domingo, 6 de diciembre de 2009

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS. 05/12/09


GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h

-revista virtual-

COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA

NÚMERO - 35- 05/12/09

Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa





Cuadro: baile de hadas. Fabián Menassa.

NO OS PREOCUPÉIS, ES EL MUNDO QUE SE DERRUMBA, Y QUEDAN OTROS.

Drogas duras y alcoholes baratos,
Para sacarse el tiempo de los hombros,
Barros de un mar muerto sobre los ojos,
Quietud, quietud…
El mundo se derrumba.

Fabián Menassa de Lucia.


Cuadro: Pensamiento límite. Amelia Díez.

LA POESÍA TAMBIÉN ES ECONÓMICA
SIN TENER NECESIDAD DE SER LOCA O BURGUESA

Nuestra deuda es aullar como sirenas de bronce. Vladimir Maïakovski

Dices lo indecible, ¡oh! ¡entrañable poeta!
flor de lo humano…
Puedes, sobre tanto estiércol amontonado,
decir las palabras que todos callan
decir lo que la vida opone a la muerte.
Soplan los helados vientos de la historia
y tú, sigues escribiendo la historia.
La historia de tantos humanos tragados por las guerras,
la miseria, la mezquindad de un mundo mudo, sin alma.
Nadie te pudo callar poeta, ni las dictaduras, ni las injusticias,
ni las inmundas torturas que algunos
infligen a diario, desde hace siglos, a muchos otros.
¡Nada te pudo callar!
¡Nadie nunca te callará!
Porque eres, a través de los siglos,
lo más humano de lo humano
la voz.

Claire Deloupy



Cuadro: Horizonte de otoño. Miguel Menassa

SÓLO BRILLA LO QUE TIENE QUE BRILLAR, DESGRACIA HUMANA.
Aforismo de Miguel Oscar Menassa

Brillando y chispeando aparece
el tiempo.
Futuro,
Presente.
Algo de pasado.
Y cayendo las horas, van desapareciendo los brillos.
Sin embargo, la opacidad, la penumbra
son el contraste indispensable,
lo que no puede faltar
Innumerables momentos donde
hasta lo que brilla deja de brillar...
¿Acaso no desaparece en sus destellos
la antorcha cuando se apaga
en un soplo del aire?

María Chévez


Cuadro: Hojas de otoño. Miguel Menassa.

FRACASAR SE PUEDE SIEMPRE

Hubiese sido mejor
llamarme con el nombre
de las cosas que no llegan a destino,
ser un recibo de un telegrama que ha perdido vigencia.
Hubiese preferido ser una estrella en cualquier noche,
no de verano,
en una noche donde las estrella tienen que adivinarse.
Hubiese sido mejor ser una letra minúscula,
una botella arrojada al mar sin ningún mensaje.
Hubiese preferido no tener mérito,
la verdad es a veces muy poco interesante.

La vida es un borrador a punto de ser arrojado en un cesto
y soy una palabra mal escrita,
un paso en falso del caminar,
un autobús equivocado,
una libertad condicional,
una fianza que no paga nadie.

Soy el rebote de las cosas cuando caen,
ese ruido sordo del fracaso
que tarde o temprano
nos encuentra.

Marcela Villavella


Cuadro: La hechicera de la montaña. Olga de Lucia

SI QUIERO ASEGURAR ALGO, TENGO QUE ARRIESGAR ALGO.
de “ Aforismos y Decires” M.O.Menassa.

Este intercambio al que me obliga el juego de la vida,
va puliendo las aristas de un deseo que busca las orillas
por donde deslizar su cauce,
su sed de poseerte, su tenacidad indisoluble,
fuente desde donde parte la energía que me habita.
Surca sonámbulo, amordaza las timoratas lenguas
al borde de una canción que se deshace encadenada a su mirada.
Miro este no ser que soy, colgada de su centro,
como vampiro sorbiendo las letras de lo no dicho,
la substancia del silencio.
Entrego estas ansias de libertad,
para asegurar en estos campos de nadie
la pequeña parcela que me corresponde
donde la vida, debiera florecer.

Olga de Lucia


Cuadro: Versos de oriente. Miguel Menassa.

EJEMPLO DE DELIRO: TE AMO.
Te has levantado esta noche oscura,
abriendo los párpados cuando un sueño
de amor te ha despertado.

