sábado, 4 de abril de 2009

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 4-04-09


GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h


-revista virtual-


COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA


NÚMERO - 11- 04/04/09


Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa







Cuadro: Descarrilando mi destino. Miguel Menassa




ODA A LA HORA

Otra vez volví a soñar contigo
estabas sola, tendida en el infinito,
vestías sedas de colores agitadas por el viento.

Había mucha gente de almas transparentes
que te miraba con los ojos huecos,
esperando una respuesta.

Tu cabello parecía huir de la escena
como queriendo alcanzarme,
yo dormía, pero tú, insistías en alcanzarme.

Es un sueño, me digo…

Tus manos giraban, con marcada precisión,
en torno a un eje, son las diez, las once, las doce…

Pronto las almas serán humanos conversando,
lamiendo los restos de su transparencia,
y sus huecos ojos obtendrán respuesta.

Ya son las tres, las cuatro, las siete…
hoy llegaré tarde, pero dime, ¿por qué girar
si el camino recto lleva al horizonte?

Te vi sonreír con gesto de amapola
difuminada entre la gente,
te vi soñar, tantas veces…


Magdalena Salamanca



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Cuadro: Amelia Diez. Los misterios de la carne.

ODA AL PENSAMIENTO


Hubo un tiempo donde pensar y ser
se amaban hasta el paroxismo,
eran carne del mismo cuerpo.
Soy otro que aquel que piensa
que pensar quisiera.
No es posible que sea yo
ni el otro, ni esto ni aquello
ni lo pensado, ni el pensador.
Lo que impensado avanza
rompe los límites del dos.
Oda a ti pensamiento inasible
burlador burlado por el saber.
Tú que no existes sin escritura.
Tú que sólo eres en movimiento.
Pienso que pienso y nada
conmueve ni mueve mi ser,
no pienso que pienso
y soy donde no soy.

Amelia Diez Cuesta


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Cuadro: La destreza de los dioses. Manuel Menassa


ODA AL MOVIMIENTO

De lejos traigo el desamparo
porque es allí donde está el final de la vida,
mis tiernas primaveras de uvas aplastadas,
ese tiempo de la infancia.

De lejos viene este dolor cuando evoco aquellos años,
porque llegar hasta allí es irse nuevamente.
Que lástima, allí todo está como era antes.
Ahora un musgo húmedo separa los cuerpos.

De lejos traigo el olor a pan recién hecho.
Dónde estás hoy,
dónde quedó la sonrisa juvenil y el regazo que ofrecer,
cuando la vida era el anhelo reprimido de un beso.

Oh mis primeras primaveras y todo lo que con ellas olvidé.

Manuel Menassa de Lucia


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Cuadro: Campos prohibidos. Claire Deloupy



ODA AL SOÑANTE


¿A dónde fuiste otra vez?
Hasta que reino de silencio,
¡Oh soñante que vive tu vida soñando!

¿Sueñas que vives o vives?

A veces, vives como sonámbulo
como sonámbulo recorres tu vida.

Ojos abiertos y ciegos.
¿Soñante? ¿Sueñas tu vida
O ella te sueña a ti?

Cierra los ojos.sueña de verdad.
Ahí tu deseo te espera.

En los mil espejos del sueño,
ampliados al infinito
la noche te devuelve los días.

Huyes de ti , soñante
mas te persigues
como un incesante rumor de mar.

Llevado por las aguas turbulentas de tus sueños
eres todos y también
ese paisaje sin límites
del cual nunca quieres volver.

Ahora, despierta soñante soñador.

Tus sueños saben de ti
mas la vida
de vive despierta.


