GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 97, 17- 11-2012
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 97, 17- 11-2012
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
Dibujos: Miguel Oscar Menassa
QUE SERÁ EL HOMBRE
NUEVO
Intenté sin conseguirlo, montarme en la
flecha del tiempo
para viajar hacia el futuro,
más no pude avanzar porque todas las
formas
se perdían diluidas en el aire.
Te busqué por las orillas húmedas y
entre latidos
con los pies tratando de no tocar
ninguna superficie,
ninguna idea preformada que matase con
su burla
la alegría de mis saltos al vacío,
más no pude imaginarte sino en un
combate de raíces,
en medio de una soledad que no preví,
en medio de otros mundos
con los ojos sufriendo en la oscuridad
de la ceguera y los susurros doloridos
del gentío.
No son los gemidos los que golpeaban las
puertas de La Tierra
y muerden a los hombres que no sueñan,
son ráfagas de poder vacilando entre
paisajes secos.
Hombre futuro, no te encontré entre
razonamientos
y quise que te envuelva el mundo.
Es su música la que te vestirá con un
ropaje de estrellas,
lejanos giros entre velos, serás el
único que despertará
cuando el amor presida el último adiós
sobre los hombres.
Los fuegos inhumanos harán cenizas de
músculos vacíos,
corazones sin nadie y en el oído sonará
remotamente
el sonido del mundo encerrado en una
oscuridad profunda
limando las palabras que ya no dicen ni
luz, ni oro, ni sangre de puños lastimados manchando las paredes, donde un
hombre protesta.
Pero el hombre… no existe?,
te busco en el futuro y veo sólo lunas
trajinando el ancho espacio
donde persigue a los que fueron huesos,
venas,
sangre sonando su melodía en medio de la
cárcel del cuerpo,
batiendo sobre el calor de ciudades
erguidas que no huelen a nada,
sólo relámpagos sobre un rostro bello,
sólo la certeza presente de un amor, la
verdad de la vida, donde todo pervive como llama que no quiere ser brasa,
sino luz irradiando un oscuro hueco sin
latido.
Hombre futuro, brilla como la piedra en
esta selva diminuta
donde yo no estaré sino estrechando
formas en silencio,
te dejo una canción debajo de una piedra
para que rías
como un pájaro feliz, y te levantes
altivo
como un chorro de agua fresca
que quiere enredarse con la luna.
Norma Menassa
¿QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO?
Dejándome soñar en esta fría tarde de domingo,
después que mi equipo perdiera cero a tres,
pienso que el hombre nuevo debe hacerse cargo
de una historia
que incluya en su acontecer
a todos los ciudadanos por igual.
Junto a un D.N.I., un Pasaporte
hay un alma, un ser humano que padece.
Reducirnos a la necesidad
corta las alas, apaga el deseo,
termina con la vida de los eslabones débiles
en una cultura que arrolla con la fuerza de un
tornado
y destruye conquistas que costaron
varias vidas conseguir.
Se busca un hombre que aparque sus sandalias
y deje de predicar desierto de palabras,
ilusorio mundo donde la vida se ofrece en un
más allá.
Que se haga cargo de sus actos, sin perdón
Divino.
Que caiga el asesino en nombre del ejercicio
de un poder
tan inhumano, tan distante, tan ciego.
Ahíto de rencores albergados por las noches
junto a la alcoba de sus padres
o a la cuna de su hermano.
No habrá hombres que dispares a las flores,
que lleven a la población al suicidio,
que desquician a los médicos y anulan a sus
profesores,
hombres como bombas camufladas bajo disfraz de
comediantes.
El hombre nuevo será una construcción de la
escritura,
un cambio de ideología que incluya el respeto
por la vida,
un acontecer que incorpore como arma el
conversar.
Olga de Lucia.
EL HOMBRE NUEVO
Sicarios de la muerte sin escrúpulos,
proxenetas del tiempo,
bajo amenaza de tortura, me preguntan:
proxenetas del tiempo,
bajo amenaza de tortura, me preguntan:
¿Qué será el hombre nuevo?
No sé nada, respondo con voz firme.
y sostengo su mirada ciclópea
con mi mirada de mujer y en mis ojos se tiende la pradera.
