sábado, 4 de julio de 2009

TALLER DE POESIA DE LOS SABADOS 04-07-09


GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA
NÚMERO - 21- 04/07/09
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa




Cuadro: Transiciones oscilante. Stella Cino


DE RODILLAS TAMBIÉN SE LLEGA

Extraño incidente de desamor, todos queríamos ganar,
un grupo de alienados viviendo un transitorio escepticismo,
un desamor a aquel viajero que nos dejó cuidando sus negocios,
esa usina de estrellas apagadas de las que renaceríamos bebiéndonos su brillo.]
Lo cierto es que nadie dio la orden,
solo ese hombre plantado en su lugar y que otra vez pensó por todos.]
Sus palabras se repitieron hasta el mar y volvieron a señalar nuestro nacimiento equivocado.]

Todo fue prematuro,
no quisimos leernos en los libros que ninguno de nosotros había escrito todavía,]
vivíamos en la raíz del árbol,
no habíamos fundado aún la tierra en donde nos proponíamos nacer.]
Teníamos cuadernos llenos de caligrafías peligrosas,
había que llenarla de vientos, de hojas, de pies desnudos, de pan, de hormigas,]
de árbol, de diamante, de corazón enamorado.
Estábamos tan mal conformados que no pudimos aprender que las letras vienen sueltas,]
como la vida de los hombres,
que había que esperar el sobresalto,
el sacudón que nos separe de la tierra.
Una soberbia me invadía,
a ras del piso, casi sin existencia, yo quería dar un espectáculo sublime,]
escribir para millones de analfabetos arruinados y mudos,
ellos se excitarían con mis labios moviéndose y será memorable,]
solo me queda a mi la poca cosa,
el caer de rodillas frente al orden astral
y mostrar mi orgullo herido por la noble razón:
el poeta habla, el poeta sueña,
pero hundiendo sus manos en la tierra amasa tanto el pan como el poema.]


Norma Menassa

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Cuadro: La pasion de los arboles. Alejandra Menassa


CURA DE HUMILDAD

No era por nada, y era por todo,
sólo porque él le atribuía a ella el salvamento,
porque hasta entonces se venía ahogando en el mar de la evidencia
de portar un muerto entre las piernas
y él se repetía con certeza inconmovible,
o como para no olvidarlo nunca,
que eran las manos de ella,
las que habían cortado las cadenas
que ataban a ese animal enorme a la inacción y al tedio.]

Un día ella obró el milagro de aquél
humano gesto, él abandono una impotencia
de siglos, tan sólo para amarla,
para responder como correspondía a un hombre, a su deseo,]
y a ella, que sabía que con eso que él llamaba proeza
lo había colocado en la blanca palma de su mano,
ella, que sabía que podía cerrar el puño
y acabarlo si fuera menester,
se creció hasta las nubes apoyada
en la humildad de él como una escala.

Él fue perdiendo brillo,
no hablaba sino para halagarla;
Se dejó cambiar nombre y domicilio,
sólo para agradar a esa diosa inventada.
Fue abandonando amigos e intereses,
porque no eran los de ella: su estrella irrepetible.
Y ese hombre reducido a cenizas,
desterrado de su propia alma,
ese hombre sin destino,
más que el de hacer cómo que la amaba,
mientras crecía el odio como cuchillo
en su mirada;
mientras las renuncias se iban transformando
en deseos de venganza…
retornó a la impotencia, para negarle
lo que ella más deseaba.
Se mataba, pero en su muerte también ella moría.
Al final, casi polvo, un ataúd abierto lo llamaba,
dejó la humillación para los perros,
le dijo no a la moderna esclavitud,
y emprendió humanos caminos de libertad,
dotado ahora del don de la palabra.



Alejandra Menassa


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Cuadro: El infierno de Dante. Olga de Lucia




DE RODILLAS LLEGARÉ


Como caballo que sin saber, vuelve a la querencia,
Vivimos en un retorno permanente
al legendario lago cristalino
donde hundiera Narciso su soberbia.
¿Es obstinación lo que le acosa
y le arrincona sin piedad contra las cuerdas?
¿Es vanidad lo que detiene mi escritura
cuando ambiciona un poema nunca escrito?

Me humillo ante la grandeza de la letra
que fue conformando mis creencias.
cuelgo los sentimientos en la copa más alta de los árboles
y aquí sobrevolando el corazón oscuro de las cosas,
vagando sin saber,
como caballo que vuelve a su querencia,
me entrego a los sueños de los astros,
cantaran los ruiseñores,
será un coro como de siglos los que acunen mi llegada
a sus lares siempre nuevos.
De rodillas, sí, de rodillas, llegaré.