Claire Deloupy Marchand


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Cuadro: Amaba lo humano. Olga de Lucia


ODA A LA MADRE

Una alfombra de rosas
para recibir el contacto de tus pies cansados.
Una diadema de azucenas
que orlen tus ancianos cabellos.
Un ramo de orquídeas en tus manos,
que hoy acarician tus 95 años.
Plenos, vividos con la altanería de tu raza
de mujeres fuertes, luchadoras, entusiastas.
Madre desde niña, madre en la nostalgia,
madre presente en las grandes alegrías
y en las oscuras noches de dolor.
Madre solícita, agradecida a la vida
madre inmensa, avanza lentamente
sin prisa pero sin pausa
atentos sus ojos al crecimiento de las flores
de los nietos, de los niños.
Tus ojos poblados de recuerdos
que parecían dormidos
se asombran de todas las vidas que has vivido,
te parece mentira que seas la memoria
de tantos que han partido.
Y aquí estás, madre querida
por amor a la vida.
hasta que tú puedas
yo agradecida.




Olga de Lucia

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Cuadro: Baile de sombras. Miguel Menassa


ODA AL TIEMPO

Ella se pasea angustiada por la casa,
espera algo que no le puedo dar,
la libertad que ella misma entregó.
Se siente perdida, agotada por los años,
con lo que hizo con ellos.
Su cuerpo es la muestra de su deformidad.
Se ve reflejada en otros deseos,
otras voces que nunca se atrevió a alcanzar.
A veces llega al borde mismo de la destrucción,
lo juvenil, lo diferente, le hace ver lo que perdió.
Ella no sabe que decidió
perderse en otros, entregarse.
No hay vuelta atrás.
El tiempo nunca se equivoca.


Helena Trujillo Luque


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Cuadro: Tiempos del naufragio. Alejandra Menassa.


ODA A LA POESÍA

Tú: la forma más pura del lenguaje.
Eres un hombre lúbrico y su semen.
Tú: decantación de la humana historia o su milagro,
su sostén y sus alas,
único acercamiento posible a lo indecible.
Refulgentes como astros se alzan de la tumba
tus poetas, los que moran en tu vientre,
los que haces nacer en plena página,
aquellos que pares cada día a la luz rosada del poniente.
Te arrastras por el barro con el soldado,
te me vuelas de noche con las trapecistas
gozas en la cama de las meretrices,
acompañas insomne las noches de trabajo del galeno,
te pierdes en la luz insistente de la fábrica,
en la luz tenue de los teatros,
en la luz cefálica de las minas.
Haces girar el mundo con tu ritmo,
con tus exhalaciones se pueblan las cantinas,
en tu sangre laten el poeta, el sacerdote y el mendigo.
El agujero por donde se entra al mundo,
no es ese que el pincel de Courbet inmortaliza;
son tus brazos ahuecando la muerte para que el poeta nazca,
son tus piernas abriéndose a la noche para exhalar su alma.
Eres del hombre, su diamante,
su gema maravillosa, pero también, el resto del lenguaje;
desperdicio, vacío que lo hace nacer,
el epitafio del sentido,
la muerte de la razón,
la burla de la carne.
Dama inmortal, hombre sacrílego,
muere el dolor acuchillado, en tu presencia.

Alejandra Menassa de Lucia



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Cuadro: Como si fuera eterno. Miguel Menassa

ODA A LA MENTIRA

Bengalas de Oriente
trajeron los reyes
al pequeño niño
que nació en pesebre;
cañones de tiempo
vistieron sus noches;
sus días, profundas
balas complacientes.

Silban los obuses
en la madrugada,
silencio, se escucha,
entre muerte y muerte.

No llores María,
los muertos se mueren
no van a la guerra
no huelen a sangre,
a humo ni a miseria.

Mentiras te cuento
para que te duermas,
mentiras del hombre.

Mentiras, verdades,
son esos encuentros
irreconciliables,
la noche y el día
se miran, se huyen
y no se detienen.

Cruz González Cardeñosa

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Cuadro: Alguna inquietud. Carmen Salamanca

ODA A LA AUSENCIA


Llegaste para no estar,
para enseñarme y partir por los caminos
donde acuosas miradas rubrican
la grandeza de este amor escondido en los ojos.

