sábado, 28 de marzo de 2009

TALLER DE POESIA DE LOS SABADOS. 28-03-09







GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h
-revista virtual-
COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA
NÚMERO - 10- 28/03/09
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa










Cuadro: La gruta de tu alma. Carmen Salamanca





CUANDO LENTAMENTE DESNUDAS TU PIEL

Cuando lentamente desnudas de piel tus alforjas,
remachas la deuda permanente, amordazada
entre giros del alma, y renuncias al maltrecho espécimen,
desahuciado, que te nombra en cada esquina y sin redobles.

Mientras veteranos dioses refrescan su codicia
con el pan nuestro de cada noche,
y retumban alabanzas en el enconado espíritu,
amañado, de fervorosas huestes del bien.

Cada vez que despiertas, entregado a la tarea
de ganar el cielo sin fronteras en las márgenes
de oriundas, renombradas servidumbres
de una multitud enfrentada, sin remedio, al olvido.

Cuando, al fin, serpenteando la costumbre,
aminoras la caída en cóncavas sinfonías recurrentes
a un destino en retirada, y rumias a dentelladas
ese espasmo que implora salvación en tu garganta.

Cuando eso ocurra, no te detengas,
escucha tu silencio especular con el viento,
escúchalo porque tu silencio habla.




Carmen Salamanca
-------------------------------------








Cuadro: El columpio. Carlos Fernández del Ganso


EL PACTO PERMITE RESISTIR

Te saludo, vida, hoy toca devolver la hora del intercambio
que nos prestó el otoño señor de la promesas.
¡Cuántas voces aullarán la costumbre de hacerse ley
en la impronta rocosa que impide el nivel del silencio!

Algo inmóvil, querida vida, muere hoy
y deja una sombra tan sublime como centenaria.

Los arcanos mayores del parentesco cantan cuando llueve y
tiemblan al crujir de los huesos, y enmudecen la nausea vecina.

La tradición en la podredumbre de la selva agita los músculos.

Caminar sin esperar nada es un clima respiratorio,
un pie después de otro, silbando por las calles una canción.

La palabra, amada vida, revaloriza, rebela, insufla
las velas de la distancia, como una zanahoria de lejano destino.
Resistir, dicen en la trinchera, cuando las invisibles balas
del invencible tiempo, nos mira entre los ojos cual diana o perdón.

Entonces, descorchamos todos nuestros tinteros.
desenfundamos los estoques de la precisión,
cargamos con adjetivos de -nitrato ni perdón- las flechas de la pasión
y sin retorno posible ponemos en la red palabras y, así resistimos.

Carlos Fernández






-----------------------------------





Cuadro: Los traficantes de sueños. Amelia Díez

ESCUCHA UNA VEZ MÁS LA PALABRA QUE NACE


Escucha una vez más la palabra que nace
lejos del ruido y la furia, en el malogrado
espíritu de la masacre que se desliza.
Escucha sólo la palabra que se hace
entre palabras, entre otros, entre pactos,
aquellas que nacen de la máquina del silencio
aquellas que se mecen sin misión ni sumisión
bordean sin previo aviso la lujuria del habla
rugen como nada ni nadie y hacen nacer
lo que antes no existía, amor y goce,
hombre y mujer. Rotos los misterios
nada queda sin habla, todo es palabra.
Escucha tu silencio y desde allí, habla.




Amelia Díez Cuesta






ARCÁNGELES VACÍOS


Arcángeles vacíos los que yacen
bajo las argucias de la razón
sobre las sabidurías más populares
en el centro de nuestros co-razones.


Amelia Díez Cuesta


-----------------------------------------



Cuadro: Los brillos de la noche. Miguel Menassa



HÁBILES TORNADOS


Pasan las horas
y el silencio se ciega en murmuraciones.

Las profundas cavernas del hombre
susurran con voz grave, ásperas melodías,
que, como hábiles tornados, lo destruyen todo.

Imbuida en intensas magnitudes,
paroxismo de filiales encuentros,
desato viejas cadenas
y el miedo se convierte en distancia.

Ahora, escucho el silencio que me habla
y la muerte no es más, el final de nada.


Magdalena Salamanca
--------------------------------------










Cuadro: Pájaros Marinos. Claire Deloupy



EL SILENCIO Y SUS PALABRAS


Silencio, nunca hubo en mí.
Hubo ruido de cadenas
y el rumor del viento.

Ven, te cambio mi nombre por un poco de silencio.

Florecerás por las noches
entre espanto y ternura
ahí donde poco importa quién habla.
Sólo importa que las palabras sean dichas.

No tortures al silencio.
Alcánzalo.

No rompas al silencio.
Disfrútalo.

No huyes del silencio.
Afróntalo.

El silencio está más cerca de la palabra.
La palabra requiere su tiempo de silencio,
su lado oscuro
su callada tierra
para surgir, exuberante y pausada
como una reina de antaño
que sabe que un destino no se compra.
Tampoco se compran los muertos.
Ya han muerto.
Y su silencio hiere hondamente
por nuestro propio silencio futuro.

Por eso amo al silencio.

Por su dulzura eterna
su espesura de nube
su peculiar vacio de abismo
capaz de generar
todas las palabras necesarias.

El silencio ¿es lo callado?
¿o el silencio es lo que permite escuchar?

Nunca hubo silencio.
Siempre se alzó
entre mí y el vacio
entre mí y el infierno
una voz humana.

Hay silencios tan densos
más fuertes que un grito.
El grito incontenible del malherido
Está arropado por el silencio.

¡Ven, dolor animal!
Te arrojaré al silencio.
Haré del silencio
tu tumba o tu bálsamo.

Con los años aprendí a hacer silencio,
callar a mi ruidoso corazón.
Mas se despierta a veces
como el Vesubio en invierno
y su lava ardiente lo sepulta todo.

Pasa los días.
El silencio aguarda.

Para escuchar
Hay que hacer silencio.
Después
escuchar el silencio
tu propio silencio.

Vengo del silencio de la materia
y sin embargo,
hablo.

Claire Deloupy Marchand


------------------------------------------




Cuadro: Volutas de libertad. Cruz González.






¡DÉJENME VIVIR!

Una barca cruza el lago de tus sueños baldíos
barcaza de sombras cantando su canción del adiós.

Burdos transeúntes de lunas y astros vienen a decirme
que el mundo donde habito dejó sus palabras
tomó entre sus manos cañón y fusil
y quemó rastrojos de tiempos futuros
para que la sangre que fluye desnuda
por los matorrales jóvenes de abril
no llegue a su cauce, no llegue a los montes,
se quede en los cuerpos que van a morir.

El hombre es de piedra, granito o marfil,
sus manos de hierro, su piel es añil.
Párpados vacíos de matar palomas
genio enfurecido de tanto morir.

Las reglas son otras entre forasteros
existen palabras que hay que decir:

Si quieres un beso lo habrás de pedir
y si te molesta un pie sobre el pecho
que aplasta los huesos y cansa los labios
cortés y tajante habrás de decir:
¡Déjenme vivir!

Cruz González Cardeñosa





---------------------------------------



Cuadro: La calma después de la tormenta. Olga de Lucia.
EL SILENCIO AMURALLADA ROCA


El silencio amurallada roca
resistiendo a la vibrante pulsación del deseo,
como paisaje de invierno esperando sus primeros brotes.
Azules mariposas se posan sobre mi piel,
acarician mis alas mustias, desoladas.

Clamo al cielo que algún meteorito
haga estallar la férrea razón
y el estruendo se escucha hasta el confín del universo.
Late en las estrellas su ser fragmentado,
busca unir sus pedacitos
y lloran los oboes
porque no puede construir su propia imagen.

El silencio crece en su pedestal
mientras rumia venganzas imposibles.
El silencio se aposenta bajo las tenazas del pudor
y amortaja las pieles que queriendo volar
quebraron sus alas.
Sopla el silencio en la quietud de la tarde
nubla los ojos de nostalgia,
se apodera de los amores y los llantos,
lame insidioso el placer de lo estático.

El silencio como muerte en la presencia del hablar.
Éter enardecido permeable a las voces
que brotan de mis dedos sin control.
Como locas me dictan sus sonidos
y es ahí, cuando amanece.
El canto de los pájaros acompaña alborozado
el torrente de palabras que se imponen
a la inmaculada página
alumbrando del ser viviente alguna verdad.


Olga de Lucia
-------------------------------------------------


Cuadro: Estoy ocupado en varias cosas a la vez. Miguel Menassa


ESCUCHO ESTE SILENCIO

Escucho este silencio
y sin ninguna fe
recorro su aliento,
lo acomodo
en el alma que no tengo,
y un suspiro de mil lágrimas
golpea lo siniestro.

Todos los amores
fueron quedando opacos,
vándalos insaciables
esperan el estruendo.

La firmeza del tiempo
fue rayando
los costados del sueño,
virtuosos poderes
encerraron silenciosamente
este misterio.

