lunes, 9 de septiembre de 2013

GRUPO DE POESÍA SÁBADOS. 07-09-2013





GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 121, 07-09-2013
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Dibujos: Miguel Oscar Menassa


MAR DE LUZ
Se ha roto el mar bajo la mirada de la ausencia,
ese mar que abraza la vanidad de la tierra,
esa máscara de eternidad que busca destino,
y, sin embargo, su luz sigue cegando a los mortales.

Mar de contradicciones que fulmina pueblos,
juego de dolor a la intemperie, marea perdida
ensalzando el silencio de una cobarde interrogación,
entre los que no levantaron sus manos manchadas.

Es tanta tu claridad que a mi noche llamas oscuridad,
pero ninguna orilla desconoce las sombras fugaces,
ninguna piel huye de la caricia sin beber del temor,
cuando una hora nos besa, como  viento de mar.

Navego por este mar de luz siempre en dirección
al poema que nunca se ha escrito ni se escribirá,
oscuridad de la que provenimos, sonidos sin patria,
innombrables soles, que amo más que al fuego.

Terrestre y multiforme, hundo mi noche en tu brillo.

Amelia Díez Cuesta

MAR DE LUZ

Imagen espectral en la montaña
eras nuestro mar,
la voz de la aurora,
el tiempo incandescente,
un continente inalcanzable para mi.
Palabras de luz sobre tu cuerpo,
bella constructora de realidad
inundas con tu voz las estrellas,
y te espero alegre aunque sé
que volarás cuando despierte a ti.
Seré una pequeña esclava de tu pueblo iluminado,
mis palabras, mi vida,
intentarán seguirte desde lejos en tu andar.

Susana Lorente


MAR DE LUZ

Ambarina luciérnaga
tiembla en tu pupila desierta
la breve brisa del tiempo
de quien fue tu amante.

Sostienes en tu aliento
perfiles de ignotos continentes,
relucientes diademas
que coronan de estrellas
tu cabeza.

Bajo la sombra de tu negra ceja
un laberinto de crustáceos
dibuja mi camino.
Estatua de sal
que lame el mar
hasta el blanqueado hueso.

Dorados reflejos en las nubes
ilusionan al viajero,
esconden sus pies cansados
hundidos en el oscuro cieno.


Ruy Henríquez


MAR DE LUZ

“Hermoso es ir viviendo en cada gota “
P. Neruda.


Retazos de luz cubren este cuerpo de mujer
que girando entre ramas mutiladas
se viste con siglos de silencio.

El lamento ruje hasta la muerte.

El destierro se hace noche
y  la sombra se diluye entre raíces incandescentes
galopando hacia el otoño.

Beso el sueño que murmura entre estas manos,
enigma que camina hacia la noche,
donde el viento se desata en llanuras
de pequeñas historias
escritas entre burlas infantiles.

Apaciguo el gemino quebrada en la lejanía
en esa danza que se levanta mortal
donde los prisioneros giran entre palabras
encadenados a vuelos desconocidos.


Soledad Caballero Castro

MAR DE LUZ

Bestia infernal
opulentas sombras siembran en mi
el universo de la duda.

¿Para quién?
El óbice del misterio
renace en el aroma
de las flores marchitas.
Cansancio original
extasiado,
perpetuidad
del alma
inalterada
de la extraña
extranjera.
Porque se puede
no ser extranjero.

Tú fuiste el misterio
y el impacto
cada vez
que había
en mí unidad.
El reflejo
del cosmos
en la universal caricia
tocándonos a todos
con su aliento.
Brisa del mar
recuerdo el desierto
y su llovizna,
la olímpica cadena
de arena
cegándonos
mientras caíamos
volteando los tiempos
en las dunas del amor.

Recuerdo la cercanía
de la muerte
ardiendo en mis párpados
la visión nublada
y a ti,
oh destino,
palpitando.

Ven, dijiste
y heme aquí.
Repetición que
aclamas
desde más allá
que enciendes la llama
de la duda.

Latido
que me lanzas a
lo imposible.

¿Para qué? ¿Para quién?

Muchas veces me pregunté
por la razón de la vida
y me encontré
en el túnel de la existencia
sostenida
por frases misteriosas.
iluminando
la soledad.

