-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 71- 07/05/11
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
HAY ALGO EN MI IMPERDONABLE
El viento distorsiona las sirenas de las fábricas y se levanta el día enfurecido.
Mis pasos saltaban el intervalo de los postes telefónicos
y veía caer a los constructores de imperios,
derrotados por la fatiga de sus pequeños servidores
que abrían las puertas de los bancos siempre a la misma hora,
con un puntilloso ritual plantado en medio de la escoria y la basura.
Era la hora donde se licua la arcilla de las máscaras y todo se convierte en un charco lleno de piedras dolorosas como las que bordean la respuesta perfecta, vuelta sólo tristeza acariciando las mejillas de los pobres, juguetes del destino.
Antes de hablar ya estaba la sospecha del engaño maltratando la vida,
una traición amenazando la fe jurada desde el primer lamento,
y después todos los pasos replicando la historia con ritmo de traición,
buscando aquel perdón que nadie concedía
porque era una traición imperdonable.
Los ojos de los pobres fueron mis elegidos y sin comprender lo que querían, esquivé la mirada para huir de esa intemperie, de ésa vasta llanura despoblada.
Un portal fue lo único que quedó como paraje en la memoria
y arrojé esa falsedad de la moneda como un regalo envenenado
a los harapos que comenzaron a moverse
para agradecerme y maldecirme al mismo tiempo,
como había hecho yo,
con la necedad de este corazón tan poco natural
que ama y odia sin querer hacer el mal,
un fallo de justicia inapelable,
con una inocencia criminal que me habita también desde el principio,
y que soporto como una extranjería, a la espera de ganarme el paraíso.
Norma Menassa
NUNCA HICE DIANA
Naciendo al revés de la costumbre,
caí en territorios donde tu poder
lleva nombre de acierto.
Barajando hipótesis de aislada razón,
renuncié a equiparar mi voz con tu puntería
el tacto de mi piel con tu salvaje cabellera,
tu vigorosa anatomía
con las caricias que sostienen mi cuerpo.
Es cierto, nunca hice Diana,
con la vida, hice Carmen.
Carmen Salamanca
YO TAMBIÉN FUÍ VIRTUOSA
Leer en un texto esas palabras
hizo que piense en la virtud.
Y virtud es vivir de manera sencilla
contoneándose entre palabras
bellas y otras no tanto.
Quizás me detuvo
la palabra fui.
Sé lo que soy;
el pasado no existe
cuando el presente
se refleja en los ecos de una luz.
María ChévezHOY DESCUBRÍ UNA VETA MASOQUISTA EN MI VIDA
Al descubrir una veta masoquista en mi vida, esa noche
no pude dormir, estaba tremendamente excitado,
porque esa fisura atravesaba mi alma.
Me repetía que siempre hubo entre los hombres,
sectas místicas o esotéricas,
que cultivaban la complacencia en el dolor
y el culto de mitos, alucinaciones de la sangre,
músculos dolientes de extrañas frases.
Antes de alcanzar el uso coordinado de manos, piernas
y demás elementos de locomoción, previamente
a que el masoquismo se pusiera de moda
y que todo el mundo escribiera sobre sutiles mecanismos
que hicieran aflorar tortuosos fundamentos de goces en sombras, me mostré ansioso por leer toda clase de información. Manuales
sobre el divino marqués y sus apóstoles apócrifos sobre la apertura de carnes y vidas ensangrentadas. Sentimientos
cambiados de signo partiéndose la frente, señalaron un camino,
en que los especialistas pudieron comprobar mi amnesia. Observaron, sin embargo, que mantenía intereses pueriles, sencillos, vinculado a prácticas populares. No obstante, incitaba
a las gentes a realizar herejías paganas imitando
a seres monstruosos, esculpidos en ciertas islas en ruinas,
que parecían seres habitantes de la tierra. Nadie sabía porqué
en esos dibujos, sin saber si eran primitivos o futuristas, no aparecían ejemplares adultos, aunque al parecer,
se debía a rituales, sacrificios humanos donde dos veces al año,
la comunidad entregaba a mayores desesperados a seres del mar en la noche de difuntos a cambio de promesas de inmortalidad y baratijas, pescado y objetos de oro que se disolvían con el sol.
Mientras indagaba esas leyendas, por el rabillo del ojo una luz rasante asomaba. Entreví, por momentos, que entraba
en mundos de oscuridades con una mirada de 360 grados de giro de ángulo en verso. Un horizonte imposible de visualizar donde lo atroz y lo sublime podían sucederme, lejos del alcance de mi vida pasada.
