domingo, 25 de septiembre de 2011

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 24-09-11

GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 81- 24/09/11
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


Dibujos de Miguel Oscar Menassa

LA LIBERTAD ES LIBRE*

Allí donde los reflejos han comido todo el aire

se levanta la búsqueda con su asombro de marfil.

Pequeña figura acostando los tropiezos,

nunca dijeron que si,

nunca dijeron que no.

Sobre la hoja, se encapricha la idea en su trono;

no hay círculo para apagar el paisaje,

su raíz es obra de las preguntas.

Rascando el tiempo, pegándose a las ventanas

brillos de cristales se demoran en un atardecer visible

y destapan raros perfumes de sentidos.

La libertad agita los líquidos, estruja al corazón

y no pierde ningún mar en los enjambres de sus epítetos.

Sube el encuentro y el frescor se quema en el siempre.

No hay vuelta atrás, el pecho ha encarrilado la escarcha

y nadie viene a tomar la muerte.

Con sus manos, caballos en pleno viento,

el rebaño ahoga su amor imposible.

*De la película ¿Infidelidad?

Clémence Loonis


POEMA LIBRE

Venero de sentidos rotos, libertad encadenada

al vértigo de angustia que derrumbó soliloquios,

terremoto donde el clamor convocó nubes que

cabalgan palabras alumbrando al mundo.

Pilar Rojas

ESPERA DE VUELO

Labios de nostalgia sellan la piel

dejando la marca sublime de interminables lances.

Cuerpos entibiados emprenden su éxodo,

cada uno al desalmado rincón que le ha sido otorgado.

Impasibles puertas de acero cierran mi ayer.

Los pasos se encaminan en largo devenir,

a través del estrepitoso silencio proferido por aquellos,

como yo, que abren sus alas para alcanzar su destino.

Arrastrado por la interminable soledad,

entrego mis señas a uniformados vagamundos,

que me abren los postigos del viaje mortal.

Indigesta espera de una huida que no llega,

nervios enquistados en las comisuras de las letras,

marco el final de este tránsito, produzco una nueva dirección.

Helena Trujillo Luque

CALENDARIO

Hoy es septiembre y una hoja cae para mí porque es mi cumpleaños,

alejados guarismos marcando los años de una historia de oficios,

más cerca de la mano que cosecha el pan que de los libros célebres.

De paso por la Tierra,

cercana de la flor que dura un día escribo versos que no sé si duran,

porque la vida en ellos se diluye y surgen formas

para volver a ver y ser oídas a pleno sol,

como invenciones del genio de las grietas

propiciando una ceremonia al aire libre.

Mi memoria despierta la mañana con instantes felices,

todo de luz se viste el calendario.

A trabajar, a iluminar el mundo,

a marcar con nuestros pasos como si fuesen cruces trazadas en la arena la conjunción de la belleza y el deseo.

Silbando vienen el hombre del bastón

y el ermitaño tomando la mano de una niña,

son mis amigos que vienen de visita cada tanto

a jugar al azar y tirar dados que toman un lugar

al pié del laberinto carente de su sombra,

donde un amor se escapa atravesando un lecho de hojas aromáticas

mientras una mujer apoya su barbilla en el último brillo de una luna.

Hoy es septiembre y me llegan noticias de mi hermana poeta

que ha escrito de nuevo una cosa dulcísima,

con una rosa obscena girando a la entrada de las frases,

deshojándose como una lluvia tibia en las constelaciones de un poema.

Templo del Universo,

y el rapto toma la fuerza de los grandes ríos

que cuando se juntan anudan las alianzas entre la tierra y el cielo.

Ya sé de las zozobras que padece el aliento cuando se vuelve soplo

alentando las vidas que están en nacimiento,

pero también la pluma renace sobre la injusticia y

ninguna liturgia entorpece la danza que se graba

en el silencioso espacio que mira hacia mi Oeste

donde a veces nieva sobre la fiebre de la hambruna.