Lucía Serrano





--------------------------------------------



Cuadro: Caravana de luz. Miguel Menassa






ESCUCHÉ MI SILENCIO

¡Oh silencio..., silencio.

El murmullo humano que envolvía el mundo
desapareció tras la mágica luz de un relámpago
cayendo de la pesada atmósfera que sorda enmudeció.

Traficantes del misterio y de la soledad
se vieron descubiertos en la blancura de sábanas
sonámbulas que se debatían entre el abrigo y la amenaza
y toda la comarca de ese cuerpo sufrió de falsedad.

Lejos un dormitorio enfermo marca un hueco de ausencia,
se caen los párpados nocturnos, todo termina.

El rostro de la bella desorbita sus sienes,
arranca pulsos de relojes detenidos,
se sueltan las horas del cuadrante,
y el dedo cruzándole los labios ahoga la canción del viento.

¡Oh silencio... silencio

No me pidas que despierte
toma tu transparencia impenetrable
y déjame en el mundo erguida y sola
que quiero dirigirme hacia el agua pura que cae del instante
para empapar la espera sin que nadie se espante
y pueda ser interrogada hasta el agotamiento.
Cuando no queden palabras
quisiera que me acompañes al fondo del océano
porque pienso ordenar que se derrumben las alturas
y que me mire el sol con ojos de cuaderno.

Norma Menassa

---------------------------------------







Cuadro: Ella y su deseo. Miguel Menassa


ESPACIO DEL TIEMPO, EL SILENCIO HABLA

Escucho mi propio silencio
cuando en la tarde rumorosa
la calle va poblándose de ruidos,
de gente, de vocingleras palabras...
Me dice del miedo y me dice del amor
va construyendo en mí fantasías,
ideas
que luego se vuelven acciones,
actos de mi vida.
Cuando me doy cuenta
que el futuro es una construcción
de palabras y silencio
un temblor inquieto recorre
mi cuerpo atemorizado.
Camino por la vereda
cruzándome con personas
que hablan o pasan calladamente.
Me pregunto
¿se escuchan? ¿viven?
Responde mi silencio
adjudicando a otros
mis ilusiones más delirantes.
Sonrío, puedo darme cuenta
que soy yo quién las permite
cuando escucho mi propio transcurrir silencioso.



María Chévez

---------------------------------------



Cuadro: Baile de sombras. Miguel Menassa.


BALADA DE AGUA BAJO EL MAR

Baila el mar con la delicadeza de todos los que escuchan
en cada ola el estío de la vida,
que se extiende, en el brillo del silencio.

La madrugada cabalga sobre la arena,
junto al rumor del viento vacío
y en el silencio soberano,
ella cae
sin sufrir,
en la oscuridad del anochecer.

Escucha su silencio y se percata:
escribe una luz y un escalofrío fugaz.
Vislumbra un corazón
que quiere ignorar la muerte,
sus ojos, y el vértice de cada latido
esperando la palabra próxima para poder partir.

Cabalga enredada en las sombras. Se queda quieta,
suspendida en el crepúsculo
que pasa ante sus ojos abiertos
que dicen, del silencio,
el filo de la verdad.

Mónica López Bordón
-------------------------------------








Cuadro: Huracán de silencios. Manuel Menassa




ESCUCHA LA AURORA

Escucha la aurora
danzando muda en el aire,
silencio de soles, de pájaro leve
volando sobre el agua.

Silencio de cebolla,
de muebles,
de utensilios de cocina,
de libros cerrados, en fila,
uno y luego otro y otro
como si fueran los libros
delicados silencios.


Silencio de aquel que marchó hace tiempo
o de aquel que no ha llegado y desconocemos
Silencio anónimo que nos representa
en un sin fin de aliteraciones.


Qué todo hallas cuando no hay nada.
Qué nada inscribe el tumultuoso silencio
cuando reconoces todas las ciudades de Europa
por la característica mudez de sus noches.

Manuel Menassa

--------------------------------------





Cuadro: Tango II. Miguel Menassa






LAS VIRTUDES DEL SILENCIO

Aprendiste a parir tus miedos entre sombras,
generando un batallón de escuálidos guerreros.

Te sumergiste en las fuentes amargas
que manaban de tu corazón enfermo,
para tratar de calmar tus gritos
ante el horror de tu inmensa pequeñez.

Durante siglos, fuiste esclavo de ti.

Tus pesados engranajes hicieron del amor
tu dolencia,
y no quisiste ver
que el tiempo de otras vidas también se termina.

Tuviste que morir entre pesadas obligaciones
de indigente- señal de los muertos que vivían en ti-
para arrojar el musgo que ahogaba tu respiración,
cuando decidiste nacer de nuevo.

Esta vez el dolor podrá esperar.
Las virtudes del silencio,
generarán en ti otros Dioses, -quizás menos auténticos-
que vivirán en el crepúsculo de tu mirada altiva
sin crueldad.

Y ya no tendrás vergüenza cuando amanezca
el día y te vea desnudo, cubierto de vida.


Miguel Martínez Fondón





---------------------------------------





Cuadro: Encuentro inaudito. Miguel Menassa


INVITACIÓN AL LLANTO

Junta tus manos, cúbrete el rostro y llora.
Llora largas noches de estío punzadas de amargos alfileres,
de palabras carcomidas,
de nauseabundos ríos sin cauce,
de sumisiones cultivadas de terror y espanto.

Llora y no te contengas,
ante el estúpido pretexto
de elegir el fútil designio de esconder la vida,
de dar vueltas y más vueltas
a la carne y al hueso,
como si tuvieran letras, puntos, acentos,
que yo no sé si se alojan en tus venas,
y dejan tus páginas yertas.

Macerada impotencia que torna a la calma,
abre tus brazos y escucha.

Escucha el canto del poeta,
esa brizna en la noche,
esa mañana enloquecida,
ese traspiés, ese olvido, ese silencio y después…
¿comprendes?
Yo tampoco comprendo nada.

VICENTE PRADA GÓMEZ





-------------------------------------



Cuadro: Baile de hadas. Fabián Menassa

ESCUCHA TU SILENCIO, PORQUE EL SILENCIO HABLA


Hoy,
me pensaba caído
en la indiferencia del olvido,
más
¿qué dicen los silencios cuando hablan?
Este silencio espera ser amado,
calla
por que sabe arreglárselas con la angustia,
espera tranquilamente,
por que sabe,
que si es humano
no puede durar siempre.
Este es el silencio que guardan las paredes,
¿no sientes su oído mudo en el regazo,
mientras abraza la lluvia las 7 de la tarde
y las gotas callan sus miserias?
Este es el silencio de las 7 de la tarde,
el silencio de la lluvia y un grito mudo.



J. Fabián Menassa De Lucia





---------------------------------------


Cuadro: Con buena letra. Miguel Menassa



SILENCIOSA CADENCIA

Clamo en el tropiezo de un verbo
que devuelve en estallidos múltiples
la caída imprevista de un despertar de sueños.

Allí donde vacilan mis palabras,
donde el rítmico aliento se prolonga a lo infinito,
mi garganta, cuerdas rotas, atenazadas en respiración,
tienden al horizonte el límite de mi deseo.

Lejano, el fragor del silencio me devuelve del olvido
solemnes cariátides, rastros borrados de enmudecida cábala
que dibujan el mapa de caminos transitados.

Atrapada en el laberinto, las saetas perforan vocales,
limitan el vasto paisaje de la selva frondosa de mi cuerpo,
retornando en el decir jubilosas canciones.

Escucho mi silencio, porque el silencio habla
cual tumultuoso coro que cobija mil sabores,
modulando, con ritmo lento, la cadencia invisible que sacude mi vida.

Pilar Rojas




-----------------------------------------











Cuadro: Se perdió en trabalenguas. Alejandra Menassa




EL SILENCIO DESPUÉS DE LA PALABRA

Soy el pedazo que habrás de arrancarle a la noche
para seguir viviendo,
soy la letra diluida en el tintero, que pugna por salir,
soy esa risa fresca con que saludas la hoja nívea,
Soy tu tirana, tu apóstol, tu miseria y tu riqueza,
soy la mujer que le sobra a la poesía,
el último resto de la masacre,
la respiración entrecortada por el cuchillo.

Soy tu poeta y poeta es un ser que se transforma en cada verso,
soy la mirada, la voz, la última esclava de occidente,
esa repetición inmensurable, tinta en mis venas, tinta en los ojos,
tinta en la lengua.
Dame tu semen, poesía, dame tu soledad para extinguirla,
hazme nacer al poema desnuda, con mi equipaje de estremecimientos
hazme hijos: palabras como huecos, palabras que inauguran el silencio.
Te amo, poesía, y no hay remedio,
ni pócima, ni ungüento para sacarme de encima el sortilegio,
las horas en tu ausencia no son horas,
porque no estás para nombrarlas.
Soy poeta, si se puede ser eso.
La página desierta estira su mano blanca
y me estrangula los silencios.