Jaime Kozak
HOY ENCONTRÉ ALGO VIRTUOSO
Hoy sentí una pena inmensa por su alegría,
me estremeció su felicidad satisfecha de desdicha.
No recuerdo nada de ti,
es difícil saber si ibas o venías
si eras un bosque tropical en medio de una jungla de hayas
o una brisa marina en el dolor de la sonrisa de la luna.
No sé si respirabas o expirabas,
si tal vez como nunca o como siempre,
o si tu amor era la brecha de un deseo
o el aleteo de lo conocido por la muerte.
Susana Lorente Gómez
YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Agitando sus nalgas contra el rumor del tiempo salió de su silencio de pájaro, en que los niños gobernaban los trasatlánticos. Musitó alegre sobre los pétalos marchitos y miró su figura en el resplandor de las horas a la caída del emperador.
Sacudió los nervios contra las farolas, para ver un pasado tras de sí.
Caminó la prontitud de la muerte y gobernó esclavos que golpeaban sus corazones contra los estercoleros. ¡Cómo gritaban sus sueños cuando hacían el amor con el hambre!
Tras de sí, se erguía el paso de calipsos entregados al dolor. Voraces vertientes amordazadas por un agua lloviendo del revés, al encuentro de nuestros corazones.
Búrlate del océano desde esta silla. Ve más allá de tu cuerpo frente al rubor del viento que esconde no tu sangre, sino el poema.
Y mi vida se llenaba de flores, como estrellas enrojecidas por el vino que canta a las multitudes más allá de los hombres.
Obreros fugaces que hicieron el amor y morirán.
Virginia Valdominos.
NUNCA HICE DIANA
Me levanté al alba
Y tostadas te llevé
Tú cuidabas la línea
La primera que fallé.
Feliz te enseñé la aurora
Y cerrando la persiana
Porque antaño fuiste sombra
Me prohibiste la ventana.
Reconozcámoslo,
A ti te gustaba la lluvía
Decías que limpiaba el alma
A mi soñar que llovía
Siempre preferí la calma.
Ahora, descansas en mi regazo
donde el frío se instala
Pero en el último abrazo
el corazón buscará la bala.
Me desviará este rumor,
pensé que no eras tan veterana.
Podríamos respirar otro amor
aun sabiendo que nunca hice diana.
Manuel MenassaHOY ME HE DADO CUENTA DE ALGUNOS
ASPECTOS MISERABLES DE MI VIDA
Que añore obstinadamente
mordeduras celestiales en mi cuerpo
ha sido una constante.
También es cierto
que mutilaste las ganas,
y con imperceptible paciencia,
poco a poco, cada día
le ganaste la batalla
yo ,que ilusionada hasta los tuétanos...
era un tormento soportar tus agresiones
Tiempo, que no te detienes,
sabio tiempo,
aquí ,frente al mar,
las débiles gotas de vida aplastándose
en la arena encogen mi alma.
Tiempo, que ni tropiezas ni retrocedes
no pudiste, no pude, con mi impotencia
y los fantasmas negros del pasado ,
de significante tan poderoso
nos están matando.
Tiempo,
cuando sombreas las paredes de este blanco cuarto
a lo lejos, en el crepúsculo,
cuando desaparece mi sordera
oigo un canto celestial,
un oboe sublime
que grita tregua, compasión ,no claudicar.
Tiempo, una esperanza,
Rosalba Pelle
NUNCA HICE EL AMOR SIN TENER GANAS
Será noche
de quedarse callada
noche de trastornado viento
grávido en la montaña.
Será noche
de atrincherar los gestos,
noche de aliento y de coraje
cuando en las entrañas
renacen mis ansias de que llegues.
Será noche
de recordar caminos
de confundir el sueño
y el desvelo.
Noche
no solo de espera entre las sombras.
Noche ,
en que el amor ,funda nuestros cuerpos en un abrazo sempiterno
Noche nuestra,
te espero;
solo contigo, mi amor, solo contigo
Rosalba Pelle
YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Mi gestada fecha se expande sobre el tiempo.
Un orgánico chequeo de sombras enjuaga la fe
y dispersa mis gestos a la distancia.
Puedo tocar mi corazón, entrar en esta condena,
y encontrar al visitante exhalar su ser en mi mirada.
Sostengo la hermosura, centinela del porvenir.
Me inclino para trocar la custodia
con el umbral de la sangre convirtiendo mis fronteras
en un despertar boca arriba.
Los tentáculos me yerguen en la consistencia del cierre
y permanezco en la intemperie, en el vuelo,
en la nada voraz, fijamente, en la heroica llanura.