¿Por qué a mí sus interrogatorios,
esta luz que me ciega impidiéndome ver el horizonte
donde nace el futuro?
y sostengo su mirada ciclópea
con mi mirada de mujer y en mis ojos se tiende la pradera.
¿Por qué a mí sus interrogatorios,
esta luz que me ciega impidiéndome ver el horizonte
donde nace el futuro?
Es usted la que tiene escondido el secreto,
grita la voz, y un aroma a sulfuro me recuerda
las bombas, el averno, las cosas que se cuecen
en el caldero del mundo a mis espaldas.
grita la voz, y un aroma a sulfuro me recuerda
las bombas, el averno, las cosas que se cuecen
en el caldero del mundo a mis espaldas.
El hombre nuevo, nadie sabe, replico,
pero él nunca permaneció mucho tiempo de rodillas,
estoy segura de que se levantará,
seguirá descifrando el tenue entramado de sus sueños,
seguirá surcando el horizonte con sus aves de hierro
y bordando caminos en el telar del mar.
pero él nunca permaneció mucho tiempo de rodillas,
estoy segura de que se levantará,
seguirá descifrando el tenue entramado de sus sueños,
seguirá surcando el horizonte con sus aves de hierro
y bordando caminos en el telar del mar.
El más fiero de los torturadores, insistía en
que yo
debía saber algo más sobre el asunto.
debía saber algo más sobre el asunto.
Le advertí que sus preguntas podrían
extinguirlo,
volverse poderosamente contra él.
volverse poderosamente contra él.
No sé nada, insistí, terca y empecinada.
Pero el hombre, acaba abrazando las ciencias que produce,
un día aceptará que no es rey en su reino,
un día amará a alguien más allá de su cuerpo,
un día, el hombre masculino aceptará que sin ella,
nada puede, que sin diferencia, el mundo es demasiado cruel.
Pero el hombre, acaba abrazando las ciencias que produce,
un día aceptará que no es rey en su reino,
un día amará a alguien más allá de su cuerpo,
un día, el hombre masculino aceptará que sin ella,
nada puede, que sin diferencia, el mundo es demasiado cruel.
Es por eso, dijo él, que es a ti a quien
pregunto.
Alejandra Menassa de Lucia
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
Se reunieron los jefes de la tribu
y deliberaron cuál de ellos debería
dejar la rosa sobre la tumba de sus antepasados.
Los jóvenes ampliaban sus horizontes
sin mirar atrás... Al caer la tarde se reunían
alrededor de la hoguera preparada para ese día.
Comían lo conseguido por unos y por otros
y al anochecer se repartían los colchones y dormían.
Quién construyó las casas y les dio vida
preguntó uno de ellos. Otro dijo:
Algunos traemos carne y otros sembramos trigo
y comemos todos el mismo alimento.
Cayó la noche y hubo dolor.
Las manos se unieron y cantó la tierra.
El niño entonces creció.
El hombre nuevo será un invento o no será.
Cruz González Cardeñosa
EL HOMBRE NUEVO
El hombre nuevo es un tesoro
bajo ruinas intactas y malolientes,
un hombre con sentimientos intercambiables,
amante de lo igual y lo distinto.
El hombre nuevo buscó por todos lados,
los enigmas que no pudo comprender del universo,
luego cerró los ojos y las más altas verdades
rodearon sus costados impermeables.
En silencio, no quiso alardear
de haber tenido aquél encuentro.
Ningún hombre vulgar le creería
esa nueva visión para lo humano.
Siguió sus pasos, y sus pensamientos
encontraron las palabras perfectas,
la mirada lejana, las certezas.
Todo el horizonte aquel día, durmió a sus pies.
Lucía Serrano.
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
Ícono del futuro
tu intransigencia resplandece en mi rostro
tu amado corpúsculo inusual encuentro con la guarida
en la mediocridad del viento enfurecido en tu medio de asalto
en tu cuero engendrado bajo la misteriosa capa del edén ensangrentado justo
encuentro con la multitud en las especies de la acuarela con que el rostro se
desvanece.
De la ave que paso en el horizonte ventisquea la solicitud de un cuadro de
vengala con que amartillar el amor.
Sal de mí.
Subterfugio infernal debes reconocerme. Debes sentirme. Pues la andadura
traviesa, recóndito lunar del sueño, ensueño enmohecido aún florido, a un
perpetuo retoñar donde el retoño era esperanza firme.
