poema, de la historia que los versos reflejan. Hay otros, vírgenes, que aún confunden carne y papel, y quieren ver como en un reality show las miserias personales del escritor.
El cuerpo no sirve para la creación poética, estorba. Es la historia del hombre la que se escribe en cada estrofa. Es el futuro el que se anuncia para aquél que sabe leerlo. Un lector, como un poeta, no nacen hechos. Nada viene dado previamente.
Remar en cualquier dirección tampoco sirve.
La tierra que promete la poesía siempre es la misma.
Se llega o no se llega.
(El verdadero viaje, Miguel Menassa)
La mayoría, tristemente, se queda en la cultura oficial, la de la experiencia, la de los grandes titulares. La mayoría no llega a la poesía. Los versitos no bastan. La poesía requiere la integridad de un hombre sin mirada, tomando los versos de Menassa. Un hombre que desde un lugar u otro, (poeta o lector) inicia su verdadero viaje hacia la verdad. Como decía el poeta Huidobro, que el verso sea como una llave que abra mil puertas.
Soy un humano terrestre, lleno de algarabía,
la luz, que se bebe el futuro para contarlo.
Voz sin ecos, equilibrada voz sin ecos, voz.
(La patria del poeta, Miguel Menassa)




Cuadro: Explicacion innecesaria. Miguel Menassa

MIGUEL OSCAR MENASSA: UN EXPLORADOR DE LA CONDICIÓN HUMANA.

A Menassa se le puede definir como un explorador, conoce los caminos que conducen a pensar la vida de una manera distinta, es decir, que son posibles otras vidas.

Trabajar, trabajamos todos, pero a nadie le nominan como candidato al Premio Nobel de Literatura o le conceden el premio por su trabajo. Para eso hay que tener talento, mente abierta a crecer en algo, deseo de enseñar algo a la humanidad. Y todas estas cuestiones impregnan la obra de Menassa.

“El psicoanálisis, tarde o temprano, ha de recurrir a la poesía, para la poesía no fue necesario”. Frase que pone en circulación uno de los pilares del pensamiento “menassiano” y que él mismo se encarga de desarrollar:
“Primero, poeta, yo también soy escritor y si a un escritor le piden que ocupe la función de Director de una Escuela de Psicoanálisis, es sólo para que su estilo impregne los fenómenos de transmisión. Y para que el estilo que conlleva se ponga ahí, es absolutamente necesario que yo mismo cometa todos los errores y todos los hallazgos de la escenografía”.

Afirma con humildad, sin fisuras “escribo un naturalismo del ser humano, es decir, atraer a la naturaleza al hombre. Todo lo que éste hace de la naturaleza lo acerca a lo humano”.

La lectura de su obra es una conversación constante con el creador donde parece que se debate en una contradicción permanente:
“Sabemos, sin embargo que vivir, siempre es un proyecto delirante. Todo está bien y todo está mal”. “Todo pasado fue mejor, y también, todo pasado fue peor. Estoy salvado”.
Sin embargo, afirma con rotundidad: “el poeta, fiel y empecinado corruptor del sentido/Soldado de lo inevitable/Sombra expectante sobre todo/ El poeta, pequeño niño, no se sostiene sobre sus piernas/ No sabe lo que quiere/ Es arrastrado por el afán social que pesa sobre él, de denunciarlo todo/ Y en cada denuncia, en cada encuentro con la verdad, es todo, vale decir, ninguno”. Justo en la contradicción puede existir una verdad.

Sus palabras son entendidas en cualquier lugar, tocan la condición humana: “¿cómo un hombre hace para desprenderse de sus propias células? ¿cómo un hombre seca de un día para otro su propia sangre? Se pregunta el escritor.

Preguntas para conversar, para pensar donde la palabra, habla de él y también, habla de su interlocutor. Nos dice: “la palabra una especie de confabulación para todos”.

Su obra ha traspasado los umbrales del siglo XX para tener plena vigencia en el siglo XXI. No es casualidad su nominación al Premio Nobel; es el refrendo a un pensamiento, a unas ideas, que en este siglo consagran su compromiso social y, certifican el auge de la poesía como arma de futuro.