Clemence Loonis
YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Pasaron guerras y desencuentros
que nublaron los ojos de la infancia
estalló en mil pedazos el mundo,
que sostenía ilusiones de espacio,
me estremeció la historia arrebatándome
el compás que marca la cadencia de soprano,
los colores huyeron de los lienzos
que se tornaron negros por el horror que no querían ver
y sin embargo, yo también soy virtuosa cuando me tiendo
en las palabras que tejen el abrigo de mi piel.
Pilar Rojas
NUNCA HICE DIANA
No perseguí furiosas alimañas,
ni lancé arpones al viento del alba.
No me escondí acechando la presa crucificada en la mirada
ni lancé mis redes a la espuma de las olas en artes de cerco
que asediaran moribundos antes de saber.
Agazapada no esperé a un enemigo inexistente
Ni asesiné la paloma que devora a su hermano.
No arrebaté al silencio la muerte que vive en mis entrañas,
ni alimenté carroñas avarientas de podredumbre
mientras la lluvia lavaba el horizonte desteñido de amor.
Pilar Rojas
NUNCA HICE DIANA
Nunca hice diana, pero esta vez,
mantuve la calma ante la mirada de Dios,
hice y deshice refranes para mi vida
pero no pude contener la textura del odio, impoluta.
Ella nace con la fuerza de los titanes,
en la caricia materna,
y crece cual enredadera,
para trepar las ansias del rencor.
Quieta ante su codicia,
esquivo palabras impregnadas por su bondad,
ella no renuncia ni a la barbarie, ni a la calumnia,
ella se esconde y ataca
espera del momento su retorno
y enfurecida por el fracaso,
ante la indiferencia,
teje su telar de sueños y desaparece.
Yo atenuada por su belleza al descomponerse,
grito para que vuelva.
¡No huyas! Le digo,
del odio al amor, tu textura se hace mundo.
Magdalena Salamanca
NUNCA HICE DIANA.
¿Quién dijo que era preciso ser certero,
acertar con el hilo del goce justo en el ojo de la aguja
dar con la pieza exacta en el puzzle de la vida,
impactar en el centro de la manzana con la flecha perfecta?
Yo siempre llegué a todo cinco minutos tarde,
dije en todo momento la frase inoportuna,
me callé cuando era necesaria la palabra.
Soy un desacertado crónico,
un gusano que se equivoca de cadáver,
un almendro que florece en invierno,
una brújula que insiste en la dirección equivocada.
Un día, me levanté seguro de que aquél era el día de mi muerte,
me dirigí a la funeraria para adquirir un ataúd cualquiera,
total, tampoco mis errados huesos merecen otra cosa.
Pero llegó la noche, y después la mañana.
Comprobé que latía y respiraba, estoy vivo, me dije,
y qué contento de mi fallo constante en hacer diana.
Alejandra Menassa
VIVA EL TRABAJO, Y CON ÉL, EL OBRERO
Como perlas que en torno a una minúscula piedra
por acúmulos de nácar van gestándose,
pero su corazón es siempre simple, roca sencilla.
Así es el trabajador que va creciendo,
con su trabajo accede a bienes materiales,
pero su corazón, como cantaba Felipe, no es de piedra
de iglesia, sino de canto rodado del camino.
De clase no se cambia, aunque uno crezca,
es como raza, piel, es como el músculo que
se repliega en la sístole y en diástole se ensancha.
La sangre obrera se expande por los ríos de sus venas,
el sudor generado en la tarea es el caldo en que germina.
La generosidad y la poesía, van tallando su rostro ciudadano.
Martillo, hoz y pluma, materiales que hacen la libertad futura,
en el verbo nace el obrero venidero.
Altos hornos los textos, donde la letra hace al trabajo y al hombre.
Alejandra Menassa de Lucia
NUNCA HICE DIANA
Debajo de estas manos que guardan
la simiente del verbo me dejo llevar
por las gotas de lluvia incesantes
en su caminar de hoy.
Grises perlas consumiendo los cantos
de la boca con sus nudos y gargantas.
Un gato persa se pasea por la ventana,
clava sus ojos ceñidos en el tiempo,
le miro desde el otro lado del abismo
partida en mi pequeñez
y envuelta en las nubes del cielo.
Nada que decir.
Nunca hice diana
con mis propios fantasmas.
Mónica López BordónYO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Ruedo en la rueda infernal del tiempo,
coágulo incesante de mis días y mi piel.
Permanezco entre compases imposibles,
vacía de nostalgia, plena de pasión.