Firmamento esencial del que describe, el humillar del hombre.
Fortaleza galopante. Que va y viene, que va y viene.
Y como no me dejarán decirlo más fuerte en mí que en la inusitada amuleto
de la ruido del a cáscara cuando te penetra las entrañas del acero que guarda
nuestras cárceles penetrantes a través de los ojos del firmamento la firma del
tiempo.
II
Y pegaso fortalecido con el amén
decisión feroz, furia infernal, infernal dilema proseguir
en el tumulto del sol de la nota que acontecer sé. Berros y judías en las
alquimias de la palabra, versos y besos en el humus del alma. Vértigo
incalculable
incalculable vestigio del vértigo, incalculable brecha por la que el hombre
pasa para ceder el paso,
Soy yo, caballero, el mago del odio disfrazado de entraña de dolor, no
vulgarice mi pedregal, mi fruto es del más duro hierro, soy el criminal
ensangrentado y también el vértigo del criminal ensangrentado, de su sangre, de
su madrugada de sangre y de su original mal.
He decidido dislocarme y penetrarla. Ahora pertenece al horror del
lenguaje. Soy su inmensidad.
La poesía señorita,
Final que nunca fue.
Virginia Valdominos.
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
Hay un tiempo, donde
mansamente
el cuerpo se esconde en un
repliegue
de angostas líneas.
Me encuentro con el temor y
avanzo,
sacrificando nada.
Soledad y locura, me digo,
harán de
mi un extraviado y renuncio
porque el hombre que llevo
está reclamando su voz,
su imagen doblegada.
Alma de brillos y
alaridos anunciando que la
noche
terminó y que comienza el
día.
Queda detrás mi sombra
errante
pero no es oscura,
se diluye, devorada por la
angustia,
deja de seguirme
porque soy un hombre que
desterró su sombra,
para ser un infinito manto
replegado en mis palabras.
Extiendo mis versos,
ojo de nácar,
piel de mi enamorada,
violenta en su caída.
pero joven,
Miguel Martínez Fondón.
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO…
No recuerdo haber oído de pequeña el crujir
del saco del siniestro compañero de la oscuridad.
Los cuentos eran eso, imposibles.
La crueldad se desparramaba por las esquinas
y en los márgenes de la trocha la ignominia cabalgaba veloz.
Sin embargo, siempre había un héroe
que con la paciencia infinita de un hombre
acurrucado en la historia sobrevivía a la impiedad
y ganaba la sonrisa del banquete final.
Las aventuras eran siempre entre letras,
devoraba vidas que mecían la angustia
y acompasaban los bostezos de la infancia.
Luego las cúspides de la adolescencia
cuando sin antecedentes un perro se alojaba en el estómago
mordiendo el plexo solar y aposta
en carreras de galgos vencidos la futura esperanza.
Qué lejos del pueblo que no tuve,
con historias donde los protagonistas entraban a matar
en una tarde de gloria, astados cárdenos,
mientras los cabellos también cárdenos coronaban los días
que inexorables caían como hojas de calendario.
Por fin, una intrepidez que ignoraba hasta el menor
desfallecimiento
terminaba por disgregarse,
olvidaba finalidades de mayor trascendencia
y en un esfuerzo testarudo y magnífico
restituía las vísceras al esqueleto
para constituir un verdadero hombre de su tiempo.
Pilar Rojas
¿DE QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO?
¿De qué será el hombre nuevo?
¿Destruirá esta realidad de zombis
individualismo salvaje,
del sálvese quien pueda?
¿De qué será?
Hoy camina mirando sin mirar
lastimadas rodillas sangran bajo el sol,
camina sin escuchar la ternura,
sin parar un instante,
torbellino,
maraña,
desesperado rumbear sin rumbo.
¿Puede el hombre nuevo
atender esa melodía,
sabia melodía que nos viene
cabalgando en el viento?
¿Puede
palabras compartidas
escuchando y escuchadas?
¿Puede el coraje del hombre
a lo que medra en el pantano,
transformarlo en fruto?
¿Puede el hombre
no ser como huracán al águila
que no arredra
pues encadena su vuelo?