Incansable bregador por lo vericuetos del alma humana ya en 1979 escribía:
“Estoy decapitado. Necesito para conversar un hombre decapitado. Un hombre, que tampoco se crea a sí mismo”.

Gracias maestro por mostrar que el mundo pueden ser otros mundos.




Cuadro: El asombro. Miguel Menassa.

MIGUEL MENASSA. UN HOMBRE SIEMPRE DEL FUTURO.

Abrir el libro “La patria del poeta” es encontrarse con el siglo XXI. Ya antes de comenzar el poeta le hace una dedicatoria al siglo XX “in memoriam”, era entonces el año 1991 pero tenía Miguel Menassa la mirada puesta en el nuevo siglo, No te veo morir, te abandono, escribe como final para un nuevo comienzo.
Nos ofrece un camino a seguir por Cifras del ser, Nacimiento del poeta, la vida del poeta, la patria del poeta, murmuraciones del poeta, el adiós del poeta y Predicciones 2000. Es imposible elegir un solo poema de todo el libro, uno lleva a otro y ese al siguiente y así durante todo el poemario donde nos muestra el recorrido en las palabras, por las palabras, resonancias abiertas, huellas en libertad.
Entre la fascinación y el encanto del decir del poeta vamos descubriendo el universo: Intergaláctico y coloquial,/ soy,/ el fin de la locura.
Podemos sentir que estamos en ese limbo de la astronomía, ese contorno aparente de un astro que nos lleva meteóricamente por todas las hojas escritas que han invadido, como estaba previsto toda la vida del poeta. Un viaje sideral infinito. Me debo a mí y, me debo, a todo el universo, nos dice. Apóstol del verbo hace del limbo, lugar donde estaban las almas de los santos y patriarcas antiguos, esperando ser rescatados, un lugar para la poesía, Dios, una palabra para la poesía. Acepciones también como el infierno, la ultratumba y el punto donde van las almas de los que mueren sin bautismo antes de tener uso de razón… las convierte Menassa en satélite de lo humano. Si la muerte no existe, a la vida le opondremos la vida.
Del hombre,
Sólo amo su futuro, sus explosiones.



Cuadro: Hay almas que tienen...Miguel Menassa

MÁS ALLÁ DE MENASSA.

Si mi teoría de la relatividad es exacta, los alemanes dirán que soy alemán

y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si no, los franceses

dirán que soy alemán y los alemanes que soy judío. A. Einstein

Decir más allá de Menassa, es hablar de la historia de la escritura incluida la historia de la escritura de Menassa, y como Menassa es “el ejemplo vivo de lo que sería la intervención del psicoanálisis en el pensamiento contemporáneo” estará incluida también la historia del psicoanálisis.

No sólo ha pasado por su pluma la segunda mitad del siglo XX sino toda la Humanidad, todas las épocas, todos los sentidos producidos hasta ahora, incluida la manera de pensar la producción de sentidos.

En el pensamiento de Menassa no hay ideas vigorosas sin infraestructura poderosa, por eso que a la idea vigorosa de la poesía, le puso la infraestructura del psicoanálisis, por eso cuando le piden que ocupe la función de Director de una Escuela de Psicoanálisis, la escritura, su estilo, impregna los fenómenos de la transmisión.

Y poesía es , para Menassa, la función poética, función de la escritura, necesaria también en la materialización de las ciencias.

Menassa no escribe ni trabaja para una ética de los poderosos, ni para los maravillosos y perfectos ideales históricamente considerados: el Soberano Bien de Aristóteles, el Bien Supremo de Platón, el bien como valor, el bien como ley, el bien del estatuto útil del lenguaje, la economía de los bienes como acumulación de bienes, etc… sino que los bienes humanos por excelencia son el decir y el dicho, y ambos no son sin escritura. Podemos decir que escribe y trabaja para la ética del deseo estructurado por la ley del significante, para que hombres y mujeres habiten el lenguaje y trabajen para que “haya señas de que estuvieron en este mundo”

No sólo nos enseña a trabajar, a amar y a escribir, también nos enseña a hacerlo incluyendo a los otros, porque “un hombre solitario no existe”, porque un hombre para serlo tiene que poder decir “yo soy la Humanidad”.