Has caminado por la ciudad, mirando,
sin entender que esa onda pura de materia
propagándose en tus versos,
es un límite a la soledad

Dices que soy un misterio,
que late en el tiempo,
y que no sabe de edades,
porque duermen conmigo.

Por eso que querer conocerte
es querer gobernar la noche
y las sombras que vuelven
del pasado.

Cuando digo qué hermosa me pareces
tú siempre me dices: ¡deliras!, pero te amo.

Miguel Martínez Fondón


Cuadro: En cada nube. Carmen Salamanca.

ACÉRCATE

"Acércate, le dije, y me miró con odio
sin entender que le decía: acércate."

Giró la cabeza hacia el costado indemne
de los sueños, donde yacían, exánimes,
momificadas ilusiones.

Restos de infantil mirada,
como esponjas de algún mar inquieto,
desaparecían entre violines de colores
y la pasión perdida en los trenes.

Aquel primer rumbo se retorcía
sobre clichés de primavera helada,
contrariando el destino
en escuchas a través del armario,
bajo la traición y su influjo de espejismo,
sepultado cada noche.

Rampante expectativa de lenta difusión,
restaba importancia a esa sed inquisidora,
secular, entre las piernas.

Deshauciada de candor, las alas
marchitas por cada palabra en silencio,
extrajo sus ojos de rudas madreselvas,
cascotes de una intermitencia perseguida,
y los arrojó al baúl de las acequias estancadas

Sumida en el descalabro definitivo,
desechada entre aromas de impureza
y agrios recortes de algarabía, aún,
especulaba con historias de horror y cálculo:

Aquella manera de hacer
no le convenía.


Carmen Salamanca.



Cuadro: Signos de tu piel. Amelia Díez.

CUANDO SE RENUNCIA, HAY QUE SABERLO, SE RENUNCIA A NADA

Renuncio a la perfección de mi niñez
que nunca tuve, ávida nostalgia que me corroe.
Renuncio a mi libertad para tenerla,
rueda sin fin y sin destino final.

Me he visto arrastrada por mi propia imagen
He buscado los restos de mi propia sombra
He calculado sus caminos paso a paso
Después he roto el límite de sus umbrales.

He caminado más allá del suelo que han pisado mis pies.
He dejado de pedir la abdicación de la esclavitud
He renunciado a saber del antes sin después
He callado y he roto la palabra hasta decir ¡basta!

Renuncio a lo que nunca podré tener y me llama
desde el centro mismo de un futuro vacío de mí.
Hoy renuncio a renunciar y camino por caminar.

Amelia Díez Cuesta.


Cuadro: la destreza de los dioses. Manuel Menassa.


DEJAR PODER A LOS QUE PUEDEN.

En un mundo blanco o negro
No destacan los matices.

En esta época de la apariencia e igualdad
dejar poder a los que pueden
es un complejo equilibrio

Dicen que es lo mismo hombre y mujer.
Robar o estudiar,
ya que todos somos iguales
está bien visto por la sociedad.

No importa quién seas
delincuente trasnochado,
político honrado o profesor perverso
tu lugar encontrarás en esta feliz humanidad.


Dejar poder a los que pueden, ¡Qué barbaridad!
Es más humano tratarnos a todos por igual.

Manuel Menassa



Cuadro:La perla de la sabiduria. Miguel Menassa.


LA VENGANZA

Yo no tenía conciencia de las diferentes
finitudes que habitan a los seres semejantes.
Mi cómplice era el cielo que amamantaba
a todas las especies que intentaban alguna convivencia
porque era necesario que el alimento alcanzase para todos.

A veces entre tanta disparidad,
dos conseguían amarse y una perla surgía de la nada,
sólo destinada a su caída cuando la arrojaban
otra vez al mar al no querer dar respuesta alguna.

A veces llegábamos muy lejos pero sin poder avanzar
porque el aire se llenaba de herrumbe
que se filtraba entre las estrellas que dibujaban
un colador de sombras, donde aparecía lo negro de lo humano,
el ansia de dar muerte.