Allí donde los hombres
sueñan
el tiempo
del silencio,
siembro
el sonido
de las palabras,
armonía virginal
de los encuentros.

Luz que me hace
renacer.


Virginia Valdominos.



MAR DE LUZ

Un mar de luz invade la tarde
pinceladas de oro entre palabras
fuego abierto contra la noche.

Cierro los ojos para no ver palidecer el alba.

 Esos golpes de madrugada
¿son el patíbulo que me espera
o los acertados versos del próximo día?

Nací, hace tiempo,  del lado oscuro de la noche
mas la luz hizo
de espesas tinieblas  sentido.
Entre sombra y sombra
indómita
me voy jugando  la vida.

Claire Deloupy



UN MAR DE LUCES

Me dicen:
¡quítese la máscara!

La quito
y mi rostro
se asemeja tanto
a la máscara desechada,
que mis guardianes
me vuelven a decir:
pero ¡Quítese la máscara le he dicho!

Yo les digo,
si es mi rostro
y no creen,
el vacío mutante.

Ya no se
qué quitarme
en mi culto
al sol de su sexo
ni como enlazar
luces
en las sienes del mar.

Estas cosas me pasan
por hablar con espíritus
de armazones distantes
que cumplen
su diaria vuelta
en torno
a las apariencias de la sed.

A veces,
quiero definir
mis pasos errantes
y se cruzan islas
como veloces
barcas
llevando tripulantes
a ninguna parte.

Son muros
sin carga
de yeso y afeites,
espumas de cánticos
atormentadas
en naves
fugitivas de sí mismas.

En tu cuerpo
se pierden huellas
esparcidas
en agudas jugadas,
por haber sido hecho
a imagen y semejanza
de sudor y palabras,
contra arrecifes
de osamentas
perdidas en la noche.

                                                         
Jaime Kozak



MAR DE LUZ

Un piano de color transparente y un atril de columna verbal,
me compré este verano.
Bienhallados poetas y bienvenido sea el trovador.

Mi cuerpo visitó, mar de luz, tu desnudo oleaje buscando
un tronco que al calor de la boca resurgiera de las cenizas
y te quemara la piel con mis caricias de amante ciego y sumiso siervo.

Todo el verano se hizo el amor.
Sí, las noticias de la guerra fueron diarias.
El cuerpo de sol tibio era en plena mar un sueño. He buceado tu cuerpo
de aullidos en el camarote de la muerte
y sin embargo no dejé de sonreír con muecas al espejo
todas las mañanas antes de trabajar.

La guerra…obsoleto y criminal negocio la guerra.
Si me consultaran, les vendería de inmediato el negocio del siglo:
tan rentable como los sables del pasado y tan actual como los botones de la voz.

Das una orden y en apenas unos renglones encuentras:
sobres con dinero entre los libros,
grandes sobres lacrados dentro del arca y envuelto en sábanas
fajos en dinero de curso legal.

Y contra los misiles diarios, pongo en mi rostro los colores de la pintura
que reclama mis manos en la tarea de cantar sobre el lienzo.
Ágiles mis dedos por tu cadera de sol alegre
vuelve el llanero solitario con su veloz quebranto negro.

Mar de luz, tu cuerpo susurrando canciones de copla y pasión en mi voz.
Carlos Fernández.



MAR DE LUZ
 
Pequeña enamorada de tu fuerza, mar,
Mar de luz,  aprendí a amarte,
Tarde, tarde como si el mundo se acabara.
Qué fuerza tu fuerza
Qué mar en tus labios,
Acantilados de amor
En los recodos de los sueños
En las bravas olas que abrazan
Los cuerpos  enamorados de tanta luz
Palabras para la vida
Ancho mar
Pura alegría.
 

Paola Duchên.



MAR DE LUZ
Desesperado vivir que deshace en montañas de amianto
y olvida la luz que nace en sales de ensoñados perfumes.
La voz se agota en el llanto perpetuo de mi solitaria fortaleza,
moléculas destinadas a la destrucción viajan inermes
esperando el momento para despertar.
Roídos ojos engañadores de sentidos,
herederos de un satán que hace cenizas mis tesoros,
lenta despedida de hechos despreciados,
ilusiones agotadas en la espera.
Tengo un vacío preñado de quejidos,
amores desdeñados forman esta tiniebla
donde se pierden los símbolos, mueren las palabras.
Tiempo sin letras, interminable locura,
detente en este torbellino de alegría,
ahógate en este mar de luz
que nace en mi mirada.

