viernes, 1 de marzo de 2019
domingo, 6 de abril de 2014
GRUPO POESÍA SÁBADOS 05-04-2014
GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 130, 05-04-2014
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 130, 05-04-2014
Semana
a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo
realizado en el Grupo de poesía los sábados a las 18:00 h de la
Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
HOY LO AMARÉ LENTAMENTE
Hoy quiero dejar constancia por escrito. Tome nota por favor:
En Madrid a tantos de tantos… ya conoce el protocolo previo a
todo asesinato.
Hoy lo amaré lentamente.
Eso no lo escriba era solo una reflexión.
Estimados señores o mejor escriba: ¡¡Ilustrísimos gobernantes!!!…
dos puntos y aparte. Ponga aquí un doble espacio
para enterrar el cadáver del silencio.
Sí, he dicho silencio.
Habla el poeta. Ladran los perros.
¡El tiempo del amor
esa sístole precisa de pétalos rojos en tus mejillas!
El tiempo del amor es una voz y hoy
la templanza amaneció con silueta de palabra,
besó mis manos con entusiasmo y encendió los pechos de mi amada.
En ese instante el sol atravesó los ventanales, dibujando un
suelo de grana y oro.
El minutero de la torre vigía, anunció la madrugada.
Estrenamos patíbulo se dijeron, abandonados ya, dos botines
negros:
Anduve leguas de roca y agua brava soportando el hambre del
esclavo
con la daga enamorada del amor -declaró el diestro-.
Anduve los centímetros precisos, sin antídoto para el pecado,
y en cada ojal
con pericia de cirujano, desnudé la mentira -contestó el
siniestro-.
Levanto la barbilla para que la soga no tocara demasiado su
rostro de guapo.
Las mujeres ya no alteran mis pasos, dijo el botín izquierdo.
Siguen robándote
el corazón le recordó el derecho. Hoy lo amaré lentamente.
Se despide de ustedes Atentamente….
Y mándelo a todos los medios de difusión
Carlos Fernández.
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Bajo el vértigo de la muchedumbre
Con sus ruidos y sus cascabeles caminando
Por el desierto de la vida...
En el pliegue de tu único párpado
Equivoco mi locura y te amo
Imperiosa
Hijo del canto de los pájaros en primavera
Florece un amor irreverente
Hermano del subsuelo y de las oscuras galerías
Humus vegetal en esta tierra viva, viva...
Paola Duchên.
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Teñiré su alma de fiesta eterna.
Bordaré en su piel tórridos suspiros.
¡Escapemos juntos!
¡Larga las amarras!
¡Despide el pasado!
Hoy somos el amor, vibración y pecado,
la lujuria alegre de la libertad.
Sin ayer, sin mañana
quememos en la hoguera de nuestra carne
cada instante.
Infernal tambor
mi corazón contra tu pecho.
Caerás arrastrado por la corriente.
Posaré sobre tus ojos las flores del olvido
Limpia tu corazón de todo nombre.
¡Fuego!
¡Dispara
sin piedad!
Aullaré hasta los confines de tu alma
y rendiré las armas…
Claire Deloupy
HOY TE AMARÉ LOCAMENTE
Hoy te amaré sin prejuicios,
sin temores absurdos,
sin historias pasadas,
sin rencores.
Como dos almas sedientas
que se encuentran en su
desnudez,
en la suavidad de los sentidos,
en la profundidad de los
abismos
en el delirio donde giran los
astros
bajo un cielo incendiado de
luz.
Olga de Lucia.
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Me llaman loca porque me hice mujer
de tanto ir a beber lo femenino en los versos del poeta,
me llaman loca porque aprendí a gozar sin importarme nada,
ni la feroz dentellada de la culpa, ni la estulticia del
remordimiento,
ni las trampas eternas del dolor.
Me llaman loca porque tengo en el pecho una paloma
que no quiere morir en nombre de la paz.
Hasta él, mi amante, el refugio del hombre ventiúnico,
me llama loca cuando el amor nos llama, cuando el deseo
nos convoca en este cuadrilátero de luz,
esta página en blanco en que desboco los caballos del poema.
