lunes, 27 de junio de 2011

TALLER DE POESIA SÁBADOS. 25-06-2011



GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 77- 25/06/11
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


Dibujos de Miguel Oscar Menassa



MOVIMIENTO CIRCULAR

Amanece el silencio, conquistando las hojas trémulas
que en la sombra encienden la sangre en un perfil
perdido en distraídas fábulas.

La noche escribe en mortal combate.

Los cuerpos se encienden en sabores
de movimiento circular,
cauce desnudo,
noche de piel,
tiernamente arrojada
en el canto hueco de unos brazos
tendidos en el presagio de una piel
que cautiva en la bruma de la distancia
y con la cautela de un vergel eucarístico
se aventura en gemidos con aroma a nostalgia
mientras su voz se levanta
en el indómito aliento de la tierra.

Soledad Caballero Castro



POEMA PARA BAILAR

Anoche salté de mi alma
y desnuda, bailé con los tobillos atados
y las manos escondidas a la espalda
el sabor de unos versos, tercos como el amor.

Retomé de la nostalgia
su manto enroscado en mi cintura
caricias de palmas que se baten en duelo
tras el cristal de la mañana.

Nadie escuchó nada
ni el murmurar de las alondras cayendo de tu pelo
ni el movimiento de las azucenas en tus caderas
ni el aullido de tu nombre, recorriéndome.


Magdalena Salamanca
CAMINO A LA REALIDAD


Intenté reanudar mis pasos
en el ínfimo instante de la sabiduría.
Desanudé instintos emblemáticos
como si tu amor consistiera en eso.

Cábalas y eufemismos decretaron
un espacio animal para mi voz,
ancestral reserva de conquistas
inmersas en feroces torbellinos.

Una rima descabaló mi equilibrio
que, inestable, decidió evaporarse
para que la justicia ensayase puntería
en el límite exacto de mi destino.

Carmen Salamanca

ME DIVERTÍ MUCHO EN MÁLAGA

Ven, que emocionó mi cuerpo

de pájaro desnudo

el brillo de tu anhelo.

Tiembla sin premura

un sueño de víspera de hielo,

de amor y de locura.

Mas, un sueño de triste calavera

de basta cuadratura en tu nombre

de jilguero de arena.

Canta el pájaro de cielo

que nace en esta bruma.

Virginia Valdominos


INDIGNADO



Sobre le pulcro papel enmudecido

el vehemente muchacho expectora

su lección de presidiario,

increpando a sus vínculos atávicos

cual cadenas de esclavo subastado

al furor de blanqueados capitales.

Él exige, denuncia, reivindica,

protesta por el injusto tratamiento

al que someten su incomprendido

talento visionario.

Profeta de un retorno al coño originario,

camina marcha atrás para enseñarnos

la bondad de la pobreza.

Y no se ducha, ni trabaja, ni estudia

aquello que no se parezca a sus ideas.

¡Basta de Estado!, grita,

¡Volvamos a cultivar nuestras familias!

¡Borremos toda diferencia!



Ruy Henríquez

QUE BIÉN QUE LO PASÉ EN MÁLAGA

Hay un sol de poemas bailados sobre el mar
y guitarras cubiertas de la arena,
turbio festín para las almas
roedoras de placeres y sabores.
Un suave acento del sur serpea
suavemente sobre el magma
apagado de las conversaciones.
Hemos inundado con nuestra sencilla
alegría, la inmensidad apacible de las olas.
Hemos naufragado en plena tierra.
Sobre unas pocas tablas, nuestra vida
adquiere nuevas direcciones.
Sobre nuestra pequeña balsa
de sonoras tablas salvadoras,
navegamos nuevos rumbos.
Y el baile y la música, reman
bajo la sabia mirada de ella,
bajo sus ojos nacientes
de amante compañera de viaje:
Querida poesía, festejemos
este surco generoso en el océano
que se abre a nuestras manos.

Kepa Ríos Alday
ME DIVERTÍ MUCHO EN MÁLAGA
Estalla tu cintura en sensuales movimientos
ante la voz del poeta, hechicero de la pasión,
rompiendo las olas con su verbo.

Danza marítima, cuerpo y palabra,
incendian la hoguera de los sentidos,
producen nubes de vapor salino.

