sábado, 28 de noviembre de 2009

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA
NÚMERO - 34- 28/11/09
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa



Cuadro: Arcoiris. Magdalena Salamanca.



OTRO POCO DE CALMA, CAMARADA... (De César Vallejo)


Me he perdido entre las embarcaciones más atlánticas,
esas que arremeten contra furia de los cielos
y hubo días en los que calculé mal la distancia.

Trágicos emblemas de pasiones arrodillas;
han nacido de mi vientre para saciar su ansia
y sólo consiguieron malgastar el tiempo.

Calma, camarada, otro poco de calma.

He de confesarte que de cada atardecer, pienso luz.

Pienso en la tenaz maniobra de fundirme oscuramente
hacia la pródiga templanza de la noche,
pienso en los continentes y su desequilibrio,
en la patria que desenvuelven los sueños,
en los decires que hacen surcos en la piel
y me aconsejo; otro poco de calma, camarada...

Magdalena Salamanca










Cuadro: Doblaje cinematográfico. Miguel Menassa



POEMA



Tengo una congoja instalada en mi garganta,
una añoranza, una pérdida, un “qué pasará”.
Hay golpes en la vida tan fuertes,
pero otros, que no parecen golpes,
también desgarran el corazón.
Nunca llega a acostumbrarse uno a perder,
aunque sea para abrir nuevos caminos.
A 200 por hora, en plena oscuridad,
me dirijo hacia ti, pero no volveré a encontrarte.
Una distancia inaprensible nos separa,
un tajo en la arena
que alguien se ocupará de tapar
con algún juego infantil.
Y así pasa el tiempo,
sin piedad, sin lágrimas,
en este ronroneo del tren de mi vida.
Adiós, he de seguir viajando.
Rompo las cadenas que me ataban al pasado
y me abro a lo nuevo,
joven, con una sonrisa abierta, metálica.
Cae este punto que no será final,
sino el punto y seguido de otro poema.

Helena Trujillo








Cuadro: Pájaros entre montañas. Miguel Menassa


SECAS LETRAS

Barnices y lágrimas para estas letras
a punto de desaparecer.
Y que vuelvan a respirar con aquel dolor
de toda vida. Con aquel amor desconocido.
Jugos y vientos maduros
alimentan ávidas raíces.
Seca tierra abandonada,
abre tus cauces ocultos,
tus ríos imposibles.

Kepa Ríos Alday




Cuadro: Lujurias. Miguel Oscar Menassa


FIERA ENJAULADA


Multiplica los errores
de los años,
y como una fiera enjaulada,
sometida a quedarse quieta,
porque nadie
era capaz de controlar
sus fuerzas,
se tragó uno de los barrotes
de la jaula,
y murió.


Lucía Serrano






Cuadro: La señorita de la librería. Miguel Menassa



ME DEJÉ EN LA SILLA Y A LA ESPERA ( Fernando Pessoa )





¡Cuán breve ha sido el tiempo de esperarte!
Como si cada minuto fuera una despedida,
así lo resumí en los penúltimos atardeceres,
cuando sepultaba cada gesto de Dios
sobre mi conciencia de pecador tardío.

Humo de rumbos sobre barcas soñadas,
que hicieron de la soledad
un alarde de esperanza,
cuando lejos de sentirte
absolutamente exacta,
me olvidé de recoger tus gestos.

Ahora, dentro de este paraíso perdido
hay quietud de manos y somnolientos cruces de ojos,
que atados a una despedida
viven entre un hombre oculto
y una mujer que celebra su vida.

Piensa, si de atreverse se tratara,
que hay un pozo donde sombras de tu ayer
agonizan esperando un retazo de luz
que las sepulte.

Con su gesto agónico y de cansancio simulado,
cuando cae la noche, todas las almas se apagan.


Miguel Martínez Fondón
Cuadro: La balada. Miguel Menassa.



