GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 121, 07-09-2013
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 121, 07-09-2013
Semana
a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo
realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la
Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
Dibujos: Miguel Oscar Menassa
MAR
DE LUZ
Se
ha roto el mar bajo la mirada de la ausencia,
ese
mar que abraza la vanidad de la tierra,
esa
máscara de eternidad que busca destino,
y,
sin embargo, su luz sigue cegando a los mortales.
Mar
de contradicciones que fulmina pueblos,
juego
de dolor a la intemperie, marea perdida
ensalzando
el silencio de una cobarde interrogación,
entre
los que no levantaron sus manos manchadas.
Es
tanta tu claridad que a mi noche llamas oscuridad,
pero
ninguna orilla desconoce las sombras fugaces,
ninguna
piel huye de la caricia sin beber del temor,
cuando
una hora nos besa, como viento de mar.
Navego
por este mar de luz siempre en dirección
al
poema que nunca se ha escrito ni se escribirá,
oscuridad
de la que provenimos, sonidos sin patria,
innombrables
soles, que amo más que al fuego.
Terrestre
y multiforme, hundo mi noche en tu brillo.
Amelia
Díez Cuesta
MAR DE LUZ
Imagen espectral en la montaña
eras nuestro mar,
la voz de la aurora,
el tiempo incandescente,
un continente inalcanzable para mi.
Palabras de luz sobre tu cuerpo,
bella constructora de realidad
inundas con tu voz las estrellas,
y te espero alegre aunque sé
que volarás cuando despierte a ti.
Seré una pequeña esclava de tu pueblo iluminado,
mis palabras, mi vida,
intentarán seguirte desde lejos en tu andar.
Susana Lorente
Imagen espectral en la montaña
eras nuestro mar,
la voz de la aurora,
el tiempo incandescente,
un continente inalcanzable para mi.
Palabras de luz sobre tu cuerpo,
bella constructora de realidad
inundas con tu voz las estrellas,
y te espero alegre aunque sé
que volarás cuando despierte a ti.
Seré una pequeña esclava de tu pueblo iluminado,
mis palabras, mi vida,
intentarán seguirte desde lejos en tu andar.
Susana Lorente
MAR DE LUZ
Ambarina luciérnaga
tiembla en tu pupila desierta
la breve brisa del tiempo
de quien fue tu amante.
Sostienes en tu aliento
perfiles de ignotos continentes,
relucientes diademas
que coronan de estrellas
tu cabeza.
Bajo la sombra de tu negra ceja
un laberinto de crustáceos
dibuja mi camino.
Estatua de sal
que lame el mar
hasta el blanqueado hueso.
Dorados reflejos en las nubes
ilusionan al viajero,
esconden sus pies cansados
hundidos en el oscuro cieno.
Ruy Henríquez
MAR DE LUZ
“Hermoso es ir viviendo
en cada gota “
P. Neruda.
Retazos de luz cubren
este cuerpo de mujer
que girando entre ramas
mutiladas
se viste con siglos de
silencio.
El lamento ruje hasta
la muerte.
El destierro se hace
noche
y la sombra se diluye entre raíces
incandescentes
galopando hacia el
otoño.
Beso el sueño que
murmura entre estas manos,
enigma que camina hacia
la noche,
donde el viento se
desata en llanuras
de pequeñas historias
escritas entre burlas
infantiles.
Apaciguo el gemino quebrada
en la lejanía
en esa danza que se
levanta mortal
donde los prisioneros
giran entre palabras
encadenados a vuelos
desconocidos.
Soledad Caballero
Castro
MAR DE LUZ
Bestia infernal
opulentas sombras
siembran en mi
el universo de la duda.
¿Para quién?
El óbice del misterio
renace en el aroma
de las flores
marchitas.
Cansancio original
extasiado,
perpetuidad
del alma
inalterada
de la extraña
extranjera.
Porque se puede
no ser extranjero.
Tú fuiste el misterio
y el impacto
cada vez
que había
en mí unidad.
El reflejo
del cosmos
en la universal caricia
tocándonos a todos
con su aliento.
Brisa del mar
recuerdo el desierto
y su llovizna,
la olímpica cadena
de arena
cegándonos
mientras caíamos
volteando los tiempos
en las dunas del amor.
Recuerdo la cercanía
de la muerte
ardiendo en mis
párpados
la visión nublada
y a ti,
oh destino,
palpitando.
Ven, dijiste
y heme aquí.
Repetición que
aclamas
desde más allá
que enciendes la llama
de la duda.
Latido
que me lanzas a
lo imposible.
¿Para qué? ¿Para quién?
