-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 63- 05/02/11
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
TE QUIERO VERDE
Tus dedos marcaban el compás del
universo de tuétanos enlazándose por el mar,
como si enlazarse a lo imposible trataran.
Una luz ensoñadora de aguas
y ríos turbulentos, y febriles de sosiego,
donde el crepúsculo en la ventana
rubrica las notas del olvido.
Dioses y Adioses, enaltecidos por el
clamor del fuego salvaje y gris, profanado
en la huella silenciosa de la playa.
Amor de las mil bestias que te blanden
en un torbellino de ojos y sueños,
intentando llegar al desierto
para probar la sal de tus venas.
Te imploro: no renuncies a mi deseo,
al cuerpo de oro de un tiempo ignoto y profundo
en las sendas más estrechas y elocuentes
¿Por qué la lluvia cae de esa manera?,
¿por qué si me hallaste y yo escuché tu canto,
tengo que disculparme por querer ser del mundo
un jazmín de voces fuera de este efímero frasco?.
Historia de mi amor parsimonioso,
como esperando su turno
desesperadamente entre una ilusión inaudita.
Sube, sube como un rey que permanece
sin conservar nada para las alturas,
sube absurdo, en una soledad incomprensible,
dueño de un reino inexistente que renuncie a la libertad.
Susana Lorente Gómez
PIERNAS CON MEDIAS
A Pilar Rojas en su 53 cumpleaños
El planeta de tus piernas
mis masculinas sondas escrutan:
Lo irregular del terreno,
las zonas de sombra, detienen
el transcurso de la mirada.
La escuadra, el cartabón,
los ojos trabajan como un compás
que fija la punta y traza
sobre las móviles dunas
círculos blandos que se escurren
cual relojes de Dalí
por lúbricos glaciares de sólida hermosura.
Dos afilados diamantes,
segmentan superficies mediáticas,
subdividen divisiones, roturan, jalonan
laderas y vertientes
hasta caer, rendidos, en la tersa malla.
Red de mares dinamitados
donde acuden aturdidos tiburones,
tela de araña en que se acunan
la plácida cigarra y la hormiga...
Hay en tus medias secretos
toboganes, delicados ventisqueros
y sendas ascendentes.
Tus piernas reclamadas por los cauces
de ríos extinguidos,
susurros de mares ancestrales,
voces volcánicas cuyos ecos
en tus piernas gravitan...
Toda la miel custodiada
sobre ti se adentra,
sobre tus cuencas lunares
abiertos manantiales
del amor.
Kepa Ríos Alday
POEMA DE AMOR
Blancas amapolas
agitan sus alas
de mimbreados bordes
en un llamado de amor
sin fronteras.
Ella espera el fulgor,
la lluvia inusitada,
el tacto que cambie
esa mirada extranjera.
Su cuerpo,
al trasluz de una voz
que rompe la máscara,
cae.
Sangra la noche
y ella
abre sus ojos
dispuesta al amor.
Cruz González Cardeñosa
¿QUIÉN ME NOMBRA EN LA NOCHE?
¿Quién me nombra en la noche?
¿Quién me busca?
¿Quién desprende palabras de su boca de nubes
para llover mi espanto?
¿Es el amor?
¡Prendedle!,
en su nombre se han cometido los crímenes más atroces,
bajo su égida han muerto las inteligencias más preclaras
¿No fue Narciso a buscar el amor en el fondo del lago y nunca regresó?
Libradme de esta cárcel. No besaré más mi rostro en el espejo,
no mencionaré tu nombre en vano nunca más,
no amaré más mis manos en tus manos.
No me arrodillaré jamás frente al altar de mi inocencia.
¿Rendirte pleitesía?
Analizaré tus ruedas silenciosas,
descubriré tus mecanismos,
te arrancaré la máscara.
¡Es el amor!
¡Prendedle!
Sólo ama la imagen.
Alejandra Menassa de Lucia
DESGAJANDO DE LA FLOR UN TALLO
Desgajando de la flor un tallo,
la oscura savia deshojó del amor
tus labios.
Qué pletóricos parecían
sus pétalos ufanos,
sus sangrantes heridas
simulando un puñal clavado
de vegetal espina.
Desgarrada estaba su alma
y sus líquidos derramados
languidecían en sus espumas.
Era una mañana
y el sol amanecía en las esquinas.
Parecía de oro, una reliquia
que en el fondo del abismo relucía.
Todo volvía con las sombras
a su tamaño.
La noche en que tu sueño
me arrebató con su mano de gigante ciego,
con su temblor de pájaro atrapado.
Ruy Henríquez
MEDIANOCHE
“Tú me miras, amor, al fin me miras
de frente, tú me miras y te entregas…
Tú me miras, amor, me estás mirando”.
Gerardo Diego
Adivino, al borde de tu cuerpo,
en mi lecho,
tu carne de pétalos floridos
y esta paz
cuando no hay silencio.
Al fin me miras, amor,
en el decir que nos rodea.
Me miras con brío,
destilando el agua muda
del mar profundo y olvidado.
Traspaso el fuego
con la maravilla de tu cuerpo
tendido, con su nacer,
entre mis brazos.
Mónica López Bordón
-LOS AMANTES-
Porque tambaleaban sus pupilas
se acercaron a una cruz cercana
abriendo zanjas para destapar
la ternura de los cuerpos.
