GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA
(Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 110, 27-04-2013
NÚMERO 110, 27-04-2013
Semana
a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo
realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la
Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
Dibujos: Miguel Oscar Menassa
DE QUE QUIERO O
ME GUSTARÍA HUIR
Huir e
inventamos caminos
perfuman,
se
alejan.
Huir es
visceral,
no se
termina nunca.
Galopo
sobre tu figura.
La
belleza viene a mis ojos
a
detener las exigencias.
Iniciamos
como se
estremecen las vertebras
frente
a los entrenamientos.
Claro, viva
para eso;
conciliar
y retorcer
los
hemisferios de una vida.
DE QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR
“Huir
de todos
de
uno mismo.
Huir
es imposible” MOM
Deambulo
tormentosa
con
el viento.
El
parque me devuelve
árboles
silenciosos
sombra
de
elegantes flores
vaivén
ecos
de palabras
que
no entiendo.
Partí
de donde estaba
olvidé
hacia
donde iba.
Una
nada
diviso
en la penumbra.
Preocupa
presente
sísmico
con
lentes de locura,
envuelven
enredaderas
melancólicas
que
asfixian
y arrastran,
rayo
prisionero
en
una jaula,
sin
fuerzas,
ya
ni el canto
para
la espera.. .
De
todo esto
me
hubiera gustado huir.
Rosalba
Pelle
¿DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR?
De
qué quiero o me gustaría huir
sino
de este signo de cadáver
que
impera sobre mí.
Esta
mácula ardiente
que
resuena con su nefasto timbre
de
última hora
viene
a dar su pésame sangriento,
como
un muerto que flota
en
un sombrío océano
entre
páramos de fuego.
Equidistante
de la plegaria
mi
alma huye del infierno
buscando
piedad para sus
pobres
pecados capitales:
No
vencerás a la muerte
con
un verso,
ni
harás con ella tu túnica nupcial.
No
desearás del prójimo
tus
propios deseos,
ni
objetarás que hay un hombre
para
cada hombre
y
demasiadas mujeres
en
una sola mujer.
Huir,
quisiera huir de estos verbos
que
tan bien se conjugan con un fin
o
con un comienzo
que
yo no habré de conocer.
¿De
qué huyo sino de esta carne exhausta
que
entre besos y excesos se consume
y
me deja ver en sueños su cadáver?
Ruy Henríquez
¿De qué quiero o me gustaría huir?
¿De
qué huye una mujer sino de su destino?
Ella
lava la ropa junto a otras compañeras
y
la dejan secando al sol.
Los
hombres vuelven del trabajo y no se detienen.
De
qué huiré para haber caído el siglo pasado
cuando
la mujer no tenía futuro y el hombre tampoco.
Caer
en una frase para llegar a algún final
deslizar
mis manos sobre tu cuerpo
y
sentir que la vida puede ser múltiple.
Entrar
en esa página que no sé por qué mundos
habrá
de llevarme ni con qué personajes me tocará
hacer
el amor.
Ni
llegué a la página, quizás por esa costumbre
de
no saber de tu cuerpo,
de
negarme permanentemente al amor.
Cruz
González Cardeñosa
DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR
Todo lo que bajo tus piernas enamoradas velas con ternura,
pétalos abiertos en un amanecer solitario,
fresca aurora de dormir apacible sobre el sol,
y el fuego mortal de estatuas que observan mi desnudez por el pasillo
mientras río de felicidad.
Quiero huir
pero te espero siempre entre bosques de coníferas a que llegues
devorando la luz de toda la cordillera
acabando con las ilusiones, para llegar al amor.
Susana Lorente
Todo lo que bajo tus piernas enamoradas velas con ternura,
pétalos abiertos en un amanecer solitario,
fresca aurora de dormir apacible sobre el sol,
y el fuego mortal de estatuas que observan mi desnudez por el pasillo
mientras río de felicidad.
Quiero huir
pero te espero siempre entre bosques de coníferas a que llegues
devorando la luz de toda la cordillera
acabando con las ilusiones, para llegar al amor.
Susana Lorente
¿DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR?
Pero lo que perdura, eso es obra de los poetas
F. Hölderlin
Sopla
el viento sin mensajes dormidos
y
aborrezco las manos que delatan sus razones,
cuando
el tiempo camina hacia su destino.
¿No
quieres despertar el latido de los que siguen dormidos?
¿Quién
quiere silenciar el ruido de tu simple libertad?
Ni
el frío ni el amor aplacan los bordes de tu cuerpo.
¿De
qué quiero huir o me gustaría huir?
