lunes, 18 de marzo de 2013

GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 16-03-2013




GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA 
(Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 107, 16-03-2013
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Dibujos: Miguel Oscar Menassa
 "¿Ha muerto Chávez?"
Está en silencio
pero sólo su cuerpo.

¿Quién inyectó el veneno en su piel
quién le hizo memorable y ciego,
audaz trabajador de su pueblo?

Está con nosotros
su palabra nos dio vida
sus acciones fueron
para que existiéramos.

La muerte se llevó sus pestañas
y la vida se descubrió viviendo.

El futuro descubrirá en sus historias tus sueños,
dará sentido a tus noches en vela
a la fortaleza con que envestiste el miedo.

Cruz González Cardeñosa
 SI ALGUIEN APRENDIÓ ALGO, CHÁVEZ NO HA MUERTO


No se escucha la sirena fúnebre,

parece que el pueblo yace dormido sobre las velas,

Parece un silencio que inunda la mirada,

un caminar hacia puertos inalcanzables.

La flor es fresca, se marchita,

vuelve a ser fresca,

nace en un pequeño redil en que entra el sol

que alumbra tardes plenas de color

y vuelve a morir en el monte.

Hoy alguien deja su frenesí remoto de boca hambrienta,

las sobras recuerdan el gran banquete,

la saciedad de una despensa llena de nada.

Frente a él, "uno mas uno, dos",

tararea el pueblo antes de comprobar la puerta abierta,

sublime, siempre pasional y disponible del deseo.

Selva amazónica que anclas tu riqueza en el Ecuador del mundo,

este es el momento de tu historia,

indio de miel y cobalto,

las grandes piedras de los castillos se deshacen,

lentamente, por el fluir de tus aguas.

Susana Lorente


¿HA MUERTO CHÁVEZ?

Es cierto que su corazón dejó de latir,
que sus alveolos no son testigos de ningún intercambio
y que el frío anidó en su cuerpo y opaco su mirada,
pero ¿ha muerto Chávez?, ¿acaso ha muerto Juana de Arco,
o  el Che, o Vallejo o Bertolt Brecht?
Hay hombres que no mueren nunca, marcas en la historia
porque tampoco mueren la iniquidad, las tropelías,
las miserias humanas que denunciaron.

Pilar Rojas Martínez
 ¿HA MUERTO  CHÁVEZ?

¿Ha muerto Chávez?

No lo se.

Los centinelas de antorchas
juegan a los dados
en fronteras de bustos deslucidos
con vientos imperiales,
iluminados
por el resplandor de la ausencia.

Son necesarias
miradas fuertes
para cortar matanzas,
inmolaciones escondidas
en la quietud silenciosa,
más allá de pequeños vampiros
coronados sobre el pavimento.

Estaría bien,
antes de reducirnos a polvo
como enterradores,
calcular el rendimiento
en surcos del comandante,
del aire que disolvió
la opresión de civilizaciones,
tempestades paridas
por un silvestre obrero de la historia
adentrándose más que en luz
en el corazón del oro negro.

Fue así,
rotundo y fiel
con la sabiduría opuesta
a la digestión y el exterminio.

Sus funerales presidieron la tierra
y emocionó con su lamento
la esclavitud que permanece
del lado que partió.
Su tránsito fue grande y firme,
hizo temblar cumbres,
estremeció bestias
que escucharon el último alarido
del bastión de mando.

Tuvo voluntad conquistadora
de aires nuevos
para mesas humildes sin manteles, 
desbordó caudales del hambre
y aserradoras gentes
de zapadores en sedentarias minas.

Capitán de estirpes labradoras
construyó espadas de almas,
dejó entre tus manos
cálices de humildes levaduras.

Aprendió del color
en el canto de bosques,
que la piel inocente
en lágrimas precursoras
bulle en la placenta de la noche.

Jaime Kozak




 ¿HA MUERTO CHÁVEZ?

¿Acaso muere la idea
o busca cuerpos que la sostengan
en irremediable repetición para no extinguir
la sangre que la nombra?