----------------------------------------


Cuadro: Los siglos venideros. Miguel Menassa


SILENCIOS

Escucha tu silencio.
Cierra los ojos,
el mundo adquiere presencia.
Del vacío de tu voz
te llenas de otras voces.
La vida transcurre al otro lado
abriendo el propio abismo.
Navega ese océano que se abre ante ti,
habitantes desconocidos querrán conocerte,
enseñarte sus secretos,
que serán tus secretos.
Escucha.
Siente esa presencia.
Verás cómo tu silencio habla,
te dicta nuevas leyes, nuevas formas de vivir.

Helena Trujillo Luque




sábado, 21 de marzo de 2009

TALLER DE POESÍA SÁBADO 21-03-09

GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h

-revista virtual-

COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA

NÚMERO - 9- 21/03/09

Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Cuadro: Atardecer en Málaga de Miguel Oscar Menassa
La sangre no se puede cambiar como los hábitos.

La sangre viene conmigo, se instala en tuberías subterráneas,
escurridiza, se aclimata una y otra vez al universo
y sigue su camino de nostalgia hacia tu rojo corazón
que estalla entre sonrisas hipócritas para hacer creer
al azul de tus días que volverá, que esperes a que cambien
las manecillas del reloj y el sonido del cuco y el péndulo,
que ahí, cuando la noche se trague todos los sonidos,
volverá y te amará, dichosa de ser tan colorada,
gozosa de creerse invencible, eterna lluvia inclemente
contra la muerte.

Es preciso aceptar su sonido y el paso de las horas,
el roce de la piel y los silencios que a veces levantan muros
y otras, construyen ojos y bocas y ese suspirar agitado de tu piel
cuando pasa la sangre por tus venas y enciende tus sentidos.

Cruz González Cardeñosa
-------------------------------------------
Dibujo de Miguel Oscar Menassa
Los resultados, los resultados son óptimos, lo que no es óptimo es mi estado de ánimo para poder evaluar positivamente los resultados positivos.

Creo que esto que me pasa Freud lo habría llamado la perturbación del pensamiento por el afecto, aunque también me atraía encasillarme entre los que fracasan al triunfar, la cuestión era darle alguna explicación a aquél estado tan desagradable.
Nos habíamos levantado tarde, era domingo, mi esposa dormía en la cama, y emití un sonido como un suave ronquido apenas perceptible, que siempre me había parecido cautivante. Le besé la frente y me dirigí al cuarto de baño. Seguía sin entender mi estado de ánimo.
Tumbada en la cama, estaba la mujer con la que había soñado desde siempre. Jamás confié en que se casara conmigo, y cuando me dijo que sí, apenas podía creerlo. Después vino el ascenso de categoría, pasamos de segunda a primera mi primer año como entrenador del equipo, y el segundo alcanzamos los primeros puestos, Judith se quedó embarazada y tuvimos un bebé rozagante al que llamamos Mikel, por esa época yo ya no me encontraba bien.
Todo empezó por esa sensación de despersonalización extraña, me miraba en el espejo y no me reconocía, era un extraño el de la imagen en el espejo, ni uno de sus rasgos coincidían con los míos y sin embargo, era yo el que me estaba mirando en el azogue. Un día iba conduciendo desde el campo de entrenamiento a mi casa, y de repente me dije: ¡Qué raro!, llevo las ventanillas bajadas y sin embargo, el aire me está dando en la cara, miré a derecha y a izquierda y estaba subido sobre el techo del coche, el misterio era ¿quién conducía?, al principio me aterroricé, durante unos segundos, después resolví que debía tratarse de una alucinación, y eso me calmó un instante: debo ser yo el que conduce entonces, concluí, pero al instante, la inquietud volvió, ¿porqué estoy alucinando?. Paré el coche en el arcén para tomar aire y recordé que el médico del equipo, un chileno encantador y un genio en Medicina del Deporte, me había ofrecido una calada de algo que se fumaba y que yo no sabía exactamente de que se trataba.
No debía ser correcta la atribución, porque días después me volvió a suceder en un restaurante, cenando con mis colegas, y esta vez, les aseguro que no había fumado nada de nada. Desde aquel día del coche pensé que aquello no era para mí. Como os contaba, comía ese día con el equipo , a mi derecha estaba Jaime, el médico Chileno, y a mi izquierda Celine, la psicoanalista del equipo. El tenedor comenzó a doblarse, lo cogía y se desplomaba como un jacinto deshidratado, el mango era tan endeble como el tallo de la flor, al principio intenté recomponerlo, lo tomaba del tridente flexionado, y lo colocaba en su sitio, pero al soltarlo, volvía a caer como despeñándose. Miré a Jaime y le dije: ¿ves el tenedor? Se dobla. Yo le había relatado la escena con el coche, me miró y sólo acertó a decir: ¿fumaste? Le dije: esta vez no. Miró a Celine y le dijo: este es para ti, Celine, y así fue como comencé mi tratamiento psicoanalítico.
Alejandra Menassa

------------------------------------

Dibujo de Miguel Oscar Menassa
Si las relaciones sexuales no existen, no existen para nadie.
Si las relaciones sexuales no existen, no existen para nadie. Aurelio había pronunciado esas palabras mientras sus manos se hundían en el barro, modelando, con movimientos precisos, suaves y enérgicos a la vez, una de esas figuras imposibles, llenas de vida, que parecían moverse con cada mirada.
Ernesto, cuando le oía pronunciar algo, que en principio no terminaba de entender, sabía que se trataba de algo importante. Se sonrió, pensando que en ocasiones las frases de Aurelio eran como las figuritas que brotaban de aquel amasijo de agua y barro, para construir un paisaje humano.
Una vez más apoyo su espalda cansinamente en el sillón, preparándose para una de esas largas conversaciones que le hacían vislumbra algo nuevo en el horizonte.
Desde que se habían conocido, cuando Ernesto apenas contaba siete años, no habían faltado nunca a su cita de los miércoles. Lo recordaba como si hubiera sido la semana pasada “Nos veremos los miércoles para conversar”, concluyó Aurelio después de jugar un partido de fútbol con los compañeros del colegio. A él le había sorprendido, fue la primera vez que sintió que le trataban como un adulto, aunque Aurelio apenas contaba dos años más que él.
Aunque ya sabía que la frase no podía referirse a lo que vulgarmente se conocían como relaciones sexuales, Ernesto comentó con un tono de desafio: “¡Ya, pero bien que gozas en tus encuentros con Pepita!”.
“No seas cretino, ¿qué tiene que ver eso, ahora? , replicó Aurelio, mira hijo - a él le irritaba ese apelativo que Aurelio utilizaba en esas ocasiones, cuando consideraba que su respuesta no estaba a la altura de la pregunta que se había abierto- follar, puedes follar todo lo que quieras, pero igual las relaciones sexuales no existen, repito, no existen y si no existen, no existen para nadie”.
Ese era un final por ahora, así que Ernesto se levantó pausadamente del sillón, esbozó una sonrisa irónica y dijo: “Bueno, me voy, he quedado con Pepita, si hay suerte… – y rió francamente- luego volveré a casa porque tengo que seguir preparando el tema de la clase de mañana, todavía me quedan muchas cosas por conocer.
Sí, querido –replicó Aurelio- hay cosas que nunca conocerás.
Pilar Rojas

------------------------------------


Dibujo de Miguel Oscar Menassa



RECORTES DEL TIEMPO
No ataré mi vida al carro de ninguna violencia

Hemos agregado páginas a la historia.
Crepúsculos fundidos,
desterraron nuestros nombres
de la soledad.
Hay sombras de mí en la noche
que temen ser descubiertas,
y me oculto en los misterios de tu piel:
infinita perpetuidad de las horas,
junto al brocato de tu gélido aroma.
Camino con firmeza de
acrecentar tu fe en mis actos,
señalándote mis caídas
con amable expresión de vencido.
Entonces ahí, tú me rescatas
con tu brazo, dándome fortaleza,
firmeza creativa.
Tu cercanía: absoluta
manera de afrontar la vida.