Muchas veces me
pregunté
por la razón de la vida
y me encontré
en el túnel de la
existencia
sostenida
por frases misteriosas.
iluminando
la soledad.
Allí donde los hombres
sueñan
el tiempo
del silencio,
siembro
el sonido
de las palabras,
armonía virginal
de los encuentros.
Luz que me hace
renacer.
Virginia Valdominos.
MAR
DE LUZ
Un mar de luz invade la
tarde
pinceladas de oro entre
palabras
fuego abierto contra la
noche.
Cierro los ojos para no
ver palidecer el alba.
Esos golpes de madrugada
¿son el patíbulo que me
espera
o los acertados versos
del próximo día?
Nací, hace tiempo, del lado oscuro de la noche
mas la luz hizo
de espesas tinieblas sentido.
Entre sombra y sombra
indómita
me voy jugando la vida.
Claire Deloupy
UN MAR DE LUCES
Me dicen:
¡quítese la máscara!
La quito
y mi rostro
se asemeja tanto
a la máscara desechada,
que mis guardianes
me vuelven a decir:
pero ¡Quítese la
máscara le he dicho!
Yo les digo,
si es mi rostro
y no creen,
el vacío mutante.
Ya no se
qué quitarme
en mi culto
al sol de su sexo
ni como enlazar
luces
en las sienes del mar.
Estas cosas me pasan
por hablar con
espíritus
de armazones distantes
que cumplen
su diaria vuelta
en torno
a las apariencias de la
sed.
A veces,
quiero definir
mis pasos errantes
y se cruzan islas
como veloces
barcas
llevando tripulantes
a ninguna parte.
Son muros
sin carga
de yeso y afeites,
espumas de cánticos
atormentadas
en naves
fugitivas de sí mismas.
En tu cuerpo
se pierden huellas
esparcidas
en agudas jugadas,
por haber sido hecho
a imagen y semejanza
de sudor y palabras,
contra arrecifes
de osamentas
perdidas en la noche.
Jaime Kozak
MAR DE LUZ
Un piano de color
transparente y un atril de columna verbal,
me compré este verano.
Bienhallados poetas y
bienvenido sea el trovador.
Mi cuerpo visitó, mar
de luz, tu desnudo oleaje buscando
un tronco que al calor
de la boca resurgiera de las cenizas
y te quemara la piel
con mis caricias de amante ciego y sumiso siervo.
Todo el verano se hizo
el amor.
Sí, las noticias de la
guerra fueron diarias.
El cuerpo de sol tibio
era en plena mar un sueño. He buceado tu cuerpo
de aullidos en el
camarote de la muerte
y sin embargo no dejé
de sonreír con muecas al espejo
todas las mañanas antes
de trabajar.
La guerra…obsoleto y criminal
negocio la guerra.
Si me consultaran, les
vendería de inmediato el negocio del siglo:
tan rentable como los
sables del pasado y tan actual como los botones de la voz.
Das una orden y en
apenas unos renglones encuentras:
sobres con dinero entre
los libros,
grandes sobres lacrados
dentro del arca y envuelto en sábanas
fajos en dinero de curso
legal.
Y contra los misiles
diarios, pongo en mi rostro los colores de la pintura
que reclama mis manos
en la tarea de cantar sobre el lienzo.
Ágiles mis dedos por tu
cadera de sol alegre
vuelve el llanero
solitario con su veloz quebranto negro.
Mar de luz, tu cuerpo
susurrando canciones de copla y pasión en mi voz.
Carlos Fernández.
MAR DE LUZ
Pequeña enamorada de tu fuerza, mar,
Mar de luz, aprendí a amarte,
Tarde, tarde como si el mundo se acabara.
Qué fuerza tu fuerza
Qué mar en tus labios,
Acantilados de amor
En los recodos de los sueños
En las bravas olas que abrazan
Los cuerpos enamorados de tanta luz
Palabras para la vida
Ancho mar
Pura alegría.
Paola Duchên.
Pequeña enamorada de tu fuerza, mar,
Mar de luz, aprendí a amarte,
Tarde, tarde como si el mundo se acabara.
Qué fuerza tu fuerza
Qué mar en tus labios,
Acantilados de amor
En los recodos de los sueños
En las bravas olas que abrazan
Los cuerpos enamorados de tanta luz
Palabras para la vida
Ancho mar
Pura alegría.
Paola Duchên.
MAR DE LUZ
Desesperado vivir que
deshace en montañas de amianto
y olvida la luz que
nace en sales de ensoñados perfumes.
La voz se agota en el
llanto perpetuo de mi solitaria fortaleza,
moléculas destinadas a
la destrucción viajan inermes
esperando el momento
para despertar.