Una niña morena, esta su sexta primavera
caraqueña, conversa con su madre.
Mientras ésta agita con amor el puchero,
la niña mira asombrada tras la reja
que vela el haz de luz de la ventana,
¿Por qué ríos de gente avanzan
hacia nosotras, y algunos hacen lágrimas
con sus cuencas dolientes,
y otros cantan canciones de duelo?
-Es por Chávez, chiquita.
Nuestro presidente se ha ido.
-¿Volverá?
-No, amor, del país al que ha ido,
no se vuelve.
¿Y quién fue Chávez?
¿Qué es un Presidente?
Hay dos clases de presidentes,
niña mía, los que gobiernan
para el pueblo,
y los que gobiernan para su propio beneficio.
La niña se apresura, con sonrisa magnífica:
¡Este es de los del pueblo!,
-a juzgar por el río, que ya casi desborda
nuestra calle, ha de serlo.
-Pero entonces, mami,
¿los gobiernos no quieren siempre nuestro bien?
La madre ríe alborozada:
No, pequeña flor de Venezuela.
Hay gobiernos que piensan que un pueblo
enfermo, inculto y pobre es más fácil de dominar,
y eso producen: enfermedad, pobreza e incultura.
Incluso hay pueblos que quieren 
dominar a otros pueblos.
Pero entonces, añadió nuestra flor,
como habiendo descubierto
un filón de esperanza
con el pico de su curiosidad inquebrantable
en las minas del mundo:
Si dices que Chávez gobernó
para el pueblo,
y que peleó por su salud,
y su educación y su sustento,
entonces, mami, Chávez no ha muerto,
porque él es una idea,
él ha prendido ya los corazones
de ese río de gente, que rodea la casa,
como un tropel de lava ardiente
gritando ¡libertad!,
¡cómo se crece el hombre cuando se hace mortal!

Alejandra Menassa de Lucia
 ¿HA MUERTO CHAVEZ?

Quién sabe qué melodías transitan la memoria del pueblo,
qué recuerdos afloran en la trastienda de su realidad.

Extrañas coincidencias discurren por el osario elemental
que algún usurpador alimenta en los pliegues de la ley.
¿Qué sucumbe al deterioro programado de sus ideas,
como un reticente impulso de supervivencia?

¿Cuál es el escenario de sus cuitas,
de dónde proviene su rencor?

¿Chávez ha muerto?

La realidad deshoja suculentos epítetos
macabras expectativas tierra adentro,
intestinas luchas entre hermanos.

¿Dónde quedaron las palabras del prócer?
¿Cuántos hijos de la patria vaciaron de pasión sus venas?

Este ritmo atronador desgarra los cimientos de tu escucha.

Múltiples filosofías arremeten contra tu espíritu
Y ¿quién decide el funcionamiento de las almas,
quién requiere útiles específicos para el desalojo?

Ha muerto, Chávez ha muerto,
ellos lo dicen: ha muerto Chávez.


Carmen Salamanca

 ¿HA MUERTO CHAVEZ?

¿Qué es morir para un hombre que no le teme a la vida?

¿Quizá el aplauso de un pueblo amante de la libertad
o, tal vez, la misericordia del que tiende su cuerpo al sol
esperando un poco de paz?

Siembra de simientes la palma de tu mano
y el viento se encargará de esparcir la riqueza.

¿Cuándo un hombre ha muerto? ¿En qué momento?
¿A qué hora se despierta el Ave Fénix que anida en su corazón?

Empuña un fusil cargado de palabras
y el mundo, te mandará callar.

Ciego de amores que derrochen ternura,
tu nombre alcanzará el vuelo de algún caza
para que la guerra tenga sentido.

Ávido vencedor, Chávez no ha muerto.

Magdalena Salamanca
 ¿HA MUERTO CHÁVEZ?


Solsticio de invierno,
flor augusta del verano,
metal cimbreante
de la luz en los trigales.
¿Cuántas cosas murieron
y pensamos “adiós, contigo
yo también he muerto”?

Algo en mí muere
cuando el color se diluye en negro.

Pero decir “algo he muerto”
no es morir.
Decir “hasta aquí”, decir “basta”,
no deja tras de sí ningún cadáver.
“Yo también soy un hombre nuevo”,
quiere decir que en mí
hubo de morir un pensamiento.

No es posible morir
cuando en tu nombre
se escriben nuevas frases,
cuando en tu nombre
se sigue combatiendo.

Vuelve la flor,
vuelve la escarcha
a blanquear los árboles.
El hombre ha muerto,
pero su aliento
sigue vibrando en los trigales.


Ruy Henríquez
 ¿EL COMANDANTE CHÁVEZ MURIÓ?


El que cruzaba los montes y llanuras
el buscador de oro vibrante, la sangre y el pulso de la tierra
fue llevado por el ángel tantálico que desplegó sus alas en
un silencio nocturno que dejó de sostener su cuerpo.