Hubo que olvidar y me rompí
en inconexos pedazos de rabia y desdén.
Mientras, la espina de la soledad crecía,
imparable, en mi corazón de ángel desaparecido.

Confabulaciones al borde de la idea,
restos desasidos de cordura
entre inseparables mensajeros del mal…

Llegaste para que yo conociera la ausencia,
limítrofe especulación de los dioses
rayando, en el vacío, la masa informe del desamparo.

Carmen Salamanca


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Cuadro: Más allá del horizonte. Miguel Menassa





ODA AL CUERPO

Esta brisa de pétalos
como tu piel de antaño
hace temblar al paraíso
y vuelan las caricias
y las flores se ocultan en la noche
y un amor te espera al mediodía.

Hoy te canto cuerpo mío
para llevarte siempre
entre mis joyas
para cuidarte felíz
entre la espuma
de los más grandes mares
donde descansan ángeles.

Tú conoces esta fuerza
implacable,
este afán de seguirte
a cualquier sitio
y esta eterna juventud
que nunca muere,
hermosura visible de lo cierto.

Hoy tu mundo
es próximo y sensible
y retrato sonidos implacables

Luz de los diferentes caminos
que no ciegas mis pasos
voy a tu encuentro.



Lucía Serrano


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Cuadro: Rasgado por el tiempo. Miguel Menassa.


ODA A LA MIRADA

Nace del amor la mirada profunda,
se reconoce su caminar de pétalo abierto,
las formas que resurgen en las pupilas cristalinas
de la mujer que vive, del hombre que ama,
del mundo que gira viviendo
a su manera
en la ávida belleza de los vientos del norte.

Nace tu belleza grandiosa
en la plenitud del amanecer,
sin tiempo,
rompiendo los hechizos de tus ojos de odalisca
tendidos en la telaraña de mirada y voz,
de un paisaje imprevisto en la comisura de tu labio.

Como los otros, caminas sonámbula
en las palabras vacías de una noche de invierno
y en tus manos quedó una bandada de pájaros,
un trozo de papel,
un vuelo
y el espejo del tiempo abriendo tu boca de seda.

Descubres la desnudez del sueño, el goce,
y todo se confunde, mirada, en el viaje,
el verdadero viaje de tres colores, de luna blanca,
escritos sobre el cielo de París.

En tu ocaso empujamos vertiginosamente tu huella,
tu temblor cae sobre la vida,
cae tu mirada y se la lleva.
Viva. Viva y desvelada.
De todos y de nadie.

Mónica López Bordón

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Cuadro: Abismos imposibles. Miguel Menassa


ODA A LA PERMANENCIA

Tus días no son los del almanaque,
ni tus huellas los del horizonte.
Tu camino maneja los prodigios
del quehacer, del esfuerzo cotidiano.

Las sorpresas del alba,
que cuando amanece son del mundo,
a tus pies se quiebran,
como las olas, espuma blanca,
acercándose lentamente a la playa.

¡Qué fácil resultan las cimas a tu lado!
Se viven las alturas sin fatiga,
y el trabajo pierde el color de la pena.
Y las caídas lo son menos si tu guías los pasos.

Amarte es abrazar la vida en un azar ardiente,
es convertir en un juego,
los arrabales del destino.



