domingo, 15 de mayo de 2011

TALLER DE POESIA SÁBADOS 14-05-2011





GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 72- 14/05/11
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

dibujos de Miguel oscar Menassa



COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Como rayos que parten al destierro

así camino hacia un destino seguro,

así sucumbo al olvido de la luz

y sus tinieblas. Amanezco de nuevo

giro sobre mis días aún vivibles,

repto sobre mis sumas y ardo

como nunca entre lujuria y muerte.

Como rayos que parten al destierro

deslizo mis manos entre tus letras.

Dispongo del silencio y sus seculares

miedos, sus ruidos misteriosos

y su arte para marcar los ritmos.

Era una noche sin retorno la que esperaba

una noche ajena a las distancias y a los amores

una noche a la vez nativa y extranjera

hecha de oscuridad lumínica y algo de amanecer.

Amelia Díez.

NUNCA HICE DIANA

No me agrada la calma,

la voces muertas,

el prestigio de equivocarme.

Acaricio tus teclas

con la brisa levantina,

mientras

descarto de las horas,

rosas de molino

sobre mi espalda,

fuerzas naturales

desviando pasos.

Cierres

bajo mantos

que se quiebran

en cortes rituales.

He optado por lo sublime:

deslizándome en diluvios,

intento una y otra vez

montar la ola,

armonizo

la torpeza con el ritmo.

No recuerdo silencios

ni estruendos de la diana,

desplazando su centro.

Jaime Kozak


NUNCA HICE DIANA

¡Pobres tentaculares grillos besando lentamente el olor a orín!

Había caído la nebulosa de los genitales

en respuesta a nuestros movimientos.

Se había fraguado la segunda historia del amor

entretejido de tambores,

y abrazado al pan.

Somos los únicos en luchar con armamento.

Protegemos la sombra de Dios

vestida de traición.

Sostenemos las estrellas

en un cielo de cicuta.

Algunos hombres caminan sin destino

a un basurero de sueños

Y amarillos disturbios.

Otros hombres nadan desesperadamente

Contra el tiempo

Como si la sal pudiera hipnotizarlos.

Yo llevo un traje de pájaro

Que aviva con sus alas el incendio.

Una mujer y un hombre

En la degradación de las horas

Y el perfume a Dios.

Unos niños jugando a la soledad

En un rincón del tiempo.

Vengo a traerles un regalo de luna para el frío.

Una espesa cortina de corazón

con que vestir su delicado olvido

a punto de crecer.

Es la siderurgia de la sangre,

que abniega al mar con sus escombros,

perfume dividido en esquirlas prevenidas como leones.

Proporciones de una lengua

que nunca hace diana.

Virginia Valdominos

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Como rayos que parten al destierro

los músculos levantan sus oídos del siempre

porque conocen el lugar de llegada.

Las aguas habitan intactas el movimiento

donde flota la belleza,

esa bruja erguida, ignorando la distancia de las balas.

Es terrible contar dentro de la cosa

la piel que asemeja su perfume

a la contemplación del engaño.

Acudir a la memoria del mutismo

y las urnas murmuran viscosas

sobre el próximo cráneo,

la carcajada de la aldea envasando victimas.

Clemence Loonis

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Pretendo alcanzar alguna libertad,

roer el ocre en busca del oro perdido,

me pregunto a quien amo

cuando dejo el papel en blanco.

Susana Lorente Gómez

NUNCA HICE DIANA

Nunca hice diana en su corazón.

En el último momento tembló cada vez mi pulso

cuando el pavor inundaba su rostro

y reflejaba sobre mí la sombra de la noche.

Cuando decía: “¡Dispara cobarde!

¡Dame de una vez la eterna quietud!”

oponía a su odio por su propia vida, palabras,

remolinos imposibles entrecruzados sobre la noche,

redes acústicas para sostener su caída.

Claire Deloupy

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESIERTO

Palpitan las miradas

condenadas a partir

hasta la intemperie de los días.

La noche, entre sollozos

atraviesa palabras fugaces,

al límite del olvido

donde la muerte trota entre mundos

con el pulso de la oscuridad

vistiendo desiertos perdidos.

El fuego devora las palabras,

siembra invisibles trozos

en batallas de piel enfrentadas

al límite de las mutaciones.

Y con los pies azotados

por el silencio de los epitafios,

recogen la melancólica leyenda

de los secretos

y huyen hasta los lentos

arrecifes de la memoria.


Soledad Caballero Castro


YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA

Embarcada en tareas de supervivencia,

restituyo órdenes nunca establecidos

y marcho en dirección a los orígenes.

Es preciso insistir cuando la velocidad

de sus argucias rasga vaivenes de sed,

marcados por el silencio y su apariencia.

Es necesario dinamitar toda certeza,

aniquilar espejismos de sumisión

y calibrar el odio y su condena.

Arrastrando cálculos de ignominia,

enfrento a su impostura, una verdad:

yo también soy virtuosa en la superficie de la piel.