Será, una gran fiesta.

Olga de Lucia




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Cuadro: Poeta sin rumbo. Miguel Menassa



CURA DE HUMILDAD

Podría escribir un verso triste,
pero las argucias del corazón,
reclaman la batalla ganada
al lejano dolor de la traición.
Tu cuerpo venera la razón,
justa proeza de tus labios,
amiga de la noche, que paseas sin pudor
tu agonizante belleza de esclava
que ya no necesitas.
Párvula boca de horizontes lejanos,
saboreo el estertor de tu apasionada respiración
y siento el preámbulo de una representación,
donde acto primero y segundo unen nuestras manos,
al dardo leve de un destino ciego,
por donde el corazón resbala día a día.

Miguel Martínez




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Cuadro: El erizo. Magdalena Salamanca

DE RODILLAS PERO LLEGARÉ



No es la niña ni su sigilo
paz para los hombres,
no es el cómo o el cuándo
clave del ritual.

Es de la bestia, su templanza,
el apasionado ir de las horas;
eco para los sentidos que expanden,
humildes, otro amanecer.


Magdalena Salamanca

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Cuadro: Ruidos del miedo. Amelia Diez

DE RODILLAS, PERO LLEGARÉ
Quieren acallar las voces del poema
los aullidos de la lejanía
los rictus de lo irremediable.
¿Por qué nadie calla cuando es necesario?
¿Por qué tanta igualdad sin diferencia?
He leído sin encontrar
he encontrado sin encontrarme,
he roto puertas y ventanas
sin entrar ni salir.
Dicen que teorizo
que mis versos son como lecciones
que nadie me entiende
que arrugo la nostalgia
entre cortinas de nada.
Que el viento no levanta las cejas
ni arremete contra las bocas
cuando el silencio habla.
Dicen que no reconozco las risas
que no distingo los llantos,
que mañana sólo la soledad
querrá sentarse a mi lado.

Como en esos arcaicos escombros
reside la turbidez multiforme,
así aunque de rodillas, llegaré
a la órbita del poema.
Amelia Díez


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Cuadro: Entre el cielo y la tierra. Miguel Menassa

DE RODILLAS PERO LLEGARÉ

De rodillas pero llegaré
aunque sea con los pies anochecidos
fugitiva de los labios en silencio,
enlazada al vals que suena lejano.

Perpetua en el amor y encadenada
decido, con los zapatos puestos,
que no quiero ni un solo muerto,
ni un muerto más que lloren mis mejillas.

Libre de toda culpa
empiezo el combate
y recorro el horizonte
deslizándome por su voz.

Dejo el cuerpo y voy caminando,
abandono toda locura sin piedad,
el día se viste al compás de lo amado.

Llegaré.


Mónica López Bordón






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Cuadro: Indio Gris. Miguel Menassa








DE RODILLAS PERO LLEGARÉ

Soy el guerrero a caballo
pegado a la muerte,
huyendo de un barco que se hunde
en los mares más íntimos.
Soy la arquitectura de un misterioso dolor, punzante,
balanceándose entre cantos
que agonizan en mi garganta.
Soy un prisionero de una búsqueda,
anterior al tiempo, deforme,
piedra cósmica,
pesados siglos que borbotean en mis sienes.
Soy la perdida flecha
que hiere el corazón del hombre
que sabe quién es.
Soy el desmesurado bárbaro
de caminos cargados de congojas,
también el temblor de la tierra,
y el eco de mi voz gritando:
¡de rodillas pero llegaré!

Vicente Prada Gómez








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Cuadro: Sueños de Coral. Carmen Salamanca








DE RODILLAS, PERO LLEGARÉ

Cuando, resistiendo múltiples quebradas
en el reverso de la noche, vislumbro tu voz
enterrada en las cavernas del olvido,
el ritmo de mis huesos se tambalea.

Zarandeada por bocanadas de estupor,
recompongo el paisaje que alimenta mi estatura
mientras las hadas, al fin, agonizan
en brazos de algún secreto irresistible.

Depuesto el honor y la cadencia,
sólo queda reanudar el juego, y llegar
antes de que el horizonte caiga
bajo la escarcha de mi corazón.