El que fué surgirá a veces en el espacio surcado por aves migratorias
que igualan con su vuelo un viento inmemorial
que barre los senderos inexplicables del tiempo
y el bronce acogerá a aquellos viajeros
que son dioses sentados a la mesa.

Al borde de un resonante mar las estatuas vivientes
alzarán sus brazos llamando a los perdidos bajo los sudarios
que esconden las últimas partículas de la lluvia,
y reflejan los eternos espejismos de Dios
donde los santos bailan la consagración
de lo que no se consume con la vida,
y el don de la gloria se abre en un adiós sin fin,
en una exuberante forma entretejida de la historia
que mezcla la sangre con la noche.

Detenidos, más que muertos
fueron detenidos como la sirena de los barcos a punto de partir
y será ínfima la escena donde perderán sus pétalos
en el frío hierro de la muerte corrompida por la piedad
de los que vendrán después a habitar vuestro lugar de nacimiento.

Suntuosos cuerpos se deslizan en las derivas de las noches
y las guaridas de las familias pobres sufrirán un tiempo
hasta que vuelva el viento con tu aliento
y tu voz retumbe como propia en otras extravagantes formas
de personas que no conocerás y no habrá olvido
porque no hay nada que se pueda olvidar en este mundo
plantado al sur en continente aparte,
con músculos de animal que corre
llamado por el sol hacia lugares cálidos.

Los inmortales se abrazarán al cuerpo de una mujer lleno de luces
atravesando el espacio celeste iluminando el sur del amazonas
abriendo su espectro en los pueblos llamados libertarios
y la conmovedora multitud hablará de una estirpe que no olvida
y perdidos entre los muertos y los vivos,
se escucharan sus voces en ninguna catedral,
sólo en bares de extramuros mezclados con el espíritu de los antepasados
en el follaje que acompaña al trópico, en el calor que abraza los labios implorantes llevando una canción que se expande hasta los huesos de la aplastante pata de la muerte posándose en la tierra,
enardeciendo la gloria del que clama su pedazo de pan
a los fluyentes pechos generosos de una patria que despierta.

Ciertos rostros con rasgos indelebles tallados en la piedra que no muere
pronunciarán el sermón de despedida y resucitará tu lanza de batalla
para decir, ésta es mi tierra, me dijeron que hube de sembrarla.


Norma Menassa


 ¿HA MUERTO EL COMANDANTE CHÁVEZ?

¿Puede morir una idea?
¿ Puede soslayarse una pasión
roja como la sangre que defiende?
Puede acallarse la voz de un pueblo
que se subió a su carro para calmar su hambre?
¿Pueden los niños de mil coros
destronar la música de sus propias vidas?
¿Pueden los poetas subsumir la letra
que altiva se yergue para clamar justicia?
Vive Chávez en cada uno de ellos,
 resuena su ritmo y se expande
con la fuerza que un ídolo lanzara
para unir en un  grito libertario,
 toda Sudamérica.
¡Hasta siempre, comandante!

Olga de Lucia

 ¿HA MUERTO CHÁVEZ?

Ha muerto Chávez un hilo
no se quiebra, un ejemplo
nunca calla. Ha muerto
el comandante ha dejado
su arma pronto
sigamos.
Que la tome el siguiente y cuidado
que no ha muerto de viejo
el comandante,
o tal vez lo hayan matado.
¿Ha muerto? ¿Ha Chávez nacido
de su cuerpo cual nombre, un apellido?
Ha caído del árbol invertido
y se ha hecho todo suelo corriente
su nombre para cimentar colegios,
para construir recreos y parques
con sombra, sol y agua. Ha muerto
para arriba, piedra de honda
que cae alzada. Ha muerto para afuera
como mueren los sueños en la boca,
derramándose en palabras.
Ha caído
pero dentro
del mundo
el hilo de un alma.

Kepa Ríos Alday



¿HA MUERTO EL COMANDANTE CHÁVEZ?


Hoy quiero cantar a esa segunda muerte
que traspasa y traslada siglo a siglo, en tranvía de letra y virtual papel,
nombres que imponen su esqueleto de humana ley.

¿No has pensado nunca en los hombres que no conocen
la decisión  de matar a otros hombres?
¿No  has soñado tal vez con  la manzana amarga del futuro
entre las hojas amarillas de un libro que nunca se ha abierto?
Yo no sé mucho del olvido ni de la máquina de recordar
antorchas que nunca se han encendido.