Un perfume nocturno se desprendía
de la mortificación de las rosas,
con el que los amigos se ignoraban,
y el tiempo del sufrimiento descubría la espada
que lucía su brillo inaguantable
como un Dios desnudo paralizando el corazón
que quedaba acurrucado en el abismo de una herida,
esa profundidad oscura donde se encuentra
la cizaña mezclada con el trigo.

Tal vez fue necesario que el universo fuera destripado,
para que salgan nuevos mundos que antes no existían.
Pero no todos los sauces son llorones
y hay héroes que siempre tienen miedo
y los sueños se deshojan como flores.
Pero... ¿qué puedo yo viviendo en una herida
cuando la venganza me pide que golpee
con mi propio corazón deshabitado,
que intente el imposible contragolpe
que deje perderse en el silencio tu nombre para siempre?

Es preciso subir mas alto que las nubes
para escapar de la tormenta.
Poner la mano en la hendidura buscando inmensidad,
una virtud perdida entre la falta de agradecimiento,
un destino de muerte que abandono.
Que nunca fue matar,
mas bien un indio al acecho de lo eterno.

Norma Menassa



Cuadro: Amores que se van. Miguel Menassa.

“AUNQUE EL DESEO VENGA DEL FUTURO IGUAL HAY HORROR”
Miguel Oscar Menassa

Asomada al abismo de tus labios
el mundo es un tiempo sin retorno,
laberinto de espejos
jugando a la sinrazón de un beso.

Pasto verde donde el cielo
cae sobre mis manos
para conjugar la soledad.

Palabras para esta boca
que cerca el horizonte
y se expande
en la luz de una mirada.

Amasijo de aire reticular
describiendo el borde de tu piel,
límite desde donde mis ojos otean
el atardecer iluminado de la muerte.

Cruz González Cardeñosa


Cuadro: Ecos del reloj. Miguel Menassa.

EL TIEMPO NO REINA SINO SOBRE LA MUERTE

Prendes como el aroma de lavanda en la piel de una mujer,
voraz, sombra intacta, bebes la sangre
y conviertes la fruta melodiosa en un trágico esperpento.
Labio mordaz que al encresparse para el beso
se parte en doscientos pétalos de rosa.

Así es el tiempo,
donde sus pies resbalan sobre su cautiverio.

Reina sobre su callado imperio: el hombre.

Mar de sombras sobre el que revolotean pájaros lúgubres,
sangre tinta de almas mártires
y blancas palomas que iluminan de noche las miradas.
Avanza hacia el infinito
vestida su esfinge de mágica ilusión.

Cruel limitación la del hombre
le dice a los ojos:
-un dulce atardecer, una sombra tocará tus labios difuntos,
y mi excelsa figura seguirá aquí,
entre lágrimas escondidas y llantos de alegría-.

Todo lo que soy es tiempo
-responde el hombre sonriente-
floto sobre un dilatado espacio,
que me arrastra, me ama, me destruye.

Tiempo donde la tragedia, el pecado, la lucha, el amor,
son anchos cauces de un anhelo sin meta
el curso de un río
que al entregarse al murmullo uniforme del verde mar,
reina sobre la muerte.

Vicente Prada Gómez


Cuadro: Fuego cruzado. Amelia Díez.

TOCO ESTA NOTA DESESPERADA, AMO Y SOY AMADA

Toco esta nota desesperada.
Madrugada delirante
absorta en este labio desnudo
clavado en el sol que todavía
me cabe en el pecho.

La estocada aquella que finge
su encuentro fugaz
me despierta en este amanecer.
No me importa lo perdido,
amo y soy amada.

Siembro en los ojos del sauce
este amor que me escribe
besando del inalcanzable vacío
la boca que sigue pidiéndome más.

Mónica López Bordón


Cuadro: El sueño dorado.Miguel Menassa.