Miguel Martínez Fondón
----------------------------------------


Dibujo de Miguel Oscar Menassa




LAS FIESTAS SON LAS FIESTAS Y SIEMPRE LAS ORGANIZA UNA MUJER, AUNQUE LAS ORGANICE UN HOMBRE
Ella y Él siempre sabían sus papeles cuando de vivir se trataba, su memoria resolvía lo que su conocimiento no podía entender.
Ella tenía las claves del goce y del ocio, nada le interesaba si no le prometían algo de goce y algo de ocio. Era capaz de trabajar hasta la extenuación sin quejarse e incluso contenta si al final estaba esa promesa, sin embargo, si la promesa no estaba su sonrisa quedaba ausente de su rostro, sus quejas se posaban sobre todo aquello que fuera de interés para sus seres queridos u odiados, no tenía compasión ni siquiera contemplaba el perdón, su futuro quedaba opacado y hasta su trabajo caía bajo lo que a partir de ese momento llamaría ?aburrimiento?.
Él apostaba todo a la guerra o todo al trabajo, no sabía hacer otra cosa, no conocía el amor ni el goce si no se encontraba con una mujer que se lo enseñara, aunque fuera a larga distancia. Si su madre había caído en el aburrimiento de las promesas incumplidas ya no conocería la alegría hasta que una mujer piadosa o enamorada le tocara con su varita mágica. Si no era así envejecería sin misericordia y su muerte acontecería en vida si no lo detenía antes de dar sus primeros pasos hacia ella.
Aquel día Ella y Él se encontrarían sin que ninguno de los dos lo tuviera previsto.
Ella: ¿eres triste o estás triste?
Él: No conozco ninguno de esos dos estados, pero siempre he querido conocerlos.
Ella: Yo puedo hacer que los conozcas, pero a cambio quiero que te alejes de mí lo suficiente para que podamos volver a encontrarnos.
Él: Eso no podría, tengo miedo a perderte.
Ella: Entonces yo seguiré con mi soledad, la única compañía que soporto, mi madre única.

Amelia Díez
------------------------------------------

Cuadro: Más allá de las colinas de Miguel Oscar Menassa

Gobernar no deberá basarse en ninguna otra cosa que en la construcción de un conocimiento.
La inteligencia depende de la relación que, por medio de los pactos, se articula con los otros. Si tomamos conocimiento como sinónimo de inteligencia podremos obtener la solución que se ha de tener en cuenta a la hora de gobernar, ya que guiar o dirigir a una comunidad no ha de sentar sus bases sino en la producción de pactos llevados a cabo en torno a un pensamiento, capaz de transformar la sociedad, la cultura o, incluso, al hombre mismo.
Es cierto, que el hombre adquiere conocimientos a lo largo de su desarrollo y evolución, pero no para todos los hombres el conocimiento es el mismo, por eso, no todos los hombres gobiernan o se dejan gobernar de la misma manera.
Si englobamos dentro del concepto de gobernar la posibilidad de regirse por una norma, regla o idea, nos damos cuenta que la figura del gobernador aportará a esa agrupación, sea cual fuere, su ideología, así que, la “forma” que irán tomando los pactos necesarios para hacer frente una forma de gobierno, dependerá de la idea que respalde dicha construcción, es decir, de la ideología de sus gobernantes, pero sin olvidarnos que la construcción de un conocimiento de gobierno se apoya en un pensamiento científico, político, económico y social, no en la ideología de sus gobernantes.
Cada uno de nosotros somos un pequeño gobernante hasta con nosotros mismos.
No hay nada que no se construya, todo adquiere para uno la categoría de construcción, y esto parece complejo cuando tratamos temas como la enfermedad, el maltrato, la insalubre condición de los indigentes, etc... Pero también detrás de todas estas articulaciones de la vida, también hay un deseo. Deseo que sin duda es el que nos hace adquirir un determinado conocimiento y, por tanto, se convierte en el gobernador de nuestra vida.

Magdalena Salamanca

----------------------------------------

Dibujo de Miguel Oscar Menassa



ENCUENTRO DEFINITIVO

“Sin conocer el pasado, no hay una nueva actividad”.


Con aire suave Henry Drake pensó que tenía que conocer su pasado antes de enfrentarse con sus propios deseos. Sabía, porque ya lo había experimentado en otra ocasiones el hombre, que no había situación real que sucediese al azar. Sus ojos miraban la página blanca como si fuera un nocturno abierto de primavera. Sintió un latido, el alma de cada palabra todavía por conocer.
Hay cosas que están más allá de nosotros, pensaba Henry sentado en su mesa mientras quería resolver un destino, por el momento, indescifrable.
Pensó en su infancia, en sus padres, su hermano recién nacido, la casa de los abuelos, el mar, el olor de la arena húmeda, su primera casa de soltero compartida con cuatro amigos, el primer trabajo, el primer poema y así, un largo etcétera. Cambiar la manera de pensar siendo miembro de una familia tradicional cristiana no se le aventuraba como algo fácil. Decidió esperar, no hacer nada y pensar cada situación, cada sentimiento. Refugiarse en su cuerpo de letras para poder partir.
En estas, abre un libro en la ambigüedad del azar. Henry Drake no tiene ganas de escribir su epitafio todavía y sin vergüenza decide jugar a conocer su pasado viviendo la hora presente. Todo acaba de comenzar.
Regresa el recuerdo y era otra vida en una luz aletargada, algo muerta en los últimos días.
Sonriente y con valentía, Henry abandonó todos aquellos fantasmas y sin temor, escribió un poema.
Estaba vivo y sorprendido. Había logrado quebrar la soledad del alma.

Mónica López Bordón

-----------------------------------


Dibujo de Miguel Oscar Menassa


HAY UNA LIBERTAD QUE LLEGA CON TU CANTO

Polvareda y viento en remolinos
y un campo verde infinito se abren
ante mis ojos con tu canto.
Mundo mágico de libertad
sin tiempo ,sin nostalgia
ni efímero ni fugaz ni eterno,
se extiende ante mi vista
con tu canto.
sin ataduras ni cerrojos
libre lugar donde cabe
todo lo que mi mente invente
así es tu canto.
Abiertos, descongestionantes
los oídos se perfilan sobre un mundo
en paz
a veces irascible,
otras trae consigo el buen humor
y las caricias.
Canta el poeta y el espacio
se abre aún más.
Tus versos hoy traen a mi memoria
las palabras de Rosalía , gallega universal:
“canta poeta canta
que no eres menos que el ave
o el arroyo que se desata”.

María Chévez


----------------------------------------



Dibujo de Miguel Oscar Menassa

MÁS ALLÁ DEL SILENCIO, EXISTEN LAS PALABRAS

Lenguaje no es hablar, por lo menos,
no es solamente hablar.
Miguel Oscar Menassa.

Envuelto por el humo del cigarrillo,
me extravié entre fiebres de dudas,
de sonrisas,
de llantos despiadados.
Tumbado junto a la ausencia,
mezclado en la ceniza,
en el asco,
en el delirio,
en el eco del olvido,
me ví perdido en la sombra de mis gestos.
Ella se acercó lentamente
y miró mis pupilas vacías,
mi cuerpo deshabitado de palabras,
mis labios baldíos, inasibles
y se sentó a mi lado.
Mis venas detenidas más allá de la angustia.
roídas por la calma,
atravesadas por la luz,
apartadas del tiempo,
comenzaron a palpitar sobre mi frente despoblada;
más allá del silencio, existen las palabras –me dijo-
ponle voz a tu alma

Vicente Prada Gómez


-------------------------------------



Dibujo de Miguel Oscar Menassa



“Antes de concluir un tratamiento, se debe analizar todo el proceso de identificaciones con la figura del analista o sus cosas reales y sobre todo, imaginarias. Por ejemplo esas mujeres que andan jorobadas por la vida, porque piensan que siendo árabe me gustan más los camellos que las mujeres.”
La identificación no es algo que ocurre entre dos sujetos, sino entre dos instancias inconscientes, debemos pensarlo como un proceso de transformación efectuado en el seno mismo del aparato psíquico, fuera de nuestro espacio habitual y que no puede ser percibido en forma directa por medio de nuestros sentidos.
Por cierto, en una cura analítica podemos reconocer exteriorizaciones clínicas indirectas de la identificación, pero jamás alguna de estas manifestaciones muestra tal cual el mecanismo que opera en una identificación psíquica inconsciente.
La identificación, significa que la cosa con la cual el yo se identifica es la causa del yo, es decir que el agente de la identificación no es ya el yo, sino el objeto, de esta manera Lacan intenta dar un nombre al proceso de causación del sujeto del inconsciente.
El objeto designa algo diferente a la representación psíquica del otro comprendida como si fuera la huella de su presencia viva inscripta en mi inconsciente. El término objeto nombra en realidad una representación que ya está ahí y contra la cual vendrá a apoyarse luego la realidad exterior de la persona del otro o de uno cualquiera de sus atributos vivientes.
En el inconsciente no hay representaciones del otro, sino tan solo representaciones inconscientes, impersonales por decirlo de alguna manera.
Si el fin de análisis implica el atravesamiento del fantasma, la respuesta habrá que buscarla en el enfrentamiento con lo real, la destitución subjetiva y el horror del des-ser.
Un psicoanalista siempre tiene que poder elegir entre el análisis y los psicoanalistas. Lo real no admite sentido, retornando incansablemente.
Pensar en este aforismo, me llevó a recordar que la intersubjetividad es imposible de sostenerse en el proceso analítico, la coexistencia de las conciencias o la referencia del sujeto a otro que garantice su verdad no es el camino del psicoanálisis y si el psicoanalista lo sigue pierde su saber. Aunque en verdad no sepa nada en particular, el saber supuesto es esqueleto de saber y supone el tratamiento del significante articulado en cadena, a condición de no perder ninguno de sus eslabones, permitiendo que lo no sabido sea ordenado como armazón del saber.
Esto lo llevó a Lacan a ubicar al analista como soporte del fantasma, tratando de ir mas allá del falo y como soporte del significante.
Significante que indicará que él no es ahí y donde cauce a su deseo, el des-ser de la destitución subjetiva, dejará caer el significante del sujeto supuesto saber, pasando a convertir en un significante cualquiera tanto a su persona como a su nombre.
Si el analista cambia de significante el sujeto cambia de posición, advendrá entonces el pasaje de analizante a analista y registrarlo echará luz sobre el fin de análisis, que podrá no coincidir con su terminación.
El analista solo se autoriza desde un decir fundante que implica que como sujeto ha quedado suturado al campo de la palabra. Esto supone un límite al narcisismo, por lo tanto vuelve imposible la interpretación anárquica de autorizarse a sí mismo.
Sabemos que el espejo está en la estructura del lenguaje: la estructura de lo simbólico, lo imaginario y lo real, es del lenguaje y no de la realidad objetiva.