Me
hablas de las cosas más sublimes
y
una fría lágrima se desliza por la bruma
que
oscurece mi fulgor desorientado por la tristeza
de
la huida que se esconde tras la pertinaz sequía.
Se
abre el horizonte a las placenteras conversaciones
entre
amigos y la alegría viene a mi encuentro,
y
brindo por no caer en el combate donde no caen los fuertes.
¿De
qué quiero huir o me gustaría huir?
Sólo
quiero permanecer entre la austeridad de la lejanía
y
los sueños que no se apagarán mientras una gota de vida
circule
sobre la página que late cuando respiro.
Me
quedo aquí, despierta, en los poemas que me hacen vivir.
Amelia
Díez Cuesta
POEMA
¿DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR?
Derrotado
el
porvenir,
la
democracia del empujón
prohíbe
la
estrella
que
aparece
y
desaparece.
Lluvia
que bebí después de la tormenta
en
los márgenes de la excrecencia
y
de la crueldad,
al
azar
de
la empecinada
estructura
de
clases.
Alteraciones
dramáticas
de
la niñez,
fracasando
a lo grande
en
los brazos de
legendarias
rúbricas.
La
modernización
de
la sospecha
oculta
en una sombra
el
brillar del cosmos.
Horizonte
que estalla
entre
las manos del que lo roba.
En
otro mapa,
huyo,
a caballo,
de
los culpables.
Virginia
Valdominos
¿DE QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR?
De qué huir sino de lo que no llegó aún…
Pero hoy no quiero huir.
Quiero estar donde estoy
vivir la vida que estoy viviendo.
Cuidar de la que me da cobijo
de los que me acompañan desde hace tanto.
No quiero huir.
Quiero poder escribir unos versos
algo que dé sentido a lo vivido
que haga cuajar la vida.
El trabajo, una sonrisa, muchas
palabras,
las profundas caricias de la noche,
esa vibración enloquecida,
que
flota todavía en el aire.
Esta
vez no quiero huir frente a las constelaciones de la vida.
Frases escritas sobre la tela del tiempo
pondrán en vilo a la muerte.
Claire Deloupy
¿DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR?
Quisiera
huir de estatuas
en
oscuridad de ataúdes,
inexistentes
en mi infancia.
Me
sumerjo en historias,
como
vaca sangrando cielos
esperando
aquel niño
que
afila su navaja,
para
comerse al animal.
Me
gustaría huir
de
la conjura en mi agonía,
tramando
mapas de selvas
y
el infierno de insectos
que
roen recuerdos.
Huir
de flores maniatadas
en
interminables multiplicaciones,
ácidas
raíces empapadas
en
aceite de ballena
respirando
violines sin cuerda.
Jaime
Kozak
DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR
De
los muertos me asusta la guerra,
el
arpegio violeta del silbo silencio y
la
mutilada armonía del único superviviente libre: el humo.
De
los vivos me asusta la imagen de padre en el espejo
el
bigote fino de poblado castaños en el valle y
un
arrebato de campana señalando el fuego.
Me
burle de todos los carceleros modernos
hurté
cancelas como doncellas de plata y deshice con los pulgares el amor.
Las
batallas perdidas de abuelo y el truhán canto del recuerdo,
inventando,
de memoria, te puedo recitar.
Esperé
sumergido entre los libros el bombardeo informativo
como
aviones de papel invadiendo nuestra alcoba con misivas
de
rendición por la costumbre de nacer en algún vientre del sur.
Ahora
todo el futuro me busca, las rotativas escriben mi nombre en las portadas
mi
rostro ha sido pintado, ya no puedo fingir ni la tristeza de huir por el
triunfo.
La
voz recorre olímpica y virtual el norte de mis manos
que
insolentes en la belleza de tu pecho
pernoctan
sigilosas el naufragio último, la caída del primer héroe huido.
Me
gustaría y quiero huir de lo mismo.
Sin
embargo los censurados documentos
solo
coinciden en las huellas digitales de un extraño que porta el mismo
nombre
en la solapa del gabán que reposa mi talle de cera en el museo.
Carlos
Fernández
DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR
Entretenida
en los pliegues de la voz,
caigo
en el sigiloso espacio del color.
Tendida
en certeras cavilaciones,
huyo
en mi atrevido canto,
abro
la mirada a distraídas letras
que
disuelven los dolores del ayer.
Hoguera
ritual donde la nostalgia
se
evapora en la nutricia bruma,
rodea
los inacabados verbos
que
clavan los músculos
a
la sed de mis deseos
produciendo
sus mágicas transformaciones
Escapo
de la trampa de la culpa
donde
insomnes imágenes esconden la mirada
en
el arcoíris gris huérfano de sol.