LA CAPACIDAD DEL HOMBRE ES LIMITADA

Mi cabeza es un laberinto,
imposible encontrar la salida,
imposible permanecer en el mismo lugar.
Quiero pelearme con el mundo.
Barrunto todas las posibilidades para aniquilar
a cualquier ser diferente a mí.
Ríos de ardiente sangre corren en mis sueños matutinos,
ante la insistencia, martilleante, de este dolor.
No hay límites para la destrucción que se cierne
en este universo imaginario.
Calles abiertas de las que brota agua nauseabunda,
automóviles estrellados sobre las ruinas de los edificios,
que antaño, poblaron la bella ciudad.
Cadáveres putrefactos, huella de mi crimen onírico.
Es el fin de todo aquello que no soporta mi belleza.
Fin de aquella miseria humana que venera la mediocridad.
La capacidad del hombre es limitada,
pero su estupidez alcanza tales grados
que yo misma me vuelvo estúpida
y quiero cambiar esa posibilidad.
Mundo cruel, mundo injusto.
Mundo que me traes los sumos placeres
y las peores noticias.
Sigue adelante,
mi locura la encierro en este poema.
Mañana seré otra y bailaré contigo
al son que tú me impongas.

Helena Trujillo Luque



Cuadro: La vida en el mar. Miguel Menassa.


“ TODO FUE UN JUEGO PARA MÍ, PERO LA POESÍA NO”
Miguel Oscar Menassa

Había ardido. Mi cuerpo era cenizas para viento,
los árboles acunaban el sueño de ser universales,
mientras esparcían aquellos los restos entre sus hojas,
hojas de vida, hojas de nácar: hojarascas, hojas secas.

Todas ellas estudiaban con detenimiento el futuro,
se debatían entre saltar o caer, dejarse llevar o,
simplemente, permanecer ahí, fielmente prendidas
a la sabiduría que se expandía entre ellas.

Cuando me sentaba frente aquellos árboles
mi vida dependía del movimiento de sus copas;
a veces, mis palabras se balanceban
con un leve tic tac de irquierda a derecha,
otras veces, eran arrastradas por huracanes del sur.

Todo fue un juego para mí, pero la poesía…

Aquel misterioso encuentro con los árboles,
su danza cariñosa, sus versos sobre mi escritorio,
la suave sonrisa de su inmortal presencia…
Ellos me miraban pero yo permanecía inmóvil,
esperando que mis manos, se entregaran al viento.

Magdalena Salamanca



Cuadro: Destellos del olvido. Alejandra Menassa.

COMENZAR TODO DE NUEVO, NO ES COMENZAR TODO DE NUEVO (Aforismo de Miguel Menassa)

Comienzo y recomienzo este poema,
versos llenan la página para ir a morir:
ríos de tinta en mar de papeleras.

Comienzo y recomienzo este poema,
como hago cada día al levantarme con mi pequeña vida,
y así no tuve nunca vida: era toda del día.

Comienzo y recomienzo este poema,
como negando el antes que se hace en el ahora,
como tejiendo abismos a mi espalda,
acróbata indecisa, sin redes que sustenten mi mirada:
Sin hombres antes de que yo llegara,
sin hombres ni palabras cuando parta.

Comienzo y recomienzo este poema,
y me nazco a mí misma. Un parto doloroso en el que muero.
Si destruyo raíces y elijo sólo alas ¿habrá vuelo posible?
¿sin la mirada de otros habrá luz?

Piso la cucaracha de la angustia,
que al morir cruje como crujen los versos nunca escritos.
Tomo otras manos,
tomo de los hombres sus secreciones íntimas: sus palabras
y me hago con ellas acertijos, crucigramas,
donde busco la cifra de mi muerte,
donde busco un comienzo en el que haya otros comienzos,
otras huellas: herencia de lo humano.
Acepto la evidencia,
y esta vez, en este pie estarán todos los pasos dados,
que no sirven, pero sirven, para el próximo paso.

Alejandra Menassa


Cuadro: Noticias últimas. Carlos Fernández.

¡¡ OH, SI PUDIERA SER EL SALVAJE QUE DIGO SER!!

Si pudiera…impondría la sombra de mi mano izquierda
sobre el cadáver ausente y una lápida tallase con nombre inolvidable
sobre la encrucijada que todo salvaje otea en el destino que vendrá.

Lápices de nieve y jabón decretaría en cada plumier de noche
para que las estrellas, habitantes de cada almohada, jueguen con el terciopelo
y las mejillas ardientes del sexo incendiario que dibujan tus versos en la piel.

Oh, si pudiera decretaría tus labios
carmín de todas las cicatrices y
las amapolas serían adormidera en cada caída de tu doble espalda y
en tu cuello por ley
¡¡ah en tu cuello!! la magistratura del cantar
una melodía de letra ronca como las hélices del destierro.