Porque ensordezco a Dios con mis gemidos de poeta enamorada,
y mato cada vez a la
virgen que me habita,
yo no le digo nada, lo miro con entretenida lascivia,
yo, empecinada, terca, lujuriosa, hoy lo haré callar,
lo amaré locamente, como es costumbre en mi reino de
calandrias.
Alejandra Menassa
HOY LA AMARÉ LOCAMENTE
Espléndida,
sorbiendo
los márgenes
de un poema
infinito
como la
vanidad
del
cristal.
La fortuna
del diamante
evanescente
encarnizando
la batalla de los sexos
en el
terreno de la reverberación,
desvía de
su órbita,
produciendo
el silencio,
cadenas en
dirección
al edén de
la locura,
resplandecientes
por
la armonía
de la pasión.
Saciando la
sed de hombres y mujeres,
desperdiciados
para
trabajar.
Y arrojados
a los
misterios.
Hoy amaré
locamente
el talismán de sus ojos incendiarios
donde mueren las sombras
pasajeras de la belleza
posando su susurro sedoso
sobre los sexos tumultuosos.
Brillos escarchándose en mi piel
por el fuego del ayer
inundando las marismas poderosas
del sonido preciso
de su delincuencia,
devoradora
del amor.
Virginia Valdominos
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Estaba quieta, entumecida por el frio que se instaló en su
cuerpo
dejándola varada en una
arena inhóspita que apenas detenía la tristeza,
las olas se habían retirado de su vida una tarde aciaga que
olvidó.
Ya nada mecía sus hazañas labriegas ni había perros que
ladraran a las ovejas
porque el pasto se marchitó en el horizonte brumoso de su
macilenta vida
cuando su boca se abrió para desplegar la cadena. Hoy lo
amaré locamente
y no pudo romper los eslabones para navegar los mares del
sur que se había prometido
ni explicar las razones de su quietud porque creía
que hay cosas inexplicables, cosas que obnubilan los
sentidos,
como una tormenta de fosfenos que ilumina la mirada.
Pilar Rojas
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Trampas perfectas para la erosión del
dolor.
Solitarios espejos donde se consume la
efímera eternidad.
A veces todo parece un sueño acolchado,
una hamaca triturada por voces futuras
un señuelo para nada y para nadie.
Otras veces las manos se cierran sobre sí
mismas
atrapadas una por la otra, como una silueta sin sombra,
como un infinito sin resguardo.
Hoy lo amaré locamente, para que el
amor
sin tiempo y sin espacio, rasgue mi
siempre y mi ahora,
coagulados entre ardientes espejismos
de oscuridad.
Amelia Díez Cuesta
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Hoy canta una guirnalda abierta al anochecer,
él puebla el frenesí del viento sobre la dunas,
bordea la sombra agitada del poder sobre el silencio
y cae y vuela repentinamente ante los muros,
serpentea en la nada y desaparece con el sol.
Colmillos gigantes, colmillo atlético brota la sangre de la ternura
y una verdad se oculta frente a la hoja
donde quiero terminar para ti.
Verde será mi amor, hoy que te amaré locamente,
Verde como el musgo creciendo bajo mis pies
Para seguirte, cada vez, por siempre.
Susana Lorente
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Hoy canta una guirnalda abierta al anochecer,
él puebla el frenesí del viento sobre la dunas,
bordea la sombra agitada del poder sobre el silencio
y cae y vuela repentinamente ante los muros,
serpentea en la nada y desaparece con el sol.
Colmillos gigantes, colmillo atlético brota la sangre de la ternura
y una verdad se oculta frente a la hoja
donde quiero terminar para ti.
Verde será mi amor, hoy que te amaré locamente,
Verde como el musgo creciendo bajo mis pies
Para seguirte, cada vez, por siempre.
Susana Lorente
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Hoy mi alegría fue escuchar
el zumbido del viento en tus cabellos.
Te imaginé volando en busca de un sol rompiendo
las amarras
hasta llegar a ese lugar
donde las horas de los días golpean a la vida.