Roídos ojos engañadores
de sentidos,
herederos de un satán
que hace cenizas mis tesoros,
lenta despedida de
hechos despreciados,
ilusiones agotadas en
la espera.
Tengo un vacío preñado
de quejidos,
amores desdeñados
forman esta tiniebla
donde se pierden los
símbolos, mueren las palabras.
Tiempo sin letras,
interminable locura,
detente en este
torbellino de alegría,
ahógate en este mar de
luz
que nace en mi mirada.
Helena Trujillo
MAR DE LUZ
Hay un gesto en tu
mirada
Ardiente y nacarada
luz.
Queman los espacios
terrestres
y sobre la espesa
naturaleza de tus palabras
Corre una vida
esperanzada.
Es el mar de tus ojos,
la triste lejania,
los cruces enervados
sobre la faz del tiempo
y un hombre y una mujer
bailando.
Poesía.
Esa danza que no
termina
son dos enamorados
son palabras y sus
gestas.
Un entrecruzamiento
relámpago que bordea su
silueta.
No rompe, ama esa
cercanía.
Esa voz de uno frente a
otro,
vertiente cristalina,
abriéndose en
manantial,
acariciando la silueta
de su propia música
Y su danza vuelve, como
vuelven las primaveras
amando, sin envejecer.
Se llama poesía.
Miguel Martínez Fondón.
MAR DE LUZ.
Conocí el mar cuando pequeña
y mis pasos tenían la
longitud apenas
de huellas de gaviotas
cegadas por el sol.
Y antes, cuando soñaba
espléndidas extensiones,
y antes, cuando escuché
pronunciar a mi padre: mar,
y la boca se llenaba de
peces y de espumas,
y al son de caracolas y
de vientos marinos,
yo repetía: mar, con
los primeros guturales sonidos.
Y aun antes, cuando mis
ojos desconocían la luz
y en ese mar amniótico
me adormecía
en brazos de las olas,
que acunaban mi sueño.
Ahora, el mar está en
mí, agua y sales minerales,
y la fiereza extrema y
la dulzura única,
deshaciendo la roca:
poesía, eterno mar de luz.
Alejandra Menassa.
MAR DE LUZ
¿Dónde estaba yo cuando
la luz cayó entre los torbellinos del tiempo
y se abrieron las
páginas de mis días golpeada por hechizos,
que mas allá de las
palabras olían a sangre derramada
antes que la piedad se
sentara a la mesa de los dioses.
Ente los que quedamos
vivos después de la catástrofe
enronquecimos las
gargantas y jadeamos sobre las aguas del océano
sin lograr apagar los
gritos del naufragio,
mientras los pájaros
caían abatidos sobre las ondulaciones de las olas.
La arena fingió su
desamparo y convertida en vidrio
tatuó los pies que
buscaban algún refugio y arrancó de su increíble huella, raíces que se hundieron
en alguna novela estrafalaria.
a la espera de alguna
presa desgraciada y
trepados en la llama de
algún sueño
se desnudaron los
amigos con los que compartíamos el sol
y llenos de mentiras, mudos
como un altar sin misa
vistiendo ropas
desconocidas se desplazaron lentamente
hacia un olvido
borrascoso, sólo sombras contra el pasado
que nublaron las
imágenes sobre el mar
iniciando la ceremonia
de la bruma.
Del mar vino la luz que
iluminó un país desorientado
del que partían los
senderos que llevaban al desierto
y el verano cegado
aplastó contra la roca a una pareja de amantes
que se desvaneció en el
aire sin suspiros
y los cuerpos y el
cielo dieron paso a otra luz
parecida a un espejismo
de fantasmas que
empezó a hablarle a las
piedras
revestidas ahora con
joyas de lujuria
donde plata y leche se
trenzaban en anillos del tiempo
quedando capturada la
libertad soñada.
El mar cubrió de sal
los labios besados que eran mi único botín,
un círculo de fuego
azotó visiones dispuestas a matarme,
un réquiem fueron las
grandes sinfonías del sol,
lo inconcluso fue un
puente hacia el amor
y el rugido de la luz
el inconstante umbral
donde descansa mi locura.
Norma Menassa.
MAR DE LUZ
A veces la ausencia, anticipándose al tiempo,
reniega del tumulto de pasiones ahogadas en palabras,
derriba cercados cuando azota, en los confines del ayer
la muerte y el mar de luz donde navega el futuro
se detiene un
instante en el dolor.
Pilar Rojas
MAR DE LUZ
Y luciérnagas aespirituales
puntúan sus hallazgos
sobre la piel de todo lo nacido.
Hipérboles y desacatos
reverberan en mis ojos
bajo los tentáculos del futuro.
Carmen Salamanca
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