Helena
Trujillo
DE
QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR
Huyo de lo mismo que cualquiera.
Es que, cuando veo a alguien huir de algo,
no lo puedo resistir... ¡Corre!, ¡corre!
-En un estado de fútbol murieron
dos mil personas así: Alguien empezó a huir.
Escuché un ruido; será mi padre excitado
rozando la mucosa del deseo.
Será el latido del pequeño miembro
abrasándose en el fuego eterno.
El péndulo genital huyendo
de la guillotina hasta la horca
con la cabeza hinchada de cólera...
Mi mamá me dijo que huyera
sobre el dolor de mis hermanos,
por eso corro sobre todo
hasta la fecha.
Kepa Ríos Alday
Huyo de lo mismo que cualquiera.
Es que, cuando veo a alguien huir de algo,
no lo puedo resistir... ¡Corre!, ¡corre!
-En un estado de fútbol murieron
dos mil personas así: Alguien empezó a huir.
Escuché un ruido; será mi padre excitado
rozando la mucosa del deseo.
Será el latido del pequeño miembro
abrasándose en el fuego eterno.
El péndulo genital huyendo
de la guillotina hasta la horca
con la cabeza hinchada de cólera...
Mi mamá me dijo que huyera
sobre el dolor de mis hermanos,
por eso corro sobre todo
hasta la fecha.
Kepa Ríos Alday
DE QUÉ QUIERO O ME GUSTARÍA
HUIR
Ni huir ni arremeter
Conversar tranquilamente
Miguel Óscar Menassa
Esta
vez no me gustaría huir a ningún lugar
Esta
vez me gustaría permanecer en alguna frase
Amar
el piano de algún atardecer
Ser
una bandada de pájaros en tus labios
Ardientes
y amados labios
Poesía
“Dein
verliebter Mund”
Banderas
en palabras
Canción
militante de la humana condición
Una
valiente manera de vivir.
Paola
Duchên
DE
QUE ME GUSTARÍA HUIR
No
sé, a veces me aferro a la
impotencia
como
si ella fuera la única que conservara la orgía y el olvido
una
mezcla venenosa que disuelve el corazón,
y
sin embargo le permito que me habite.
Sumergida
para siempre en un océano sin imágenes,
mi
piel se enfría y se atropella en una tierra
por
la que escapo en todas direcciones
buscando
una ciudad, un techo, algún idioma.
Llego
furtiva a un reseco lugar vacío de vestimentas y de muebles
que
se abre a una llanura blanca a lo largo de mi espalda
por
donde corren perlas que son lágrimas
y
no aparece ningún pájaro en mis sueños,
aventando
las llamaradas que son sólo fiebres de costumbres,
esas
enfermedades que inundan mi memoria.
En
la inconstancia que se tiende al sol
el
desorden cierra mi boca como si hubiese muerto,
y
huyen de mí los vocablos de la cópula
y
la savia se trastoca y me regala un poco de locura,
hasta
caer en versos de salud tenebrosa
que
anticipa en un tambor lleno de polvo
el
sonido de piedras que serán mi única fortuna.
Recojo
mis palabras de idiomas insaciables
y
huyo de alguna pasión de soledad
sin
reconocer si estuve aquí o en sueños.
Recobro
el grito aquel de la desgarradura
y
busco en un estado incierto huir
porque
los exorcismos no me alcanzan
para
curar el desamparo de haber vendido el alma
a
un ovillo de garfios que se enclavaron en el tiempo
como
si éste fuera una montaña
o
la roca de algún paraíso de profundos reinos agotados
donde
me someto.
Y
huyo volando como el tiempo de las estaciones
para
lavar lo que no aconteció de mi existencia.
Son
ofrecimientos de quietud donde gestos antiguos
comandan
la inefable desgracia del insomnio
peleándose
con la implacable luz del mundo llena de furia,
que
estrangula con filo de navaja
los
latidos de sangre hechos de desvaríos,
alcoholes
de quemar que caen en el sitio
de
algún destino ennegrecido.
Norma
Menassa
QUiERO O ME GUSTARÍA HUIR…
Me gustaría huir de los saldos negativos,
de los lazos que pesan como lozas,
del azul desteñido de la rutina,
de la estupidez que apoltrona el cerebro.
Quiero huir de un país en decadencia,
de las garras del mercado despiadado,
de la ignominia de los políticos corruptos,
de un país donde salud y educación
respiran en la papelera su agonía.