Hoy fuiste el ángel que perdió
la cordura y
detuvo con la espada del amor
la historia de las guerras
para que olvide la estrechez
del mundo
y vuelva a éste que hemos
construido
reventando sonidos para que
se puedan escuchar
los rumores de la noche antes
que los aullidos.
Hoy como nunca quise tu llano
despoblado,
tu llano de silencio,
porque mi mano se hundió
adentro de tu risa
y sentí el pulso de tus
escalofríos
y te amé como pegada a tu
camino
porque incendiaste el
laberinto donde habitan los sueños
y en la noche no existió
ningún suicidio,
porque los ojos se me
abrieron con tu viento.
Hoy ya nada me es igual, me
pediste que hable
y mi protesta de más cayó
arañando la ironía de tu risa
y sangré por la herida de mi
última inocencia
y fui la fuerza de tus
brazos, la luz de tus pupilas,
la perdida heroína luchando
con las sombras.
Hoy te amé locamente,
mi amor cayó desnudo sobre tu
cuerpo
y hubo un encuentro de almas
en la estación del sol
negociando los límites de mi
desvarío,
desabrochando el cinturón de
fuego que incendia mi cabeza
mientras la noche se perdió en
el mar,
que fue un pedazo de infinito
vestido de turquesa.
Norma Menassa
HOY TE AMARÉ LOCAMENTE
Hoy te amaré locamente,
seré un cuerpo hecho palabras y me
entregaré,
toda, al porvenir.
Hoy silencio los ruidos,
la ciudad los mira amarnos,
moviéndose en silencio al son de
nuestros cuerpos.
Tú, en el pequeño espacio que separa
nuestros mundos,
dibujas los interminables envites
del amor.
Yo, entregada a las olas del deseo,
me envuelvo en la seda marina de tus
caricias
conocedora de otros puertos.
Escribimos versos que sólo leerán
hijos de otros hijos, despiertas
almas
nacidas de este destino hambriento
de besos.
Te amo, hoy te deseo sin distancias,
detengo los impacientes relojes para
vivirte
en cada instante multiplicando los
minutos,
llamándote por los nombres de los
héroes
que siempre saben a quién amar.
Helena Trujillo
HOY LO AMARÉ LOCAMENTE
Cuando pensaba en él, pensaba en un amor
que iluminaba oscuras cavernas,
bello deseo de estar enamorada.
Palpitaba la vida creciendo con su canto,
y la alegría daba por ganadas las batallas.
Juntos, los sueños eran la vida plena.
Íntimos nuestros cuerpos, no temían
que se oculte el misterio de lo vivo,
dejando de buscar horizontes remotos,
como si no alcanzara ninguna maravilla.
Cuando era posible aceptar que lo amaba,
la noche apasionada se expresaba invencible.
Palabras de una belleza real,
donde los vientos detenían las sospechas,
No quise renunciar a amarlo locamente,
sin ficciones que exalten
la proximidad de toda lejanía.
Fértil aldea, donde las flores mas bellas
crecieron en las orillas apasionadas.
Como un bandido errante, sorprendido
de alcanzar remedio en la espesura,
aceptó del amor su desafío.
Nuevo corazón, desnudo al calor del fuego,
donde ardía la pena inmensa
de una aflicción sin límites,
diamante eterno, Edén desconocido.
Aceptar el amor, es siempre
un movimiento contra el tiempo.
“Hoy lo amaré locamente”
Iniciación melodiosa, versos mayores.
Lucía Serrano
domingo, 23 de marzo de 2014
TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 15 MARZO 2014
GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 129, 15-03-2014
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO 129, 15-03-2014
Semana
a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo
realizado en el Grupo de poesía los sábados a las 18:00 h de la
Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa
Dibujos: Miguel Oscar Menassa
RECAIDA
-2-
Caigo.
Retomo la pendiente.
Ignoro el pasado.
De
rama en rama
salta el tiempo.
Vislumbro
en la penumbra sus manos
sus
cálidas manos del goce perfecto.
Entraremos
volando
a los desconocidos territorios.
Fogoso
el viento sopla.
Nos
llevará otra vez a las palabras.