Lucia Serrano

------------------------------------



Dibujo de Miguel Oscar Menassa
Vivimos rodeados de alimañas y sin embargo, hay que seguir. Termino con la desesperación como método y dejo que la suprema inteligencia poética que vive en mí guíe mis pasos.
Alondras sorprendidas en el instante del reposo. Alondras golpeadas por la civilización, su canto se hará feroz, indomable.
Para luchar contra las máquinas, la combustión tiene que ser hasta el final. No mas reposo, la guerra es todo el tiempo.
Es necesario escribir un verso más que ellos que diga: así debe ser, todo lo contrario.



“Así no podíamos seguir, le dije que era necesario pasar de tantas emociones que tenían en vilo a mi corazón, a otra desnudez, una desnudez que no evocara ningún sentimiento, porque temía por mi vida. Había acercado su daga a mi garganta tantas veces que me propuse que esa sería la última. Tenía que pegar el salto de la linealidad de los hechos que venían sucediéndose y que me hacían sufrir hasta llegar a un grado de desesperación que se me imponía ya como un estado, porque la desesperación me acompañaba en todos los actos de mi vida. Me sentía sometida a su maldad que intentaba destruirme en cada frase que me destinaba y quedaba como hipnotizada, sin capacidad de respuesta. Yo tenía recursos para enfrentarla pero me anonadó el monto de su violencia nunca imaginada por mí, siempre diluida en mí por esa capacidad de transformar los dramas de mi vida en novelas o poemas o sueños que terminaban siempre en un amanecer de colores que sorprendían mis sentidos. Yo había crecido muy cerca de los pájaros que sobrevolaban un mar calmo, sin ansiedades, buscando mi alimento a ras de la sal marina y de esa inmensidad que siempre prometía un alimento y la certeza de la continuidad de una sobrevivencia. La daga me espantaba y un mandamiento se me imponía con un “no matarás” como un grado de civilización que me mandaba a buscar otras maneras de enfrentarme con la dureza del acero, con las improntas maquinales que cual tanques de guerra amenazaban pasarme por encima. Había llegado a la conclusión que la verdadera pintura no usa un fondo de imágenes sino que las imágenes van surgiendo de un tranquilo fondo sin figuración, la tela en blanco, sólo un tono apartado de cualquier lenguaje literal y decidí no hablar más porque las palabras no podían remediar esa visceralidad que pedía mi sangre para que la daga encuentre su sentido.
Un renglón más y mi inteligencia se abstuvo de algún tema en particular, y mis estrategias se transformaron y puse en el cielo un pavo real y en las aguas puse a flotar el cadáver de todos los enemigos y en vez de las semejanzas busque otras armas que las letales y declaré la guerra permanente de palabras que ya no actuaban como ninguna excepción sino que fueron la norma de mi vida. No descansé y mi vida se desligó de las pertenencias de tal manera que ya no era mi vida sino que era la vida que miraban los ojos de mi inteligencia que eran los ojos de una imaginación sin imágenes. En esa transparencia y frente a la falta del azogue ella tiró la daga y la vida entró en mí, de una manera natural, desatando nudos con el viento universal de todas las lenguas y su historia, como un latido nuevo, como si la vida fuese un mas allá de los contrarios”.
Norma Menassa

-------------------------------------



Dibujo de Miguel Oscar Menassa


El encantado ruiseñor muere atrapado en su propio canto.
Su canto es del mundo, tampoco le pertenece y eso lo hace sufrir.

El encantado ruiseñor muere atrapado en su propio canto. Su canto es del mundo, tampoco le pertenece y eso lo hace sufrir. Sufre de su propio canto, sólo en el leve ala rota que lo contiene morirá, se apresura en la primavera a juntar ramas secas, siente que el canto llega al corazón cuando en el pecho nace un sol rojo como un anteojo que el alma multiplica y se esmera en entonar las notas como si algún otro lo escuchara.
Pobre ruiseñor, su canto no es suyo y canto lo define en un si mismo nacido para morir.

Manuel Menassa

-------------------------------------

Cuadro: Amores nocturnos, de Miguel Oscar Menassa

DESDE LAS NUBES

“Las cuestiones no pueden ser tomadas al azar,
existen cuestiones de antemano que
deben ser tratadas antes de comenzar ninguna nueva actividad.”

Tomo distancia, me alejo, amplio el horizonte,
para verme dentro del mundo, me vuelvo todo ojos,
mirada bivalente.

Hago y deshago mi andadura con paso firme, decidido
y vuelvo a comenzar,
sobre las cumbres la perspectiva es más amplia.

Bajo de esta nube pedestal
de esta sala de ensayo al vacío
para no perder detalles.

¿Cuál es el deseo que toca la mano del poeta
mientras la sombra abraza sus víctimas postreras?
¿Hasta qué profundidad he de sumergirme?
Adivino un comienzo entre palabras
pero no encuentro su deseo en el poema.

Tomo distancia, me alejo, amplío el horizonte,
para verme dentro del mundo, me vuelvo todo oídos,
ser suspendido, condenado a la palabra.

Fabián Menassa

--------------------------------------

Dibujo de Miguel Oscar Menassa


El ejercicio de un poder también puede ser el ejercicio de la cura.
Una gran tienda o un gran estado dan el mismo trabajo que una histérica pobre.

No se trata de cambiar el mundo, se trata de comenzar. A veces queremos limpiar toda la miseria y lo único que hacemos es extenderla. Como si el planeta fuera una gran cloaca y nosotros una de las bestias que habitan en ella. Basta, hay que poner límites a la ambición fuera de lugar. Detente, pequeño hombre, siéntate a mi lado y habla.
Se sienta y empieza a proferir todo tipo de sonidos incomprensibles que no atino a entender, tampoco me esfuerzo. Simplemente asisto. Aún no me deja ser alguien. Permanezco a su lado, días, meses, años enteros. Él no se preocupa de mi existencia, pero me necesita para que haya encuentro. Un día, algo cambia, los sonidos van combinándose en palabras, palabras que van tejiendo sus sentidos. El hombre habla y me dirige su mirada, ¿comprendes? –me pregunta.
Yo bien no comprendo, pero hago un gesto afirmativo con la cabeza porque es lo que él espera, y sigue hablando, esta vez en un tono más pausado, como manteniendo una conversación. Ahora soy otro para él, me permite tener alguna inteligencia, que no es poco.
Algún día, tal vez, se dé cuenta de que no sólo hablando se hará inteligente. Comenzó queriendo cambiar el mundo y ahora es él el que quiere cambiar, pero no hace nada, sólo habla. La vida para él transcurre en estas cuatro pareces. Parece un filósofo, pero no escribe. Habla de amor, pero no mira a nadie a los ojos. Tiene grandes ambiciones, pero no maneja un céntimo.
Pobre, crecer no es suficiente para él, necesita vivir. Algún día, cuando me deje, se lo diré: Para vivir se necesitan palabras, pero además, las palabras necesitan vida.

Helena Trujillo Luque

--------------------------------------



Dibujo de Miguel Oscar Menassa


NO VENGO A RECOGER INFINITAS ILUSIONES. VENGO POR EL PRODUCTO DE MI TRABAJO, ESO ES TODO.