Ahí donde la ideología dispara contra el
hombre,
odio y amor se entrelazan y enredan
dando tumbos sobre la universal arena
que no guarda en su memoria la huella del
progreso.
Olga de Lucia
ME GUSTARIA HUIR ( a Pajarito Zaguri –
22/4/2013)
“Un pájaro que vuela hacia arriba, no alcanza los cielos,
pero
se eleva por encima de los techos y así
escapa” RUMI
Me gustaría huir para quedarme,
atravesar la bruma.
Genio iluminando la vida detrás de las
miradas,
destrozando olvidos que clausuran el
vuelo,
y agitan tenuemente la agonía.
No querer triunfos inmerecidos,
ser ligero como el tigre alcanzando su
presa,
evitar el horror de tener que callar
frente a la farsa.
Huir del poder que maneja ebrios
zarpazos extranjeros,
¡No necesitan nuestras alforjas estar
llenas!.
Me gustaría huir de los posibles tesoros
prometidos,
que no alcanzan la gloria merecida.
Quisiera no tener vanidad que acompañe
mi nombre,
para vivir soñando la llama que el amor
posee,
suaves caricias, delicada seda.
Huir de los miserables que sin tener
nada .
son reyes de un espacio colmado por
ellos mismos,
a su antojo, apariencias de la
verdad.
Me gustaría no tener un único deseo y
seguir
el camino aturdido, borracho tránsito
dionisíaco.
Aprender del incierto abanico solitario,
del misterio como un ingenuo niño
que deliciosamente juega a ser mañana.
No temer a los pobres que son célebres,
ni querer la monotonía de todos los
instantes.
No ser amable con el torturador,
ni ser amigo de cualquier farsante.
Levantar la cabeza para mirar más alto
cada día,
y esperar la salida del sol que siempre
llega,
sin pretender iluminar la noche oscura
con blasfemias.
Huir de lo que el tiempo fue dejando
atrás,
no volver a ningún sitio con las manos
atadas
sintiéndome culpable de haber perdido
algo,
de haberme equivocado.
No encender por las noches fuegos
innecesarios,
guardar lágrimas frente al monstruo
dorado de la suerte.
Festejar que los muertos estén muertos,
“lo que se fue, se vaya”.
Recordar el aroma de las flores y no
amar la tortura, ni las armas.
Ser como el cristal, transparente frente
a la transparencia,
y opaco frente a las sombras que ocultan
las verdades más altas.
Borrar a todo reino que no tenga de
alimento bálsamos para el alma,
y en las noches de desilusión, estar con
los amigos amables
contando cuentos que nos pertenecen,
historias del camino donde el lenguaje
manda.
Me gustaría huir del silencio mezquino
que tiene un único interés,
atacar por atrás más confiado, destruir
su inocencia.
Me gustaría apagar las luces cuando no
queda nadie y esperar
manantiales gloriosos que nos serán
ofrecidos
en cada reposo donde detengamos el paso,
para seguir viajando hasta el final del
recorrido.
No perdonar al traidor, desenmascararlo,
no temer que la voz se ahogue en sangre,
que los estériles gestos desalmados sean
ajusticiados.
Un día el mundo será para los santos,
vasto jardín sembrado,
en cada puerto se escuchará,
el canto matinal del viento sin
naufragios.
Huir tendrá sus recompensas,
festín para los mendigos cuando llegue
el rey
y sean vistos los justos, los amantes,
los sabios.
Nadie aceptará la limosna ofrecida por
tercos oficiales
de un mundo que se desploma frente a la
claridad astral.
El valor de las joyas no se pierde en el
fango, y el brillo
lo guarda para ti el amigo, el hermano.
Quisiera huir de mí, para encontrarme.
Lucía Serrano
¿DE
QUÉ QUIERO O DE QUÉ ME GUSTARÍA HUIR?
“Atacar con fuerza todo deseo de
pobreza” MOM
Como
los lestrigones y los cíclopes
que
el gran griego inmortaliza en su Ítaca,
esos monstruos creados por el miedo del
hombre,
la pobreza se alza, poderosa, sobre sus pies descalzos.
la pobreza se alza, poderosa, sobre sus pies descalzos.
A veces, lo sucio me conmueve,
la hediondez más extrema,
lo súbitamente podre,
lo maltrecho, y quiero que me ames
entre las inmundicias,
basuras y detritus de humanos escorpiones.
la hediondez más extrema,
lo súbitamente podre,
lo maltrecho, y quiero que me ames
entre las inmundicias,
basuras y detritus de humanos escorpiones.