Pies desnudos sobre la arena del tiempo
transforman la superficie con su insistencia,
mientras las manos ensortijadas peinan el vacío.

Las palmas desvelan el sol del mediodía,
resonando cual timbales de guerra
que anuncian la fusión de los cuerpos.

Amantes, víctimas de lo imposible,
fundan híbridas presencias
que manan del profundo azul.

Pasión racial se abraza al último aliento,
se sumerge, imposible, en el final del verso
para nacer, renovada, en un nuevo canto.

Helena Trujillo

NUNCA HICE EL AMOR SIN TENER GANAS…


Llegó malhumorado como casi todos los días.

La besó distraído cuando ella se acercó para recoger su abrigo.
Con voz monocorde empezó a rezar su letanía cotidiana: que el jefe es espantoso y le maltrata, que el trabajo es un asco, que está harto y otro tanto…
Se sentó en la mesa donde le esperaba la cena y sólo interrumpió sus quejas para engullir, sin disfrutarla, la comida…Ella lo miraba en silencio, resignada, como quien se conoce ya el guión y no puede o no quiere hacer nada para modificarlo.
Desde la terraza entraba el fuerte olor del jazmín. Ella suspiró.
“¡Estoy reventado! ¡No doy más!” exclamó él y se tiró pesadamente en el sofá frente a la pantalla gigante. Ella empezó a quitar la mesa. Parecía andar de puntillas, como para no molestar el señor y amo que ya casi roncaba frente al televisor. Después de un rato ella se sentó a su lado. Echaban una comedia con algunas escenas eróticas. El, despertado por sus propios ronquidos, abrió de repente los ojos. Primero se quedó como entontecido. Después, empezó a mirar con creciente interés. Ella estaba a su lado, adormilada. El dejó caer su mano entre las blancas piernas. Ella se sobresaltó y murmuró en un soplo. “¡No, José María! ¡Así no!”. “ ¿Cómo que no?” eructó él, abalanzándose sobre ella con la clara intención de lograr por la fuerza lo que pretendía. “ No! ¡Así no! “ volvió a decir ella más fuerte. “¡Será posible! ¿Así que no quieres, puta barata? ¡Vas a ver quién manda aquí!” Y ya se bajaba los pantalones sujetándole el cuello con la otra mano.


Fue cuando cambió bruscamente el guión…

Por el portal de la terraza irrumpieron seis diablesas enmascaradas. Ni se percató de nada tan entregado estaba a la tarea. Sintió de repente algo helado en su nalga izquierda. Diez brazos lo sujetaron con firmeza…mientras una mano burlona escribía sobre su culo: “ ¡Violador crónico!...” No faltó tiempo para que su frente sudorosa corra la misma suerte mientras sus ojos enloquecidos delataban un único pánico: que le pasara lo peor.

Antes de que se reponga del susto las 7 mujeres se habían esfumado. En el sofá sólo quedaba un papel con letra roja: “De hoy en adelante sólo haré el amor cuando tenga ganas …”

¡Hasta nunca!”.



Claire Deloupy



FUI DE COMPRAS CON MAMÁ
Con nueve años el diábolo y la peonza bailaban
con las estrellas sobre un catalejo de papel,
los cuentos de aventura y un disfraz de mapuche
dibujaban en cada escaparate, el vaho de la ilusión.

La magia era ficción en blanco y negro,
los juguetes viajaban en camello, pero una tarde de abril
mis piernas se cubrieron de vello y la calle exclamó:
¡cuerpo para trabajar, pantalones largos debe usar!

En mi barrio, frente a los billares, cuando la pasma
los gitanillos cantaban. En mi calle todo era cuesta
arriba y en las ventanas a ras del suelo los más pobres
geranios precipitaban con palmas su orquesta de colores.

En un descuido de madre
me probé con cinturón ancho un gris marengo,
cayendo a un centímetro del tacón el gusto por la vuelta.

Todo el porvenir de frente sonreía mi perfil.
mi madre decía que ya tendría tiempo, yo una edad ya tenía
ella dijo franela, yo pana, pernera estrecha y yo campana.