La génesis psíquica de las ideas religiosas son presentadas como dogmas, es decir no son precipitados de la experiencia, ni conclusiones del pensamiento: son ilusiones, realizaciones de los deseos más antiguos, intensos y apremiantes de la humanidad. El secreto de su fuerza radica en la fuerza de estos deseos.
Pero una ilusión no es lo mismo que un error, ni es necesariamente un error. Un error es la opinión de que la suciedad engendra los parásitos y una ilusión fue la de Cristóbal Colón, al creer que había descubierto una nueva ruta para llegar a las Indias.
Una de las características más genuinas de la ilusión es la de tener su punto de partida en deseos humanos de los cuales se deriva.
La ilusión no es como la idea delirante, ésta además de poseer una estructura mucho más implicada aparece en abierta contradicción con la realidad; sin embargo la ilusión no tiene necesariamente que ser falsa, es decir irrealizable o contraria a la realidad.
Así, pues, calificamos de ilusión una creencia cuando aparece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo, prescindiendo de su relación con la realidad, del mismo modo que la ilusión prescinde de toda garantía real. “No vengo a recoger infinitas ilusiones”
Considerando todo lo anteriormente expuesto y que:
-el trabajo es un medio eficaz para, junto con otros hombres, transformar la naturaleza y que:
-la inteligencia es el único medio eficaz que poseemos para dominar nuestros instintos, así como:
-la escritura es, originalmente, el lenguaje del ausente y:
-la felicidad, solo, se encuentra en el camino del trabajo y además:
-cuando quiero representar el inconsciente solo es posible por intermedio de la negación y cuando quiero expresar el inconsciente solo es posible por medio de la transferencia.
Repito considerando lo anterior, ahora, podemos decir que cuando el producto del trabajo excede en su valor el trabajo medio necesario para ser producido, se genera lo que todos conocemos con el nombre de plusvalía y en ese momento hay dos fundaciones: el dinero se funda como capital, y aparece el valor de cambio, lo más notable, lo más aparente de la mercancía, es en realidad, la forma de mostrarse, la forma de escenificarse de esa mercancía. “Vengo por el producto de mi trabajo”
Y como psicoanalista sabemos que: cuando se dice del trabajo que es una categoría central, se está diciendo algo muy importante, porque cuando se dice que el trabajo del psicoanalista no es muy valorizado se ve en los tratamientos psicoanalíticos el que hace de paciente, yo mismo, puedo llegar a pensar cualquier cosa, desde que el psicoanalista tiene una magia, que es un sabio, cualquier cosa; nunca o casi nunca que ese señor está realizando un trabajo con instrumentos de precisión y que la maravilla bien se podría atribuir a la destreza del trabajo. Frente a una interpretación a nadie se le ocurre pensar que es el producto de un trabajo.
No conviene equivocarse, pues es una característica del trabajo, que el producto efecto de un trabajo anterior, puede pasar a un segundo trabajo como materia prima o instrumento, pero eso ya es otro trabajo.
Lo que si es posible es la unión de la materia y el pensamiento, en la idea de la finalidad, ahí está todo entero. En el proyecto está el producto final, se materializa esa unión de pensamiento y materia, concreto de pensamiento, donde la división del trabajo produce civilización. “Eso es todo”
Carlos Fernández

------------------------------------





Dibujo de Miguel Oscar Menassa


Un cambio de política no quiere decir, exactamente, un cambio de ideología.

Política: Conjunto de prácticas, hechos, instituciones y determinaciones del gobierno de un estado o de una sociedad; modo de ejercer la autoridad un estado o de una sociedad. Conducta seguida en los asuntos particulares. Comportamiento prudente y hábil para conseguir un determinado fin.

Ideología: Conjunto de ideas que caracterizan a una persona, grupo, época o movimiento cultural, religioso o político. Conjunto de representaciones coherentes en las que una clase social se reconoce y de las que se sirve en su lucha contra otra clase para imponer su dominio.

Como vemos, son términos que operan en diferentes niveles de la realidad.

La política tiene que ver con acciones, hechos, intervenciones en la realidad concretos.
La ideología tiene que ver con pensamientos, juicios de valor, con la moral. Es una visión del mundo.

La política tiene que ver con el principio de realidad. Es necesaria una lectura de la realidad para planificar las acciones necesarias.
La ideología se transmite por la leche materna, sobredetermina al sujeto.

La política es necesaria en todo tipo de relaciones humanas.
La ideología determina la política a seguir.

Una política eficaz es lo que debería exigirse a todo político, sea de la ideología que sea.
En otro orden de cosas, también podríamos explicar así el asunto:

Arremangada servidumbre del amor
espera, impávida, mi regreso.

Encuentro hábitos que no fui,
lágrimas descargadas al amanecer
entre huecas intenciones: acaparar
la hendidura
cubierta de moho y rancias excusas,
antes de diagramar el último adiós.

Servida la venganza, recompuesto
el ritmo de hálitos esenciales,
todo inicio será espectáculo,
ávida razón de permanencia,
atenuada
en cálculos inaccesibles al corazón.

Después, aún, respirar de nuevo
en el límite, mientras la piel arremete,
una vez más, contra los ojos,
ciegos,
de algún dios desprevenido.
Carmen Salamanca

---------------------------------------

Cuadro: Opiniones encontradas de Miguel Oscar Menassa


¡AY! ¡QUÉ TRABAJO ME CUESTA QUERERTE COMO TE QUIERO!

“En el goce más superficial, más etéreo, hay un trabajo”
¡Ojala escribir esta página me cueste menos trabajo que empezar a escribirla!
Mi amiga Eusebia dice siempre que quieres ser escritora pero el mismo olor de la tinta la enferma. Las páginas blancas la enferman. Los signos de puntuación la enferman. Ella quiere pero al borde del precipicio (de lo que llamaba el precipicio) no se atreve a dejarse volar, no se atreve a una ninguna alegría.
Escribir era para ella un eterno paseo por el pasado porque ¿quién se atreve a escribir en presente? Suele empezar muchas de sus frases por “ ¡Con lo que me cuesta a mí! ”.
Su marido, D. Ildefonso, un hombre de armas tomar, después de escucharla suspirar a lo largo de toda la semana suspirar:
“¡Con lo que me cuesta a mí escribir una página!” dijo rotundo….”
“¿Qué pasa, nena, con esta página? Déjate de joder… Cada semana lo mismo…¡La paja…la paja… la página de la nena! Ven aquí que te voy a enseñar yo como se escribe una página. ¿Es que tu famoso profesor que tanto se la da de escritor no te enseñó nada!
Ven… nena. Ven… Trae el cuadernito y la lapicera…¡Eso! ¡Eso es!..Ponte cómoda sobre el sofá. Mira…Así como te gustaa ti leer en la cama ¡ Asi! El cuadernito encima del sofá y tú comodita sobre estas dos piernas que te regaló Dios…¡Eso es, bonita!..Coge el lápiz…¡Muy bien! Ahora ¡empieza a escribir, empieza …sin pensar!Y ella esta vez empezó a escribir porque a él, casi siempre le obedecía.Muy bien, mi nena… Muy, bien…”
Y mientras ella empezaba a escribir, él le bajo suavemente las braguitas por atrás, le rozó amorosamente la nalguita y al primer estremecimiento, al primer gemido se la metió bien metida susurrándole al oído: ” Sigue escribiendo, querida… Sigue como si nada…Ya verás…¡Llegaremos juntos al punto final!”
Mi amiga, emocionada por su propio relato, me contó con las mejillas encendidas que siguió escribiendo, primero lentamente, con fruición, como si quisiera que durase toda la vida; después con frenesí…Quería llegar…Quería llegar, llegar al final… de la página.
¡El punto final fue una maravilla!
Sabes, me dijo mi amiga, las mejillas aun encendidas por la emoción del cálido relato… Sabes… Ahora está decidido: “Quiero escribir una novela.”


Claire Deloupy Marchand


--------------------------------------
Dibujo de Miguel Oscar Menassa
NO PUEDO

No puedo darme cuenta de todo porque me daría cuenta de que
no puedo.


Hociquea la bestia encadenada
suelta babas de rabia envenenada
gritando en su locura ¡Libertad!

Yo creía, repite, que el mundo era
tal cual lo imaginaba.

El ígneo acero se moldeaba dócilmente
al influjo fatal de mi mirada.
No había días y noches
aunque el sol reluciera o se apagara.
Ningún espejo reflejaba en soledad.

Cortinas de humo desdibujaban
la distancia entre los otros y lo mío.

Nublados ojos, apaciguados sentimientos
y frío, gélidos huracanes
atravesando mi sexo.

Hay días que la bestia quiere sola.
Ser la creación y lo creado
y resiste al dolor mortal que le acompaña.

Se aferra a algún amor idealizado,
a algún pensamiento
que traiga un saber sobre el vivir.
Una historia que la encadene al siglo.

Poco a poco la angustia va cediendo.
Los límites del cuerpo se agigantan,
escapan de la jaula.
abandonan mi yo enmohecido
se disipan los callos de la mente.

No puedo, no puedo,
no puedo sin ustedes, camaradas.