Se exprime la vida
sobre las hondonadas del presagio,
rompamos el martirio de las sombras,
en cenizas el pasado que encadena,
tal vez, así, escuchemos
tanta palabra escrita
tanta sabiduría encuadernada,
y mirarnos a los ojos,
sentirnos hermanos
y juntos,
y muchos,
tal vez
quizás tal vez,
podamos parir
un hombre nuevo.
Uno que nos haga volar
hacia la libertad.
Rosalba
Pelle
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO…
Recolector perenne del color en las mejillas
de tus geranios.
Qué otra cosa puede ser un torero, un
maletilla o el propio ruiseñor
si perturba la frase de una mosca
y sin embargo paralizando toda novedad
pretende inventar
la máquina del poder mentir la verdad.
¿Qué será el hombre nuevo?
¿Qué será de la música sin el pintor de los
goces
con su tenebroso negro lienzo?.
Qué será el hombre si alguna cumbre, en otro
planeta, no alcanzara
¿amputaría sus manos para volar?
¿atará sus pies a las piedras, de nuevo? O
¿seguirá buscando
sentido a la vida, el millonario pan del pobre
en sus bolsillos cosidos?
¿Qué será de las precisas y delicadas máquinas
sin madre que lea?
¿Qué será sin padre que hable? Hermanos de
letra y sangre.
Que serán los árboles sin destino publicado
donde conste que al menos
treinta y tres veces le ganaste a la muerte.
Que menos
para un torero, un maletilla
o éste múltiple cantor.
Carlos Fernández
QUÉ SERÁ EL
HOMBRE NUEVO
El hombre anclado en el pasado
antiguo como el vino reservado,
obsoleto en sus quehaceres, vulnerable
en su retina contagiosa... Copula
acurrucado en sus hondos metales religiosos
y un nuevo altar a sus hombros se abalanza.
Yugo indómito de la memoria
que olvida suprimirse, pasión tenaz
que el tirano posterga. Así se hizo
de su propia costilla Adán
por culpa de Eva. Se hizo,
el hombre cabal de Confucio,
y también el lobo de Roma,
todos para pasar por el aro
del útero pariente.
Nacieron Fausto, Hamlet
y Jesucristo, entre otros:
Odiseo, Don Juan Tenorio...
Todos vírgenes, como Jean Valjean,
o hijos de vírgenes y de otros hombres
también vírgenes.
Hans Castorp, habría decidido
conceder algún crédito a sus aprendizajes:
Es imprescindible congeniar con la poesía.
De ello depende la capacidad de sumar,
o más bien a la inversa,
porque la resta es una suma precipitada.
Y los ojos se le llenaron de cárcel,
sólo espesura para llorar ardiendo.
Casi todo era perfecto, sólo únicamente
aquel amor clavado en las faldas,
en los verbos elocuentes y poderosos.
De su tumba, el Quijote brotó triunfal,
ufano y bondadoso, sin escrúpulos,
todo misericordia. Y de él, el psicoanálisis,
el Grupo Cero. Ánades reales, palomas
torcaces, todo mensaje. Todo volar,
jugar en el fondo de la miopía
como un parásito amedrentado.
Dientes sin rigor, todo pronóstico
se hundía cruelmente en la pintura
diaria de lo indisoluble. De ahí
la palabra misma. Dejarse
el corazón abierto, hablar
casi sin desperdicio a casi cualquiera.
Estas eran sus armas,
el arte de no ver. El arte
de la intrusión que nunca
se concede a los intrusos. De ahí
el hombre nuevo
que será.
Kepa Ríos Alday
¿QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO?
Se ha logrado develar la ruta de la
sangre y los océanos,
la larga lista de los muertos y las
dudas arraigadas en las pieles de los cobardes;
los sueños que no han tenido despertar y
los que nunca han logrado acontecer.
Sé que desconozco las palabras que
brotaran antes del amanecer.
Los labios de la risa se han quebrado
bajo los augurios del dolor,
tus manos andan abiertas a doquier y
cerradas a otras manos.
Sé que nadie levantará su voz sobre los
tejados de la humanidad,
sé que a los 30, comienza un camino
sellado por su término:
Cualquier paso nos puede conducir hacia
una eternidad,
que susurra y promete cuerdas para
rodear el cuello de la verdad.