Carlos Fernández

TARANTA

Las olas cincelan figuras en roca
y el aroma desafiante invade la piel.
Rojo movimiento que desgarra el cielo
cuando en la mañana
la dorada arena se rinde a la pasión.
Tumulto en las venas que agitan la vida
en un motín de palabras que vuelan en los brazos
exploran cada tramo de las piernas
cimbrean el cuerpo y lanzan
al viento turbado por la furia,
el ritmo desafiante de un corazón.

Pilar Rojas

ME DIVERTÍ MUCHO EN MÁLAGA

La noche encalla en el alma

y blancas palomas encienden la luna.

Veo un cielo vestido de negro y rojo

y las palomas son palmas y la luna

mis ojos abiertos descifrando el canto.

Málaga nace a la novedad

de un arte que estalla y se reproduce.

La arena cubre las lágrimas

derramadas durante siglos

y los corazones se parten sin dolor

acercando a tus oídos, amor,

lo que de luz tiene la noche,

ondulación de las letras, arrebol.

Cruz González Cardeñosa


POEMA PARA BAILAR

Si supiera danzar

o escribir poemas,

estaría bien combinar

nudos de raíces óseas,

escuchar

crujidos de gusanos

aplastados por mis andares,

sobre lenguas que se pierden

en lozanías sentimentales

de esferas desnudas.

Uno, dos, tres,

un paso adelante

y otro atrás,

el esqueleto de lagartos

dibuja incendios en sangre,

arrecifes envueltos

por la belleza de tu espinazo.

Atento al ritmo debes estar,

súbete a mis hombros

en madrugadas indecisas,

y en hojas tenaces

estampa tus zapatos

como astillas vagabundas,

taconea líneas ardiendo sin fuego.

Si te atreves al primer movimiento

acuérdate de voces enterradas,

y de la escarcha, no olvides

la sorpresa que paralizó tu pulso,

ni el falso testimonio que decía:

una soga alrededor del cuello

es cosa buena, o bien,

que el excremento del buitre leonado

exalta el mes de junio

cuando me sigues por el aire en bicicleta.

Acelerado era mi pulso

en rápidos giros de cielo

con veloces espirales de tu nombre.

Me empujabas con prisas

y recientes esperanzas

nacidas en el baile,

mientras tus poseídos

ojos castaños

germinaban sobre maderas,

como plantas silvestres en la calle.

Eras como un palimpsesto

en destierro permanente,

desnudo como sabanas de cristal

por encima del olaje ronco

en largas piernas al vuelo,

tobillos desafiantes de enigmática frescura

girando entre el cerezo y la escena

de pies libertinos en dialogo abierto.

Jaime Kozak



QUÉ BIEN QUE LO PASAMOS EN MÁLAGA

Las luces avanzaron hasta los pasos,

encadenado el vuelo de un pájaro rasante.

La puerta grande tronó al bramido del ¡ole!,

y las caricias del capote, como premoniciones fracasadas

tropezaron con la algarabía.

Los flamantes gestos de complacencia

hacían del abrir y el cerrar de sus piernas de guerrero

el exterminio por el que pasa irremediablemente la vida.

Y no era un sueño de esos en los que se posa adormecido

el polvo de una brisa salina.

Era la cristalina luna abanicando sin viento sus tendidas sedas,

el tierno devenir de ilusiones en el agujero de un bolsillo,

la franca destreza del albañil frente al tablao

que ahora arde en llamas.

Porque de un crisol vertido en un cuerpo de ceniza

supimos de la alienación al murmullo de la letanía,

y renunciamos, exploradores de artilugios, a amar el espejo.

Fue una espera de gotas la del cazador errante,

un estar atento al quiebre invisible del aire por las alas del fénix.

Así que también renunciamos a mirar,

porque de cara al sol no se ve nada,

solo los rayos impactando en nuestros rostros

de aceituna y esmeralda.

Entonces, le escribimos a Dios

que la moral no servía para nada,

que su historia del mundo cojeaba,

y le ofrecimos un pañuelo rojo para su garganta.

Enfurecido, agitó las nubes de tierra sobre las olas

y nos condenó al recuerdo sordo de sus pies descalzos

ante los que aún se rinde Málaga.

Susana Lorente Gómez


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