HOY EN EL PARQUE


Hoy el parque estaba sumergido en una nube de amianto volátil
que caía pesada sobre mis hombros desparejos.
Separada del tiempo indefinido me detuve frente al temblor gris
donde mis sueños entorpecían mis labios soportando el desvanecimiento
de cualquier ilusión vuelta palabra.
Atada a mi reloj, mi alma no recogía
ningún átomo del tiempo pegado en las hojas de los árboles
que se espesaban frondosos en esta primavera.
Corredores del tiempo eran las calles asfaltadas
en formas de caminos estrechos,
donde mi rostro separado de mi argumentaba puertas
que se abrían hacia todas partes para terminar puntuales
en medio del ruido de las marchas que rozaban el espanto.
Apreté junto a mí el pequeño frasco de vidrio donde guardo las esencias
y vapores de incierta pureza invadieron el recorrido de las sendas
que llevan a la fuente o a la calle.
La simetría perdida entre mis pasos se retorcía en laberintos
donde se amalgamaban mis visiones y mi sombra
adquiría su última forma acostada y extendida,
entregada a especulaciones inútiles sobre el vuelo de las aves.

Un transeúnte matutino alcanzó el intervalo
donde quedó el suspenso gravitando como un péndulo
entre la certidumbre y la evidencia de la noche pasada,
profiriendo el antiguo vocablo:
Yo fui la hora,
el acto acontecido,
esta humilde impiedad que no se metamorfosea:
Fui tu pasado.

Y la luz ejecutando las tinieblas,
dejó un virtual reflejo de mi propio resplandor,
el fuego diamantino que huye del reloj,
la joya de mi noche.

Norma Menassa





Cuadro: El botón izquierdo. Miguel Menassa

POEMA SIN TÍTULO

Están las rosas abriéndose en tus manos,
llenándose de sí mismas
delicada forma la de sus ojos serenos
emergiendo
sostenidos
en la madre de todo silencio.

Dobla el verso la esquina
y se muerden en los labios
con la punta de los dedos.
Distribuye la soledad y deja
de existir. Brotan las flores.

Abandono la fórmula de la memoria
y los perfiles de las sombras
dibujados para nadie.

Me entrego a la noche
me río, me incorporo,
me rebelo
buscándote siempre.


Mónica López Bordón.







Cuadro: Vendrá la mañana. Miguel Menassa



POEMA SIN TÍTULO

Un buen pretexto,
suficiente para iniciar
el movimiento y manejar,
con delirio,
el cincel
que despide,
hacia el abismo del mundo,
lascas marmóreas
que inmolan el regusto
del recio abolengo.

Pilar Rojas







Cuadro:Lo que esperamos. Miguel Menassa


SIN TÍTULO

Corazas infranqueables guardaban la mirada,
piel descolorida formaba deseos sobre torres de espanto,
placeres prohibidos con sabor a estío,
arrastraban los pies sobre la tierra,
que no alcanzaban las manos,
grito ahogado en la garganta, que no hallaba la voz.

Niebla envolviendo leves susurros
que derretía la sangre en las venas, gota a gota.

Ah! Tantos besos de amantes
robados por la pálida historia,
tendidos entre tibios arrecifes,
presos de corsarios de ojos rubios, como su cabellera.

Y preguntas con la vista ahogada,
con esos estrechos labios que abrazan el triste muro,
si es posible, como antes, nuevamente,
arrojarte en esos brazos tan jóvenes,
sin que se despeñen entre cataratas,
esos cuerpos amándose entre risas obscenas,
sin preguntarse por nada,
como cuando un guante, abandona la mano.




Vicente Prada Gómez





Cuadro: Murallas del tiempo. Amelia Díez




SIN TÍTULO




Esa ausencia tuya que quisiera llenar,
ese vacío que se llama con tu nombre.

Eres aquel que vive sobre el mundo,
el que engendra con el verso y la paleta,
el que nace como un huracán de horas
y no conoce la derrota de la huída.

¿Quién es aquel que camina por la estepa,
el que fermenta las palabras entre siglos,
el que nunca duda de una muerte segura?

Eres el que desciende y asciende sin abismo,
cada mañana y cada noche, entre cárcamos
y escalpelos desnudos y bocas ansiosas.

Tu ausencia se ha llenado de nombres
y el futuro ha roto esperanzas sombrías,
ya no sé nada, ni cuántos son los sueños,
ni si los remotos silencios que horadan la espera
acamparan sobre mi desértico mañana.

Tantas veces he nacido y he muerto,
tantas veces no he nacido y no he muerto,
que quisiera permanecer hasta que no vuelvas,
poema de mí y de tu ausencia.