Que a los 40, el dolor de existir
agudiza el ingenio para romper
lo construido, detrás de esa ventana que
otros abrirán.
Que cada edad es un pasadizo obturado y
obturante,
donde la nada vierte sus venenos sobre
los vestigios
y sobre cualquier futuro que nombre
otros nombres.
El hombre nuevo será siempre un hombre,
un hombre que no cae ni aunque
caiga,
que no cede ni cuando los gobernantes
ceden,
que no muere ni cuando la nostalgia
lo ata
a la pesadumbre o agrieten sus ojos
los vidrios de la mansedumbre.
El hombre nuevo será una conversación.
Amelia Díez Cuesta.
¿QUE SERÁ EL HOMBRE NUEVO?
Qué será el hombre
nuevo?
Me levanto esta mañana y me pregunto
Qué vientos de luz traerá su proclive
Palabra hacia lo humano…
Qué verbo altanero surcará esta misma
mañana,
Como una saeta o un jinete
Cabalgando el depósito de fiebre
La pasión por la palabra.
¿Es el alimento de la noche acaso
esa sombra que cobija
un sueño
de la humanidad , poder con la palabra
lo que de humano señas deja
el martillo sobre la piedra
la hoz sobre el trigal
cincel que ama el yeso,
las anchas alamedas por donde
camina el hombre nuevo,
el hombre amado,
aquel de cuya humanidad
Freud y Marx tejieron algunos versos
Hilos tenues de luz , antorchas híbridas
y galácticas
Aquel que mora irremediablemente
En la poesía,
En el caballo y el jinete de tu nombre.
Paola Duchên
¿QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO?
Viste el anguloso sol reflejado en la
botella
de él se alimentan las plagas invernales
de tu nombre.
¿Qué será el hombre nuevo?
Voy y vengo buscándote,
y entierro tu nombre para olvidarte,
cabo durante horas las vocales
y no encuentro nada.
Más tarde, conquistados algunos hábitos
la consternación y la displicencia,
toman aliento para vencer el miedo
que adquiere alguna responsabilidad.
No son los pormenores,
ni las altas cumbres ni los infiernos,
son momentos,
espacios que se abren a la luz
inexplicable de tus ojos,
por primera vez,
extendiéndose al infinito amor
creado, para ti,
en la simpleza del horizonte.
Magdalena Salamanca
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
¿Qué será el hombre nuevo? te pregunté,
mientras la realidad amenazaba
con quebrar nuestros sueños.
Qué será esa mezcla imprevisible
de terror y aspaviento, que rodea los
cuerpos
y entrega nuestra vida al mejor
postor...
Congoja y anarquía habitan el corazón de
la bestia,
dijiste, la bestia que conduce el mundo,
ésa que desgarra conciencias y revienta
la fe.
Aúlla su locura cada noche,
escribe con sangre nuestro futuro
y nada altera la crueldad de sus manos.
Pero entonces, ¿el hombre nuevo...?
Esta vez, tu mirada taladró mi
conciencia:
El hombre nuevo eres tú.
Carmen Salamanca
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
Qué será el hombre nuevo
sino una desdibujada sombra,
que espera el cálido regazo.
Hombre amamantado por resecos pechos,
agotados de noches ametralladas
por siniestras consignas que invaden
los débiles corazones.
Hombre despoblado de ideas,
desahuciado de su sonrisa,
encadenado al destino cruel.
Roto en el silencio, gime el aire
viciado por dictaduras,
imperecedero artificio
donde levantará su mirada
el hombre nuevo con estridentes voces
la monotonía de este sueño infinito.
Helena Trujillo
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
“El hombre será un hombre para el hombre”
De nuestras sombras nacerá,
de nuestros días sin sol.
Éramos -eso creíamos- el hombre nuevo.
A partir de nosotros
la justicia empezaría a vivir en la
tierra.
Éramos trabajadores.
Teníamos palabras e ilusiones
corazones a prueba de balas.
Conocimos las dictaduras, las guerras
el odio todos los colores.
Pero muerto el tirano no se acabó la
rabia.
Varias décadas tuvimos de grandes esperanzas
mas, cayó de un soplo maligno el
castillo de naipes.
La injusticia se hizo de nuevo
cotidiana:
Ancianos y débiles echados brutalmente
de sus casas,
jóvenes muertos por descuido y afán de
lucro,
niños pegados por los cuya misión era de
protegerles…
Pero no nos rendimos.