Carmen Salamanca


YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA

Imposible combinarme con las letras,

vestirme de minúsculas y alardear de compañía.

Fría soledad, el silencio congela mis células,

impotentes frente a la creación.

Atravesada por el deseo de poseerme en otras palabras,

sólo encuentro la pureza del vacío,

mi propia inexistencia negadora.

Empequeñecida, repto por los vericuetos

que escapan a la moral,

forjo nuevas virtudes que nutran este anoréxico silencio.

Helena Trujillo Luque

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Vomitadora de frases nauseabundas,

el mundo se descompone en tu garganta.

Armada de injurias, disparas en cada encuentro

arrasando toda virtud.

Corruptora de la belleza,

violas el alma de lo que no te pertenece.

Carcomida por la envidia

excavas en ti oquedades para evitar la entrega.

Prisionera de la angustia

tejes los nudos que mantienen tu encierro,

infinito pozo de la amargura.

Preñada de soledad,

borras los próximos pasos,

aniquilas toda verdad.

Helena Trujillo Luque

YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA

“Y cerca de esto, que parece nada,

me transcurre una furia de esplendores

con ganas de vivir, como dolores

del fondo de la vena a la mirada”.

Carilda Oliver Labra

Impecable en el poder de la fuerza del esplendor

llego vestida de dama para jugar la partida,

viaje de amor en esas ganas de vivir honestamente.

Rodeas mi cintura y convocamos a los dioses

para que nos otorguen algunas de sus virtudes cardinales

que nada tienen que ver con nuestros cuerpos,

con el norte o con el sur.

Prudencia, justicia, fortaleza y templanza

aparecen atadas a mi mirada y, en ese vicio mío de ser feliz,

hago un pronóstico de la alegría para volar como pájaro libre

en forma de mujer.

Inquieta, meto mi mano en la boca del oráculo,

miro su cara redonda con ojos hundidos y pronunciados,

cuando una voz muda, desde lejos, sentencia:

“También eres virtuosa”.

Mónica López Bordón

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Estaban sentados a la orilla del río,

ya no existían ni los minutos,

ni el reloj, ni el tiempo.

Alguien llega.

Él sigue dibujando un paisaje lleno de muertos,

se va quedando solo,

la luna, llena de silencio,

se esconde entre las estrellas.

Pasan los días

y las rosas, como truenos,

se deshacen en pétalos azules,

amarillos, rojos…para que el mundo no se detenga.

Con lento gemir y temblando en el bosque negro

descubren los mapas del destierro

desde el filo de la niebla, tan espesa

que borra de las pupilas la mirada que permite

avanzar por la tierra desvelada de la existencia.

Las muertes, como rayos que parten al destierro,

preparan su equipaje.

Caminan fugaces y eternas sin destino,

levantan su voz y con una gran sombra

pasan la suma de las vidas ante sus ojos vacíos de luz.

Mónica López Bordón

YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSA
Es el viento que se torna música
en este atardecer donde suena el pífano
llamando con prudencia a la templanza.
Es la reberberación, el eco de mi alma
que estremece las vísceras más íntimas
en el despliegue luminoso de una pasión.
Me he propuesto beber el elixir de la dicha,
He de amarte en la plenitud y la carencia,
en el acierto y el error.
He de amarte porque sí, por pura libertad.
Porque he crecido a tu abrigo,
cautiva en las ondulaciones de tu canto.

Olga de Lucia


NUNCA HICE DIANA
Fuí la lanza que hirió tu corazón,
apenas.
Fui la penitente que se arrodilló pidiendo clemencia,
sin conseguirla.
Fuí la asesina que cincunvaló tu silueta,
sin hacer centro.
Oculté mi vanidad para poseerte
y no hube de hallarte.
Hembra y piel crecí al abrigo de peces luminosos
que cegaban con sus rayos mi presencia.
Olga de Lucia


COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTINO

A mi poeta

Como rayos que parten al destino,

quieres robar al mendigo su enmienda,

y propagar el zumbido atronador de la fiebre,

que reconforta las tinieblas.

Eres ágil campeón de condenas,

naciste de las ganas y de la tregua,

crees poder arrinconar en los vertederos de tu vida;

algo del silencio, una página y un poema.

Negador del Son de la tierra

lloras hacia dentro cuando el alma se descongela

y cedes a la amargura, entre soplidos de viento.

Allí donde el desnudo de las flores desconoce

la esperanza que se alberga en los precipicios del aire.

Si me vieras desanudando trenzas,

en el cruce de la calle del olvido,

nacería una flor que llevaría por destino

propagar tus versos, ser nadie.

Magdalena Salamanca

NUNCA HICE DIANA

Dos veces azoté el rostro del averno

-un golpe certero produjo otro cuerpo-

y, de luto recuerdo la tierra,

sin flores los tiestos.

Dos veces el rostro de dios pinté

de rodillas frente al chiquero

compré un trozo de tiempo y

una alfombra mágica que aún conservo.