Amelia Díez Cuesta









Cuadro: Las espirales del amor. Alejandra Menassa




SIN TÍTULO



Cuando resuelvo a golpe de palabra en lugar de a dentelladas,
cuando me rindo al símbolo que guarda y no a la daga,
cuando hago paces y no guerras con tu sombra,
cuando gana el amor –que a veces gana-…

Cuando me rindo y dejo que las cosas transcurran
me deshago de mí misma y me abandono a pactos luminosos,
dejo partir el trasatlántico con la dama venganza en la cubierta.

Y dejo de llorar y de sentirme herida,
que no es a mí a quien iba dirigida la bala,
ni siquiera hubo bala, ni hay más herida
que la de un yo que se resiste a ser de las palabras.

Alejandra Menassa de Lucia







Cuadro: Explosión azul. Carlos Fernández



POEMA SIN TÍTULO

Viene del futuro esta luz cristalina,
destellos marinos de sal liquida, paradójicamente,
endulzan mis manos en la sierpe donde
los labios piden la humedad del néctar y
los ojos, firmes como la brújula del horizonte,
esperan últimas noticias de la revolución.

Humilde y nada modesta opinión acunaron la muerte en su regazo.

Un título espera la imposible llegada de Orfeo a la cantera del verbo.

La roca alivia la dureza de todo rostro y las huellas que vendrán
señalan el vértice del corazón que llueve cada luna de abril.

Hay días donde cantar produce flores y el viento es dulce y la caricia
del adiós es un bienvenido hermano.

Carlos Fernández





Cuadro: Escaparate de pasiones. Manuel Menassa
POEMA SIN TÍTULO

Despierto
en el alba solitaria
alejándote.

Dormido
con los ojos de la noche poblada
navegando el sueño.

Repito este silencio de mí
de quién sin buscar encuentra.

Manuel Menassa de Lucia








Cuadro: Frente a tus ojos. Carmen Salamanca




SIN TÍTULO

Bullía la ciudad, enfrascada
en el cotidiano afán
de alcanzar la noche y cobijar su nombre.

Era el momento
de volver a sumergirse bajo la piel
de aquella matriz descomunal,
y navegar por sus arterias,
que expandían el latido
de ese núcleo homogéneo y desigual,
siempre diferente al recuerdo.

A mi alrededor, un insólito peregrinar de cuerpos
fluía como pequeñas tribus en pie de guerra.
Habitantes del abismo, aquellos seres
se disponían a repetir la hazaña diaria.

Gigantes de baja estatura, disimulados
entre el gentío, ajenos a feroces rencillas por venir.

Jerifaltes de cejas rubicundas,
enfrascados en cábalas mediáticas.

Inaudibles guerreros de dorada armonía
en el vaivén de sus ojos.

Escuálidos cachorros, huérfanos
de manada, condenados a la ignorancia,
en la brutal carrera del tiempo.

Vírgenes de cartón,
levemente azoradas por el tumulto,
que bucean, abstraídas de la verdad,
en el submundo reticente de los sueños.

Grandes matronas de espéculo inservible,
danzarines del talante acumulado,
rateros de letra impresa,
fisgones de la ilusión ajena,
músicos cubiertos por el polvo de la espera,
desmenuzados en anónima rebelión.

Y, al fin, la esperada voz,
diosa de la fe impalpable,
poniendo en mis manos el eco inminente
de un final esperado:
próxima estación: Lista.



Carmen Salamanca





Cuadro: Palabras sin rumbo. Claire Deloupy



SIN TÍTULO



Sin título como la vida,
como los romances antiguos,
como los grandes barcos del alba.
Esos gestos extremos de las miseria,
caballeros andantes, almas que no las creó ni Dios.
Sin título, como esos inventos diabólicamente humanos.
No tiene título el amor ni bandera sempiterna.
El sin techo no tiene título
ni los oasis del tiempo donde florecen
entre palabras los encuentros.
Estallando por los vacios del alma
en los límites de la turbulenta ciudad
no ostenta el sol título alguno.
Soy de carne y hueso, de besos y palabras
y ningún título viene turbar mi dicha de vivir.
Caerá la noche, otras palabras entrecruzarán sus letras
con mis arrugas y ninguna será título de nobleza.
Mas, todas juntas, esparcidas y combinadas
en miles y miles de bocas , serán y seguirán siendo
la vida misma.

Claire Deloupy

1 comentario:

  1. ... precioso lugar.

    lo maximo Murallas del tiempo

    saludos a todos !!

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