Todas las cosas tendrían padre, todas las madres serían verbo
y el juego del mentir asignatura vértice del desencuentro
en los conclaves aliterados, de cada renuncia, al rubricar lo que digo ser.

Carlos Fernández




Cuadro: Desde la luna. Miguel Menassa.


SABÍA QUE VOLVÍAS

Yo hubiera querido devolverte esa patria perdida,
esa dulce patria atravesada entre las piernas
por un oscuro río.
Armar un ramo de jazmines perfumados
tan perfumados que te llevaran desde aquí la primavera
y te templaran el helado exilio.

Llama de amor se apaga con amor, decías.

Y fue por eso que el agua nada pudo borrar
de lo que fue escribiendo el fuego.
Años parecidos a siglos, a eternidad imperturbable.
Años como las nieves de las cumbres más altas
de tus amados Andes.
Años como para hacer florecer vastas praderas del olvido.
Años donde lo único que nos unía era mirar el cielo
porque en el cielo no hay países extranjeros.
Años sosteniendo una punta del hilo del ovillo
que se iba desandando con tus pasos perdidos.

Pero sabía que volvías.
Aún lo sabía
desde mi atea soledad, en medio del naufragio.
Me lo decían los barcos que iban o venían
cruzando el mapa del verano o la bruma de invierno,
cargando con adioses y bienvenidas.
Sabía que volvías en cada forastero
y en cada compatriota recobrado
y hasta en las mercancías del oriente
y en las bodegas húmedas,
tanto como en el propio movimiento del mar.
Sabía que volvías
y en esa delirante certidumbre
se sostienen los días
la llama siempre viva
el amor
las palabras.

Inés Barrio



Cuadro: Encuentro final. Amelia Díez


EN OBSERVACIÓN PERMANENTE DE LOS BRILLOS DEL OTRO
NO QUEDA TIEMPO PARA NADA

Se perdió deslumbrado por su belleza europea
su movimiento grácil
el sonido de su voz pronunciado a tiempo
su actitud firme y justa.

Se perdió.

Deambuló incansablemente buscando el mismo camino
hasta llegar allí donde se creía esperado.
Anduvo en círculos desorientado,
temió, huyó, volvió,
cuando sorprendido por lo inesperado
vio cómo brotaba su propia luz;

y comprendió.

Gaby Melluso


Cuadro: Invitación a la cordura sexual. Amelia Díez


POESIA PURA
FUTURO ESPOSO A SU ENAMORADA

Qué feliz soy amor mío!
pronto estaremos casados
el desayuno en la cama,
un buen jugo, pan tostado
todo listo bien temprano...
Saldré yo hacia la oficina
y tú rápido al mercado,
pues en sólo media hora
debes hacer los mandados.
Nuestro hogar dejarás siempre
de primera y arreglado
pues bien sabes que en la noche
me gusta cenar temprano.
Eso sí, nunca te olvides
que yo vuelvo muy cansado
en la noche miro fútbol
o algún video prestado
Nada de shopping, de cines,
ni de restaurantes caros
ni de gastar mucha plata,
sino quedaré arruinado.
También sabes que yo como
sólo comida casera
Yo no soy como la gente
que gusta comer afuera.
¿No te parece, mi amada
que serán días gloriosos?
Y no olvides que muy pronto
yo seré tu amante esposo.
RESPUESTA DE LA FUTURA ESPOSA A SU ENAMORADO...
¡Qué sincero eres mi amor,
qué oportunas tus palabras!
Esperas tanto de mí
que me siento intimidada.
No sé hacer huevos revueltos...
como tu mamá adorada
se me quema el pan tostado...
de cocina..., no sé nada.
A mí me gusta dormir
casi toda la mañana,
ir de shopping y hacer compras
con la tarjeta dorada.
Ir a buenos restaurantes,
pasar muy lindas veladas,
y en verano ir a Punta
a pasar la temporada.
Pensalo bien, aún hay tiempo
pues la iglesia no está paga.
Yo devuelvo mi vestido,
y vos tu traje de gala
y publicaré en el diario
con letra bien destacada:
"Hombre joven y buen mozo
está buscando una esclava
pues yo acabo de mandarlo
a la concha de su hermana"

Jorge Dini.

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