Helena Trujillo 



MAR DE LUZ
Hay un gesto en tu mirada
Ardiente y nacarada luz.
Queman los espacios terrestres
y sobre la espesa naturaleza de tus palabras
Corre una vida esperanzada.
Es el mar de tus ojos,
la triste lejania,
los cruces enervados sobre la faz del tiempo
y un hombre y una mujer bailando.
Poesía.
Esa danza que no termina
son dos enamorados
son palabras y sus gestas.
Un entrecruzamiento
relámpago que bordea su silueta.
No rompe, ama esa cercanía.
Esa voz de uno frente a otro,
vertiente cristalina,
abriéndose en manantial,
acariciando la silueta
de su propia música
Y su danza vuelve, como vuelven las primaveras
amando, sin envejecer. Se llama poesía.

Miguel Martínez Fondón.


MAR DE LUZ.
 Conocí el mar cuando pequeña
y mis pasos tenían la longitud apenas
de huellas de gaviotas cegadas por el sol.
Y antes, cuando soñaba espléndidas extensiones,
y antes, cuando escuché pronunciar a mi padre: mar,
y la boca se llenaba de peces y de espumas,
y al son de caracolas y de vientos marinos,
yo repetía: mar, con los primeros guturales sonidos.
Y aun antes, cuando mis ojos desconocían la luz
y en ese mar amniótico me adormecía
en brazos de las olas, que acunaban mi sueño.
Ahora, el mar está en mí, agua y sales minerales,
y la fiereza extrema y la dulzura única,
deshaciendo la roca: poesía, eterno mar de luz.

Alejandra Menassa. 



MAR DE LUZ

¿Dónde estaba yo cuando la luz cayó entre los torbellinos del tiempo
y se abrieron las páginas de mis días golpeada por hechizos,
que mas allá de las palabras olían a sangre derramada
antes que la piedad se sentara a la mesa de los dioses.

Ente los que quedamos vivos después de la catástrofe
enronquecimos las gargantas y jadeamos sobre las aguas del océano
sin lograr apagar los gritos del naufragio,
mientras los pájaros caían abatidos sobre las ondulaciones de las olas.

La arena fingió su desamparo y convertida en vidrio
tatuó los pies que buscaban algún refugio y arrancó de su increíble huella, raíces que se hundieron en alguna novela estrafalaria.
a la espera de alguna presa desgraciada y
trepados en la llama de algún sueño
se desnudaron los amigos con los que compartíamos el sol
y llenos de mentiras, mudos como un altar sin misa
vistiendo ropas desconocidas se desplazaron lentamente
hacia un olvido borrascoso, sólo sombras contra el pasado
que nublaron las imágenes sobre el mar
iniciando la ceremonia de la bruma.

Del mar vino la luz que iluminó un país desorientado
del que partían los senderos que llevaban al desierto
y el verano cegado aplastó contra la roca a una pareja de amantes
que se desvaneció en el aire sin suspiros
y los cuerpos y el cielo dieron paso a otra luz
parecida a un espejismo de fantasmas que
empezó a hablarle a las piedras
revestidas ahora con joyas de lujuria
donde plata y leche se trenzaban en anillos del tiempo
quedando capturada la libertad soñada.

El mar cubrió de sal los labios besados que eran mi único botín,
un círculo de fuego azotó visiones dispuestas a matarme,
un réquiem fueron las grandes sinfonías del sol,
lo inconcluso fue un puente hacia el amor
y el rugido de la luz
el inconstante umbral donde descansa mi locura.

Norma Menassa.


MAR DE LUZ
A veces la ausencia, anticipándose al tiempo,
reniega del tumulto de pasiones ahogadas en palabras,
derriba cercados cuando azota, en los confines del ayer
la muerte y el mar de luz donde navega el futuro
 se detiene un instante en el dolor.

Pilar Rojas

MAR DE LUZ
Y luciérnagas aespirituales
puntúan sus hallazgos
sobre la piel de todo lo nacido.
Hipérboles y desacatos
reverberan en mis ojos
bajo los tentáculos del futuro.
Carmen Salamanca

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