Se
desparraman al infinito
humana voz.
Claire
Deloupy
NO
TENDRÉ PIEDAD
¿Por
qué, si la duda no agota la nostalgia de futuro,
ni
transforma el plazo de la existencia, se acurruca
entre
mis manos solitarias y en tus labios apagados?
¿Acaso
no habrá incendio bajo el esplendor de la belleza?
Nada
duerme en mí cuando estoy más allá de mí.
¿Quién
escucha el grito que irrumpe del oscuro sollozo?
Sin
la sagacidad del instinto, vacilamos al compás de la letra,
mientras
nuestras mejillas se consumen bajo la mirada
maniatada
por la fiebre de la armonía que nunca zozobra.
Es
verdad que la montaña, la primavera y el deseo mismo,
precisan
de la palabra para ser, para temblar súbitamente
y
caer desesperadamente bajo el sonido de tu voz y de tus pasos.
Estás
distraído por la esperanza y sus vasallos,
cantas
y envidias a los amantes abandonados, te apasionan
más
que aquellos satisfechos y, el dolor y la muerte,
deleitan
a tu corazón con sus rayos de injusticia y de barbarie.
No
tendré piedad, me entregaré al poderío de la voz,
perderé
el hábito de lo terrestre, y sólo los humanos
conmoverán
mis sienes y sus palpitaciones.
Amelia
Díez Cuesta
Las estrellas se despojan de la niebla inmaculada que aguarda,
la fiesta pasó, nunca conoció el ocaso,
palabras infinitas de día condenaban sus músculos al calor caduco de la hoguera.
Arrojaba los naipes con juego y el velo de la sombras era una compañía serena,
curva como el pesado azul del medio día.
Un dios como la hoja que el vuelo retira con su viento acorralado de libertad,
y amor, piedra preciosa, me dejaba en un camino de sueños que no se sueñan,
de besos que cuelgan de esqueléticas ramas donde abandono los recuerdos.
Cuando me pides piedad soy la que limpia tu frente sin tocarte,
con el bien destruyo todo lo posible,
esa rosa en pleno esplendor vuelca su odio inexistente sobre mi,
roba mi sangre y se tiñe de color para morir.
¡Piedad! Acostúmbrate a las manos cruzadas,
al frío mármol, al gusano ciego sobre tu almohada de vaso etrusco,
ceniza, voz encarcelada y metal.
El musgo cubre mis pies de abeja, aléjate de mí,
mirada infernal sobre el afluente del río.
Allá me esperan para el encuentro, se que tu paisaje fue la cuna del bien,
pero mis ojos ya no están hechos para ti,
para tu abrazo eterno de serpiente sobre mi cuello.
Mi imagen se ha roto, y un ángel vuela para traernos la vida que no existió.
Piedad, fresco igloo del tiempo, tus ojos se abren vacíos.
Nos dijeron que eras una hermosa mujer,
que nuestro designio dependía de tu deseo, pasivo y medio muerto,
tus arcas necesitaban nuestro cuerpo, pero no te lo entregaremos,
la palabra nos espera, el trabajo es nuestro destino.
Susana Lorente
NO TENDRÉ PIEDAD
Cae la tarde entre los sueños,
rendida de besos,
me dejo caer en nombres donde no estás tú.
No tengo piedad,
destierro mi mirada escrutadora,
la diabólica ansia que exige castigo no tendrá más alimento,
la dejo morir,
que viva en otras historias,
no será el dolor protagonista de mis versos.
Aprendo a amarme sin estar presente,
escapa el instante y queda la vida,
sin fieras que aguarden el error
ni lágrimas que arrebaten la tersura de la piel.
Las máscaras quieren seguir dibujando los rictus de la infancia
y yo sólo escucho las voces del futuro llenas de letras,
amores más allá de la piel que no me necesitan,
ciudades donde lo que menos importa es mi ser.
Aquí estoy, sin piedad, sin jaulas,
una mujer entregada al mundo.
Helena
Trujillo
NO
TENDRÉ PIEDAD
Dejar que las manos se escurran por entre los dedos
danzar por el aire que expulsan tus labios y besar la noche
un instante para después amanecer entre tus brazos.