En la escritura de Menassa , desde su último libro hasta el primero, presta su nombre al poeta y presta su yo al poema, porque sabe que leer y escribir son oficios que se pueden aprender, y es fundamentalmente un escritor que escribe para ser entendido, para permitir al lector el trabajo de leer.



Cuadro: El confin del tiempo. Miguel Menassa

CARTA DE ADHESIÓN A LA CANDIDATURA
Es la primera vez que al escribir una carta, el motivo, es un regalo social.
El imaginario universal de la poesía, en lengua castellana, lleva detenida diez lustros sobre un poeta que mató a su hombre para escribir una obra que tenemos el derecho a leer.
No hay mejor adhesión que convertirse en lector de la obra de Menassa.
Lo conocí y disculpen, excelentísimos señores del Comité del premio Nobel, que les cuente estos detalles. Estaba leyendo la prensa deportiva en la sala de espera de un consultorio médico, cuando un libro titulado “Un argentino en España” con una carátula de toros y tango resultó ser una receta maravillosa.
Reconozco que nunca había leído un poemario: “…Poesía y mujeres te necesitan./ Los amigos esperamos tus versos./ La ciudad está quieta, esperando.// Y, sin embargo, aquí estoy España,/ para hacerte vivir de mis amores,/ clavo en tu centro, puñales de mi canto”. Aquella lectura me llevó a otros libros que resultaron ser tan diferentes como singulares.
Veinte años después, de aquel inolvidable primer encuentro, recibo la noticia de la candidatura de Miguel Oscar Menassa al Premio Nobel de Literatura para el 2010, y al principio dudé ¿será el mismo Menassa del que yo tengo libros firmados de su puño y letra?
No me costó comprobarlo, en la mesilla de noche siempre me acompaña algún poemario y, efectivamente, allí estaba él con una camisa roja, el mar a sus pies y al fondo un cielo no desprovisto de nubes llenas de color: “La poesía y yo” con una dedicatoria personal.
Ustedes pueden pensar, hace años yo pensaba así, que las emociones pueden generar enajenación mental. Pero un anciano como yo, que se psicoanaliza, aunque de niño apenas visitó la escuela, ha leído algún poema y descubrió que “a viejo se llega si se pasa de algunas cosas, sino, no se llega” Por eso y gracias al autor, la noticia de la candidatura, es un regalo social que la poesía otorga únicamente a los que se acuestan con ella, como dijo de Menassa el poeta Leopoldo de Luis.
Sin embargo la capacidad de emocionarme, ante el acto poético, es tan firme como uno de los aforismos del candidato: “Sin amor no se puede vivir, pero sin algo de crueldad no se puede llegar a viejo”
Por todo ello me adhiero a la candidatura y solicito, otorguen el premio, a Miguel Oscar Menassa.
Para nosotros, los lectores, será un regalo.
Antes del fallo, señores del comité, las canas me autorizan a recordar lo que nos dice el poeta: “Yo no decaeré porque el sexo no cae. Y si mi escritura sigue hacia adelante, se encontrará con un tope: el sexo no cae”
Atentamente
Un jubilado madrileño de 85 años.



