GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 119, 13-07-2013
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 119, 13-07-2013
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
Dibujos: Miguel Oscar Menassa
UN SECRETO
No
se hablaba de otra cosa por los pasillos, por las calles, por las redes
sociales… ¡Era desde hace varias semanas un revuelo universal!
Fue,
desde luego, durante siglos el secreto mejor guardado de la humanidad y llega
de repente un cualquiera, un pequeño
informático de 4ª categoría y lo revela, sin pudor ninguno, al mundo entero…
¡Se
armó la de dios¡ Un revuelo que durante varios días puso en peligro el porvenir
mismo del planeta… De memoria de humano
nunca se había visto tanto escándalo… Se tambaleaba de repente sobre sus santos
pilares el imperio más poderoso y viejo del mundo. Cada cual se sintió implicado
por las revelaciones de ese traidor -para algunos- nuevo salvador de la
humanidad para otros…
Desde
el corazón más extremista de la santa iglesia católica se llegó a proponer, en conversaciones supra secretas restablecer
inmediatamente la santa inquisición, entregar a la tortura ese sacrilegio hasta que se retracte y devolver por fin al mundo la pax cristiana. Hasta el nuevo papa -amigo de los pobres- se
encontró desbordado por la noticia… En pocas horas las tiendas especializadas
en calcetines de seda y zapatillas de terciopelo de los monsignores cardenales intentaron vender online sus sagradas
mercancías a todos los ricachones del
mundo sin distinción de raza, de confesión o de color… Se vieron curas y
obispos tirarse al vacío desde sus campanarios desesperados por haber
desperdiciado los mejores años de su vida en inútil y agobiante castidad. Se
vieron bisabuelas bajar sin muletas a la calle y ofrecer su boca al primer transeúnte que se cruzase por su
camino…. Las monjitas de clausura copularon alegremente en improvisadas bacanales
con sus confesores, directores espirituales y otras hierbas mientras las monjas
seglares invadían jubilosas los
seminarios de varones para festejar el
acontecimiento.
¡Vibraba el aire de tantos siglos de besos y caricias
reprimidos! ¡La tierra entera parecía
una fiesta! Pero en la ciudad vaticana repicaban, lúgubres, campanas de muerte… El nuevo papa, del cual
tanto se esperaba, fue el primero en reaccionar…
Tengan en cuenta, queridos lectores,
que se trataba de salvar el imperio
Tomó
inmediatamente, sin consultar a los rancios monsignores
medidas drásticas tan sorpresivas
como la noticia
Al
día siguiente, estaba en alza de nuevo la banca vaticana, miles de monjas y
curas pedían casarse... Las iglesias y los colegios religiosos se transformaron
en salas de baile, casinos y hasta
puticlubs, aunque con otros nombres…La
más vieja empresa del planeta cambiaba radicalmente de look. Renunciaba a sus
perversas y ancestrales costumbres…
¡Vale!
Vale ¡ Todo eso nos parece fantástico e incluso divertido exclamaron a coro los
sorprendidos lectores pero… cual era el secreto tan bien guardado
repentinamente divulgado?
¿El
secreto? Muy sencillo… San José, nuestro casto varón, no fue tan casto y
nuestra santísima e inmaculada virgen,
perdió su preciada virginidad en el primer embite amoroso…
Así
que una de las primeras medidas fue modificar una frase del intocable
catecismo:: El “Ave María purísima sin
pecado concebida” se transformó del día a la mañana en Ave María “con placer y alegría concebida”…
Pero…¿Por
qué ¿ preguntó aterrado un viejo monje
habernos engañados durante tantos siglos? ¡Por la inmortalidad evidentemente!
le espetó irónico un joven teólogo de última
generación…í Si María y José follaron como dos manda, se puede deducir
fácilmente que Jesús fue mortal así como cualquier hijo de vecino
¡Jesús
mortal! ¡Y la resurrección, la inmortalidad! ¿Qué venderemos ahora? ¿Pero qué
venderemos?
Tranquilo
hermano, 20 siglos dominando el mercado nos han dado mucha experiencia… Además, en
nuestro siglo XXI, con buen marketing, se puede vender cualquier
producto, aun en tiempo de crisis…
Ahora,
buen hombre, cálmese y rece…¡Dios y el Banco Vaticano -saneado por el dinero
del FMI y de los Emiratos árabes-
proveerán!