¿Esa será la piedad que me pides
o esa será la posibilidad humana?
Cambio las vocales, los tiempos de los verbos
construyo una oración, un canto, una diadema
sobre tus cabellos, una voz.
Cruz González Cardeñosa
Dejar que las manos se escurran por entre los dedos
danzar por el aire que expulsan tus labios y besar la noche
un instante para después amanecer entre tus brazos.
¿Esa será la piedad que me pides
o esa será la posibilidad humana?
Cambio las vocales, los tiempos de los verbos
construyo una oración, un canto, una diadema
sobre tus cabellos, una voz.
Cruz González Cardeñosa
No
tendré piedad!
Que la mano no falle
Que ciega acierte su condena
Que siendo sombra y vuelo
Como un pañuelo extienda
Rápido su belleza
Nacer a la palabra como la voz al encuentro atribulado de tu medianoche
Oh el espanto quebrado de este vuelo!
Oh el estertor abierto a la palabra escrita
Esa manera de vivir que inaugura la mañana
Recorrido de los párpados por el abrupto corazón de marinero
Amando el ritmo corporal y ventílocuo
De tu crueldad a mi crueldad
Enamorada
De tu palabra al cuchillo y al filo de la vida.
Paola Duchên
Que la mano no falle
Que ciega acierte su condena
Que siendo sombra y vuelo
Como un pañuelo extienda
Rápido su belleza
Nacer a la palabra como la voz al encuentro atribulado de tu medianoche
Oh el espanto quebrado de este vuelo!
Oh el estertor abierto a la palabra escrita
Esa manera de vivir que inaugura la mañana
Recorrido de los párpados por el abrupto corazón de marinero
Amando el ritmo corporal y ventílocuo
De tu crueldad a mi crueldad
Enamorada
De tu palabra al cuchillo y al filo de la vida.
Paola Duchên
NO TENDRÉ PIEDAD
Impíos pensamientos,
agujas del odio enhebrando
una ristra de ojos deshidratados
que se balancea ante la mirada
estúpida, extraviada,
de la falsa profeta que vive
en un mundo fantástico,
donde príncipes azules
alfombran su camino
y un séquito de hadas
atienden sus deseos.
No tendré piedad,
no tendré piedad
repetía esto una y otra vez
mientras descuartizaba a su muñeca
imposibilitada de emitir ningún sonido.
Olga de Lucia.
¡QUE ALGUIEN DIGA ALGO!
Todo huele a
destrucción
todo huele a dolor de
infancia
cuando todo era devastación
en la calles
en el cuerpo
cadenas del pasado
enigmas
de estos cielos.
Y no hablan…
Encadenan el presente
bien puestos los
venenos
en nuestro costado
en nuestro cerebro
indiferencia
desvanecen nuestros
sueños
tarea cotidiana
atareados
sólo mirarse el
ombligo
mientras se disfrazan
de justos y
libertarios
la palabra amor
fue destierro
de su vocabulario
y se anda
casi sorda
casi ciega
murmurando la
tristeza
decepción que no
tienen fin
amarrar la esperanza
restañar lo posible
megáfono para cantar
quiebra en sollozos
mi voz
…
Y no hay señales
y no hablan
así se sigue
todo te lo arrebatan
desde su pecera de
luces…
¡Qué alguien diga
algo!
Rosalba Pelle
ESTA
VEZ NO TENDRÉ PIEDAD
¡Piedad!
Y
un gran pájaro marino pone su huevo azul en las mañanas
y huye
por las avenidas de esta ciudad hecha con restos
de
alas disecadas después de la tormenta.
Me
dijeron en plenilunio que no querían quemar mi cuerpo en las arenas
y sin
embargo continuaron avanzando hasta la entrada del desierto
con
la intención de vender en frascos congelados cenizas de mi ayer.
No
bastó el ladrido de los perros para detener los fuegos ávidos de mí,
y
extravagantes partidarios del odio pregonaron a voz viva
su
enfurecido pensamiento sobre mi extraña manera de existir
sin
lograr unir mi alma al asfalto cubierto por los muertos.