MENASSA: EL AMANTE EJEMPLAR DE LA POESÍA


Hace algunos años, lejos de los salones literarios, en un pueblo del Sur de Argelia, un anciano repetía con obstinación antes de morirse:
“ Soy un hombre, nací hace 50.000 años y tengo derecho a la palabra.
Soy un hombre, nací hace 50.000 años y tengo derecho a la palabra…”
Estos versos del poeta Miguel O. Menassa son una muestra más de la dimensión de su poesía: universal, atemporal, compañera de la historia del hombre, su propia historia.
Según Leopoldo de Luis, uno de los grandes poetas españoles de la segunda parte del siglo XXº: “Hay dos clases de poetas: la del que requiebra a la poesía y la seduce con joyas verbales, y la del que se acuesta con ella. Menassa es de estos últimos”.” Es un amante ejemplar de la poesía”. “La poesía es para él un cuerpo amado al cual se entrega y que se entrega a él”. Pero no se trata, ni mucho menos, de un amor monogámico porque esta poesía, producto no de la inspiración sino de un intenso trabajo, la pone en circulación y ella produce a su vez otras combinaciones de palabras, otros poetas.
Leopoldo de Luis subraya también que Menassa no es un poeta narcisista pero un poeta prometeico. El poeta narcisista roba el fuego para alumbrar su propio culto. El poeta prometeico roba el fuego para alumbrar la libertad de los demás.
Proveniente de Oriente y de Occidente, poeta universal, en sus versos se entrecruzan el destino de dos civilizaciones.
Hombre multiple, Miguel O.Menassa es también médico, psicoanalista, editor, pintor, cineasta… Se parece a estos grandes artistas y científicos del Renacimiento, trabajadores incansables, transformadores de la realidad de su tiempo y de la realidad futuro, abriendo para otros nuevos caminos.
Sus primeros maestros fueron las palabras, las letras del tango en brazos de su madre y después vinieron los libros, Freud, Marx, Faulkner, Germán Pardo García, Cesare Pavese y otros grandes poetas.
En 1961 Menassa publica su primer libro, «Pequeña historia», más adelante funda la Escuela de Poesía y el movimiento científico-cultural Grupo Cero, reconocido ahora como uno de los movimientos más importantes de la segunda parte del último siglo cuya principal meta es difundir la cultura donde los estados no la difunden. Con esta fin, funda en 1974 la editorial Grupo Cero, editorial que desde más de 30 años pública sus libros y los de decenas de poetas, productos de los Talleres de la Escuela de Poesía entre los cuales se puede contar algunos de los mejores poetas de la lengua española actual.
La Editorial , desde su fundación ha distribuido gratuitamente más de 13.000.000 ejemplares de revistas de poesía, principalmente la ya mítica “Las 2001 noches ”, y varias de psicoanálisis.
En 1981 funda la Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero en Madrid y en Buenos Aires donde la formación de psicoanalistas pasa, por supuesto, por el estudio a fondo de la obra de Freud y de Lacan pero también por la lectura de poetas como Lautréamont, Rimbaud, Artaud y Aragon…
Con estos instrumentos, psicoanálisis y poesía, lee la realidad y la transforma.
"De un ser despedazado hicimos escritura.
Una escritura hambrienta de porvenir,
Libertad a los cuatro vientos,
Amor, loco y vivo, entre las letras.”
Trabajador empedernido, en un mundo melancólico donde reina la desidia produce con su deseo y su trabajo, poetas, psicoanalistas, pintores, amantes de la letra escrita, trabajadores del alma y de la vida, hombres, mujeres deseantes que viven la vida por los cuatro costados transformando permanentemente la realidad que les rodea.

Con la escritura de Menassa, con sus poesía, la mujer que fue durante siglos musa pasiva de los poetas pasa a ser obrera de la palabra, a escribir por fin sus propias palabras, su historia.

A lo largo de estos 40 últimos años salen de la pluma fecunda de Menassa libros inolvidables , entre muchos otros:”Salto Mortal”, “La patria del poeta”,”El amor existe y la libertad”, “El verdadero viaje,” “Llantos del exilio”, “Amores perdidos”, “La mujer y yo”, “La poesía y yo”, “La maestría y yo”, sin contar su prosa, siempre poética: “El oficio de morir”, “La vaca y el moribundo” “No ve la rosa”, “El sexo del amor”, “Aforismos y decires” para el deleite y la enseñanza de un público cada vez más amplio e internacional
“La poesía es una manera fuerte de ser en el mundo. Los poderosos la deforman y la pervierten”. Es una corriente de aire puro para un mundo en decadencia, una nueva manera de mirar la vida de los hombres, de vivirla.
“Si es posible el poema,es posible la vida.”
Una poesía que nos enseña a vivir y a morir, para que la vida continúe.
“Para encontrarse con la muerte
se necesita
haber aprendido algo del amor:
Ni huir. Ni arremeter contra nada.
Aprender a conversar tranquilamente
eso enseña el amor”.
“En el poema, el hombre se entrega totalmente a ser de la palabra. Esa libertad lo convierte en piedra inolvidable, voz inmortal.
La poesía de Miguel O.Menassa, brújula de palabras, nos prepara verso a verso al verdadero viaje.

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