En la feria de los magos

comensal invitado

la pócima del amigo bebí

la alegría, del más uno, en tus labios besé y

como potro enamorado

del brazo izquierdo pasea, la suerte, cual si fuera una mujer.

Con uniforme de gala y placer

salvas al aire del mañana

a miles

los pájaros trinan el milagro: no hay dos sin tres!!

Carlos Fernández

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Veloz, como rayos que parten al destierro, huyo de los

paisajes donde la ciénaga esparce légamos que atrapan los ensueños

de la penumbra de un bosque no alimentado de sol.

En la lejanía, el rumor de insomnes multitudes

entona un canto disonante que convierte en lamento las palabras.

La crueldad de los ojos clava sus pupilas arreboladas de espanto

en una luz que clama por enceguecer el mundo.

Cada dibujo trazado es un infinito clamor de negras bocas abiertas y vacías,

que nunca podrán arrinconar la avidez de los cuerpos

No hay harapientos en las esquinas,

el dolor los atrapó en monosílabos quejumbrosos

que cubren sus cuerpos haciéndoles girar

en espirales de cometa sin cuerda que dirija sus pasos.

El olor a jazmín se ha tornado pestilente en la rutina de jalonar los días

mientras el azogue dibuja monstruos de sinrazón y cobija

en sus esquinas las telarañas que envuelven el olvido.

Pilar Rojas

NUNCA HICE DIANA

Hoy,

Un día como hoy

a esta hora del crepúsculo terminaba la travesía

Nápoles-Buenos Aires.

Hoy,

desde el otro lado del océano

tus palabras ,agolpadas al borde de los dientes,

sin poder salir

retumbaron como un trueno

en mis entrañas, en mis huesos,

en la casa, en el universo.

A trece mil kilómetros

Y tu respiración que fluye y mis ansias

como en el invierno del 93,

¿te acuerdas?...

Luego

Te quedaste en cada pared, en cada rincón,

en el almohadón de seda,

en la caja azul con corazón aguamarina,

allí

quisimos ahuyentar tenebrosos

fantasmas del pasado…

miradas con silencios de luz

fue todo lo posible.

Después

el abismo,

murallas sin sentido,

hambre de aire,

aire que mordió furioso

nuestra soledad

no hice centro,

fui un continente devastado,

Rosalba Pelle

YO TAMBIEN SOY VIRTUOSA

“Tú estarás siempre llevando la luz en tus manos

así nunca me será difícil verte,

tu eres el río , el agua, los pájaros que trinan

todas las mañanas en el árbol de mi piel…”

Mago, invocador de imposibles,

águila plateada del Machu Pichu

cuántos versos agolpados,

impacientes,

alborotados por fin cobran vida.

Mi hoja blanca sabía que llegarías

y llegaste

Rosalba Pelle

“COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO”
Enrique Molina

Cae la noche sobre el faro que alumbra mi destino.

El hombre que huyó perseguido por una jauria inhumana

quedó sentado sobre una piedra cubierto de maleza

y no se anima a abrir los ojos.

No llora, apenas duerme apoyado en un tronco

al que se abraza cuando escucha la lombriz del tiempo

zigzaguear entre sus pies esperando que caiga sobre las hojas
esperando sin más su rendición, una palabra al fin que vista

su desnudo cuerpo.

Cruz González Cardeñosa

COMO RAYOS QUE PARTEN AL DESTIERRO

Como rayos que parten al destierro

exaltados mis brazos se aventuran

en el aire real, en la espesura

tangente de la piel y los cabellos.

Tránsfugas de mí van consentidos

transponiendo las lúgubres fronteras.

Brotan, del pétreo muro, enredaderas

con las manos abiertas, como nidos

desbordados de caricias, que salen

volando. -Locos enjambres de polen,

¡Atravesad los campos de batalla,

dulces nubes de cálida metralla!

¡Libantes himenópteros sedientos,

oíd como os convoca todo el viento!

Kepa Ríos Alday

YO TAMBIÉN SOY VIRTUOSO

Yo también soy virtuoso en cierto modo

pues, si bien mucho del vicio no me alejo,

al final sí que sorteo la sentina

y me libro de caer, y voy surtiendo.

O, si llego a caer, no me envilezco,

siempre aparece algo,

algún verso, un pensamiento

al que agarrarse para seguir, seguir,

y seguir, de algún modo, viviendo.

He triunfado sobre nada, aún

sobre tus ojos perfumados

con un brillo futuro. Sobre

aquella conversación a mantener

tal vez sobre nosotros.

Sembrar en tus labios una frase,

que me diga hombre

rompiéndome el silencio.

Sembrar en pleno río los recuerdos.

Recuerdos de hombres y mujeres

fuertes como países enteros. Vivos

como tus ojos brillantes

de deseos, que claman desde el fondo

cercano de un arroyo. Como peces

violentos que salpican tu piel

o tibios leones que besaran

tu boca de elixires contagiosos.

Kepa Ríos Alday

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