Sabía
que no podrían contra la actividad del sueño
y
entre olores insulsos avancé hacia el lugar donde reinaban las sirvientas
y
fui una escoba entre sus manos
aligerando
el polvo de sus horribles pestilencias.
En
medio de la fiebre pedí que lavasen mis ojos con un agua nocturna
que
alumbrase la piel finísima donde nacían mis pestañas,
pero
no fuí escuchada,
sólo
el viento hacía volar como panfletos mis ideas nacidas de mis versos.
No
hubo nobleza que aguantase el desvío de aquellas almas
que
ignoraban que había una insanía en su silencio y que perdían la sustancia
humana en reflexiones duras como las uñas de un lagarto.
Pero
esta vez no tendré piedad,
construiré
una gran trampa donde caigan enarboladas sus cabezas
y
me iré por ahí cuando me plazca sin mirar para atrás,
estiraré
mi cuerpo en desperezos sin escuchar
esas
voces extrañas que son de otro planeta
y
no podrán destrozar este vestido de
extranjera
tejido
en el confín del mundo.
Yo
seré esa simiente alada que viajará
soportando
la lucidez de un rayo a punto de matarme,
dando
lugar a un nacimiento
en
la pendiente desmontada de malezas
en
que se pierden las traiciones,
y que
es la frontera donde el accidente
toma
la fuerza de una acción y nacen otras leyes.
Norma
Menassa
NO
TENDRÉ PIEDAD
Seré
la más cruel de las amantes,
rociaré
tu piel de dulces azúcares
pero
también esparciré en tu lecho
besos
cáusticos que recorrerán tu cuerpo
sin
ninguna piedad.
Magdalena
Salamanca
RECAÍDA
Vuelvo a
sentirme cerca de la niebla
que va
ocultando las formas del camino,
visión
contando secuencias del miedo,
humano
sentimiento de los hombres sabios.
Encuentro
donde el silencio es malsano,
miseria del
que lleva un arma que no podrá usar,
ninguna
bala matará lo insabido.
Errando el
centro, nadie penetró ese mar
La nieve
saturada de estrellas,
fue creando
reflejos plateados,
victorioso
diluvio, escenario de la recaída.
Conversación
significante del camino que resta,
potro
galopando fuerte por los acantilados altos,
ocultando
en su rostro, el saber total, la última caida.
Será fácil
sentarse a contemplar la combustión,
el hambre
de otras vidas.
Lucía
Serrano
NO
TENDRÉ PIEDAD
Controvertidas
incursiones en la realidad
me
acucian, esta vez, en lo más hondo
de
la humana corteza que me rodea.
Inmaculadas,
sobrias contenciones
reavivan
ecos de un ayer imposible,
grabado
en el reverso de mis ojos.
Sin
piedad, decía mi abuela,
hay
que enfrentar la vida sin piedad,
y
el decálogo de hazañas comenzaba:
A
los simples de espíritu, sin fe,
desagradecidos
varios que pululan
entre
las comisuras del trabajo común.
A
las ofensas que acontecen en el alma,
los
múltiples desarraigos contraídos,
las
penas que nunca cotizaron.
A
la pereza milenaria de ser uno más,
la
inmensa glotonería de saberlo todo
y
resbalar, como si nada, por el mundo.
Hay
que tratarlos sin piedad, decía,
hacer
como que se olvida,
como
que se sueña, y esperar la ocasión.
Carmen
salamanca
ESTA
VEZ NO TENDRÉ PIEDAD
Ángeles
caídos, ángeles negros, las biblias quemadas, arrancados
de
su lugar los crucifijos, mudas las bocas para el rezo.
Olor
a incienso y mirra tapado por perfumes de sexo y de violencia.
El
padre frente al hijo, y no tuvo piedad, lo hizo morir entre ladrones.
Soy
una virgen arrodillada con su hijo en los brazos,
atravesado el cuerpo por lanzas, las manos en dos
clavos.
Imagen
de la belleza para el que implora su sustento a Dios.