Carmen Salamanca








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Cuadro: Amor de superficie. Miguel Menassa

DE RODILLAS PERO LLEGARÉ



"Hay toda la vida"
Apollinaire

Otra vez la noche sucede al día.
Otra vez el canto de las sirenas.
Es medianoche.
Ya asoma a los relojes el próximo día.
A caballo de estos tiempos
con terquedad,
desesperada
te busco, Poesía.
Y ya no soy más que ese anhelo
esos dedos inciertos
que teclean en la tela de la vida.
Un ardor por vivir
una desidia crónica
un reloj de arena entre las olas.
Te busco, Poesía
y hasta de rodillas te buscaré
si fuese preciso para encontrarte.
Te busco, llama de amor que lo quema todo,
fuego astral que no deja descansar al frío,
incansable caravana
para cruzar cualquier desierto.

Claire Deloupy




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Cuadro: A la vuelta de mi razon. Manuel Menassa




DE RODILLAS LLEGARÉ

Soy como el agua fría en los labios



y recuerdo el olor del jazmín


cuando en el atardecer persiste


un adiós definitivo.

De rodillas llegaré

cuna vacía de presagio tibio.

Llegaré como un temblor

de pájaro naciendo.



Manuel Menassa



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Cuadro: Para que algo nazca. Miguel Menassa.


DE RODILLAS PERO LLEGARÉ

Llegaré al confín de los labios futuros
que besan apasionada o tristemente
el tambor que el tiempo atruena
con su insistente voz.

De rodillas, montada en un camello de luz
o arrepentida arrastrando mis huesos
por la arena del mar o del desierto, llegaré.

Cruz González Cardeñosa




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Cuadro: Homenaje a Cesar Vallejo. Miguel Menassa

DE RODILLAS, PERO LLEGARÉ

Hundido, torpe, sumiso,
mi cabellera revuelta de desesperación.
Los golpes apenas arreciaban,
mi respiración sólo llegaba
a mantenerme con vida,
ningún aire de libertad.
Su tortura no tenía límites,
desde que descubrieron en mi celda
restos de arena, cincel y ansias de libertad.

Veinte años dan para mucho,
también para querer tocar
el cielo con mis manos,
abrazarme a mis hijos, una vez más.
Veinte años han pasado
como veinte siglos,
sobre mis viejos huesos,
torcidos de tanta humillación.
Más golpes, qué importa.
No podrán cegar esta agonía,
de volver a tocar tus labios, poesía.

Cortarán mis brazos,
arrancarán mi piel.
La luz de un solo verso
es suficiente para no morir todavía.


Helena Trujillo Luque




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Cuadro: Mujeres en el mar. Miguel Menassa

CURA DE HUMILDAD


Si te dijera que mi poder alcanza las abisales aguas,
que mis pasos hollaron el rostro de la luna,
no temas, la locura no anidó en mis palabras
convirtiendo en mentiras los abrojos del tiempo.

Me basta con los límites de un hombre,
para viajar más allá de las cumbres
para marcar lo imposible
al borde mismo de lo humano.

Pilar Rojas




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Cuadro: La cueva de Altamira. Carlos Fernandez

CURA DE HUMILDAD
Hace mucho que rondo las palabras
más pobres para hacer mi poesía.
(Germán Pardo García)

Nació inhóspito de geografía
las cuevas giraban sin nombre y la sangre
salpicaba la gruta como un sacrificio sin patíbulo
en presencia de iglesia y campanario unidos.

Entonces las cosas erraban y bajar era un valle
y escapar podía el humo, las piedras eran linde
y la espiga un talle humano salvaje
y un abrazo sincero sólo ofrecía el sepelio.

La pobreza adelantaba en el diccionario
a la podredumbre y los niños hurgaban
con sorpresa la llegada a caballo de la correspondencia
o el repique a fuego de la solidaridad.

Hoy todo es virtual, las orillas son márgenes
cualquier soberbia yace silenciosa en la sacramental
el lince en extinción ocupa portadas y
con la piel negra flotar es una quimera.

Carlos Fernández

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Cuadro: Cuando la mujer desea. Miguel Menassa

CURA DE HUMILDAD

No encuentres en la vida al verbo,
búscalo siempre.
No creas lo que ves, ni lo que oyes.
Ten atentos tus sentidos abiertos.
Dale oxígeno a todas tus esquinas.
Nunca seas inocente como los asesinos.
No cambies tu barca de madera,
por embarcaciones de última tecnología.
Anda siempre tu ruta, no te arrepientas.
Hay hombres hijo mío,
que vagan por el valle lujoso de sus sueños.
Nunca esperes a nadie,
que los amigos llegan,
serenos y distantes, mas ciertos, más amantes.
No estés triste, ni tampoco contento.
Cambia los años por el tiempo.
No preguntes, aguarda las respuestas.
Corta por las mañanas glicinas blancas,
que adornen nuestra mesa
Y después descansa.
Manso espera el alba.

Lucia Serrano

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