GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 116, 22-06-2013
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 116, 22-06-2013
Semana
a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo
realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la
Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
Dibujos: Miguel Oscar Menassa
VERSO LIBRE
Abanico
versos unas veces,
clavo
estiletes de palabras
otras veces.
Y mi mano
sueña
planeos de
gaviotas sobre el agua…
Algunos
recuerdos duelen.
Permanezco en el papel.
Rosalba Pelle Mancuso.
ESPECTACULAR
Ronca el
suelo en la caricia de unos pies.
Vibración
donde se confunde la gravedad
en átomos de
tiempo,
cuero que
raja los silencios,
dolor
perdido del ayer.
Canta tu
voz,
mientras la
inmóvil locura
consume las
esperas.
Tu voz
canta,
despertando
torrentes olvidados,
destapando
miradas traicioneras.
Galopa pura
sangre,
congela el
instante que amanece,
siembra la
bravura en los sentidos,
empapa la
belleza con tu voz.
Helena
Trujillo
A MARIANO
Latidos detenidos,
sucesos del tiempo irretornable
que descansa al pié de los cipreses,
y crecen con la madera
los nudos de una vida abandonada.
En la memoria recortada
de aquellos que contigo buscaron otro idioma
habitarás en medio de
esa soledad de las pasiones
y altares de un abismo con
limosnas de locura
buscarán el orgullo más
allá de la muerte
sin sal en la boca, y
labios agrietados
en el grito de la
desgarradura
Todo exorcismo ha sido
inútil
y no bastó el bronce
del mago montado mirando las ingles del asno
y el corazón repitiendo
los ecos que trastornaron tus maneras.
El cuerpo se volvió
inalcanzable disolviéndose en el viento
en medio de las
súplicas que nunca fueron pronunciadas
mientras los embustes
anidaron la garganta en un delirante paraíso
de insomnios, donde
gestos soñados y sentimientos de amenazas
asestaban sus golpes en
la aorta que ávida
trataba de lavar tu
amor y tu desgracia.
Aquel lejano amor
incomprendido,
de una avidez sin
límites,
dejaba en los cuerpos
olor de besos y veranos.
El errante ataúd de la
memoria lleno de fantasías y fracasos
contará historias sin
asilo
de un cuerpo torturado
por poderes mágicos
y la papisa del sol será
llamada a ese delta de espejismos
donde fantasmas se
alían con la carne
y mujeres palpables
liberan sus cabelleras
desplegadas para el
lujo del anónimo
con sangre de príncipe
heredero cosechador de paroxismos.
Un salmo se retuerce
bajo la oscura humedad de los helechos
y cantos de profanación
aluden regiones de una blancura de relámpagos.
De la boca quedó la
aureola de tus márgenes
dibujando frenéticas
caricias
junto a tu rostro que
desaparece
y emprendes un vuelo de
primeras nupcias
y te perdemos entre
piernas de mujeres
hasta las últimas
hogueras del cielo
cuando la luz se pierde
en un ceremonial
que empuja las puertas
de una jaula
y el retrato de un sexo
de demencias
agita un traje de
vacíos donde no late nadie.
Norma Menassa
TORCIDO
Torcido y, sin embargo,
este destino reclama mi presencia.
Ahuecando instintos, recupero
el rumbo aparcado de antemano,
cuadro existencias y desorden,
equiparo pérdidas y resuello.
Una vez más, recompongo
el rumor de aguas pasadas
y desato, en mi interior, fuerza
y desatino para continuar
enderezando el surco
que mi aliento dejará en el mundo.
Carmen Salamanca
ME ASOMBRA TU AGONÍA
Vivía de ilusiones.
Un sorbo de promesas para desayunar,
al caer la tarde, un sueño hecho canción,
despedía el día con cantos de sirena.
Mejor era despertar del letargo
y abrazar la realidad con fuerza.
Nadie lamerá las heridas
cuando hiera la ilusión defraudada,
la promesa maltrecha.
Mejor no esperar nada,
Lo que venga será lo inesperado.
La desilusión también nos salva
de la tonta ceguera.
Tu deseo era lábil como tela de araña.
Bipolar, ascendía y se replegaba,
Ambivalente, amaba y odiaba al mismo tiempo.
Pero no para mí, para el mundo
era así tu deseo.
Y fue un descubrimiento
comprender que no era yo su causa.
Alejandra Menassa.
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