No
tendré más piedad de mí, la compasión es una dama mentirosa.
Me
hace creer que soy el otro, me hace creer que su dolor es mi dolor.
Hoy
llega a su fin la bonhomía, el altruismo hueco, la terquedad del sacrificio.
No
me inmolaré más, estricta amante de todo lo que crece,
El
poema ya no será herida, desterraremos de su centro la ternura,
Vibraremos
al son de nuevas melodías.
La
piedad herida en el costado, se desangra.
Alejandra
Menassa.
NO
TENDRÉ COMPASIÓN
Lúgubre
llamarada del oasis
en el
desierto de nuestros ojos rasgando el olvido.
Llorando
el estío del frenesí del destino.
Recato
inguinal del que no tendré compasión.
A la
fusión de dos culturas
Inventadas
En la
teoría del orgasmo
Fulminando
el talismán
De los
recuerdos en el sueño
De la
madrépora.
Investigación
enraizada que nos
Atrapa
entre nuestras miserias
Construyendo
el esplendor de la naturaleza.
Torrentes
subcutáneos
de
poesía gutural,
Las
raíces de las rimas y los versos.
Acontecer
de miel y salvaguardia donde me matarás
Tocarás
el hálito del silencio
En las
palabras desconocidas
No
dichas entre nosotros
Ritmo
latino incrustado en nuestras uñas
Infectadas
por la labor de pudrirse.
Pregunta
sin respuesta vacilando en la sabiduría.
Poesía
que el porvenir inaugura.
Este
amianto, simiente desprevenida de polvo investigado
El
horror de no poseer el campo de batallas
Donde
se puede ser el fin o el principio, el pase
Del
sonido entre las infinitas consonancias,
Educadas
en el placer del goce,
Amadas
por los saurios hasta los huesos
del
insulto.
He
tenido que tragar
El
monumento a la dictadura
Que me
ciega.
He
tenido y perdido el océano
Entre
mis dedos
Hurgando
en la llanura de los sentimientos
De
quienes ostentan el poder.
Caímos
sobre la verdad absoluta
De
quererse en soledad.
A mi
humillación de fantasma.
Cabello
acuático atrapando
Los
llantos del mar.
Posamos
nuestros sueños
En el
sexo de las olas
Llenándonos
de sal.
Hermenéutica
universal
Horrorizando
el nácar.
Óleo de
la civilización, los ciudadanos,
mastican,
en un
ejercicio de simulación,
manipulando
el acordeón de las horas
diciendo
así no, así no.
Y un ápice
de la multitud impresionada
por el
susto de la misión,
Obedece
a la regla de la ola
De mi
danza
Sosteniendo
el amanecer.
La
danza del dolor,
la señal de la escritura.
Amor
destruido
En el
porvenir.
Donde
se estremecen los violines.
Alba
sobre la bruma
Espumas
dolorosas disecadas
En
nuestros armarios.
El
poema que contiene
Todos
Los vuelos.
En las cuerdas
de tu cuerpo
Emitiendo
los sonidos de la distancia.
Bellos
perfumes paisajísticos
Floreciendo
de la guitarra
Al son
de la voz preciosa del poeta.
Del
amor de la escucha
De la
poesía.
Bravo a
la alturas de las árcades
Y las
cárceles,
En el
tiempo de la comparación
Donde
se fusionan los trastos
De la
suntuosidad en las alegorías del viento.
Vuelo
hambriento de libertad,
La
inauguración del grito
En el
trinar.
Delicia
entrando por los ojos, el sonido
Y la
luz.
Oración
dispuesta a asesinar
Si el
albor de los acontecimientos
En la
lava de nuestro amor
Irradia
los recorridos de la augural
Declinación
Del
misterio
En la
pudiente catarata de piedras preciosas
Escalando
al ámbito del movimiento.
Seducción
atándome a la vida.
Ven a
la almohada de mis labios
Nube sobre
la que
Los
ángeles descansan
En mis
pequeños susurros.