Volvemos a las trincheras.
En nuestra sangre vibra ya el hombre de
mañana
en nuestros versos se gesta.
Será culto y fuerte
dulce y emprendedor.
Sabrá hablar con sus semejantes
escucharles y contestar.
Leerá, antes de vivir plenamente,
la sabiduría de siglos
y escribirá con buena letra
con su pluma y con su vida
otra historia.
Claire Deloupy Marchand.
QUE SERÁ EL HOMBRE
NUEVO.
Palabra escondidas en
la piel.
Palabras buscando entre
las horas,
historias inventadas en
el revés de una madrugada.
Palabras, abriendo las
orillas del horizonte
salvajes azules,
clamando un atreverse a
morir,
Palabras escritas en el
temblor de la tierra.
Palabras desbocadas en
el palpitar de la vida.
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
Buscando la vida impetuosa abandonaron el sublime frenesí del
aroma
en la linde de la montaña y el mar en que vuelan los pájaros
y la guillotina acaba con las ilusiones de un pueblo
enamorado de verdugos inertes, llenos de ruido y venas anquilosadas en sus
carnes de amianto.
Pasos de antepasados borrando la caída de la arena atrapada
en un puño
del que sueña con lo perdido en un futuro inconsolable y
tardío para el expectante,
destino fugitivo ante el que la certeza ondula el viento
en las curvas de una calle nombrada por su decisión
inequívoca de crecer
cada vez que el día se entrega a la noche con pasión, sin
ilusión,
con la vista brillante por otro amanecer.
Barajaron 39 cartas y la lluvia, hoy toda la partida,
pero un As y un trébol sobre la cornisa, todo iba a florecer,
hasta el rugir de los huesos amados cloqueando en el revés de
la tierra
vengando con sus aullidos la muerte que apea los deseos
dormidos sobre un haz de luz.
Un mundo de 39 eslabones que no caben en mi boca,
se abrazan desnudos para arrancar la voz del color, el color
del llanto,
la crueldad del amor,
el camino del mar por el que la corriente no sabe del índigo,
añil o cobalto
que indica al navegante el horizonte de tierra
en que la palabra yergue los corazones secos de tanta
esperanza eterna.
Soledad para el papel en blanco,
fuego para las manos ardientes,
dinero para las sombras que pisan los pasos,
y palabras, muchas palabras
que con su tiranía aborden los sentimientos más puros del
hombre nuevo.
Susana Lorente
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
Sentado en la pupila de algún gran dios
podría predecir tal vez cuál sería
el destino del hombre,
saber que será el hombre nuevo,
su perfume delicado
envolviéndome con su halo
de dibujo inacabado
o de canción por componer.
Pero he aquí que me enceguecen
los designios, los espacios,
la métrica cortante del tiempo clausurado,
las efímeras horas que el pasado
se empeña en repetir,
con su reloj de cuco,
su pulso dilatado
temblándome en la sien.
Por eso cuando me pregunto
¿qué será el hombre nuevo?
Pienso que tendrá que ser uno
que ponga el tiempo al revés.
Ruy Henríquez
QUÉ SERÁ EL HOMBRE NUEVO
dibujando labios
¡Cuantos besos le aplicamos al amor!
Lo he visto,
Cierra los puños
porque la soledad aprieta las palabras
y golpea los equilibrios
Hemos visto los cuerpos
tambalean los encuentros
entorpecen el viento sur
y cercano a los ojos, camuflan al aire,
destapan envergaduras
¡ay, mi cuerpo se ha plegado de nuevo!
Yo le digo que podemos ir juntos
que el espacio puede ser el trabajo,
los escalones que derriban al tiempo.
las miradas no se enamoran
de pulsos lanzados al azar.
Este idioma canta una farandula,
un baile infinito para mi cuerpo.
Es hermoso,
por ahora, baila un disfraz,
acerca todas las articulaciones
como cuando en el grito se arquean las
verdades
y saltan perforaciones
burbujas que revolotean más allá del
algodón.
La técnica ha desplumado los alrededores
Y sin embargo,
un poco de pan para las distancias
ha intervenido los movimientos.
He perdido la calma en el prójimo.
Clémence Loonis
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