Olga de Lucia

sábado, 14 de marzo de 2009

TALLER POESÍA SÁBADO 14-03-09


GRUPO DE POESÍA DE LOS SÁBADOS A LAS 18:00 h

-revista virtual-

COORDINADOR : MIGUEL OSCAR MENASSA

NÚMERO - 8- 14/03/09
Semana a semana iremos mostrando en este blog el producto del trabajo realizado en el Taller virtual de poesía los sábados a las 18:00 h de la Escuela de Poesía Grupo Cero, coordinado por el poeta Miguel Oscar Menassa

Cuadro: Por ahora de Miguel Menassa



CAMINANDO HACIA UN DESPERTAR

Caminábamos
todos los días
uno al lado del otro
de la mano
del brazo
o simplemente mirándonos a los ojos.
Buscábamos
todos los días
sin saber exactamente qué.
Era como vivir un sueño constante
un cierto grado de sopor,
algo de sonambulismo.
De pronto
ocurrió
y supimos
que ese era el motivo de la búsqueda.
Los ojos exageradamente abiertos
despertábamos.
Rodeados, inundados de fantasía y sueño
una realidad que no advertíamos
plena
formando la inmensidad de nuestras vidas.

María Chévez

-----------------------------------------




Cuadro: Indios Grises en concierto de Miguel Menassa




VENDAVALES AZULES

Venía del sur, era un desaforado,
traía el alivio en su mirada
y razones para seguir viajando.

No era un hombre como todos pensaban,
eran vendavales azules
que algún dios ponía sobre la tierra
a nuestro alcance.

Nos protegimos del ruido
que acercaba furioso su figura,
algunos pocos gritaron por todos lados
¡tened cuidado artistas inofensivos,
vosotros no portaís el arte!

Desesperados, otros buscaron
incansables huellas en los cementerios
y nada encontraron.
No era un hombre como todos los hombres.

Su figura era esbelta y azulada,
arrasaban sus pasos los rostros impávidos,
los detenidos,
los ausentes,
los poseídos,
los sabiondos,
y los pobres.

Otros siguieron la máquina del tiempo,
sin saber que se trataba de un viento fuerte,
un viento que venía del sur
y arrasaba viviendas,
destruía muros,
un imparable,
manifiesto de otras tierras.

¿Quién podría pararlo?
No era un hombre,
eran vendavales azules
para los pocos despiertos
en un universo cruel y absurdo,
alojado en mares subterráneos,
siempre inaugurando desiertos.

Lucía Serrano
----------------------------------------





Cuadro: Fragancias inconcebibles de Miguel Menassa




UNA CAIDA DESDE EL VACIO


Revisé el mar y encontré zócalos submarinos
y un olor a orilla natal, donde alguna vez estuve sumergida,
y huí
como un jinete vestido con espuma a ninguna ribera,
a ningún inicio porque mi gloria estaba en las arenas
y sólo quería detenerme donde empieza el desierto,
una palabra más, que se combina con destierro.
Sobre esqueletos marinos voló mi infancia y todo lo simple quedó allí.
Después, sólo un después, la vida se espesó
y buscó su sombra en los reinos de algún Dios
que me gritó: Mendiga.
No pedí mas,
y eché al fuego algunos manuscritos
algún poema endeble,
algún clamor de Príncipe exiliado brotando de mis labios como una insurrección.
Cayó mi imperio
fundado por tumultos, pasiones, averías, argumentos inútiles
metidos como hocicos que venteaban el paso sin pausa de ese tornado
que se apiadó de mí y fue mi aliento,
que pronunció una sola y larga frase contando mis errores,
esa manera equivocada y desabrida de estar como una miliciana
cuidando que no se muevan las arenas con el viento.
No fue la soledad, fue la caída,
un golpe en la cabeza y me dormí soñando un sueño sin imágenes
un sólo de violín,
algunas notas y cuerdas enredando mis brazos
y quedé allí, donde quedó lo simple, desnuda marioneta flotando entre las nubes.



Norma Menassa

-------------------------------------


Cuadro: Jardín primitivo de Manuel Menassa




CAMARADA, CAYENDO ME FUI DANDO CUENTA...




“Cayendo me fui dando cuenta”
Miguel Oscar Menassa



En la madrugada,
la luna se erguía sobre su cabeza
iluminando el campo de batalla.
Imaginó sus pechos.
Extendió su mano con el cigarrillo entre los dedos,
apenas la tocaba
cuando una lágrima perdida le recordó donde estaba,
y cerrando los ojos la olvidó.

Mas tarde, le fue fácil imaginar su perfume
en la helada brisa mortecina que sentía su cara.
Me dijo:
-Mañana, camarada, le escribiré otra carta-
No imaginó en ese instante
que a la escena le convendría un testamento.

Caía la luna en un ojo mezquino y su dedo,
una abeja ocre encontró el pecho del soldado
y se alojó en su corazón colmena.
Un grito impregnó el campo de batalla
-no era diferente a otros gritos-.

Yo sé que todavía me miraba
como si todos nosotros nos fuéramos
y él se quedará.
Si pudiera hablar me hubiera dicho:
-camarada, cayendo me fui dando cuenta,
ya no tengo quién me escriba-

Manuel Menassa



------------------------------------------




Cuadro: Magnolias encubiertas de Fabián Menassa





VOLVER Y DETENERSE

Volver y detenerse, nos dijeron.
Volver y detenerse en los lugares
donde niños, mataron la esperanza,
donde el mundo fue haciendo caer
una a una nuestras ilusiones de juguete;
alucinados por el destello fulgurante,
desubicados, solos, siempre solos,
hemos resuelto continuar; tomar, algún camino



Fabián Menassa de Lucia



------------------------------------------





Cuadro: El mercader de Venecia de Miguel Menassa




SOMBRAS NADA MÁS



La noche,
silencio,
abatida en la soledad.
No caben esperanzas,
todo termina aquí.
Se apagaron los colores,
cesaron los sonidos,
ni yo misma puedo reconocerme.
¿Dónde estoy? ¿Por qué esta crueldad?
Mucho he leído del infortunio,
del fin de los días,
no esperaba que hoy, aquí,
acabara todo.

¿Dónde están los amaneceres?
¿Dónde mis ilusiones?
¿Dónde mis redondas formas otrora llenas de vida?
Sombras nada más me rodean,
proyectadas desde ángulos imposibles,
creando formas de espanto.
Permanezco inmóvil, ni cuerpo poseo,
esperando llenarme de ese vacío,
entregándome a un nuevo destino
no por inesperado, menos real.
Tómame, no soy nada, una sombra nada más.

Helena Trujillo

--------------------------------------------



Cuadro: Restos del naufragio de Carlos Fernández






VOLVIENDO DE PARIS

Botas negras, cosidas con cordel rojo amianto,
me llevaron como el mercurio a la cumbre
donde la fiebre conversa con el astro rey de la noche,
sobre legendarias historias de amor que nunca contaré.
¡Oh farolas de Paris, si tu luz no me hubiera cegado!

Mi perfil es una capa negra cosida a mano con ribetes de oro
y un botón de marfil es mi carácter, custodiando
la daga oculta al traficante de sueños, que osara
arrancar de mis labios, tu residencia en mis versos.
¡Oh Paris, si te hubiera conocido el siglo pasado!

Trenzas longitud cintura.
Rosada tez de tersura luna.
Blanco en lo sutil las manos.
Y como corresponde al terciopelo,
tu piel, era el veneno en el crimen de no volver.
¡Oh, Paris, si te hubiera visitado el siglo pasado!

Pero nada de eso sucedió, tus jaulas de hierro,
el ferroviario destino de la pasión,
la calle estrecha donde te besé de penumbra en la mejilla,
la farola donde me fumé la vida esperando la luz intermitente de:
puedes subir, ya se fue a trabajar!
¡Oh Paris, tantas cerillas consumí, el siglo pasado!

Ninguna fotografía conservo de aquel lunar tuyo
cerca de la comisura, donde mi sed te vencía.
No hay rastros del cordel de tu corpiño, que tantas veces
marcó las falanges de mis dedos hambrientos.

Nada queda de mi capa, ni de mis botas de gato
cosidas con un cordel de rojo amianto, maullando
en la calle estrecha y en penumbra al reflejo de la farola,
encendiendo todas las cerillas menos una,
porque la vida me enseño que, el último cigarro
¡oh Paris si te hubiera besado el siglo pasado,
oh María, siempre se fuma en compañía!

Carlos Fernández

------------------------------------------




Cuadro: Lejanía de Carmen Salamanca



REINADO DE NUBES


En la insólita cabellera del tiempo,
el incesante subterfugio de las ideas
acapara tímidas escapatorias, a ras de la verdad.

Sincopados ritmos de antiguas estaciones,
recauchutadas en sentido opuesto al espectáculo,
recomponen recíprocas imitaciones del absurdo.

Ningún límite opacará la espera, estallando
en el entramado de algún secreto emisario
entre costuras y remiendos, perseguidos al amanecer.

Sin despertar sospechas, reitero con sensatez
látigos de coral, bramante encrucijada
a medio camino de algún destino infame.

Repuesta la sonrisa sin testigos,
sólo ambarinos plumajes contra la usura:
reinado de nubes en ramalazos de pasión.

Carmen Salamanca

-----------------------------------------------





Cuadro: Retrato de Ana Zborowska de Amadeo Modigliani, reproducción de Claire Deloupy







BRÚJULA EN LA OSCURIDAD


“Si te postran diez veces, te levantas…”

Almafuerte



Mira el riachuelo…
¡Acaso se detiene por las piedras!
¡Acaso deja secarse su caudal!