¡Amen!
Claire Deloupy Marchand.
UN SECRETO
Cuando la luz inunda de esperanza los pasillos de piedra
donde parecen los ecos habitar la mano perfecta
de gélidos suspiros, mármoles tallados.
Cuando el frenesí son vuestros pasos
y el viento me llama para quedarme con la gacela
que con su roce de naranja refresca mi lengua exultante,
reposa el secreto en que hago y deshago
la urdimbre en que tu sol me ambiciona
y creo poseerte en mi vientre,
ilusión de brusco amanecer coralino para volver al cero
y no perderte en la espera de amantes por los que el reloj se derrama
bajo la sombra de palmeras en mi pequeña almohada.
Perfumo el cuerpo sin ocultar tu humanidad,
es el olor que yace en mi pupila lo que me mata.
Susana Lorente
Cuando la luz inunda de esperanza los pasillos de piedra
donde parecen los ecos habitar la mano perfecta
de gélidos suspiros, mármoles tallados.
Cuando el frenesí son vuestros pasos
y el viento me llama para quedarme con la gacela
que con su roce de naranja refresca mi lengua exultante,
reposa el secreto en que hago y deshago
la urdimbre en que tu sol me ambiciona
y creo poseerte en mi vientre,
ilusión de brusco amanecer coralino para volver al cero
y no perderte en la espera de amantes por los que el reloj se derrama
bajo la sombra de palmeras en mi pequeña almohada.
Perfumo el cuerpo sin ocultar tu humanidad,
es el olor que yace en mi pupila lo que me mata.
Susana Lorente
Un
secreto
Ella no sabía de las
tempestades del mar
ni de los duros inviernos que
aquejan a los hombres.
Creía que volar era volar y que
la tierra
era la arena dónde sus pies
limitaban con el mundo.
Sabía del amor nada
y de la eternidad lo que cada
domingo
caía sobre ella como una
maldición.
Si escuchas una palabra no
podrás huir,
me decía, y callaba mientras se
moría.
Cruz González Cardeñosa
UN SECRETO
Vientre nocturno de girasoles
Dominando las grandes arboledas
Verticales caídas del adverbio
en las enredaderas
Del olvido
Ávidos pájaros del mañana
Devorando brutalmente la tarde
Hombres paracaidistas
Portaaviones paralizados
Paraguas para el porvenir
Abierto sendero de caminos
Vuelo trasatlántico
De cóndores y guepardos
Siempre con el corazón
Veloz y desangrado
Sobre el vuelo
Ventrílocuo de sed y caricias
Deseo el viento universal entre mis manos.
Paola Duchên
Vientre nocturno de girasoles
Dominando las grandes arboledas
Verticales caídas del adverbio
en las enredaderas
Del olvido
Ávidos pájaros del mañana
Devorando brutalmente la tarde
Hombres paracaidistas
Portaaviones paralizados
Paraguas para el porvenir
Abierto sendero de caminos
Vuelo trasatlántico
De cóndores y guepardos
Siempre con el corazón
Veloz y desangrado
Sobre el vuelo
Ventrílocuo de sed y caricias
Deseo el viento universal entre mis manos.
Paola Duchên
UN SECRETO
Un secreto inconfesable rasga
mi pecho,
rompe mis arterias, sangra el
desierto.
La sorpresa del silencio,
acalla la música,
detiene la lluvia, entristece
el corazón.
Bailo al compás de lo perdido,
lo que sólo sabré yo,
el olvido necesario acompaña mi
dolor.
Hermano, si tú supieras,
lo que abrazaron mis manos,
el calor de tan grade sol.
Hermano, cuánto he sufrido,
por dejar partir mi razón.
Si el olvido es necesario,
no me rebelaré yo,
aunque mi cuerpo ya no es mío,
ni mis labios, ni mi voz.
Son de un amor furtivo,
que por no poder existir,
no existió.
Helena Trujillo
UN SECRETO
Cielo de verano en Madrid
e invierno en Buenos Aires.
Cielos enfrentados como dos
espejos:
humedades y luz .