Pero hoy es septiembre con un día de sol

y la tenacidad del hombre cosecha siglos como escamas

que siguen la deriva por donde la barca de Noé

es sólo una tristeza alojando todas sus máscaras de miseria.

Norma Menassa

POEMA POR MI 46 CUMPLEAÑOS

Se rasgan los albatros entre las luces trizadas

mientras avanzan, apelando a la muda intemperie.

Separo las nieblas del insomne rincón del alma,

que inextinguible,

acompaña los pasos fundados sobre la sal de los sacramentos.

Arrojo los paraísos prometidos

entre duendes de posesiones inseparables,

y caigo ante la noche,

destejida de la sangre,

desnuda de cuerpo

tocada por el salvaje desierto.

Con la pasión del vuelo en la mirada.

Soledad Caballero Castro


EL LOCO MUNDO

El psiquiatra tomó su texto y golpeó con él la cabeza del paciente,
que inmediatamente, cayó al suelo vencido, sin duda, por la letra.
La enfermera contemplaba la escena entre atónita y divertida,
un familiar, paralizado por el terror, sugería adjetivos supuestamente
poco gratos a los oídos del psiquiatra, pero a él ya no le importaba nada.
Había decidido marchar a la Bahamas a las tres menos cuarto,
antes de que el frío se hiciera francamente despiadado.


El taxista lo miró con extrañeza, porque dijo: “Al aeropuerto”, y
no llevaba equipaje, sólo un traje oscuro y algo desgastado
por los otoños y el uso inapropiado: había sido utilizado de la misma manera
en los entierros y en los esponsales y tuvo que soportar
las contradicciones más espantosas, como ser de jueves y de domingo.
Como llevar camisa amarilla y camisa gris, como ser blanco de las manchas
de la cena y de las de la comida, ¡tan nefasta había sido la vida del psiquiatra!

¿Por qué dices eso, preguntó la enfermera? No sé, es que el dilema
nunca fue bailar con María o bailar con Eva, siempre fue triste,
nunca hubo en su vida más mujer que su santísima madre.
Pero dime ¿porqué golpeó al paciente y se fue después a las Bahamas?

No lo golpeó, o al menos, no sólo lo golpeó, lo nokeó con el DSM 5.
No, si lo que yo nunca entenderé es porqué a las Bahamas.
¿justo a las Bahamas? ¿Qué se le había perdido allí?

Quizás buscaba su razón. Tristemente, algunos, pierden la razón.
¿Perder la razón? Ojalá fuera eso, pero yo sé que no,
razón es lo que le sobra a estos médicos decimonónicos.

En fin, sólo sé que antes del golpe, el paciente había pronunciado
estas palabras: yo no estoy en ningún capítulo de ese libro infame que maneja,
yo soy absolutamente original, no va usted a encasillarme en un diagnóstico común.
Y después, lo recuerdo desmayado y a su madre –el paciente también padecía de eso-
dando unos gritos sobrehumanos , entonces, el director del hospital vino con la carta
de despido, pero él Dr. Domínguez ya se había marchado a las Bahamas.

Es una historia como cualquier otra, dijo la enfermera.
Y puso su dedo índice en forma de cruz sobre sus labios, como
indicándome: ha de guardar silencio, y yo asentí con la cabeza
mientras comenzaba a escribir este poema.

Alejandra Menassa de Lucia

RESURRECCIÓN

Acaso quisiera levantarme de la tumba cuando aún no he caído,

cuando la altura es la etérea esencia de las nubes que no alcanzo a tocar.

Una noche de tormenta y las ideas planearon por encima del abismo,

esclavas de una libertad, encadenadas a tu voz

como el eco que nunca repite de la misma manera,

pero que clama por un amor entre la piedra.

Los sentidos nunca pudieron con la fugacidad de un sueño

y tuve que aceptar la despedida,

pero qué sería de nuestro cuerpo sin la música de tu canto,

qué sería de los símbolos sin la clave que anuncia la llegada de otro reino

en el que se construye una cultura.

