lunes, 17 de junio de 2013

GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 17-06-2013



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 115, 16-06-2013
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Dibujos: Miguel Oscar Menassa
                                                                  
ENCAJE DE BOLILLOS

"Amo el tiempo y sus transfiguraciones cómicas"
Carilda Oliver Labra

Tejedor incansable, el tiempo
y sus transfiguraciones cómicas,
se afana en persuadirme de la adversidad
que ofrecen las escaleras de más de cinco escalones
y la pluralidad afilada conque se alzan frente a las piernas,
que dudan pensando en iniciar la danza
rítmica que me habrá de llevar
a un plano de superioridad espacial,
ofreciéndome una perspectiva diferente
mirando hacia atrás la sombra jadeante
rezagada en las ensoñaciones del pasado.
Pero yo emerjo como un atleta en el espacio,
como un nadador que salta del agua
tripulando su cuerpo elástico,
abandonando por fin,
los prejuicios que equivalen a mi edad.
  

Ruy Henríquez


ENCAJE DE BOLILLOS
Recortan la noche frases inacabadas
tumban en tu corazón mañanas pintadas de desidia.
Silencioso, te agarras al color fugaz de los besos.
Mas , sin palabras, tu rostro lejano es aire.
Incesante labor de los dedos sobre la trama
oro liquido entre las manos
encajes de palabras para tu piel dormida
El porvenir hablado desplegará sus banderas
sus alfombras rojas
sus extensiones infinitas de liberadas palabras.
Solitario sobre la tela
el dibujo
un oasis de besos que nunca volverán.
Escoltada por palabras
la suerte está echada:
viviré
hasta su última palabra
mi vida. 

Claire Deloupy Marchand



ENCAJE DE BOLILLOS
En el recodo del camino su risa desbordaba las acequias
y se  cambiaba de zapatos embarrados, sin desesperarse,
no fuera a tropezar por negligencia en esas piedras
que siempre aparecían en la vereda, inesperadas e implacables .

La furia no anidaba en su boca cuando sonaban
las tripas hambrientas de sus hijos
mientras proliferaban juicios sumarios
que excluían a sus vecinos de beber
la copa de la historia, la dulce miel de la vida.

En su camino no se cruzaron ni cíclopes ni lestrigones
ni su alma era un acerico porque igual se borda sin alfileres
en tardes de siesta y de sosiego, sentado a la puerta de su casa
entretanto el botijo rezumaba  frescores
pero había semanas y meses y años en que la vida
transcurría haciendo encaje de bolillos.

Pilar Rojas



ENCAJE DE BOLILLOS

Agonizo a espaldas del tiempo
mientras la guerra descompone el reloj
bajo la mirada indiferente del horizonte que huye.

La ignorancia es un latido que arrasa la nostalgia
bordea el cuerpo como si fuera una isla y salta
sobre lo conjugable y todo lo que se mueve.

Encaje de bolillos para que el silencio
hecho de estrépitos sordos se levante,
aúlle y respire cual perecedero declinar.

Amelia Díez Cuesta



ENCAJE DE BOLILLOS

Tejo con la destreza de manos artesanas
los hilos que entrelazan llantos y desvelos,
pasiones ciudadanas,
mientras la vida se desliza sin pensarla
como si movimientos automáticos movieran los bolillos
al exacto lugar de un cruce programado.

Olga de Lucia Vicente.


ENCAJE DE BOLILLOS

En la inhóspita desesperanza donde se teje una nueva escritura,
escapan mis manos de la corrosiva idea,
suceden fantasmales combinaciones que se tienden en la página,
ríen asombrando las miradas clavadas en el papel.
Huida imposible en la borrasca de trenes
 que viajan en los hilos cruzados del hechizo,
electrónica seducción domina los libros a golpe de deseos.
Despierta el alma con bandurrias acoplándose
en el tránsito inestable de los cuerpos.
Pies clavados en sueños inexcrutables
donde el misterio aguarda las letras.