Camino como si las nubes
hubieran descendido
y fuesen mi captura en una
imaginaria canción
saliendo inocente de mis
labios,
como una pompa de jabón, sin
sombras.
Los antepasados convertidos en
espíritus
colgaban de las ramas del
ciruelo
y sones de trompeta acompañaban
los pasos del silencio
posándose en la tierra
fascinada por el vuelo de un pájaro
que señalaba el camino del
olvido.
La música del río sonaba
atronadora y llegó hasta la orilla
arrastrando una camisa roja con
ojales enormes
por donde el tiempo pasaba gota
a gota
repitiendo: soy lo que fui.
Recogí del bolsillo un papelito
que desdoblé
entre risas y llantos mientras
espantaba
las dudosas miradas de las
moscas y su zumbido
para que se perdiesen en el
mundo impalpable
de esa línea raptada por el
cielo.
La boca de papel me preguntaba
¿dónde se esconde lo que nunca
me dijiste?
y preferí que se rompa en mil
pedazos el destino
y entre astillas de vida besé
la camisa destrozada
y me hundí en la ceguera de un
relámpago miserable
sin confesar, porque no me
acordaba,
en que despojo dejé oculto mi
último secreto.
Norma Menassa
EL SECRETO
Silba insistente en el silencio
de la noche,
vuelve inquisidor el recuerdo
de la escena
donde la niña hurtaba una bella
piedra
blanca y cristalina en su
pulida desnudez.
Se quedó sin piedra, es decir,
se olvidó de ella y sin embargo
la angustiosa sombra de una
mala acción
le devolvía al escenario de la
culpa.
Incienso y cirios ahogan el
despertar
de vehementes alondras
deseosas de volar hacia el
verano.
Olga de Lucia.
UN SECRETO
"Un secreto guarda mi
corazón..."
Ella sonreía mientras recordaba a su madre
tarareando esa frase.
Siempre se sorprendía del brillo en sus
ojos,
de esa mirada que traspasaba cuerpos y
materias,
fija en no se sabe qué secreta imagen,
que tensaba todo su cuerpo
y dejaba traslucir un regusto
intraducible.
Un secreto...
Desde que tomó la
decisión,
recitaba incesantemente esa cantinela
heredada,
a pesar de la incongruencia del acto,
de su alergia a sensiblerías
políticamente correctas,
en contra de toda planificación
coherente.
Dudó: no creía en las casualidades
y despreciaba esa lógica que justificaba
cualquier sentimiento exagerado,
todo signo de flaqueza personal.
Aún así, desplegó sus espejos en una
sucesión
de argumentos imbarrenables,
rígida estrategia de supervivencia,
mientras calculaba la venganza de sus
manos.
Un instante y todo sería pasado.
Pobre mamá, pensó mientras hundía el
buril
en el ventrículo izquierdo de aquel
hombre,
los secretos no se guardan en el
corazón:
cualquiera puede destrozártelo.
Carmen Salamanca
Un secreto
Despliega sobre esta línea
los cauces verbales de tu cuerpo.
Azul y rojo pulsan en tu sangre
los tiempos simultáneos
en que te deshaces
en medio del abismo.
Eres un eco de futuros cataclismos.
El sol ya ha dejado en tu caverna
las huellas de un lejano nacimiento.
Del viejo sueño de ser
auténticos y contemporáneos
hace tiempo despertamos.
Reclama ahora el acertijo
que tiene para ti un secreto.
Eres la frase que aún no has dicho.
Ruy Henríquez
Despliega sobre esta línea
los cauces verbales de tu cuerpo.
Azul y rojo pulsan en tu sangre
los tiempos simultáneos
en que te deshaces
en medio del abismo.
Eres un eco de futuros cataclismos.
El sol ya ha dejado en tu caverna
las huellas de un lejano nacimiento.
Del viejo sueño de ser
auténticos y contemporáneos
hace tiempo despertamos.
Reclama ahora el acertijo
que tiene para ti un secreto.
Eres la frase que aún no has dicho.
Ruy Henríquez
UN SECRETO
A Malala
El hambre a veces se instalaba
en su boca
incapaz de clamar por diluvios
que lavaran la afrenta que su
pequeño cuerpo
escondía con la serenidad de los ignorados.