No te compares tanto con los dioses.
Algunos terminaron muy mal.

Ni grandes hazañas
Ni heroicas gestas.
Tú, sigue tu camino
Paso a paso.
Ni te vanaglories
Ni te humilles
Ni te creas que solo caminas.

Un paso tras otro
Pase lo que pase
Sin miedo
Sin rencor.
Y si la angustia te deja sin aliento
No temas
Igual da tu paso.
Ella hace parte del camino.
Sin ella nunca ningún imperio se construyó.
Sin ella no se escribió ningún libro.

Tú, anda el camino.
No acortes el recorrido
Por llegar antes de tiempo.

No huyas de lo nuevo
Ni te achiques.
No desprecies a tus antepasados.
Hazlo mejor si puedes.
De los que te precedieron
No reniegues.
Algo les deberás
Aunque no lo sepas.

Déjate acompañar.
Solo no eres nada.
Con el compañero
Habla y vuelve a hablar.
No dejes al silencio
Deformar la realidad.
Con las palabras
Y los hechos de las palabras
¡Transfórmala!

Con el compañero
Pacta y vuelve a pactar.

Pacta y vuelva a pactar.

De ahí te viene la fuerza.
No de tus atléticas piernas
Ni de tu inteligencia grandiosa.

No te asustes por una piedra
No la transformes en montaña.

Camina, camina…
Abre los ojos
Escucha.

Escucha a los poetas
Locos caminantes del imposible.
Pase lo que pase
Hicieron de sus vidas poesía.
Poesía, para llegar entero
Hasta el punto final.

Poesía, para llegar vivo
Ahí donde nadie te espera.

Poesía…
No hay mejor brújula
En la oscuridad

Claire Deloupy Marchand


----------------------------------------------------



Cuadro: Se abre la noche, de Olga de Lucia




CAMINAR PLENO

Como cien voluntades sometidas
a la letra
notas repetidas una y otra vez
por los violines,
por los dulces oboes
y los robustos chelos
cuerdas y vientos y el silencio.
Un drama se despliega
en ampulosas notas
que desgranan
un corazón hasta vibrar
mis células más íntimas
en un vuelo astral
que no ahoga
porque todo al final es espejismo.
Se multiplican los caminos
cuando desbordo mis límites,
elijo oropeles y rubíes,
calor de humanos y topacios
y músicas y danzas

y bellos colores para alegrar los cuadros.
El pincel no es el camino
es la rama de un árbol

en un bosque que compartimos
más allá, detrás del horizonte.


Olga de Lucia



----------------------------------------



Cuadro: Bella con cuello blanco de Marc Chagall, reproducción de Cruz González



EN EL ALBA DEL PRIMER OLVIDO

Tantas cosas olvidadas,
palabras acerca de los azules y las brechas ancladas
a un lado y al otro del océano.

Abismos celestiales
de un acalorado color inmemorial.

Tantos hombres muertos en la guerra
y niños abrasados por el hambre
y ancianos gesticulando palabras porque
¿quién oye a aquél que tiene voz?

Sobre la arena,
diminutos cristales juegan
a las combinaciones infinitas.

Cruz González Cardeñosa


--------------------------------------



Cuadro: Muerte y Vida de Gustav Klimt, reproducción de Alejandra Menassa




VEO SURGIR ENTRE LAS SOMBRAS

Ponme una mano aquí, sobre la noche,
hazme crecer oscuras madreselvas entre los tiernos pechos
átame la mirada a las pasiones, el aliento a la cama,
átame a los sueños, para que no se escape la mañana.

Las cuentas del collar que hacemos cada día
son de rosas mezcladas con saliva,
y tu, orfebre de mi sexo, tienes la precisión de un ingeniero
y el alma de un poeta

y haces nacer de mí tus ecuaciones o tus versos,
como hijos del espanto, por millones,
según la intensidad del movimiento,
la fuerza de tu pelvis, la velocidad de la tonada.

Recitas en inglés a un Shakespeare que desconozco
y yo te amo, sobre las altas torres de París,
con un sombrero ruso de piel con orejeras,
a 30 grados bajo el sol abrasador de Nôtre Dame.

Somos una estrella partida,
Descuartizado astro,
la rota voz de los acíbares,
el oro milenario de los Incas,
la última esperanza de Occidente,
el ave Fénix irreductible en sus cenizas.

Veo surgir entre las sombras, tu rostro
aquél que porta la llave de los besos,
aquél que sostiene la mirada del sol,
pupilas encendidas del deseo.

Me deslumbra la dicha de tenerte y no tenerte,
Se me deshace el nudo en la garganta,
se me pueblan los ojos de calandrias,
se desparrama el amor de tanto agitarlo por las noches.

Te vendo, por unas monedas de esperanza,
el alma que me falta.

Alejandra Menassa de Lucia

-----------------------------------------


Cuadro: Cuando estábamos con gente de Miguel Menassa




ESPERANDO TU LLAMADA

Espero tu llamada, esta vez no pretendo
ni joyas ni jardines que engalanen mi casa.
Mil vidas y una sola que crecen confiadas
en prolongar la espera, entretienen el tiempo.

Tu mundo infinito y pequeño, tan vasto como el hombre,
tan breve como un verso, entreteje mis horas,
me viste de amazona y surco, flecha en mano
por terrenos heroicos, tropiezo levemente y sigo
paseando por caminos que trazas para los pies humanos.

Espero tu llamada mientras pasan tormentas
y mis pupilas ceden su ritmo acompasado
y se cansan mis manos que enarbolan la tinta,
aquellas que recogen en las redes de pesca
las miles de señales que marcaron tus gestos.

Espero tu llamada, mientras mi vida crece
mortal a cada instante, hasta la muerte misma.
No importa si demoras, he renunciado a hados,
nunca me visitaron porque nunca existieron.

Cuando mis huesos blanqueen,
cuando ebúrneos se deshagan en polvo
permaneces tan viva que a cada instante espero tu llamada.


Pilar Rojas


---------------------------------------




Cuadro: Atardecer en el Retiro de Miguel Menassa




ALZANDO LOS OJOS

En la plenitud de la noche,
voy segando las horas muertas.
Los capiteles que sostenían mi amargura
va agotando su aliento,
mientras un fuego gélido
enardece mis nervios,
y como árbol que nace de mi cuello
me enraízo a una vida nueva,
para abandonar ese juego ciego y crítico,
y no dejar que la vida se hunda en el dolor.

Miguel Martínez Fondón


---------------------------------------------



Cuadro: El frescor de tu voz de Amelia Díez





DESNUDA DE ABRAZOS

Acerco a tu mano mi pensamiento
mi pensamiento a tu espalda,
rozo mis labios con tus labios,
arrastro la cúspide de tu radio
hacia mi circunferencia maldita
por los cánones y discursos
mundialmente consecutivos
a la verdad que huye tras el vértice
de mi goce siempre ajeno.
Abandono mi vulva sobre la noche
que arde entre tu movimiento
y mi quietud se apaga en la oscuridad
ausente entre tus ojos y los míos.
Cuando te alejas me desnudo de abrazos,
y comienzo a cantar.



Amelia Díez

----------------------------------------



Cuadro: Amor sin fronteras de Miguel Menassa





QUEBRANTO DE LOS DÍAS

Ante la aflicción, el dolor o la pena de los días
arrullada por las márgenes de esta mujer que me envuelve
descifro con vacuidad de pensamiento los pormenores del destino:
Nadie me dijo que la vida era siempre hacia delante, firme hacia el frente,
caminado huellas de otros pasos, haciendo huellas,
dejando en el camino la marca del caminar.

¿Quién puede con tanta solemnidad?
¿Acaso es necesario vestirse de gala y celebrar haber nacido?
¿Quién puede con la pérdida?

Este daño de vivir y ser palabra,
y navegar victoriosa por los mares de tu piel
sin hundirme, sin dejar nada, siempre hacia delante,
huyendo del profundo fluir para no temer la vuelta
para silenciar los goznes que abren y cierran las puertas
de este corazón enamorado, latiendo bajo mi pecho.

Magdalena Salamanca

-------------------------------------------



Cuadro: Abandonada, de Miguel Menassa




CIEGAS VENTANAS HERÍAN MI ALMA

En la calle todo puede advertirse:
la casa de la esquina, el balcón de flores,
los adoquines desgastados por el tiempo,
la lluvia en los tejados
o la penumbra de una ciudad desnuda y abierta.

Sueño con un sueño.

Levanto la cabeza y el viento,
embriagado con un amor extraño,
disiente de todo mi dolor.

No quiere paisajes tristes.

Pienso, cómo decirle,
que ciegas ventanas habían herido mi alma.
En algún momento, me hizo ilusión pensar
que aquella tristeza,
no era mía.

Mónica López Bordón