Vicente Prada Gómez

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Cuadro: Allí donde los caminos se bifurcan. Miguel Menassa

ODA A LA CIUDAD

Un cielo abierto que se torna difícil,
interrumpido por torres de cemento y espacios que se abren en todas direcciones
para que el hombre que piensa no apoye su cabeza.
Muy cerca del silencio,
ritmos acompasados por relojes de pared que gritan sobre el asfalto
otros tiempos pasados, otras historias de hombres que ya fueron.
Algunos quedaron en el bronce de aquellas calles sin cordura, esquinas, plazas
trayendo en el siempre vivo del bronce a poetas ennoblecidos, algún célebre olvidado, algún patriota enmohecido.
A veces me obligas a leer paredes que lucen una placa: Aquí vivió su profética vida, Aquí murió sin gestos de ternura,
Aquí la mano no llegó a su alcance y ni firma ni papel quedaron en la historia.
Alguna canción inolvidable saliendo de las casas, me enseña que las horas van tomando otras costumbres, que son tal vez reencarnaciones del paso del viento y sus secretos, y queda flotando un tango sin camino, en la copa de un árbol
sosteniendo el día que ahora es mío en el largo error por el que ando.
Ir y venir en la noche sin sueño hasta llegar al borde de algo
Y las calles se extienden hasta el agua de un río, un río de ciudad cantado en salmos
Un agua que nadie detendrá, un temblor nocturno de violencias calladas
Y la mano se apoya delicada sobre el corazón al entrar en la cortada,
la calle del cuchillo sublimada,
La impenitente tierra firme de las sombras,
Donde el varón pierde su equilibrio y cae enamorado en unos brazos.
Un vaso compartido a medianoche,
una elocuencia desmañada, un saber de la vida vuelto humo en cafetines que hacen caer las lágrimas.
Respuestas puras saliendo de esas bocas liberadas de dioses
donde cabalgan sueños.
En un paisaje viviente paso apretando mis muslos para no perder el paso,
y las hojas otoñales crean remolinos y formas demenciales a mis pies y la ciudad me vuelca, me vacía, y distrae mi frío,
suave cristal partido de noches entornadas.
A lo lejos y siempre está lo lejos,
alguna historia mal parida, alguna razón que no sabe de palabras,
Y echo a andar pero te miento, no estoy en ti, estoy sobrevolando
en este airado hogar, donde acontece la niebla matutina,
el canto postergado de algún gallo,
La paloma avanzando en las cornisas
El gorrión que extraña a su gorriona
El latido con pausas del semáforo.
Y esta antigua amistad tallada entre la ira y el escándalo
rociada siempre de voces increíbles, creando juegos para tocarte el alma
parados en el sol del mediodía, entrelazando brazos, corriendo por las risas,
asegurando rostros conocidos, algún encuentro hablado en el idioma de la carne,
la guardia baja para engañar al enemigo, y el salto del caballo ganando la partida
sacando chispas de otros tiempos, el hierro derritiéndose en la fragua,
los silbos convertidos en palabras, no importa el lecho
porque cuando todo calla, te encuentro en medio del cemento y de la piedra
¡Oh... valle convertido en cúpulas al aire, corriendo como corren los tiempos del progreso,
reinventando los fuegos, extendiendo los márgenes
volviendo de las sombras día a día, confabulando hazañas,
desastres y bajas naderías, políticas del hambre fracasadas,
motivos de algún plan inexcusables.
Me llevas a intentarlo una vez más,
todo vuelve a empezar,
estoy en tus comienzos,
Donde se apoya la cabeza del hombre que piensa
Muy cerca del silencio

te camino.



Norma Menassa

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Cuadro: Al caer la noche. Fabián Menassa

ODA A LA PALABRA

Tú que diste un sentido al universo,
piel de letras sobre el alma;
tú, que todo nombras y adjetivas,
letras con pasión aglutinadas;
tú que a la montaña imprimes movimiento,
oh! palabra, no podrán enterrarte en el subsuelo.

Tú que pones en todas las bocas el deseo,
tú que del cielo conoces sus estrellas
tú que diste un nombre a nuestro pueblo
oh! palabra, no podrán enterrarte en el subsuelo.

Tú que enfermas de hombre o que ríes de sed
tú que pierdes en guerra, que siempre eres fiel
tú que lloras de llanto, que pides un ser

Tú que examinas, escrutas, diagnosticas

tú que anuncias la muerte y el futuro preves,
oh! palabra el ser humano a tus pies.