Fueron infinitas las partículas
que contestaban de lado
a los viajantes del amor.
Conducidos por esta llave
que florecería
en el fondo de una llegada,
cubrieron de plata
la inmensidad de la orilla
moviendo los extremos
chocando con lo inverosímil.
Felices,
desgastando la delicadeza,
abrieron puertos para sus ojos
nadando de cuerpo a cuerpo
hasta el infinito.
Clémence Loonis
YO SOY LA LUZ
Sincera prontitud de vicios, tragada por la bruma,
una caricia tuya.
Golpe de acentos, festival atizando las ascuas de Dios
como el viento huracanado más allá del hombre
que anuncia milenarias noches inabarcables por el mar.
La dulce coacción de poeta,
sencilla España en la que clavas tu garganta azul.
Mecanismo espureo incoado en la almohada
tu ser me hace de acera
donde los niños juegan al boliche y al sol.
No creo en ti y lanzan al compás de mi lengua suicida
tus espaldas de arena, como ahorcado de estatura,
mi fecha de hombre desconocida.
Virginia Valdominos
CINCO MINUTOS
Cinco minutos
y, mientras tanto, la vida
continúa enredando historias,
calculando con inusitada lentitud
el exasperante ritmo de los pasos.
En la recámara,
carnes dispuestas a representar
suculentos desenlaces para mi locura.
Nada compensa esta espera,
ni la ilusión de no errar jamás,
ni el péndulo abisal de mis deseos
detonando entre túnicas de rectitud.
Alguna vez fue fácil:
sólo había que parar el reloj
y decidir en qué grado
la realidad sería comestible.
Hoy,
ni llantos ni algarabía:
es hora de renacer.
Carmen Salamanca Gallego
UN DIA CUALQUIERA
Trazos que señalan la fecha inexorable,
cómo dátiles surcado por un sabor amargo,
detienen el trasiego de una multitud estulta,
amasando el polvo de sus huellas
cuando el jazmín invade las arenas
y la oquedad de sus ojos rebosa
la savia que destilan sus huesos.
Un paso más y la noche se detiene entre brumas
que alumbran estrellas desconocidas
en un horizonte plagado de deseos,
dispersando las plumas de aves migratorias.
Rasgadura en la historia, obsoleta y amarga,
Un paso más y cruzo la ciudad, rosa de los vientos,
marchitando los lirios que señalan el norte.
Pilar Rojas
¿POEMA DE AMOR?
Mientras la media nuez estremecida
con su disfraz de vela,
danza y sortea escollos al compás
del sonoro arroyo, presuroso
sobre su légamo lecho de no retorno.
Y la luna, rompe en mil fragmentos
su redonda cara:
Se juntan tus manos y las mías
y una promesa de amor
envuelve dos deseos en la bruma.
¿Dónde estás amor mío,
que te encuentro sombrío, iluso, cabizbajo?
Qué esperabas de mí, amor
sobre esta nuez tan frágil,
sobre esta vida tan corta
¿Qué esperaba de ti amor?
Tal vez me hicieras inmortal en un poema.
Olga de Lucia
CUÉNTALO TODO
Busqué algún escondite dentro de mi cuerpo y me puse a temblar.
¿Qué tenía que contar?
Mil latidos robustecían el tiempo
que como insignificantes aletazos recortaban mis sienes,
De pronto mis vestidos eran arrancados con violencia
y un escalofrío de amor sacudía mi soledad.
¡Cuéntalo todo! Decías,
y mis manos blandían silencios como espadas
vueltas hacia el corazón.
No podía retroceder, atrás estaba la muerte,
En medio de esa encrucijada
los ojos de la desidia y el miedo te buscaban
sin saber hacia donde.
Estuviste tantos años sentada en mi pecho
que aun extraño tu peso sobre mis pies.
¡Cuéntalo todo! Gritabas.
Refugiada en mis entrañas, ayer, no te hice caso,
soñé con verla de nuevo, abriendo sus brazos para mí.
Las dos fuimos la constelación perfecta, tocamos el sol.
Te vi arder, te retorcías y llorabas entre las llamas,
pero no pude acompañarte.
Tu dolor se reflejaba en mi rostro pálido y no hice nada.
Me quedé al lado de los vivos, contigo en la distancia,
guardando tu secreto.
Después de tantos años, abandono mi soledad y escribo:
siembro mi cuerpo de futuro.
Magdalena Salamanca
CINCUENTA Y TRES JAZMINES
A Pilar Rojas en su 53 cumpleaños
Cautiva la fantasía ese jarrón de los años
de tus manos dulce piel
al crudo y sereno papel
donde crecen las palabras de la mágica sonrisa.
Anoche mismo, desnuda a mi lado, te soñaba
desperté atómico y locuaz, besando despacito
desde la nuca tu espalda y al llegar la melodía
de la pasión,
zumbó el despertador y la radio alertaba
de un frío de congelador
que los cuerpos apretó y ese
el motivo de la tardanza.
Cincuenta y tres jazmines en el jardín de tu morada.
Cincuenta y tres jazmines en tu inigualable mirada.
Cincuenta y tres jazmines, el porcentaje del juego.
Cincuenta y tres jazmines, como estos, contigo apuesto.
Carlos Fernández
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