Dicen que la rebelión de los árboles también encarnará la locura,

pero no tendremos miedo, juntos, nos dejaremos caer.

Susana Lorente Gómez


TEMA LIBRE

Libre y, sin embargo,

atolones de brillantes cadenas

auguran la caída de mi voz,

derretida,

bajo el hielo de lo infinito.

Imagino, para contentar el alma,

mares incestuosos donde mi razón

sucumbe al desafío:

retomar la vida

cuando las manos

viran hacia el abismo.

Libre,

como el vigor de la sangre

al rubricar estas palabras.

Carmen Salamanca

POEMA LIBRE

Libre, ante amores futuros,

se cierne sobre este poema

una lucha interminable.

Él me quiere frenética,

desatada de almas antiguas,

nacida de las profundidades

como una nueva diosa, creada para él.

Ella me quiere apasionada y loca,

fugaz como una luz

que se pierde en el universo.

Ambos anhelan

el desconocido sabor

del silencio.

¡Vamos, escribe!

Me gritan desde el ruedo.

Con las manos atadas a la arena,

desenfundo el estoque

y espero, que mis ojos,

clavados en el infinito, anticipen su llegada.

Gotas de azufre cercenan el aguante de los hombros:

los estribos se han transformado en recias cadenas de oro,

asfixiantes contubernios desatados en las lunas de mis ojos.

Noto su respiración,

oigo el odio en la pureza de la soledad,

pero la ventura hablará por los dos.

Mientras espero, realizo un quiebro,

y el misterio del sol,

se escribe entre los parajes inauditos de mi nombre.

Magdalena Salamanca


DESPUÉS DE LOS CINCUENTA

“Antes de vivir un instante, escribí todos los instantes”

Miguel Oscar Menassa

Desacostumbrar los huesos

tecleando el misterio digital.

Saltar los renglones a la comba

cual púgil ante la sombra del duelo.

El respetable deletrea en cada acierto

los vítores esdrújulos del acento.

Las apuestas te invitan al desafío

desde el futuro incierto.

Y pintado de norte el torso esbelto

las manos se disfrazan de mimo en silencio.

Estudio con plantas sentimentales

el porcentaje acuoso de cada caída

y la combustión exacta de los sueños

en el desnivel del antaño pensamiento.

La risa encallada del último rictus es

un hábito que se hizo desván de los años

en el tejido verso de sastre.

Carlos Fernández

POEMA

La libertad ata mis manos

Noches turbulentas velan mi sueño

Inhóspita presencia coagulando mis pasos.

Amarrada a sus telarañas,

decido un destino entre letras.

Una visión entre manjares inciertos

Una pasión en mi humanidad recorriendo mi cuerpo.

Soy la burla hecha pedazos, la distancia

sin dimensión, un ruido y su silencio.

AMELIA DÍEZ CUESTA

COMO SI NO EXISTIERA ESTA DISTANCIA

Todos los días te imagino,

de pie frente a mis sueños,

y respiro a tu lado sabia nueva.

La urgencia de la selva

no abruma nuestros planes

secretos, empecinados,

que hacen de la imaginación

vagos deseos.

Como si no existiera

esta distancia entre nosotros,

te escribo, te cuento los

recodos del camino,

hablo contigo de los

peligros de estar lejos

del mar y también

vivir en medio del océano.

Te digo amor así,

en esta distancia

que ahora me parece mínima

y cierro los ojos

para verte brillar

entre las hojas en blanco

del poema aún no escrito.

Amor mío, ninguna distancia

será más delicada que

nuestras pieles amándose.

Pongo cerca de mi almohada

un autorretrato que vos

mismo has realizado

sobre ti y luego abro

el cajón de mi mesa de luz,

para que nadie sepa

que estuvimos juntos

tan cerca como

ahora mismo, amor mío


Lucía Serrano






ES CIELO NO ES AZUL

El cielo no es azul pero poco importa.

A veces me pesa el alma como una losa.

Pero ¿qué importa?

Las orillas nunca se aproximan.

Que tus párpados marquen el paso, la verdad,

¿qué importa?

Pero si importa que pasen los días sin letras

que al loco torbellino no le pongas palabras

que el corazón se guarde bajo cadenas.

La vida conviene vivirla

amigo del espejo

paseante

huérfano del habla…

Claire Deloupy
















sábado, 17 de septiembre de 2011

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 17-09-2011

GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 80- 17/09/11
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa


Dibujos de Miguel Oscar Menassa


LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

máscaras de mi piel que cubrieron mis pasos por las extranjerías.

Mundos por los que navegué volcaron su aliento en mi garganta

y me dieron ese sabor de mujer feliz mezcla de arcilla y ola.

Como si fuesen sombras de una llama,

se bañan entre miel y vino púrpura las impaciencias

que veo circular frente a mi rostro ovalado,

apetecible como una fruta henchida por el brillo repetido del alba,

que urgido se pervierte mirando desde abajo

para escuchar en el ruido de las ruedas

como se revientan los globos de la ruta secreta de la muerte.

Ya te husmeé desde aquel día en que los embriones dejaban su bolsa placentaria

y te derribé sin ofenderte en medio de mi placer de víctima triunfante.

Por ahora aquí estoy, tengo una complicidad estrecha con mi espíritu

viendo como se queman las naves del regreso,

más viva que el olor del agua en el reverso de la oleada

y el verde liquen que viste la desnudez de la roca submarina.

Pon la memoria en fuga, tranquilízate,

no vengas ahora apresuradamente a tomar el timón que tu trono taciturno ha quedado replegado entre la muchedumbre que soy

y mi cuerpo, manchado por mil lunas,

es una carne regia que oculta la cifra de mi nacimiento

entre números estelares que ascienden cada noche por oriente.

De nada sirve la luz de una lámpara en pleno mediodía.

Amarillo dulzor, la plena madurez, recorriendo las velas de mis alas migratorias.

Surco tu negro mar, admiro tu potencia, pero escucha el ruido de la horda, parece una colmena de futuro,

todos los extraviados en busca de la verdad divina,

una arrogancia intemporal me invade, escúchame decir: mi casta es de vivientes.

Norma Menassa

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Ha pasado el tiempo, pero no es eso.

La cosecha, siempre incierta, requiere de la siembra,

del trabajo de los días desbrozando

los arrabales de los sentidos,

donde rastrojos marchitan en la insistencia.

El cielo sangra el día y la mañana nuevamente

renace en azul, furiosa de vida.

En sazón, el camino,

después todavía otros pasos.

Pilar Rojas

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

No temas morder esa fruta que,

de madura,

rueda hasta tus manos.

En ella respira aún el árbol

y hacen mella todavía,

en su jugoso vientre,

los calores del verano.

Su áspera dulzura,

su inusual tacto,

no traen la muerte,

ni destila en sus néctares

el veneno del pasado.

Ella quiere probar,

de tu boca,

la avidez de sus labios.

Hincarse de diente a diente,

lúbrica,

desgarrando,

gozando de tu salivar manzano.

Ciega para ti la fruta

de su muslo perfumado.

Apaga tu sed con el alcohol

de su savia madura.

Ruy Henríquez

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Había llegado y se había quedado

como si fuera para siempre,

como un rigor sin causa y sin final

como un beso nunca iniciado.

No había otro camino ni otro destino.

¿Esperar para qué? Si esto es lo que hay,

esto lo posible y lo imposible.

La madurez no es la muerte,

tampoco lo que se acerca a ella,

ni lo que cae sin remedio en la quietud.

La madurez es lo propio de todas las edades.

Existe la madurez. Lo sé.

No es la muerte. Es la decisión insegura,

el latido que no se inicia, el temblor acústico,

ese silencio roto, ese rubor sin dueño.

Duración limitada, riesgo interminable,

página a página, escribiré su destino.

Amelia Díez Cuesta

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Hablabas sin que yo comprendiera.

Una tarde, cerraste con tus manos las estrellas.

Me vestí para el baile

y mientras desaparecías

te escuché decir:

Pequeña,

la madurez

no es la muerte.

Cruz González Cardeñosa

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

“ No crecer para no morir no impide morir”

Frente al invierno que acecha

puertas y ventanas abiertas.

Que el sol empape las paredes

se adhiera a los contornos de la piel

ilumine todas las palabras.

El porvenir está al alcance de la mano.

Son nuestras voces por la llanura.

Sujeta por tenues hilos al porvenir,

desparramada por las oleadas del tiempo

la vida es inagotable.

Ya algo de mí se alejó de mí

algo de mí atropella el alma.

Algo se expande

por los agujeros del tiempo

que nunca volverá.

La canción vuela para quien sabe escuchar.

Hoy, la luz de las palabras recorre tu piel.

Alguien cogerá al vuelo el verso callado

y cambiará el rumbo de su vida.

Aunque caduque mi piel

el intenso murmullo seguirá

su camino por las sombras.

La madurez no es la muerte:

la fruta humana ha de madurar

hasta su punto final.

Claire Deloupy

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

¿Quién fuimos?

La madurez no es la muerte –esa oscura estepa de nuestras relaciones guarda mujeres, pensamientos, alegoría. Retórica infinita en un alma empequeñecida por el eco de las pasiones. Las macetas que nos sostienen, murieron en los cuadros en esa matanza que fue tus ojos, incrustados en el agujero del placar, donde se amontonan las fotografías.

¿Fue todo voz? Orquídeas olorosas se cultivaban en los corazones manchados con la muerte. Cantaban y cantaban hasta morir cantando y festejaban la naturaleza de las despedidas, para ser, para desatar de esta vaca loca, que no fue más de carne, sino de puntillas en el fondo de las aldeas, en el medio de los espejismos, el entuerto y fatal destino de los dormitorios y de las bisagras.

Casi nadie nos reconocía: una suerte de risas y carreras, llamada flor de piel, camelia de sudor y atrezo, contra apolo y atila, tragicómicos. Ardiente pan entre las piernas de esa risa loca, embellecida por la templanza de los desempleados y el antes de cualquier vulgaridad, un insisto aún en tu mejilla, en tus cosas que nos pertenecen.

Vendo esta rosa pues huele a eternidad, huele a tregua de las olas, bellas esperanzas del mañana. Viene y van los mecanismos, al día ardiente devorado, en esta hueste de piedra que me estorba. ¡Reclamación, doctor, reclamación! Merme su libertad en esta piel de estalactitas, de firmes arrebatos al olvido.

Ni gris su nardo, ni caracolas submarinas comiendo la seguridad, ¡la melancolía no tiene límites! Este círculo de sangre empapa nuestros hogares. Transgredan, transgredan el único momento del amor, en estas latitudes no existe el mañana. La tierra es esto que piso dentro de tu boca. Este manantial podrido de libertad.

La brisa vive en mí, también, regurgita claridad. Su propia dentadura desaparece en el atisbo de un sueño… ¡Arrebol!

Un infinito nudo de sueños que avista sobre mí, la soltura de un pájaro.

Virginia Valdominos

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Ingrávida, como tijera

o molde intergaláctico,

aterrizo en los contornos de la piel.

Un vaho inmemorial

desnuda mi perplejidad,

cuando los hados rebosan alianzas

que desencadenan marcas,

de la vida, en mi rostro.

Ya estoy madura, me digo,

y suelto las amarras de mis ojos,

para que la ceguera asiente

su premura lejos de mi voz.

El golpe, cualquier golpe

no evitará la intensidad del retorno.

Mi caída, cualquier caída,

alejará espectros entre limos del futuro.

La madurez no es la muerte,

y mi madurez es una suerte.

Carmen Salamanca

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

A Miguel Oscar Menassa

En los ojos de azul y amianto se tejió la mar que circunda

como serpiente espiral, las raíces que horadan el aura.

El demonio arrancó su cabeza cloqueante que descendía

abriendo una brecha entre la piedra y el musgo,

desarticulando su urdimbre desértica en papeles

que volaron en las garras de un águila ardiente cuando surcó el horizonte.

Un remolino de hojas y flores crecieron bañadas por su boca-pluma,

en donde aguarda el amor.

Todos gritaron ¡el cantor ha muerto!, ¡he aquí el hombre!,

y una geometría soportó las risas iracundas de Dios

arrasando con gigantescos pies las sencillas ilusiones de un hombre,

que aprendió a ser hombre.

Un hombre al que el clamor inaudito frunce la sombra de su esclavitud,

Una historia reposada en su pelo blanco en el que no se descubre su ancestral soledad,

Una gota de rocío que aguanta en su ventana el vapor del sol

y viaja en tapiz iluminado por los más grandes artificieros hacia una lucha sin igual.

La derrota ante la perfección de la deformidad de un asta rota

en la tenebrosa oscuridad,

diciendo adiós a la vaca que proveyó suntuosa su proteína,

en la locura que nos pronuncia y en el cincel que nos descubre

en la nueva dimensión del metal.

Ceniza indeleble que retiene la inmortalidad

una vez sobrellevado el trance de la muerte. La lógica no podría venir a auxiliarnos.

Él es donde Ella teje el nido de un pájaro desnudo,

la quietud del sudor que reposa en la almohada,

la sangre que se desliza por la línea de la vida en nuestras manos.

Susana Lorente Gómez



A MI MAESTRO en sus 71 cumpleaños.

-UN DÍA DE FIESTA-

La madurez no es la muerte

Y el vuelo agarraba sus alas, empezaba el poema del sí,

y el jugo cumplía con sus resonancias, en las aguas,

el puerto, un bosque, lejos del pie que le dio la tierra.

Toda la primavera rodeaba el hemisferio,

un hombre sobre su cerco y el viento era palabra.

Tras la frontera dividida en habitual o punto dado vuelta,

su viaje, arrojaba de sí, pequeñas balsas enamoradas.

La piel era tan veraz que el hormigueo era eterno.

Sus cielos hacían raíces en la cuenca de una batalla sonada

y el sur ganaba otro capricho al amor.

Ay, hombre de años festejados,

te mira la felicidad con la astucia de las alfombras

y sin derrochar aire, sin objeción del perfume

prometes treinta años más,

una madurez,

trampolín del deseo.

Clémence Loonis

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

La madurez sabe sin carne

el delta sur del vientre y

saltar los afluentes que peinan

amerizar en náuticas noches de violín

sobre tu cuello.

Ella mueve la nuez que girando la cabeza

desliza su atlas

amortiguando la sorpresa en

simular ceguera ante el asombro

salpicando sangre en elegía de letra viva.

La madurez no es la muerte

y si un golpe de brisa cierra

por dentro la huida, decisión es

representar de amante fiel el papel de sombra

que siempre te busca y se burla

en el espejo del cuerpo.

La madurez no es la muerte

reloj de papel donde insiste

cada hora su vuelta imposible

de coser con dos agujas,

el tiempo del cartílago.

Carlos Fernández

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Con estos huesos pintados

por el naufragio de vestir

esta piel fría de muerte,

desfilo entre las tumbas entreabiertas

cansada de golpear silencios.

Entre gargantas vencidas,

lenguas que se estremecen

en el verde que atraviesa la tierra

y un vivir en el amanecer de la madurez

acaricio los días hasta el límite de la mirada.

Toca bailar con el viento

mirando de perfil a la muerte.