Helena Trujillo



ENCAJES DE BOLILLOS 

La noche se abrió en la ventana y el cielo quedó esperando pájaros.
Mañana será todo distinto pero ahora es mío el infinito.
Mañana será una madrugada con silencios
entre los que pasarán las sinfonías solares
volviendo fosforescentes los frascos de mi cuarto.
El rocío perdido entre los yuyos despertará al dueño de las vacas
que saldrán a iniciar el ritual de cuatro estómagos pastando,
sin saber nunca que junto a ellas iba mi temblor al contemplarlas.
A causa de mis ojos que las miran salieron devoradas
por alguna locura desatada que se clavó en sus redondos ojos fijos
haciéndome pensar en la inconstancia de esta tierra,
y en la fragilidad con que existieron los días de mi alma.
La que fui y estoy siendo se acompañan tomadas de la mano
saltando al ritmo de un corazón que vibra como un río
y se preguntan por aquellas tardes en que plegarias de países olvidados
salían a la puerta de la casa a tejer sus encajes
mientras pequeños remolinos de hilos
traían las ausencias a sentarse con ellas
porque eran íntimos y habían partido de forma inexplicable.
Apenas una imagen junto a un lejano mar cubierto de pañuelos
y una ínfima historia pegada a sus polleras
sin poder esconder las huellas que algún Dios,
habría grabado entre sus piernas entreabiertas
salpicadas con agua, sal, y granitos de arena.
Océanos de espuma borran las huellas de los pájaros
y cortejos nupciales anuncian haber llegado al borde de este mundo
donde mujer y espuma inician el delirio con la luna
y el blanco hilo dibuja sutilmente en el encaje
el movimiento de sus brazos desnudos agitando el pasado
sin rezos en la voz y dueñas de una memoria de borrascas.

Norma Menassa

ENCAJE DE BOLILLOS

Sólo se bordar tu nombre al compás de los segundos del reloj,
encajo tus labios, los ojos del frenesí,
la nube de tus manos sobre la tempestad,
mar desconocido y profundo de múltiples combinaciones
donde nace el oro en tu movimiento de gacela
anudándose a la montaña.

Susana Lorente


ENCAJE DE BOLILLOS

Diligentes como hormigas
tus manos se pasean por el tapiz del tiempo
dibujando dos cuerpos que se aman.
Meticulosas , cruzan de un lado al otro
pequeñas lanzaderas,
y un dorado de zares refulge
como sol en los cabellos.
A ella le vierte  pradera en sus pupilas,
 y para él la miel de exóticos panales.
Tras días de trabajo, surge un hombro
de un rosa primoroso, y sobre él,
largos dedos masculinos se posan
en inmortal caricia.
Van naciendo los cuerpos en el
mundillo de los alfileres,
ahora el brazo de ella,
que le acaricia el rostro.
La bella bordadora,
enamorada de su criatura,
avanza y se demora,
quiere y no quiere terminar la hazaña.
Ella goza acariciando las bobinas,
eligiendo colores, mirando
a la pareja como voayeur curioso.
A la pareja,  que no se sabe
si se hace o se consume,
tal su indeterminada situación.
Se detiene en el torso del muchacho,
redondea los pezones, posa la mano de ella
muy cerca de su vientre,
la pierna torneada, el zapatito,
no tiene otros vestidos la sonrojada
modelo, que pasa del tejido de un fantástico
sueño al tapiz, cobrando vida
con su cuerpo de hilos que se cruzan.
En el pie despojado de atavíos,
los labios del muchacho se detienen.
Todo pasa sobre una roja alfombra
de lanas de Turquía, con oro y esmeraldas.
La bordadora, inmersa en su labor,
piensa traviesa:
Cuánto cuesta en verdad
hacer a dos amantes,
construir un amor,
¡Qué encaje de bolillos es la vida!

Alejandra Menassa


POEMA
ENCAJE DE BOLILLOS

Laberinto
del deseo,
haciendo encaje de bolillos
surco los mares insondables
del vértigo del tiempo
a lomos del olvido.

Cuando florecías,
rosas extasiadas
por las lágrimas
del rosal,
eran mares de
sueños arcanos
donde el tiempo
era justicia.

El elefante de la familia,
el ejercicio arrítmico
en el bosque de lo eterno
al albor
del alcornoque.

El trueno del
trabajo,
batiendo el aroma del amor
en la extrañeza de lo efímero,
persiguiendo nuestras raíces
al otoño de su
lánguido
misterio.

Esta fábrica
de flores
que ilumina
de retícula y oro,
a cada mujer
estalla en
un hilo de fuego
intencionado.

A los pies
de la tragedia
ningún
magma
del después.
Un rocío disperso,
de cielo y de sonido.
y la órbita
que imprime en la materia
con colores alegres
el cuerpo de la armonía.
Las piezas del
abecedario,
el impúdico esclavo
del alba,
testimonio
que la matemática borda
con su ola de alambre
sobre el encaje.

Virginia Valdominos



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