¿A
qué temo, que vertientes oceánicas,
qué
fantástica imagen de azoradas
serpientes
en su nido, me detiene?
¿Y
si sólo tropiezo con mi sombra,
ese
doble que se yergue misterioso
y
me atrapa en esa figura que devuelve el azogue?
¿Qué
cadena?, ¿será el presentimiento
de
esa dama que al final del camino nos invita
a
confundirnos con la tierra?
hay
grilletes de oro y esmeraldas,
hay
cárceles de mármoles y sedas,
y
hay veces que los versos de los grandes,
como
gemas preciosas,
me
deslumbran,
y
ando ciega por el mundo unos meses,
viviendo
en ese verso.
Hay
riquezas que el alma transfiguran,
pero
la mesa hay que ponerla a diario,
y
el pan que sobre ella se desmiga…
y
cada vez son más los que no pueden
cama,
mesa, ni techo…
¡me
gustaría tanto huir de esta pobreza!
Alejandra
Menassa
DE
QUÉ QUIERO HUIR O ME GUSTARIA HUIR
Si
tuviera que huir de la peste que infecta
cada
día un palmo más de carne
tomaría
un tranvía para viajar despacio,
porque
salir corriendo no garantiza protección.
Si
cayeran misiles desde un cielo de odio
correría
a esconder entre la multitud
que
clama por su dignidad.
Si
el enemigo me enfrenta podría encararle
y
salir victoriosa o replegar las velas
si
el viento no fuera suficiente.
Pero
a veces me asusta el crujir de la madera
en
noches de silencio poblado de fantasmas,
y
no vale correr o caminar despacio
cuando
la tristeza muerde la sonrisa.
Imposible
acertijo porque la velocidad,
cualquiera
que sea, no es la respuesta,
tiempo
y espacio no es una buena combinación
cuando
lo que quiero dejara atrás va conmigo.
Pilar
Rojas
HOY QUIERO QUEDARME.
Ayer escribí: “huir, es
imposible…”. Entonces el maestro, sabiamente, me preguntó: _”¿De qué le
gustaría huir?”
Hoy he visto despertar los pájaros.
Tenían un deseo de cielo entre las alas,
y algunos
un perfume de abeto y de naranjos.
Maravillada, tembló la rama un momento
inolvidable...
y despegaron.
Sobrevivo al milagro y de repente,
alguien me regala una locura:
esta manera de vivir todo el tiempo el
amor en el cuerpo con los ojos abiertos.
Esta forma de sentir el corazón
aleteando en los labios y agigantar las manos.
La terrible osadía
de construir el mundo al costado de las
sombras:
multiplicar la luz entre las hojas, al
filo del crepúsculo que apura.
Y aún otra locura.
Como parir rosas sin espinas.
Un adagio de Albinoni.
Un capullo de seda entremezclado
de estrella y de tormentas.
Y hoy quiero quedarme,
es sublime sentir el camino en mi piel
que inauguran sus manos.
Y me atrevo
toda pluma hasta sus brazos.
Hacia arriba. Infinita hasta su
boca.
Vuelo en vuelo, hasta el sitio más
preciado de la rama.
Norma Demaría
¿DE QUÉ
QUIERO O ME GUSTARÍA HUIR?
La ciudad
está llena de muertos sin tierra.
Han
colonizado el corazón del mundo
con su
lúgubre tristeza.
No hay
reposo para su agónica presencia.
Son muertos
actuales,
viven entre
nosotros, en este siglo
y nunca podrán
escribir su historia.
Sus manos
están vacías, sin lirios
No amenazan,
están
cansados de lucir colores desteñidos
y lo peor, ya no pueden perpetuar su extirpe.
Hay un
sonido amargo, con intervalos guturales
donde sus
gemidos recuerdan al viento,
germinando
párvulas criaturas
en
inesperados vientres.
Hay tanto
temblor en la raíz de sus ojos
como jirones
de angustia,
deslizándose
sobre sus mejillas ausentes de amor.
No
encuentran sus sueños,
porque no
tienen vida próxima
y por mas
que vivir no pueden
les cuesta
abandonar caminos
no
transitados,
escondidos
en la memoria.
Nadie los
mira, temen al contagio.
les niegan
la sal para su sosiego
pero también
la cal
para
disolver su rostros,
su presencia
ambarina en un mundo espectral,
ausente de
vida, ausente de muerte.
De su lenta
conmoción
un atributo
sobre su estandarte
declara el
estado de queda.
Estos
difuntos, ocultan
su dolor
porque son el pan cotidiano
que Dios no
nos dejará de dar.
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