Camino hacia un lugar demasiado conocido
y nada indica que no lo alcanzaré.
Alegría sin sueño, virtud sin recato,
me llaman por mi nombre y no respondo.
No sólo de hambre y noche vive el que ha de morir,
merece la pena haber sido traicionado en el amor,
haber hablado de huir y olvidar el hambre letal
que azota las mañanas y leva las anclas del sosiego.
Yo también soy virtuosa y desconozco la sed
del retorno y el hambre por nacer en cada amanecer,
y cuando anochece olvido despedirme del ayer.
Amelia Díez
NUNCA HICE DIANA
Nunca hice diana en el corazón de la nada.
Crezco entre tus manos como flor sin tierra,
como nostalgia sin locura, como un yo sin eco.
Y nunca hice de un propósito una realización,
de un paso una carrera interminable,
tampoco amé hasta rendir cuentas y palabras.
Cedo mis dedos a un decir incipiente
y la letra se apropia de ellos sin dejar rastro.
Rompo la palabra y cabalgo en sus fragmentos.
Amelia Díez
YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Bajo la sombra de tu voz
mi virtuosismo vigilante
indica un cambio de dirección.
En los encuentros
ni bordes ni esquinas.
Amplios valles con vistas al mar
y montañas desde donde la mirada
alcance un horizonte de palabras.
Cruz González Cardeñosa
YO TAMBIEN SOY VIRTUOSA
“Vamos a jugarnos la existencia sin prisa”
Vicente Aleixandre
Aunque el tiempo me gane la partida
soy lejanía.
Ribera asombrada por su fin persigo sobre tus labios un sueño.
Enfrento sin rubor la noche llevada por olores del tiempo.
El mundo ruge, escupe fuego, esparce su hiel.
Vientos contrarios barren el planeta.
Petrificada se tiñe de carmín la luna.
Mas, por la pendiente de las letras, deslizo mi vida.
El silencio borda en mí
cada palabra.
Claire Deloupy
YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Consagro la ausencia de la noche
al contagioso misterio de la virtud.
Extiendo las renuncias de los muertos
al paroxismo de una nota
y como descuidada de mí, escribo.
Nadie conseguirá huir,
la cadencia de nuestro himno
recorre, imperceptible, las estrellas.
He soñado y he vivido la sinrazón de tus manos
he condecorado las maldades de los profanos
he envejecido tácita, completamente desnuda de ti,
y ahora, con tu sabor atado a los zapatos
decreto un solemne final;
yo también soy virtuosa.
Magdalena Salamanca
YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSO
Ignorante de mí,
desnudo de mi nombre y su memoria,
participo del sol y de las francas avenidas
por donde corre a ciegas la sangre espesa,
el ritual necrófago y brutal,
como un ojo que salta de su cuenca
para mirar más allá de sus órbitas,
más allá de la vía láctea que lo amamantó
siendo, como era, un trozo de pan
a expensas del hambre.
De este modo, así vestido,
yo también sé reconocer en los labios
la virtud de la palabra,
la prueba irrefutable
de la humanidad amordazada,
esa peste inconfundible
que desprende tu silencio.
Ruy Henríquez
NUNCA HICE CENTRO
Nunca hice centro en la diana de la vida.
Nunca fui el arquero destinado
a rescatar al hombre de su propio fin.
Soy un demonio de colores abstractos
que se envenena cada mañana con tormentos ajenos
y expande la miseria que le ha sido destinada.
Nube tóxica, derramo en cada esquina
mis orines y exabruptos, inundo
de falsas ilusiones los corazones infantiles
porque yo ya no tengo corazón.
Vaciado de cada una de mis vísceras,
transparente por falta de ideas,
quiero ser el adalid del verso,
el Robin Hood que siembre una nueva esperanza.
Abierto tras la tormenta
espero el que será el dardo certero
que marque la salida
de esta última flecha.
Helena Trujillo
NUNCA HICE DIANA
Nunca hice blanco en tu mirada clara.
Tiré desde tan cerca que tenía
la diana ya detrás como ignorada,
y el venablo en delirio prorrumpía
marrándo en la certeza del silencio...
Tejía falsos centros que no eras
y así acertaba en todos los intentos;
pero en el cuerpo inerte de una idea.
También erraron, lejos, los poemas
del convicto que insiste en su coartada;
los cantos proverbiales, analectas...
Voló el papel, pues no tenía letras
que pesaran, clavadas en lo blanco,
sólo apuntes a lápiz, sin disparo.
Kepa Ríos Alday
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