Acudía cada mañana a la escuela
porque la risa
la fue conociendo entre esas
historias
que la maestra
hacía brotar de los escasos
libros que tenían
y se maravillaba cuando
combinaciones de letras
eran capaces de predecir
el escaso número de kilos de
harina necesarios
para alimentar a sus compañeros
al año siguiente.
Todo un descubrimiento
el de las fórmulas capaces de fabricar
espejismos para sus ojos ávidos
de luz.
Fue creciendo sin sobresaltos
de carillón
porque el tiempo en su ciudad
no existía,
todo era terquedad e
intolerancia,
una insistencia en sostener la
ignorancia
de la que ella escapaba cada
mañana
entre risas infantiles
que le presagiaban algo de
dignidad para su vida.
En ocasiones, cuando los
avarientos despreciaban su sexo,
y el desanimo rodeaba su cuerpo,
llegaba a casa sin que la
sonrisa le abriera la puerta
para soñar en secreto que algún día sería maestra.
Pilar Rojas
POEMA
UN SECRETO II
Témpano cruel
de los diptongos
sobre la cítara
del misterio.
Ave de inmensidad
que arriba a un puerto
vertiginoso
aventurando
los destinos de
las letras,
aventando el polvo
de la ensoñación
y sustituyendo por trabajo
el error humano.
El secreto de la cifra
y del oficio.
El arte de la ciencia
y del trabajo
Aluvión de estrellas
que sentencia
el manto olvidado
de la ausencia.
Soldado efímero
que proclama
el bastión
de la desesperanza.
Enamorado
recorre los abismos
encendidos
del poema.
Un vaticinio
de cobalto
balanceando
el misterio de
las sombras
en el conjuro
del amor.
Virginia Valdominos
UN SECRETO
En profundos llanos y ciudades,
aprendí a tolerar esta
inquietud,
inseguro en la sagacidad y su
carne.
Déjame recordar tiempos
donde ciego escuchaba
mi ofuscación interna,
parecida a cautiverios
de madrugada.
En sinuosa trayectoria
de cauces íntimos,
encontré tu amor
vinculado al espacio y la
tierra,
en palabras que sostienen
nuestro mundo curtido
donde se abre la carcajada.
Crecí con la libertad de los
caballos en su travesía.
En mi agitación hay algo
sobrehumano
y musas innombrables en el
reposo.
Hay vidas deformes en los
espejos
y andares risueños barajando
destinos.
Conozco más de barracones
que de alcantarillas
o altas torres
donde hacer la digestión,
tranquilamente
y liberarse
de dolores antiguos
perfilados en distancias.
Oigo hablar
y siento el vértigo
de abismos que interrogo.
Aquí estoy,
atento a mi voz
que se adelanta al rumor
del salto de los días,
por si alguna señal amada,
me nombra.
Jaime Kozak
UN SECRETO.
Me miras creyendo que averiguas
meandros anatómicos, extensa orografía,
yo sé que buscas en mis gestos el secreto,
escudriñas curioso mis maneras,
la cadencia de mi voz,
las inflexiones de mi canto.
meandros anatómicos, extensa orografía,
yo sé que buscas en mis gestos el secreto,
escudriñas curioso mis maneras,
la cadencia de mi voz,
las inflexiones de mi canto.
Desiste, amado mío, no encontrarás
en ellas la respuesta.
en ellas la respuesta.
Palpas concienzudo mis rincones,
estuarios donde se pierde el barco de tus dedos.
estuarios donde se pierde el barco de tus dedos.
Mi piel no retendrá tus huellas
dactilares,
aunque erice sus lanzas en son de bienvenida
aunque erice sus lanzas en son de bienvenida
Al paso de tus huestes de yemas amorosas.
Yo sé que desesperas al no encontrar
respuesta
y te duele mi dicha en el costado.
y te duele mi dicha en el costado.
No quieras entender cómo se cruzan
mis lujuriosas aguas ni mis mares.
mis lujuriosas aguas ni mis mares.
Este secreto que piensas hallar entre
mis cosas
es también opaco a mi mirada.
es también opaco a mi mirada.
Nada sé del sortilegio que transforma
mi cuerpo en femenino goce.
mi cuerpo en femenino goce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario