sábado, 26 de junio de 2010

TALLER DE POESÍA DE LOS SÁBADOS 26-06-10







GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR :
MIGUEL OSCAR MENASSA (Candidato al Premio Nobel de Literatura 2010)
NÚMERO - 51 - 26/06/10
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa



Todos los dibujos son de Miguel Oscar Menassa


HEMOS RECIBIDO LOS SIGUIENTES APOYOS A LA CANDIDATURA DE MIGUEL MENASSA AL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010:



DEL LIBRO “EL OFICIO DE MORIR, DIARIO DE UN PSICOANALISTA”

Un día de cumpleaños este libro llegó a mi vida, desde entonces múltiples han sido las lecturas de él que he podido realizar. Nos encontramos ante un diario, algo que para muchos es una escritura íntima, pero queda aquí transformado en manifiesto público. Un libro que nos transporta a la vida de un hombre, un padre, un psicoanalista, un médico, un escritor, un argentino en España.

Comienza mostrándonos una duplicidad:

Un libro en el cual ni siquiera la poesía se imponga definitivamente.

El otro Yo del doctor Menassa

No sé si lo conseguiré.

El doctor Menassa.

No sé si el lector conseguirá abarcar la riqueza de mensajes que contiene este oficio de morir. Para muchos el título ya les suscita una gran curiosidad. ¿Cómo morir va a ser un oficio? ¿De qué puede tratarse cuando todos queremos huir de la muerte? Sus 360 páginas pueden cumplir la función de acompañar, casi, cada uno de los días de un año. Como antaño lo hacían los libros infantiles donde había un cuento, una leyenda, hasta un chiste, este diario pone un psicoanalista-escritor en nuestra vida cotidiana.

La carta de un padre antes de su muerte ejemplifica, como estandarte, la ideología que domina el escrito. Ruego no abandone por verme morir, ni su trabajo, ni su familia y recuerde aquello que tantas veces me dijo, y que yo recién entiendo ahora, que los padres no mueren, si fueron capaces de hablar antes de morir. Un hombre muere apenas si otro hombre lo nombra. La muerte es el silencio. Más de tres años en silencio, inexplicables, tanto el silencio como los años, habiendo tanto que decir. El escritor decide vivir, escribir. Revive, y en la propia casa de la muerte, construye un amor que nadie pudo.

La muerte está presente en cada uno de los actos de nuestra vida cotidiana, pero no hacemos cuenta de ella, la arrinconamos, la obviamos. Sin embargo, está presente en cada una de las páginas del libro:

Hubo días y noches donde no encontraba consuelo y los versos se agolpaban como caballos furiosos en mis manos y mi boca sangraba de tanto querer detener las palabras como cataratas de fuego. Y todo lo que me dominaba estaba en mí, esos días, esas noches, digo, cuando la página en blanco era el único sobreviviente.

Página que sobrevivirá al hombre y lo hará inmortal. Esa es la única permanencia que habrá de interesarnos, todo lo demás engaño, burla.

Llega la primera interrupción. Se rompe la sucesión de ideas y se abre una especie de novela de lo que podría ser la vida de Miguel Oscar Menassa, pero que luego adquiere su propia dimensión, su aventura imaginaria y genera el anhelo de ser interrumpidos para seguir la historia que se abre en el futuro. Yo soy Miguel Oscar Menassa, hijo de Raif, nieto de Naur y bisnieto de Alejandro, rey de reyes…Mi vida pendía de un hilo. Cuando ella me llamaba, la muerte se abría desmesuradamente ante mí y yo, siempre, me sentía pequeño frente a esa inmensidad negro. Cuando mi padre me llamaba la ausencia de la muerte en su llamado, me hacía ir a buscarla.

El significante muerte adquiere sus sentidos más bellos.

No dejábamos de morir,

cada vez que nos encontrábamos.

Primero moríamos los dos juntos,

después nos besábamos y volvíamos a morir,

cada uno a su tiempo.

Éramos como las flores,

crecíamos en el silencio de la noche.

Aquello que podría parecer la vida cotidiana de un hombre narrada en primera persona, se transforma en este libro en una relevante obra literaria. Encontramos poesía, pensamientos filosóficos, reflexiones de un líder, nuevas concepciones del amor y de las relaciones humanas. A pesar de vibrar con la alegría y el dolor de un hombre que vive y ha vivido, El Oficio de Morir, es una obra de estudio dentro de una obra mayor, Poesía y Psicoanálisis. Una apertura de un nuevo campo para la literatura y la ciencia actuales.

(continuará)



MENASSA VIVE EN SUS VERSOS

Una obra es “eterna”, nos dice Rolland Barthes, no porque imponga un sentido único a hombres diferentes, sino porque sugiere sentidos diferentes a un hombre único.

El poema titulado LA PASIÓN: LA POESÍA, pertenece a una trilogía, junto a LÍMITE UNO: EL AMOR y LÍMITE OTRO: LA LOCURA, y como en toda la obra de Menassa, se muestra que la poesía es más instrumento de conocimiento que instrumento de representación.

Tres poemas anudados en un solo destino: hablar de la vida, la vida que vive en las palabras, la vida de los seres que hablan.

En LÍMITE UNO: EL AMOR se trata de la vida que no nos pertenece, nos enseña que Él es un producto socializado, junto al amor está inevitablemente el trabajo de creación, mientras que en Ella, junto al amor está inexorablemente la muerte, su paso será desde el lugar donde su único destino era la reproducción. Ambos tendrán que dar el salto mortal, ambos tendrán que devenir mortales, antes de todo comienzo. Y el comienzo es: “Recuerdo tu vientre de pantera destrozado” frente a “Yo cantaba/ como si fuera natural/ en el hombre cantar”, para concluir: “y ahora, te prometo, volar siempre contigo,/ y en ese gesto,/ una vez más/ moría:” Pero, ahora ese morir será un morir humano, un vivir entre otros.

Hay que considerar que esta trilogía se produce en El oficio de morir, después de “Séptima y por así decirlo última interpretación” de la autobiografía psíquica novelada que atraviesa este libro a modo de siete interrupciones.

Después de la séptima interpretación comienza a darse cuenta que lo único que existía eran palabras y qué difícil le resultaría dar a ellas una prueba material, de que al futuro lejano había viajado sin moverse de al lado de ellas. Y así les dice a ellas: “Sólo veo palabras, como si todo se redujese al desarrollo de una pasión y sus límites. Al volver, porque volveré, ya que no fue necesario que partiera trataré de transmitir este vacío”. Ese vacío entre el amor y la muerte que sólo la poesía podrá llenar.

Ella pierde su poder sobre él, y semejante realidad, la permite escuchar lo que Él le trata de transmitir.

Con la llegada de la palabra todos modifican su personalidad, y el amor y la locura, los verdaderos compañeros de viaje, desaparecen entre los versos.

En LÍMITE OTRO: LA LOCURA , la vida que soy. Podemos ver la diferencia entre el amor y la locura. En el poema “El verdadero viaje”, el amor enseña a conversar tranquilamente y la locura es del amor, ese desenfreno. Aquí, ese desenfreno, se muestra en los primeros versos: “Hoy como nunca amé mi cuerpo en soledad. / Hoy como ayer fui el amante infernal./ Hoy no llegué muy lejos”. En este poema vemos cómo la locura es “entregada al amor y a la muerte, para que la locura, aprenda a volar”. Si a la locura sumamos el amor y la muerte, se deja de “Huir hacia el porvenir”. Concluyendo: “Brillante perlas de marfil/ cerrando el paso/ de la marcha del hombre/ hacia la muerte/”. Y otra vez el límite será el límite de la mortalidad.

El anillo que permite esto es LA PASIÓN: LA POESÍA, que comienza con un epígrafe donde se anudan los tres poemas: “Entre la vida/ que no me pertenece/ el amor/ y la vida que soy/ la locura. / La poesía/ puede llenar/ todo ese vacío.”

Y Menassa da un paso más, un paso que incluye “la vuelta”, en palabras de Heidegger, el paso hacia atrás, saliendo del pensamiento que sólo representa, es decir, explica, y yendo hacia el pensamiento que rememora. Y el poema acaece de un modo propio, desde la vuelta de espejos del mundo.

El poema nos dice que “La poesía piensa en el futuro” y que no deja de permanecer en ello: “ella seguía pensando en el futuro”, y todavía más, anticipa la realidad, el futuro está en los versos: “Ella, era el futuro”.

El poeta nos habla de su participación: “Escribiré en silencio/ y la poesía/ alforja delirante/ silencio perenne/ que necesita mi voz para vivir/ llena mi vida de sorpresas.”

También nos dice: “habla para mí”

También nos habla de todas las Ellas : “yo soy Ella (la madre, la mujer, la muerte) y Ella es la Poesía/ juntas, como si nos hubiesen arrancado a la tierra,/ de la misma raíz, ocupamos,/ un solo espacio en tu corazón./ Somos el mismo tiempo.”

Y todavía: “En silencio dejo de vivir.”, “Su piel,/ brutal enredadera,/ trepa desordenada./” , “hacia las concavidades…”, “hacia los vericuetos…”, “hacia un destino en llamaradas.”

Y llega el momento de concluir, cuando Ella es la Poesía todo se transforma, y todas las otras Ellas desaparecen entre sus versos: Poesía de fuego,/ ardiente vulva desgarrada,/ Ella es la poesía,/ dragón enamorado,/ bocanada febril./ Humo y ceniza./

Y todavía más, pues hasta el propio cuerpo del poeta, el cuerpo del amor, desaparece entre los versos:

“Mujer de fuego, Poesía de fuego,/ consumen vorazmente hacia los espacios infinitos,/ el cuerpo del amor.”

Todo ha quedado transformado, a partir de ahora amor, locura, mujer, poesía, muerte, no son sino palabras entre palabras; su verdad sólo vivirá en los versos.








POETA CONDENADO. MANIFIESTO DEL 99 O DEL PSICOANALISTA CONDENADO


Poeta condenado. Manifiesto del 99 o del psicoanalista condenado, es un libro que resulta de la recopilación de escritos recogidos en diversos cuadernos. El pensamiento de Menassa siempre es en acto, en el ejercicio de su función como psicoanalista o como poeta.

La realidad es efecto de escritura, y a la vez, toda realidad es excusa, materia natural para la posibilidad de desplegar un pensamiento sobre la cuestión de que se trate. Menassa apunta a la estructura, a lo estructural de cada realidad. La condena es la de la escritura y podíamos decir también, la de la interpretación, que cuando se trata de un Director de una Escuela de Psicoanálisis, es también escritura.

Como maestro nos dice: “Sólo amaré al que lo entregue todo, y no me importa que me lo entregue a mí”.

O “Hemos llegado todo lo lejos que se puede llegar. Ahora debemos dejarnos legislar por las leyes que se establecieron mientras caminábamos.

La escritura es una condena, porque requiere una renuncia, pero debemos saberlo, cuando se renuncia, se renuncia a nada, nos dice Menassa en Aforismos y decires. Y en Poeta condenado: “Algo tengo que dejar, sea como sea, tengo que construir una renuncia clave”.

Y si se trata de un escritor, o de un psicoanalista, una de las renuncias necesarias es la de renunciar a dejarnos guiar por el goce: no es por el Goce que se decide: “En todos mis lugares, hay goce para mí, eso hace muy difícil la cuestión, ya que en mí, no es el goce el que decide” o: “En cuanto a ella, le recordamos que con los ojos cerrados, te puede hacer gozar tu peor enemigo, como en los sueños”

Tampoco es por el amor que se decide, nueva renuncia: “Basta de amor, quiere decir que los resultados positivos, también, se consiguen por caminos diversos que no son el amor”.

¿Será entonces por la vía del deseo y el trabajo?:

“Hoy se cumplen 23 años de mi llegada a Madrid. Inventé caminos nuevos permanentemente, y siempre fue necesario desear y trabajar para que comenzara a existir el camino, así que yo me quedo aquí, deseando y trabajando para ser un gran escritor. Poeta.

Director de una Escuela de Psicoanálisis, en parte está ocurriendo desde hace 18 años, en Madrid, pero que un poeta se animara a tanto es inconcebible. Y a mí me parece, sin exagerar, que yo soy el poeta que se anima a tanto.”

EL PSICOANÁLISIS ES UNA DISCIPLINA,

LA POESÍA ES UNA DISCIPLINA,

EL AMOR ES UNA DISCIPLINA

Lo sabemos, y queremos hacérselo saber a algunos jóvenes y a los tercos: para poder trabajar de psicoanalistas, para poder ser arrastrados por la poesía, permanentemente al hallazgo, a la novedad, y por último, para dejarse amar por un mundo hambriento de amor, se necesita: MUCHA, MUCHA, MUCHA DISCIPLINA.

Y la última renuncia que nos propone este libro es a uno mismo, el escritor debe renunciar a sí mismo para dejarse atravesar por la escritura:

“Al liberarme de mí, podré ser Director de una Escuela de Psicoanálisis y Poesía, altamente cualificado y seré recordado por dos motivos:

1. Nunca hubo un hombre que gastó tanto dinero para la poesía.

2. Nunca hubo un hombre que produjo tanto dinero con la poesía.

…Si no puede, al menos unos, nunca podrá nadie.”



EL AMOR EXISTE Y LA LIBERTAD

Es un libro de poesía escrito en castellano, de publicación bilingüe, traducido en francés. Pero no fue Paris, fue Buenos Aires el que vió nacer al autor, por eso no le asusta el movimiento dice la letra de uno de sus tangos. Pueden comprobarlo, entre líneas y girando el libro sobre su eje horizontal, si dejas que el espejo te mire, se puede leer: “El amor existe y la libertad”

De una carta, publicada en el Oficio de Morir, que Miguel Menassa recibe de su padre con fecha 1 de enero de 1980, rescatamos: “usted si podrá vivir y morir rodeado de muchas personas y lo veo, a usted hijo, instantes antes de mi propia muerte, guiando con su bastón de fantasía, a todo eso que le pertenece y a la vez lo encadena, hacia un abismo de luz”

El amor existe y la libertad, publicado en 1984, da cuenta de ese abismo de luz en el que camina el poeta en su oficio de caminar: “Un día cualquiera como me pasaba de muchacho, escribiré un poema, encenderé la luz”

Dieciséis instrumentos y una sola voz se pueden escuchar en el poema que da nombre al libro:

“Fui un hombre

amante de la libertad

y los venturosos días por venir.

Después cayeron sobre mí,

La guerra y sus estragos….”

El poeta en el abismo de las horas quietas, a pleno silencio, es cuando escribe los versos más hermosos y así en la página 50 nos encontramos “Una repetición incalculable”:

“Soy un hombre

nací hace 50.000 años

y tengo derecho a la palabra.

Un hambre por amor,

una boca abierta a los cuatro vientos,

por el amor,

un ansía por la música ligera,

clave de mar,

tu cuerpo”

Ella sabe del Amor y la Libertad: “mas allá del hombre sólo podemos encontrar otro hombre”. Él conoce: “en el amor, nadie entrega, nadie recibe nada”. Y el poeta, ser despedazado, obedece y escribe:

“…AMARILLENTA libertad

vago entre las fronteras de lo que fue dolor.

Toda voluptuosa agonía de las grandes enfermedades,

agonía donde la sangre –rojo y percal-

entra en los ojos,

donde la sangre –galope y furia-

deja en el pecho,

un ruido interior a ser humano,

incompatible con las cumbres.

El libro se cierra como las grandes pirámides de Gizeh, con uno de los mejores poemas escritos en lengua castellana: “Después de la muerte”

“Tan soberbio

tan espectacular era el poema entre las sombras,

que no me alcanzará para escribirlo,

ni la mañana, ni la noche,

ni el resto de mi vida….”

Menassa dedica el libro: “Al amor, a la libertad, aunque imposibles, o por eso” Ya había escrito en El oficio de Morir: “Entre la vida / que no me pertenece / el amor / y la vida que soy / la locura. / La poesía / puede llenar / todo ese vacío”.

No por casualidad el primer poema lleva por título “La guerra”

“…La guerra,

Esta vez, también, será con otros.

Hablaré con las voces ocultas de la tierra,

con aquellos muertos que fueron, totalmente,

privados de su libertad.

Hermosos muchachos, llenos de energías,

muertos antes de tiempo.

Soy esa grandiosa energía liberada,

nadie podrá conmigo, soy un millón de muertos,

el himno que la muerte reclama para sí,

lo negro de lo negro, (le noir du noir)

los brillos de lo negro, (les éclats du noir)

las esmeraldas de la muerte. (les émeraudes de la mort)

le noir du noir

les éclats du noir

les émeraudes de la mort.



“AL SUR DE EUROPA – Versos y Cosas”

Autor: Miguel Oscar Menassa

Versos y Cosas, primera dicotomía que marca el camino seguro, de una interpretación.

Un libro donde la poesía cobra el brillo de la madurez y el poeta con la solvencia de un recorrido que lo hace poseedor de una obra, asume el patrimonio.

Ciudadano del mundo, mas bien liviano, esta vez, después de volar tanto, después de tantos viajes, tantos libros, hecha raíces en el sur de Europa, tal vez para recrear aquella corriente fluvial y húmeda de su lengua, gestada en esa ciudad donde el amor era el comienzo de todas las historias.

Ensanchándose toda Latinoamérica deja escuchar sus voces que se funden, partiendo desde su primera publicación en los años 60, con este sur de Europa donde hace historia.

A diferencia de Ibsen o de Joyce no cree que el exilio es la condición de un escritor, mas bien lo toma de sorpresa, lo golpea, y el cambio de país no lo aleja de la lengua a la que toma entre sus manos para el juego, donde se combinan el arte y el lenguaje, apoyándose en esa quebradura que le sirve para alejarse de todo lo conocido y entregarse a un aprendizaje del mundo aprovechando la caída.

Emerge una poesía conversacional o coloquial, que se detiene en su estilo expresivo y se aleja de toda la poesía oficial, aunque no de la clásica, llevando adelante la línea donde la poesía deja de ser un trabajo de orfebre en soledad, para ser una poesía que pueda ser leída por todos.

Así transforma el pan cotidiano de la existencia en una experiencia de sublimación que dará por resultado una materia radiante de vida transformando el barro de toda la humanidad en seres alados e imperecederos, probando que al instrumento que ha recibido en herencia de los poetas que lo marcaron y lo hicieron, él es capaz de quebrarlo y forjarlo nuevamente.

Lo vemos así navegar desde los grandes aciertos en la brevedad casi, de verdades encontradas al paso, a la inestabilidad que requiere siempre una conversación como pasa en los poemas largos, que tienen una dramática propia que se desarrolla hasta llegar a veces a una conclusión, a veces a quedar suspendidos en un final.

Por momentos las palabras tienden a juntarse como si fuesen piedras preciosas engarzadas y unidas en secuencias como eslabones, y aparecen pequeños versos como perlas diamantinas.

Soy ese soldado que estabas esperando,

no tengo rumbo ni pasado, poesía,

estoy aquí contigo, para siempre.

No me deja crecer,

me quiere asesinar,

me mantiene en palabras anteriores.

La ví, la quise y la maté, por las dudas su amor me encadenara.

¿Dónde están los huracanes que he vencido?

Otras veces las palabras se juntan como si fuesen barro sin selección preciosista, sino como granos gruesos que sólo tienen importancia en la coherencia total como imágenes fotográficas de la vida, que pueden ser reconocidas por todo el mundo. Las densidades no se mueven por palabras, es todo el poema en su conjunto que adquiere peso deslizante y la palabra surge en libertad, con la liviandad de las palabras pronunciadas diariamente, dando cuenta de un saber que es propio del tiempo en que vivimos.

El amor, una interrogación a sus posibilidades, un poco de miedo, un estado y una extranjería, una amada, una pasión desmedida y cruel hecha poema, una poesía que ha roto la palabra en mil palabras, sur y ciudades entremezcladas a los acontecimientos de la época, un nervio angular torciéndose en recodos, quejas del alma por la mediocridad de las ciudades y los 61 años transcurriendo entre el amor, el genoma y la guerra.

Aparecen así, las mas desatendidas pasiones cotidianas, a veces con un tratamiento especial del amor, pero también apareciendo a veces el sarcasmo y la sonrisa, la deliberada inmusicalidad del verso, el lenguaje popular.

Ninguna extranjeridad en el lenguaje, ni ninguna purificación, sólo el uso común de las palabras, sin buscar ni el bien ni el mal en ellas, sino mas bien interrogándolas, y llevándolas hasta el extremo de ese encuentro que hace decir al lector que él estuvo allí, en el centro del poema.

Su voz se deja oír y versos y cosas se suman como CDs. en la contratapa dónde 18 poemas recitados por el autor, toman vuelo y se pierden en el aire “para que algo nazca en el lugar 8, cumpliendo la promesa del poema 3 que dice “os haré volar”

Un libro que da cuenta de un oficio adquirido a lo largo de un recorrido por la poesía, donde aparecen las distintas formas del verso por las que incursionó, hasta el soneto que ilustra la contratapa, un soneto de amor tendido entre “El desierto y una pequeña lágrima.