Recitando
los himnos celestes
Que
rayaron la tierra en el punto
Del
cero
Donde
encontramos el suspiro de la muerte
Cuerpo
alucinado en las ocasiones del silencio
Cuando
gana la batalla del amor
En los
sonidos de la carne
Cayéndose
sobre la sombra
desde
la niebla camarada.
Guiño a
la seductora reina de la mentira
Fulgiendo
en la salud del emperador
Como
camada de leones
Rugiendo
en su humanidad.
Voces
musicales
Aullando
al fuego de la luna
Pálida
de dolor, quehacer y ver.
Éxito
frontal
De la
herencia del caracol
Arrastrando
la sólida
Batalla
de la pasión.
Anexa a
mis complejos
por los
perfumes
Enrarecidos
Perdón
rogó la fusión del átomo
En las
rocas encendidas
Del
lamento.
Asesinaré
las sombras de la crueldad
Cuando me
dice que me ama
Estallan
los proverbios
En las
manos de la no pudiente
Que
enrarece los puertos peligrosos
Del
amor con la pasión de la
La baba
pública.
Excitante
color bañando los
Sonidos
para descubrirlos,
Para
sostener con su misterio
El
fervor del rayo
en el
camino subterfugio.
Surrealismo
que perdió
Brillo
en su resonante espectáculo
De
raíz.
Felicidad
maldita
En la
invernal caricia
de lo
humano.
La
escritura detenida en nuestra historia
Almacén
de mares olvidados
Donde
la luna oscila.
Diluyo mis
celos en el océano
Sajado
por la guitarra
Amor,
amor, amor
Invisible
lazo de lo imposible.
Raya la
mística de los símbolos
Del
trébol.
Descifrando
un universo donde no se es más o menos
Un
diptongo silente en la arena de la humanidad,
pisando
nuestras raíces los gritos de los muertos.
Fin
inesperado para los huesos del alba.
Primogénito
de la agilidad
hermosa
del universo
Bolas
de fuego en el azul de la plata
De la
navaja que corta el río
En dos
mitades completamente incorregibles,
Distinguidas
en su trono de crueldad
Las dos
mitades,
Naufragan
en el amor al amor.
Al arte
de la palabra presidiendo el fulgor
De la
belleza a plena luz,
A carne
viva, silueta perfecta
De
imperfección y vida,
Feminidad
inaugural,
Simulando
la suavidad de lo sublime.
Mientras
la fuerza me come.
Inquietud
perpetua
de la
palabra
de
otros hombres.
El
deseo embriagado de sí mismo
Ámbar en
las cuerdas de tu voz,
Oriental
perfume del color del amor
Que llena
en mis pulmones,
las
acequias inagotables,
del
futuro,
Sensaciones
que confunden
El
cuerpo de la escarcha
Con la
sal del misterio.
Si
seguir pudiera
A ese
imposible pez.
Encanto
la magia
Con el
saco de las virtudes
Incluyendo
la cítara del ungüento.
Sin
sentido definitivo,
Se
acercaron a nosotros,
Los
élites de las élites,
Espolvoreando
el cenáculo.
De la
demagogia en los pétalos de
La
ambición.
El
placer de los negocios
Del que
me dicta la materia de la ensoñación,
La
muerte solitaria,
Siempre
acompañada.
Residuos
corporales nos engrandecen
En los
engendros de amor y de señuelo,
La
culpa de la civilización ambicionando
Ser
nosotros mismos,
Invadiendo
los satélites interestelares
Del
alma. Estrechando las imágenes
Del
olvido.
Lenguaje
Invadiendo nuestras células con
El
sistema de las horas
Como
maracas golpeando los ritmos
De la
lengua indecente.
Saltos
apasionados del límite
De la
sabiduría
Conversando
en la efeméride
Del
invierno de las palabras
Cortando
el frío.
Yegua
en libertad
En el
aéreo brillar del sónar.
Incansables
las manos
Naufragan
en el cansancio del diurno despertar,
de lo
contrario, en el germen de la unión.
Me
vinculo a sus lánguidos recorridos
Resonando
en el movimiento,
las
letras de lo posible.
Lo que
será escrito
Entre
tú y yo
en la
savia universal
Del
hombre.
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