Fabián Menassa

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Cuadro: Espacio en vuelo. Miguel Menassa




ODA AL POETA

Voz de infinito universal
cálida o helada
alberga
todos los matices
todas las sensaciones
y los sentimientos...
Vive en un mundo de paraíso
o de oprobio,anida en
cada palabra,en todas las lenguas
y aún en el silencio.
Callado o vociferante,el poeta
está en todos los sonidos
de una música única y eterna,
luz y también sombras.
Acude presto al llamado,
resuelve el poema
intentando la grandeza.
Habita la inmensidad histórica
de la poesía
del lenguaje
hablado,escuchado,murmurado
le da lo mismo.
Sólo quiere su oportunidad:
liberar su canto.




María Chévez


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Cuadro: Anímate a nuestras voces. Miguel Menassa

ODA A LO IMPOSIBLE

Apagadas por el brillo de la noche,
luciérnagas insomnes dibujan tu camino.
Malherido en tu nombre,
alejado del viento socarrón de los hombres,
tiemblas con movimientos que sacuden el mundo.
Innombrable avispero de lenguas olvidadas
tejes redes de araña donde atrapar anhelos,
entelequias distantes de rostros inmortales.
Tus huestes no combaten en regular batalla
cual caballero herido que ha jurado a la Dama,
lejana escaramuza fue para ti la vida.

Disonante, a destiempo, irrumpes con pericia,
te disfrazas de epíteto y riges,
en aras del futuro, los designios del paso.
Condición necesaria,
cabalgas de los hombres la destreza del tiempo,
te nombran y repliegan sus velas furiosas carabelas,
se detienen caminos, paralizas estrellas.
Regio desde tu cuna, tu rostro,
impenetrable detiene la palabra.
Tú, que marcas, del momento, la pausa insospechada
pregonero sin voz, tu aullido llena,
cual tácito sonido, el zaguán de las sombras.

Pilar Rojas


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Cuadro: Frutos de primavera. Carlos Fernández del Ganso



ODA AL BALÓN

Cuando los reyes hacían magia, o
cuando algún dios quería escuchar
o, cuando los mayores te dejaban,
el mundo era rectangular, y
saltábamos a la cancha marcada de cal.

Antes de jugar, había que ayudar al utillero:
una bomba para inflar el cuero
y grasa de caballo para untar en las costuras,
rodilleras para el portero,
espinilleras para el resto, linimento y
agua milagrosa, eso era todo el invento.

Cada cual de su casa traía los borceguíes y
los de mejor familia, tenían chándal de marca,
si ese día jugabas, te daban camiseta con dorsal
y en la foto delante, en cuclillas, los cinco delanteros
y atrás, de pie defensas, centrocampistas y portero.

Todo decidido en el vestuario, el mister lo tenía claro:
¡Muchachos! ahora toca salir al campo a jugar,
jugar y tocar, tocar y pasar
driblar, centrar y rematar, eso es todo.
Disfruten salgan jugando desde atrás y abran a las bandas.

Marcar gol: eso es todo.
Todo es voz y mirada,
y en el centro de la pupila: el balón.

Carlos Fernández

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Cuadro: Huellas de la pasión. Miguel Menassa

ODA A LA VENGANZA


Saltó del abismo de la nada,
paseando sus minúsculos cabellos
con afán de ensombrecer la sonrisa
del hombre que la amó.
Su destino le obligaba a venganzas,
a noches de solitaria desnudez,
a pasear su sombra ennegrecida de recuerdos.
Por el habitáculo donde encerrada su respiración
agitaba con desesperación los dedos
al compás de aquella música estridente
que adormecía las fieras de su corazón.

Se bañó asustada, fumándose las últimas horas
de su aburrimiento.
Abatida por el hastío del tiempo
adormecido en sus brazos,
se cruzó de piernas y mirando al infinito,
suspiró.


Miguel Martínez

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