Hay un río que nace en ninguna parte y nunca desemboca.
Hay un olor a uvas arrojadas contra el tiempo que envejece
y se mece contra la nostalgia del sonido de una campana
y  encalla en un dolor marchito que nunca  se marchita.

El gemido sin voz que gira alrededor del mundo,
generación tras generación ha mirado hacia atrás
por detrás de la seguridad de la historia escrita,
ha mirado hacia atrás por sobre el hombro,
hacia el terror de la angustia que permanecerá,
y un tiempo navegable ha mordido sus entrañas,
y su dentellada será una referencia en la estación sombría
o en la furia súbita de una canción desvanecida.

Agoniza el pasado en brazos de la lengua que lame
los surcos que abre el sueño en la frontera del miedo.
A pesar de todo, hay hombres y hay mujeres, que no han muerto.

Amelia Díez Cuesta

 ¿HA MUERTO HUGO CHÁVEZ?

Hermana Venezuela
Nacimos al filamento
de la absuelta catástrofe
en la desideración del repudio
marmóreo.

Se impone la palabra a cualquier crueldad.

¿Qué fue antes
en la comisura del oráculo?

Virginia Valdominos

¿ HA MUERTO CHÁVEZ ?

El poeta vive en el exilio de su muerte, allí donde
el comandante anuda eslabones con tallo de flor silvestre.
Sus hijos cantan en las plazas, el pueblo se pregunta: ¿Ha muerto Bolivar?

El padre yace muerto. Imposible asesinar la letra.
El cadáver es una discusión ideológica en perpetua revisión.
Los poetas ya escribieron sobre la cuestión, abriendo y cerrando
entre signos de interrogación la pregunta.

Este verso hoy lo puntúa como epitafio el vacío histórico de la tumba.

Los pañuelos rojos sobre el cabello de las mujeres no son de luto
Las camisolas rojas de la juventud no es sangre por derramar.
Las banderas rojas de libertad no son de victoria sobre nada ni nadie.

El pueblo es rojo.
En cada pueblo vive un tono rojizo de verde laurel con sombra de ciprés.
Chávez presta su voz al pueblo: ¿Ha muerto el pueblo?
Sigamos cantando: se nota, se siente, el pueblo está…
¡¡Presente!!

Carlos Fernández     


¿HA MUERTO CHÁVEZ?

Turbulencias de aeroplanos en perfectas superficies
Trepanada de las horas por venir
Simón Bolívar cabalga en las frases, en los sueños
En los brazos duros y en las manos alfareras
De millones de ojos soñadores…
Es la lengua, es la lengua
Castellana de madre
Con su historia cimentada
Y los nuevos cantos brotados en el nuevo continente
Por eso que el Comandante Chávez
Pasea ahora por los jardines de la lengua
Los poetas mastican su nombre y con ellos tejen
El inmenso telar de los sueños
Donde cuelga, desde el carpintero al maquinista
La secretaria y la obrera sindical
La insignia del trabajo
El verdadero motor subversivo de la historia
El engranaje vertical de la poesía
Por eso que alegre y fundamental
Es el paso de quien comienza a vivir
Después de muerto.
¡Qué mortalidad la de este humano muerto!


Paola Duchên




¿ HA MUERTO EL COMANDANTE CHAVEZ?

¿Qué le diré a la noche, cuando me pregunten
las sombras, por mi suave sonrisa de los días pasados?

Habré de inventarme algo, porque tendré que decir
Que no hubo rencor, porque todos hemos tenido días felices
Aunque mintamos y escondamos un sitio para las lágrimas.

Le diré que mi llanto, no se advierte, aunque hay un agua
Que se despeña en lo eterno, que riega esos árboles
En cuya cúspide, anidan pájaros cuyo vuelo no alcanzo.

Cuando las sombras de la noche me pregunten por lo perdido,
diré que respondan los crisantemos de mi tumba,
en su idioma,  mezcla de ébano y marfil,
sobre amores que aún no han nacido,
pero acallan en mí, incontrolables,
como mar que toca al cielo con su reflejo,
como ciego que no alcanza coger la mano
que se ensaña en buscar, una luz, un atisbo
de esperanza, entre las sombras de un adiós,
semejantes a los días que ya no pasan,
como una muerte,
de ruinas sagradas.

Miguel Martínez Fondón




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