Soledad Caballero Castro

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Cuando se abre en la tierra el surco que nos llama
y proclama nuestra unión con la materia.

Cuando conoce el hombre que una cifra lo signa
y que la eternidad ha de truncarse.

Cuando ya no hay retorno para volver del enigma resuelto
y no es posible ni arrancando los ojos quedar ciego.

Cuando la vida tiene el punto de la muerte,
y ya entonces adquiere uno padre y madre.

Cuando se es de esta especie que caduca,
y se tocan los brazos y se sienten de carne o de palabras,

Cuando se aleja uno del hijo que era y se acerca al padre que será,

la madurez ha hecho su nido en nuestra alma

y ha transformado en oro la cárcel de la muerte.


Alejandra Menassa

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Un prodigio de luz y de color me habita”

Carmen Conde

En el principio camino

por las letras de la muerte

escribiendo las formas de sus manos

o el color de sus ojos,

presencia que existe fuera y dentro de mí.

Con cuerpo de mujer llega esta vez

la parca vestida de azul

y soy un sueño de ese sueño.

Aprendo de su empeño y de mi risa.

La madurez no es la muerte,

un prodigio de luz y de color me habita.

Mónica López Bordón

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

No te nombro para que vengas,

te nombro en el aleteo preciso de mi partida,

en la ausencia, donde la contaminada austeridad de lo vivo

se nutre de mí para quererte, alimenta mi ego para amarte

descompuesta en fracasos y cristales que cortan el silencio.

Ciego arquetipo insinuante, el pulso de lo vivido,

enterró gestos de hilarante mezquindad,

cuando aún creía en la madurez como la muerte.

Templetes inscritos en mi piel, habitados por lo muerto,

deslucían tu mirada, cayendo sobre mi cuerpo.

Supe que la brusquedad de la partida

había de jugarse entre dos.

Recuerdo la sensación de aquellas gotas carmesí

descendiendo hacia el vientre de la tierra,

donde el hálito del final, acompaña la jugada.

¿Dónde nace la frontera? ¿dónde muere?

¿A qué hora vendrá la guadaña a templar tanta pasión?

Rocío con el flujo primero de aquella niña

el plasma sin sangre del verdugo, y sin perder más tiempo,

sigo el camino. La madurez no es la muerte.

Magdalena Salamanca

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE

Venías a mis ojos como aquél deseado monstruo

que penetra las mentes femeninas

y lee todos los pensamientos.

Esos que hacen tremar el alma en las noches de estío,

que humedecen nuestros cuerpos con un sudor de ángeles

uniendo las pieles.

Es de otro mundo esta orilla a la que arribo,

fecundo campo de la madurez

en cuyo fondo se vislumbra altiva la guadaña.

Quédate ahí, espérame, en un atardecer lejano

con canto de sirenas complaciendo al mar.

Ahora he de pisar el universo de soles donde vivo,

atesorar este árbol de profundas raíces

que la veloz corriente de olas enloquecidas

no logrará arrancar.

Abrete, cofre de tesoros, magia del deseo

ilumina el sendero que se vuelve sabio.

Olga de Lucia

LA MADUREZ NO ES LA MUERTE


Así como el sol imperturbable prosigue su labor
y en el seno del áspero fruto, tímida y confusa,
eclosiona la dulzura alimenticia; dóranse
las verdes intenciones del botón que en la planta
amanece convirtiéndola en vespertinos colores y perfumes;
o el carácter se entibia bajo la inesperada caricia...

Así como sucede una mirada apacible, o una mano
ofrece generosa la habilidad desconocida,
y amplía la tez madura la extensión del alma...

Así queda la muerte intacta más allá
como rueda el uso de los verbos
más allá de la opinión predispuesta...
Rueda el redondo
producto inacabado como caído
a plomo del discurso de la rama en declive.
Y rueda, entre otras conclusiones,
la propiamente dicha,
o el hombre desprendido que se obtiene
sin embargo vivo.


Kepa Ríos Alday